Con 'C' de cádiz

Víctor de la Cruz: «¡El primero en meter en la cárcel a Ruiz-Mateos fue mi padre!»

víctor de la cruz gil. chófer de josé maría ruiz-mateos

Acaba de protagonizar la docuserie 'El chófer', el último gran éxito de audiencia de Mediaset, pero antes, mucho antes, este intrépido gaditano hizo tambalear los resortes de un país que se creía avanzado pero que era puesto en solfa día tras día por un equipo de principiantes ocurrentes

Víctor de la Cruz, en la plaza Ingeniero de la Cierva antonio vázquez
Alfonso Carbonell

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Como suele decirse vulgarmente, Víctor de la Cruz Gil (Cádiz, 21 de julio de 1961) tiene el culo 'pelao' de una vida en la que no ha habido lío en el que no se haya metido; por eso mismo, le da exactamente igual soltar lo que suelta. Tanto resuenan sus verdades que solo ateniéndose a ellas se puede entender que haya vivido muchas veces escondido y alejado del mundanal ruido. Ha visto de todo y eso le da crédito para decir todo lo que piensa. Y, la verdad, hablar con este tipo de personas no está pagado en un mundo donde nadie se expresa libremente por temor a una corrección 'progre' de la que Víctor huye como en sus días huyó de las fuerzas y seguridad del Estado. Y todo por una palabra que él lleva a gala, lealtad.

Víctor es una persona de ley, esa que tantas veces se saltó con tal de que se limpiara el nombre de su jefe José María Ruiz-Mateos, ese que tanto le dio y no menos le quitó. Fue leal a él hasta que la trama corrupta en la que acabó inmersa Nueva Rumasa abrió sus ojos. Emprendió entonces un mundo a caballo entre la depresión y la enfermedad, pruebas que -como él dice- «la vida te pone en el camino para superarlas».

Acaba de protagonizar en Cuatro 'El chófer de Ruiz-Mateos', una docuserie donde deja patente lo sufrido a lomos de un empresario capaz de «acojonar hasta a los de la Eta de lo 'zumbao' que estaba». Cuenta las cosas con la elegancia que requiera el tema a tocar, con la crispación indignada que le despierte el asunto de marras o con la gracia propia de cuestiones más frívolas y proclives al cachondeo. Desarma a quien tenga en frente en cuanto pone la voz de Ruiz-Mateos para contar en su boca alguna de sus incontables historias y se emociona cuando habla de su gente, especialmente de un padre al que tiene como faro de vida pese a que corriera de su luz para ganarse la vida por otros vericuetos que don Emilio de la Cruz le hubiera censurado. Que le quiten lo bailado.

-He disfrutado mucho con su docuserie. Pero mucho, mucho, mucho. Y pese a lo que se podía pensar a priori, lo cierto es que no deja a José María Ruiz-Mateos tan mal por cómo acabó de mancillada su imagen.

-Mi intención no ha sido otra que dejar la figura de mi jefe como lo que fue para mí. Eso sí, si mezclamos la figura de Rumasa con la de Nueva Rumasa entonces salta la bomba. Tengo claro que mi jefe acabó siendo un estafador y si encima doy con familiares de personas que compraron los pagarés, entiendo que se sospeche de mí nada más mirarme. Ahora, eso no tiene nada que ver por lo que yo aposté por él.

-¿Y por qué fue?

-Porque fue una persona a la que le robaron 700 empresas a golpe de metralleta, sin orden judicial y de forma totalmente ilícita. Contra esa injusticia me posicioné en cuanto me lo pidió.

-¿Quién era Ruiz-Mateos cuando usted llega a su vida?

-Ya era el hombre más rico de España. Siempre pongo el ejemplo de Amancio Ortega, que tiene 90.000 empleados y miles de tienda por todo el mundo. Pues imagina que le expropian de la noche a la mañana todo su trabajo. Y eso fue así, orquestado por el Psoe, una banda criminal a todas luces. ¿Y cómo lo orquestaron? Pues muy fácil, a través de sus brazos mediáticos (El País y la Ser), que empiezan a criminalizarlo y a inventarse que se había afincando en Estonia para blanquear. Y así, poco a poco, con esa coletilla todos los días, el gran público comienza a imaginar que está evadiendo impuestos o que tiene el dinero en un paraíso fiscal. Y en cuanto el Gobierno del Psoe da la orden de la expropiación en el 83 nadie se acuerda de la cantidad de empleos creados.

-¿Pero tenía dinero en el extranjero?

