CÁDIZ

Viaje al epicentro de la pesadilla:«Ya no teníamos mucha opción de rescate allí»

Los bomberos gaditanos que han viajado a Marruecos vuelven a casa satisfechos de haber podido prestar ayuda, pero con la tristeza de no haber encontrado supervivientes

Seis bomberos gaditanos acudieron a Marruecos L.V.

Macarena García

Cádiz

Marruecos trata de recuperarse tras el devastador terremoto y sigue haciendo balance de daños. La cifra de fallecidos ya se aproxima a los 3.000 a los que hay que sumar los más de 5.000 heridos. Y, en medio del desastre, la cara más solidaria de la sociedad sale a relucir. Numerosas organizaciones se han volcado con la atención a las víctimas y con el envío de productos de primera necesidad para gente que lo ha perdido absolutamente todo.

Entre estas organizaciones se encuentra Bomberos Unidos sin Fronteras. A través de ella, bomberos de distintas partes del territorio nacional han viajado hasta la zona cero del desastre para colaborar en la tarea de búsqueda y rescate de supervivientes bajo los escombros de los edificios derribados por el seísmo.

En este grupo, seis bomberos gaditanos y cinco perros han viajado con tres vehículos hasta la zona de la cordillera del Atlas para sumarse, junto al resto de equipos llegados desde España, a un trabajo fundamental en las primeras horas tras el terremoto. Las primeras horas son clave para encontrar supervivientes tal y como nos relata Moisés Delgado, jefe del Grupo de Localización y Rescate (GLR) del Consorcio de Bomberos de la Provincia de Cádiz, y uno de los profesionales que acaba de llegar de Marruecos: «A partir de las 24-48 horas, las posibilidades de encontrar a alguien con vida se van desvaneciendo a pasos agigantados. Tiene que ser alguien que se haya quedado en un hueco, pero también tiene que haber un tipo de construcción que te deje el tipo de hueco«.

Ya en casa, reconoce la dureza del trabajo y el golpe que ha supuesto volver a Cádiz sin haber podido localizar a nadie vivo. Las construcciones de adobe y la dificultad del terreno en pendiente han imposibilitado la localización de supervivientes. La palabra frustración marca en parte el retorno, aunque reconoce que «tampoco en esa zona había mucha opción».

En todo este trabajo de búsqueda, el papel de los perros de rescate es fundamental. «El material que hay electrónico moderno para localizar a personas vivas no está ni a la mitad del nivel al que puede estar un perro entrenado», cuenta el bombero. «Los equipos técnicos necesitan muchas cosas, conocimiento, manejo y no tienen la precisión que pueda tener un perro. No es que nos sirvan de gran ayuda, es que es nuestro medio principal para localizar a las personas. Luego ya tendremos todos los medios que se requieran para extraerlas», apunta.

Agradecimiento del pueblo marroquí

Pero la definición de la sensación tras cuatro días de búsqueda sobre el terreno, es agridulce. «Nos volvemos con la sensación de que hemos hecho lo que hemos podido», asegura. Y añade que «nos hemos venido contentos por haber podido ir». También vuelve con el agradecimiento al pueblo marroquí que se ha volcado con los servicios de rescate desplazados hasta allí. «Nos han ofrecido de todo. Nos han ofrecido alojamiento, nos han ofrecido comida. Y eso que nosotros llevábamos de todo y que éramos autónomos para una semana». Recuerda que, estando en la furgoneta, se acercó una niña a entregar un papel en la que alguien ofrecía ayuda, con su número de teléfono apuntado. Nos ofrecían comida. Estábamos comiendo algo y se acercó una niña pequeña con una nota con un número de teléfono para ofrecer su ayuda. Todo el mundo ofreciendo ayuda.

Esa ha sido la forma de los marroquíes de agradecer la llegada de la ayuda internacional. «En el camino de ida de vuelta todo el mundo diciendo gracias. Nosotros ya apurados porque todo el mundo agradeciéndonos y nosotros sin poder hacer nada», añade el bombero.

Los trabajos continúan

Pero mientras unos bomberos han vuelto ya a casa, los trabajos continúan. Hasta Marruecos se han desplazado equipos con distintas capacidades. Tal y como relata Moisés. «en términos profesionales el nuestro es un grupo con capacidad liviana, que es un grupo con capacidad de localización y rescate de víctimas, que somos autónomos y no necesitamos nada del medio ni que las autoridades nos pongan nada». Después, añade hay otros, que «es el nivel medio que es el que ha desplazado la UME o el grupo de la Comunidad de Madrid. Son equipos que llevan más material y más equipamiento y llevan logística para estar allí más tiempo. Se dedican en un principio igualmente al rescate, pero cuando ya pasan las horas, se dedican a ayudar a la población a recuperar cuerpos, a colocar plantas potabilizadoras, montan tiendas de acampada, hospitales de campaña y hacen llegar el material donado». «Es un segundo contingente a hacer una cosa distinta. Tienen una capacidad mayor y más medios de los que podamos tener los equipos nuestros», explica.

De esta manera, aunque los bomberos desplazados desde Cádiz ya han vuelto a casa, otros equipos españoles se mantienen sobre el terreno para ayudar en el inicio del largo proceso que será la vuelta a la normalidad para el pueblo marroquí afectado por la catástrofe.

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