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La caída de Los Monís de Chiclana: los 'reyes' del petaqueo desde los esteros a las narcolanchas

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La investigación que ha llevado a prisión a estos dos hermanos con un amplio historial delictivo relacionado con el narcotráfico, los señala como los cabecillas de esta organización que se extendía por la Bahía de Cádiz de una forma «perfectamente estructurada y organizada»

Además de surtir a los narcos de gasolina y ayudarles en cambios de tripulación o motores, incluso disponer de guarderías, también 'cobraban' los trabajos haciendo trueques de combustible por hachís

Gran despliegue contra el tráfico de drogas y la logística del narco en Chiclana, Conil y el Poblado de Doña Blanca

Cárcel para los líderes de la organización de 'petaqueros' detenidos en Chiclana, el clan de 'Los Monis'

Vídeo: Imágenes de la operación Navegante que ha acabado con una red que daba logística a los narcotraficantes. la voz
María Almagro

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Hay que disponer de una buena clientela para tener anotaciones de días, horas y partidas que se van sirviendo. Con dos o tres el sistema es más sencillo y no hay que hacer tanta cuenta pero cuando el 'negocio' va creciendo pues también lo hace en paralelo su estructura. Como cualquier empresa. Más vende, más dinero entra, más servicios se da. Y eso es lo que al parecer le ha estado pasando a una presunta red de delincuentes que, asentados en Chiclana, y utilizando sobre todo sus maravillosos esteros, ofrecían una importante variedad de servicios a las potentes organizaciones de narcotraficantes. Desde conseguirles y suministrarles gasolina para las 'gomas' y que puedan esperar al pairo en alta mar la orden de entrada para alijar, a guardarles mercancía y más garrafas en casas, a ayudarles en los cambios de tripulación, poner a su disposición vehículos u otras lanchas si la necesitaban e incluso... proveerles de contactos. Así es normal que tuvieran que anotar. Les 'salía' bastante trabajo y cada vez... más.

Hasta que el descaro fue también creciendo y sus movimientos por el litoral de Chiclana, San Fernando, Conil, Puerto Real, Doña Blanca... iba necesitando de más 'personal' y también de más barcos. Neumáticas pequeñas, pesqueros, zódiacs... todo tipo de embarcaciones con las que se movían e intentaban hacer llegar esas garrafas de gasolina 'a domicilio' a los narcos en el punto que habían acordado. Cargándolas desde las furgonetas o coches al agua en algunos de estos puntos de tierra y listas para salir. Y por cada una, (de 25 a 30 litros) se podían llevar una buena diferencia del precio del surtidor al que recibían según se alejaran de la costa. Y así, cientos y cientos. Miles. Durante -y tirando por lo bajo- más de un año.

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Pero esta misma ambición ha podido ser también la que ha escrito su final. Su sentimiento de impunidad, evidencia y obviedad, cargando y descargando gasolina en verano a plena luz del día en Sancti Petri por ejemplo- ha sido su consecuente epitafio como banda, o al menos, por el momento.

Pues, al frente de esta supuesta red experta en dar esta logística a los grandes traficantes estaban dos hermanos. Dos individuos del clan familiar 'Los Monís', conocidos de sobra en Chiclana por su «amplio historial» relacionado con las drogas y otras cuestiones. Ambos fueron detenidos hace unas semanas en una operación conjunta realizada por la Guardia Civil, la Policía Nacional y el DAVA, tal y como ya informó este periódico.

Pues bien, según se ha ampliado este martes dicha información, la investigación de esta operación, bautizada como 'Navegante', comenzó el año pasado cuando los agentes constataron la presencia de esta organización criminal. Como aseguran, estaba «totalmente estructurada y jerarquizada».

Así, a la orden de la colla se encontraban los cabecillas, estos dos hermanos. Ellos se encargaban del control y de la financiación para adquirir la gasolina, vehículos, embarcaciones, centros logísticos como guarderías del combustible, motores para embarcaciones de alta velocidad, contactos de confianza y, de las labores de seguridad en el traslado de las petacas de gasolina como en la compra de víveres para los pilotos de las narcolanchas. Uno de ellos estaba incluso en prisión por otros asuntos cuando fue a ser detenido.

En el segundo escalón de esta organización jerarquizada se situaba el lugarteniente y 'mano derecha' de los cabecillas. Éste asumía el rol de persona de confianza para las labores de contacto con otros miembros de la organización que ocupaban escalones inferiores en la estructura.

Y así, y de «manera concertada y coordinada», los miembros de esta red realizaban todas las actuaciones necesarias para favorecer los alijos prestando apoyo logístico. Según la investigación, normalmente cobraban esos servicios en dinero pero también, lo hacían a cambio de fardos de hachís.

La presión policial fue creciendo sobre este asunto y se vieron obligados a ir cambiando sus puntos de avituallamiento y sus lugares -guarderías- donde esconder y acumular la mercancía, no sólo en Chiclana sino también en otros puntos de la provincia. Y en este sentido llama la atención, por el riesgo y peligro que conllevaba, que estos 'almacenes' de gasolina, motores y embarcaciones, etc... podían estar en un bajo de un bloque de viviendas o una habitación anexa a dormitorios donde dormían niños o se hacía vida 'normal'.

Además, el transporte de todas estas garrafas se realizaba -como suele ocurrir en estos casos- sin ningún tipo de control ni seguridad a pesar de ser productos inflamables e incendiarios. Muestra de este peligro son los repetidos y recientes incendios que se han registrado en coches con decenas de litros de gasolina en las últimas semanas en Chiclana. Uno de ellos, en una gasolinera, cuando cargaban petacas en un surtidor.

Quince detenidos y registros

Pues finalmente, y una vez que se cerró la investigación y se obtuvieron todos los permisos judiciales, la explotación de la 'operación Navegante' se realizaba el pasado 28 de noviembre con un importante despliegue policial. En el dispositivo puesto en marcha participaban miembros de UDYCO Cádiz y el Grupo de Estupefacientes de San Fernando de la Policía Nacional, EDOA y Equipo Roca de la Guardia Civil, y efectivos de Aduanas.

La operación se saldó con la detención de quince personas por los delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas y tenencia, transporte o suministro de sustancias inflamables o incendiarias. Además de los dos hermanos arrestados, otro de los investigados es un individuo que ya fue detenido en 2022 acusado de haberle dado una paliza a un policía que medió en una gasolinera en una discusión de pareja.

Una vez puestos a disposición judicial se decretó prisión para cuatro de los detenidos. Del mismo modo se intervinieron 21.580 euros en metálico, cinco armas, una granada de humo militar, dos rotativos policiales, dos machetes, tres GPS, 27 teléfonos y dos teléfonos satélites, una embarcación neumática de cuatro metros provista de motor, tres embarcaciones neumáticas deshinchadas, cuatro motores para neumáticas y tres colas de motor, cuatro vehículos, dos motocicletas, siete kilos de marihuana, 18 pastillas de hachís y 2.475 litros de gasolina en petacas.

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