-Mi conclusión es que, el que pudiera tener, tardaron mucho en quitárselo. Pero es que el jefe tenía dinero fuera porque se llevó años exportando. Tenía tiendas en Inglaterra, bodegas en América... La capacidad económica que tenía para los operativos que creábamos era importante. Esto no lo puedo decir yo de forma veraz, pero por lo que me contaron mayores como Javier Sáinz podría ser así.

-¿Quién era este Javier Sáinz?

-Era la persona que cobraba única y exclusivamente por dar ideas. Le daban 100.000 pesetas todos los meses para que madurara una idea. Era profesor de universidad y abogado y fue quien diseñó la fuga de la Audiencia Nacional -que consistía en disfrazar a Ruiz-Mateos en el baño de la Audiencia, tirar unas monedas al suelo mientras las recogía una señorita con minifalda y así despistar a los dos policías que tenían que vigilar la salida del empresario gaditano, que huía felizmente montándose en la moto que le esperaba a la salida conducida por uno de sus hijos-.

-Jajaja Un genio. Eso sí, cada vez que hablaba con su jefe a usted le pondría de los nervios, ¿no?

-Ya ves. Date cuenta que si mi jefe se enteraba que Isabel Preysler había ido a Marbella le faltaba tiempo para decirme: '-Víctor, pa'lla'. Y no escatimaba en nada. Estoy hablando de tiempos de cuando montar en avión era para hombres. Ahora vuela todo el mundo a un precio de andar por casa, pero en aquella época volaba la 'jet' y tres más. Pues hablo de que si un ministro iba en tal avión y se quedaba en el mejor hotel, para allá que iba Víctor y a los mismos sitios. Y no sólo yo, en función de la misión, mi equipo también.

-¿Por qué arriesgaron tanto en atacar al gobierno socialista de los Felipe González, Miguel Boyer, Carlos Solchaga y compañía?

-El jefe tenía una obsesión clara. Se puede pensar que era muy visceral o un iluminado, pero yo me pongo en su pellejo y es como si me quitasen mi coche, mi casa, mi negocio y mi vida a punta de pistola. Y eso fastidia, pero lo que más le jodía era ver como otros, socialistas en su mayoría, disfrutaban su coche, su casa y sus negocios. Mi jefe no era violento, la violencia se la creó el Psoe. Le quitaron 700 empresas de 16 sectores de la industria (vinícola, farmacéutica, naviera, alimenticia, banquera...) por la cara.

-Vayamos a los inicios. ¿Cómo empezó José María Ruiz-Mateos?

-Todo empezó con la primera expropiación que sufrió la familia Ruiz-Mateos y por la que mi padre entra a colaborar con el suyo, que era bodeguero minoritario y tenía una finca en los terrenos que Franco concedió a los americanos para instalar la base de Rota en 1961. Pues bien, el padre de mi jefe, Zoilo Ruiz-Mateos, era uno de los principales propietarios. En esa zona no había nada industrial porque fundamentalmente se vivía de las cepas de uvas, tomates, lechugas, cebollas, ganado, patata, pimientos... Y ahí se hacía el vino tintilla, del que el originario era este hombre, Zoilo, que hasta ese momento lo que hacía era una pequeña distribución comarcal. Entonces, cuando llegan los americanos Franco manda al cuerpo jurídico de la Armada a supervisar el proceso de expropiación para que se cumpliese el justiprecio con los afectados. Y uno de los principales propietarios era Zoilo, que le dan 300.000 pesetas de aquella época.

-¿Y qué papel tuvo su padre?

-Mi padre era jurídico de la Armada y tenía la misión de no agravar más la situación de los expropiados, con los que tenía que esperar un plazo para que cada uno de ellos pudiera irse con la última cosecha hecha. Uno de ellos, Zoilo, se dirige a mi padre para decirle que no se siente satisfecho con lo que le habían saldado y mi padre le consigue 65.000 pesetas más. En total, 365.000 pesetas que en esa época era muchísimo. Tanto, que la familia se instala en Jerez y monta la primera bodega (Zoilo Ruiz-Mateos) con el principal vino de ellos, que era de tintilla, al que le llamaron Don Zoilo.

-He ahí el comienzo del emporio de la familia.

-Efectivamente. Pero de los cinco hijos de Zoilo al que ya se le veía más despierto, espabilado y más pícaro era José María. Él siempre decía que estaba motivado por su signo zodíaco, Aries.

-¡Es verdad, es verdad! Menuda paranoia manejaba con el tarot, ¿no?

