La pareja que iba a recibir las trece toneladas de cocaína de Algeciras se entrega tras cinco meses fugados

M. y V., él español y ella ecuatoriana eran las personas a cuya empresa iba destinado el contenedor que ocultaba las 13 toneladas de cocaína que en noviembre pasado se intervino en el puerto de Algeciras y que significó el mayor alijo decomisado jamás en España. La droga iba justificada en una carga de plátanos como mercancía legal para la empresa Abadix Fruits, una de esas sociedades hortofrutícolas creadas para poder ejecutar estos envíos del narcotráfico desde Guayaquil a Cádiz.

La pareja vivía en Alicante, en Campello, y tal y como publicó este periódico y una vez se dio luz verde a la explotación de la operación, los agentes fueron directos a por ellos. Sin embargo, la pareja ya no estaba en la casa. Al enterarse del envío fallido se fugaron. Sí se detuvo en Toledo a una hermana de ella que tenía también una pequeña participación en la sociedad.

Pues bien, tras casi cinco meses con una orden activa de búsqueda y detención, estos dos 'empresarios' han sido detenidos. Según ha confirmado la Policía Nacional, la pareja se ha entregado en una comisaría de Madrid tras saberse plenamente identificados y sentirse presionados. La investigación de Udyco Central apunta que formaban parte del entramado que se manejaba entre Ecuador y España y que tenía supuestos vínculos para la distribución de la mercancía por Europa con el cártel de los Balcanes.

Cabe también recordar que por esta investigación que tuvo como punto inicial esta 'entrega controlada' en Algeciras, cayó el exjefe de la Unidad de Blanqueo de Madrid como uno de los principales colaboradores de la red, junto a su mujer, también agente. En casa de ambos se hallaron 20 millones de euros emparedados y otro millón en su despacho de la Jefatura Superior.

Fue la actividad de la empresa de esta pareja una de las claves para el arranque policial de este caso. Se dedicaban a importar y exportar fruta pero desde que se constituyeron hasta dos años después, 2020, no figuró que movieran ni un solo contenedor. Así, se les fue monitorizando e inspeccionando de forma muy precavida y saltó una segunda alarma: un contacto ecuatoriano, un exportador, que ya tenía antecedentes por sus vínculos con narcotraficantes.

Y de esta forma fueron formando parte de estas cargas y descargas de cocaína, lo que, según se comprobó, les podía reportar grandes cantidades de dinero. Muestra de ello es que a pesar de la supuesta 'inactividad' de la sociedad durante varios años, la casa de Campello tenía todo tipo de accesorios domóticos y también estancias de lujo. Como por ejemplo una piscina en su interior, vestidores repletos de ropa, calzado y bolsos de marca; o, una vinoteca llena de botellas de toda clase, mucho champán y muchas cajas de Moet Chandon.