-Uff. Sólo puedo decir que el Aries es un hdp (jajaja). El jefe siempre iba con una tarjeta de compatibilidades y antes de negociar con cualquier persona le preguntaba su signo. Un ejemplo, si le respondía Leo y veía que chungo, le soltaba (Víctor imita al que fue su jefe de una manera muy graciosa): '-Hooombre, que buena cara tieeeeeenes, que guaaaaapo ereeeees, pero hasta aquí hemos llegado'. Y cogía y se iba.

-Jajajajajaja. Decíamos que su jefe era el más vivo de sus hermanos...

-Tan vivo que se metió en el Centro Regulador del Vino de Jerez y se hace con el listado manuscrito de importadores de vinos. Y con ese listado se dirige a todos los importadores de vinos ofreciéndoles más y mejor calidad a menor precio con lo cual todos aceptan. En Inglaterra no se podían hacer contratos comerciales más largos de cien años con lo que firmó con todos uno de 99. Y ya con el contrato, lo que hizo fue irse a todos los que previamente les vendían el vino a los ingleses para comprarles la uva y ser él el que los vendiese a partir de ese momento.. Imagina lo que pensaron los González Byass, Domecq, Terry, Osborne.... Les quitó todos los clientes y el vino que vendían a 10 se lo tenían que vender a él a 5 porque no les quedaba otra cosa que tirarlo por la alcantarilla.

-Estos orígenes recuerdan mucho a un coetáneo suyo como fue Jesús Gil, que comenzó tirando de picaresca pintando camiones en un garaje para simular que eran nuevos y luego venderlos. Pero esto que me cuenta de los vinos no ha salido en la docuserie, por ejemplo.

-No ha entrado todo, no. Como tampoco ha entrado lo del robo del botafumeiro, que fue graciosísimo. Lo ponen en el índice y en la cronología, pero luego no lo pusieron cómo fue.

-¿Y cómo fue?

-Todo parte, otra vez, de la cabeza de Javier Sáinz, que estaba leyendo constantemente la prensa y ve que con ocasión del año Xacobeo se van a concentrar en la catedral de Santiago todas las personalidades del país, comenzando por toda la Casa Real y acabando por todo el Gobierno. Teníamos a todos juntos y, para colmo, mi jefe acababa de ganar una sentencia de unas empresas que había recuperado de Rumasa pero que el Estado las había recurrido. Y claro, el efecto mediático iba a ser bueno. Lo llama Sáinz y mi jefe. '-Dime, Javier. ¡Quééééééééééé buueeeeeeenoooooo! ¿A ver qué dice Víctor?'

-Jajajajajajajaja Ya está Víctor haciendo el Camino, ¿qué no? ¿Cómo se llevaba con el Javier, el 'ideítas' este?

-Bien, bien, pero sabes qué pasa, que igual me encontraba yo en Marbella haciendo otra misión y me llamaba justo mi jefe para darme otra. Yo le decía, 'pero jefe, que ya lo tengo casi pillado (al que fuera)'. Y me respondía. '-Noooooo te preocuuuuuuuuuupes; ya lo retomamos otro dííííííia'.

-Jajajjajajaaja

-Claro, me daba cantidad de coraje porque cuando ya lo tenía pillado al personaje de turno me llamaba para decirme que me fuera a robar el botafumeiro como si nada. (Jajajajaja)

-Jajajajaja Bueno, y llega a Santiago. ¿Cómo es la operación?

-Javier le dijo a mi jefe que lo mejor para darle al gobierno era que no hubiera humo y para eso lo mejor era robar el botafumeiro. '´-¿Y eso se pueeeedeee?', preguntaba mi jefe. Y ahí es donde aparecía Víctor.

-Jajajajaja

-Yo le decía: '-¿Que yo me meta en la Catedral de Santiago a robar el botafumeiro? Eso es complicado, y más esos días, jefe'. '-Bueeeeeeeeeeeeeeeenoooooo, tú eres valieeeeenteee', me respondía. Pero es que además eso podría ser relativamente fácil cualquier sábado del año, pero no precisamente ese en el que había cantidad de cuerpos de seguridad. Además, no hay que olvidar que el país estaba en alerta máxima de seguridad por ETA. Total, que yo me voy una semana antes para estudiar la situación. La idea era mangarlo justo después de las siete de la tarde del sábado porque el acto era el domingo a las doce de la mañana.

-Vamos, que tenían un par de horitas como mucho para llevárselo.

-Efectivamente. Si ya durante la semana había un movimiento importante del operativo policial, imagina qué no habría durante ese fin de semana en la plaza del Obradoiro, que apenas tiene salidas y en donde se iba a concentrar la plana mayor del poder nacional. Ya el sábado vamos a por el Botafumeiro, que estaba ardiendo después de la misa de tarde del peregrino. Vimos que robarlo era imposible, entre otra cosa porque lo llevan entre dos monjes y tú imagina que salimos por mitad de la plaza tomada por la policía con el botafumeiro. En fin... Era inviable porque sabíamos de sobra que íbamos presos, pero sí podíamos esconderlo. El botafumeiro original se esconde en el museo, pero está en una urna de cristal metido y si lo coges te pueden meter 30 años. Así que fuimos a por el de latón, que es el que se usa. Entonces, cuando por fin accedimos al patio en el que lo dejan, con nuestros respectivos tickets que sacamos, lo cogimos y nos lo llevamos a un sitio que está en el sótano de la catedral y que se baja por unas escaleras auxiliares de piedras antiquísimas. Allí lo dejamos y a toda prisa porque a las ocho cerraban el museo. De hecho, me parece que el que tenía todas las llaves de la catedral y que cerraba era el abuelito que después robó el Códice de la Catedral. Una vez que salimos, lanzamos un comunicado diciendo que lo habíamos robado. Lo descubrieron por el rastro del humo que subía de las escaleras. Nos pusieron en búsqueda y captura y me fui a Portugal. A la policía le dijeron que tenían que coger a un tipo alto con bigote que se llama Pedro Reyes

-Jajajaja ¡Pero ese era el humorista!.

-Sí, sí, es que entre ellos me llamaban así los hdp. En parte podía entenderlos porque yo para ellos era un malnacido porque por mi culpa tuvieron que dimitir jefes de policía, despedir a cargos importantes de la guardia civil, funcionarios de seguridad comunes. Por ejemplo, el día de la fuga de la Audiencia Nacional, que coincide con un juicio al comando Vizcaya. Supongo que a los dos que estaban vigilando a Ruiz-Mateos y que se despistaron mientras le veían las bragas a la señorita no les haría mucha gracia mi persona. Pero no contento con ello, luego me invento un atentado terrorista -un accidente ideado e impostado para darle publicidad a la campaña electoral de su jefe e incriminar al Opus Dei-...

-A ver, hasta cierto punto era lógico que los policías no llevasen muy bien el pitorreo que se gastaban con las fuerzas del orden público.

-Claro, claro. Y todo, en alerta máxima terrorista. Pero es que me voy a ver la casa que se ha comprado Felipe González y me veo que en frente hay un cartel de SE ALQUILA. ¡Eso es un fallo de seguridad total y absoluto con el país en alerta máxima! Ojo, en una urbanización. Yo tenía antecedentes con ellos, que lo que querían era matarme

-Y esa gente mató, ojo.

-Hoy en día tengo una dentadura nueva. Y me he llevado toda la vida con bigote de la que me dieron tras el atentado que nos inventamos, entre otras. Eso tampoco lo he querido decir en televisión por no dar una imagen de víctima y que la gente pudiera decir: '¡Te tendrían que haber dado más, cojones!'

-Jajjjajajajajajaajajajajajaja No hombre, no.

-Claro, joe. Muchos me podrían decir, '¡es que fíjate las que estáis formando! Habéis ido a recochinearos de la policía con esto, con lo otro y cuándo te dan un bofetón, ¿te enfadas? Hombre, no'.

-Cuando habla de las misiones que tenía que hacer lo suele hacer siempre en plural. ¿Era siempre el mismo equipo? ¿Cómo funcionaban los operativos? ¿Qué clase de gente lo formaba?

-Yo tenía que ir contratando a delincuentes para unas y otras misiones y era yo el que las dirigía luego. Porque yo no sé entrar a robar en una casa, pero el jefe me pedía entrar en un domicilio para coger unas fotos que le podían interesar y yo ya me encargaba de marcar el operativo.

-De hecho, en una de esas pillan en el Tribunal Supremo a uno del equipo cuando estaba robando un secreto de sumario. ¡Y lo pillaron gracias a el intento de golpe de estado en la URSS contra Gorbachov!

-Es que esa es otra; entonces el Supremo lo controlaba la Guardia Civil y si no es por las escuchas que activan ese día debido al golpe en Rusia nos llevamos el secreto de sumario. Imagina la burla al sistema que hubiera supuesto eso. ¡Llevarnos un documento tremendo sacado del estamento judicial más alto del Estado!

-Es que la verdad que la seguridad del país era de chichinabo... Lógico sería el cabreo de los agentes, pero más lógico sería la indignación del resto de españoles. ¿En qué manos estaba nuestra seguridad para que un delincuente de medio pelo entrase como Perico por su casa en el Supremo y se pudiera llevar documentos oficiales? ¿En qué cabeza entra eso?

-Totalmente. Y no solo eso, no era solo un nota, éramos tres los que habíamos entrado durante tres meses en el edificio con documentación falsa de abogado para ver de qué manera se podía quedar dentro uno y robar el sumario. (Aprovecharon una mudanza en el mobiliario para quedarse uno dentro de un armario cuando cerrase el edificio).

-Contento tenían también a la Guardia Civil...

-En los cuerpos se seguridad había muchos de los antiguos grises, pero había mucho policía al servicio del Psoe y trabajaban para intereses del partido únicamente, Un ejemplo que los retrata fue el famoso caso Arny, en Sevilla.

-Explique.

-Muy fácil, el gobierno socialista acababa de tener dos sentencias muy duras en contra como fueron Filesa y el Gal. Pues bien, hicieron de un pequeño indicio de una sospecha una macrocausa y lo engordaron de tal manera para masacrar al colectivo homosexual y desviar la atención de los otros dos casos que habían dañado al gobierno. Todo eso lo orquestó el Psoe, concretamente, Manuel Chaves. Por eso, me hace mucha gracia la gente que vota al Psoe por el mero hecho de ser homosexual. 'Mira, picha, tú podrás ser lo que quieras, pero si votas al Psoe eres idiota porque con lo que hicieron con el caso Arny... Metieron a más de 80 personas que ni pisaron ese bar; mancillaron sus nombres por el mero hecho de ser gay y famoso o amigo de estos. Todos salieron absueltos, pero quedaron marcados.

-Echemos a un lado a Ruiz-Mateos por un momento y hablemos de usted hasta que su trayectoria la vuelva a unir al que fue su jefe. ¿De dónde es su familia?

-Nosotros somos seis hermanos, los tres mayores nacieron en San Fernando y los menores nacimos en Cádiz. Mi padre era jurídico de la Armada y trabajaba en Rota. Él había hecho dos carreras a la vez; Derecho y la Escuela de Periodismo.

-Andá, un colega.

-Mi padre, Emilio de la Cruz Hermosilla, fue director de Diario de Cádiz, presidente de la Asociación de la Prensa (APC) y director de Radio Juventud. Él era de La Isla. A raíz de la expropiación de los terrenos de la base de Rota decidió ejercer como abogado por lo privado. También trabajó un periódico en San Fernando, no me acuerdo el nombre, y en Cádiz entró a trabajar en Radio Juventud, hasta que Federico Joly lo eligió como director del Diario de Cádiz, donde estuvo catorce años, desde el 61 al 75.

-¿Qué le gustaba más a su padre; el Derecho o el Periodismo?

-Mi padre era un hispanista tremendo. Estuvo condecorado por siete países hispanoamericanos. Lo que sentía por Hispanoamérica lo llevaba a su vida. Recuerdo que muchas veces venían estudiantes universitarios que venían a Cádiz becados y sin familia y mi padre les daba cobijo para pasar las fechas de Navidad con nosotros o fiestas populares. Era un amor lo que sentía por esa tierra que lo demostraba con sus actos. Recuerdo con mucho cariño a Fernandito Sousa viniendo a casa a comer con su bicicleta e invitado por mi padre. Y como él, muchos otros más. Mi padre escribió muchísimos libros, entre otros, la historia de Fidel Castro, del general Trujillo... Era miembro del Instituto de Cultura Hispánica que presidía Alfonso de Borbón, el duque de Cádiz. De hecho, entre sus logros para la APC está el conseguir que se editara en Cádiz la Hoja del Lunes y el Diario Oficial de la Provincia (BOPCA) y con eso logró una financiación que, hoy en día, es el patrimonio que tiene la Asociación. Hasta que llegaron los progres...

-Olé, se pone esto interesante. Más si cabe.

-Claro, porque mi padre era un hombre de su tiempo y de su época, pero como lo eran Lola Flores y lo era Paco de Lucía, que según estos rojos también sería franquista porque como nació en tiempos de Franco y ejerció como el mejor guitarrista del mundo con Franco, que les concedió la Medalla al Mérito. Y como ellos, todos los que trabajaron en su día en tiempos de Franco y que por hacerlo bien en lo suyo recibieron una medalla al mérito de manos del dictador. ¿Qué pasa? ¿Que todos eran fascistas y no sé cuántas cosas más?.

-De acuerdo a tope. Eso sí, con los suyos no tienen tanto miramiento. Solo hay que ver el emporio que creó Polanco bajo el abrigo del gobierno franquista con los libros de educación. Anda que no ha habido casos de esos en el socialismo. Volvamos a su padre, ¿cuándo falleció?

-Falleció con 68 años, en el 93. Ahora se cumplen 30 años. Él era un hombre muy querido y un padre ejemplar. Jamás nos puso una mano encima; sólo a mí de vez en cuando tenía que castigarme. Eso que decían del cinturón y demás no era así para nada. Lo que sí había en casa era un arma letal que era la zapatilla de mi madre. Porque todos nosotros venimos del matriarcado. Era lógico que en las familias numerosas el padre se fuera a las 9 de la mañana y llegase a las 9 de la noche. Entonces quien mandaba en casa eran nuestras madres, que eran las que nos vestían, nos duchaban, nos llevaban al colegio y nos ponían a hacer los deberes. Eso sí, había una frase letal para que hiciéramos caso llegado el caso y esa no era otra que 'cuando venga tu padre te vas a enterar'. Entonces ya sí que comenzábamos a funcionar con la tarea que fuese que nos hubiera mandado (risas).

-Como está mandado, habla de sus padres con los ojos vidriosos. Cuénteme cómo era su padre.

-Mi padre era una persona muy intelectual, un tipo muy ilustrado. Los cuentos que nos contaba de pequeño eran del tipo Cristóbal Colón, pero nos iba contando el descubrimiento de América pormenorizadamente; quiénes eran los hermanos, qué se descubría además de la tierra, qué significa aquello en su totalidad... Él adecuaba a nuestra edad las historietas que iba sacando del libro y se explayaba con ellas más allá de lo que decía la obra para acercárnosla más a nuestro gusto. Aprendimos muchísimo de la historia de España y de Sudamérica gracias a él, que era nieto de cubano y bisnieto de puertorriqueña. Era un enamorado de todo aquello. Y en parte lo era gracias a mi abuelo Antonio, que también fue una persona muy querida en San Fernando, donde la gente pidió que le hicieran una calle, la de Antonio de la Cruz, que está al lado de la Ardila. Gobernaba el Partido Andalucista y se la hicieron de aquella manera y a regañadientes, pero no donde la gente pensaba que se lo merecía, la verdad.

-¿Qué fue su abuelo?

-Él era médico de la Armada y fue director del hospital de San Carlos. Vivía en la calle Real y cuando salía del trabajo tardaba tres horas en llegar a casa porque todos los vecinos le paraban. Que si 'don Antonio, que mi hijo le pasa eso', que si 'don Antonio, que mi marido tiene fiebre'. Y él , que era muy picarón, ayudaba en lo que podía pero también se alimentaba de lo que hacían las vecinas en casa porque no vea como olerían esas ollas. Él salía a las dos del hospital y esas habichuelas o lo que fuera era el pago de la época por su visita totalmente desinteresada (jeje). Era un médico del pueblo y luego el pueblo presionó al ayuntamiento para reconocer la figura de mi abuelo con una calle. Ya el PA, pues lo típico de que si era militar de la Armada y que si era de derechas, que si blablabla; al final le puso la calle lejos del centro, que era donde la mayoría de la gente pidió.

-¿Cómo fue su niñez en Cádiz?

-Estuve hasta los 14 años, que me fui a Madrid en 1976. Empecé a estudiar en San Felipe Neri, pero algo ocurrió que mi padre nos sacó a los cuatro y nos llevó a Salesianos.

-Dudo que no sepa lo que ocurrió.

-No enteramos después, ya con una edad, pero en el momento éramos unos niños y ni se nos dio explicación. Pero resultó que a mi hermano mayor lo sacaron un día del colegio y lo llevaron de ejercicios espirituales a un centro que el Opus Dei tenía en Bahía Blanca (Club Gadir). Y pasó que cuando lo contó en casa y mi padre se enteró no le gustó nada que ni tan siquiera hubieran pedido permiso a sus padres. Al día siguiente de enterarse fue al colegio, habló con el director y nos sacó a los cuatro. Recuerdo que a nosotros nos frustró porque teníamos a los amigos, el fútbol y demás. Mi padre era de derechas, pero tampoco un beato. Era cristiano, iba a misa y era una persona tradicional, pero que sin su permiso ni nada se sacase a su hijo del colegio y se lo llevaran a rezar como que no. En aquel momento mi padre era una autoridad en Cádiz porque además era el director del Diario y hasta gobernador civil (risas) y tan pronto como se los llevó le dijo al director que sus hijos no pisarían más un colegio marianista. Al que más le afectó fue a mi hermano Emilio, que por decirlo de algún modo fue el que se chivó. Mi padre sería muy conservador, pero ante todo era un liberal de pensamiento.

-Me extraña esa asociación entre Marianistas y opusinos, pero sí, recuerdo que por los 80 el Club Gadir tenía mucho tirón. Yo llegué a ir hasta que me pararon un partido de fútbol a las doce para rezar el Angelus y le dijimos a mi padre que ya no volvíamos más. Tampoco llamaron para que volviésemos, la verdad (risas)

-No sé cómo estarán ahora las relaciones, pero esto pasó hace 50 años y entonces eran todos uñas y carnes.

-¿Y cómo le fue en Salesianos? Buen patio, también, sí señor.

-No olvidaré nunca que el director era el padre Caballero y una de las cosas que nunca se me olvida de lo que me dijo mi padre es que a un cura nunca se le besa la mano. Y es que allí lo típico era que los niños, mientras jugaban en el patio y se paseaba el cura, con su sotana y todo, se parasen y le besasen la mano. Esto lo dijimos en casa y otra vez mi padre sentenció en casa: '-A un cura no se le besa la mano nunca'. Y repito que era de derechas, conservador pero ante todo tenía un sentido muy liberal de las decisiones. 'Mis hijos harán lo que quieran, pero por obligación nada de nada'., decía Allí estoy hasta 8º de básica, que no apruebo, y me mandan a Formación Profesional, a la rama de electricidad.

-Le coge la muerte de Franco en Cádiz.

-Así es. Y a mi padre de director del Diario. Imagínate, Franco estaba ya con los tubos metidos y mi padre, bueno, mi padre y todos los periódicos del país, estaba preparando un mega especial con la muerte del dictador; sus efemérides, su trayectoria, artículos de todos los colores... Mi padre admiraba la figura de Franco como militar profesional; que un tipo con 33 años por mérito de guerra fuera el general más joven de Europa y que con un 1,64, que era un pigmeo, llegase a lo que llegó era para admirar desde luego. Como Blas de Lezo y toda esa gente. Sería chiquitito, pero tenía más cojones el hdp.

-Coincide ese año con el último de su padre al frente del Diario.

-Así es. Ya entonces se veían movimientos y mi padre los notaba. Los hijos de Federico Joly, que ya estaba mayor y con el que mi padre tenía una gran relación, se comenzaron a juntar por Isecotel con Antonio Blázquez, Felipe González, Alfonso Guerra, Carmen Romero...

-Poco menos que los de la foto de la tortilla y su entorno.

-Eso es, pues entre esos, aparece un tipo que se llama Augusto Delkáder.

-Acabáramos. Imagino por donde van a ir los tiros.

-Y entonces, ya los hijos de Federico Joly, le dicen a mi padre que le van a poner a un subdirector, que sería este Delkáder. Mi padre habla con el dueño y le dice que qué es esto de que le pongan a uno al lado, pero Federico le dice que ya son sus hijos los que llevan la gestión y que él poco podía hacer con todo el dolor de su corazón. A esto se le unió que mi hermano Emilio empieza a estudiar Periodismo y las primeras prácticas las hace en el Diario, estando mi padre de director y Delkáder de segundo. Resulta que mi hermano cubrió una regata Cádiz-Ceuta en lo alto de un barco y mi padre ve que el Augusto este descarta todos los artículos de mi hermano y no los publica con el fin de buscar un enfrentamiento con mi padre, que se fue a hablar con el dueño para ver qué pasaba. Y efectivamente, Federico le dice que se va a cambiar la línea editorial porque con la muerte de Franco hay que darle una vuelta al Diario. Y para terminar bien, mi padre pidió salir previo un acuerdo de indemnización alto, que fue lo mejor que hizo porque se compró un chalet en Valdelagrana y una casa en Madrid al lado del Bernabéu, que es donde vive mi madre, a la que por cierto no tuvieron ni el detalle de invitarla a un vinito en la fiesta de la celebración de los 100 años del Diario en representación del que fue su director durante catorce.

-Interesante esto que me cuenta. Bueno, y dónde prosigue sus estudios.

-Mi padre nos coge a todos y nos lleva a Madrid; otro palo que nos da la vida porque ya teníamos todos nuestras pandillas. Yo tenía 14 años, esa edad efervescente que todos tenemos. Y antes no es como ahora que te puedes seguir hablando con los amigos por el móvil; no, no. Antes perdías a los amigos directamente y tenías que hacer otros. A mí me metieron en los Salesianos de Atocha, donde estoy un año más haciendo la FP de electricidad. No te voy a decir que me echaron del colegio, pero sí que me invitaron a marcharme. Yo aguantaba el genio por lo que era mi padre. Date cuenta que éramos cinco hijos, todos con sus estudios y carreras, y yo, que siempre digo que en mi casa había cinco garbanzos negros y uno iluminado (risas).

-¿No le gustaron los libros nunca?

-La verdad que nunca tuve esa inquietud ni ese interés. Siempre he estado rodeado de gente muy puesta intelectualmente, por lo que decía a menudo que para qué voy a aprender yo teniendo a gente lista al lado (risas).

-¿Por qué le invitaron a marcharse?

-Yo hacía electricidad y a una mesa de madera le metí pulsadores y un montón de bombillas de colores. Todo eso lo monté en el taller y me di cuenta que podíamos hacer una fiesta y le pedí permiso a los curas, que no me conocían de nada aunque desde el comienzo me veían con acento andaluz y siempre de cachondeo. Eso fue al principio de curso, y ya a mediados se dieron cuenta que yo no iba a ningún lado con ellos.

-Y deja los estudios. ¿Cómo se lo toma su padre?

-Le digo que no quiero seguir estudiando y él intenta un poco encauzarme a través de una academia para que haga mecanografía y contabilidad con la intención de poder meterme en un banco de un director amigo suyo. Pero yo no me veía con esa mentalidad de gadita, esa de ser funcionario, trabajar de 8 a 3 y no querer saber más del trabajo. Yo no tengo esa inquietud; yo necesito movimiento. Así que con 16 años le digo que dejo de estudiar y que voy a empezar a trabajar.

-¿Y cómo gana su primer dinero?

-Mi padre compró la cabecera de un periódico económico que se llamaba Economía Mundial. Esa revista era de suscripción y allí trabajé con el tema administrativo hasta que a los 20 años la Armada me llama para hacer el servicio militar en San Fernando. Para mí fue una ilusión tremenda.

-¿Puede que sea la primera persona no militar que me diga eso de que le hacía ilusión hacer la mili?

-Pero es que para mí era volver a mi tierra, estar con mis viejos amigos y con gente que conocía de vista de toda la vida al tener todos 20 años. Habría gente que no conocía, pero Cádiz es Cádiz. Fue un reencuentro.

-¿Y cómo le fue?

-Me pasé toda la mili arrestado. Pero aun así tengo buenísimos recuerdos. De hecho, siempre se lo digo a la hija de mi mujer, que a veces me ve hablar o debatir de forma muy visceral con según qué temas y se indigna. En el racho nº7 había un chico homosexual, pero además de esos que iban gesticulando claramente. Te estoy hablando del año 81. Pues bien, lo nombramos cabo rancho. Era un chaval encantador y cariñosísimo. Vamos, en todas las fotos que tengo siempre estamos juntos de lo bien que nos llevábamos. Conmigo y con todos. Porque en la mili hicimos todos piña. En nuestro rancho había canarios, vascos, de todos lados; y si nos tocaban a uno nos tocaban a todos. Nuestro rancho era nuestro rancho. Puede que ahí entendiera más aún el valor de la lealtad. Eso sí, el pelearme con la gente suponía quedarme arrestado. Además, en esa época comenzamos a fumar porros. Había sacado la cocacola una botella de dos litros con forma de bombona y por entonces mi padre trabajaba para Ron Bacardi, que le solía mandar a casa botellas de blanco y añejo. Tuve la suerte de hacer la mili con mi hermano Javier, que era universitario y había pedido una prórroga para que así coincidiríamos los dos por decisión de mi padre para que así estuviéramos juntos. Y era mi hermano el que nos traía el ron mezclado con cocacola en las botellas de dos litros cuando él salía de permiso. Había que verlo entrar en el cuartel con su petate cargado (risas). Yo le decía: '-Si yo estoy aquí preso, tú me traes ron'. No veas las papas que nos cogíamos los que nos quedábamos.

-Las imagino, las imagino. ¿Por qué le arrestaban?

-Una de ellas fue por hacer la caricatura de todo mis mandos superiores durante un examen técnico de marinería que nos hacían para dejarnos salir o no de permiso. Entonces me llamó el comandante, que nunca se me olvidará su nombre, don Manuel Cela Muruais, y me dice que me van a mandar a los calabozos del cuartel general de la Armada en Madrid. Ya allí, me llama el almirante Elvira, compañero de mi tío Manolo, que era coronel de infantería de Marina. Se presenta allí con todos sus galones, impresionaba. Me recuerda que lo que tendría que hacer es honrar a mi familia, a la Armada y no sé cuántas cosas más y me manda al Centro Español de Estudios de la Defensa Nacional, en el Paseo de la Castellana, donde están los tres ejércitos y donde se hacían guardias de 24 horas. Me agobié. '¿Que yo he venido otra vez a Madrid después de estar en Cádiz? Eso no puede ser', me dije. Y en la primera noche me tienen que buscar porque no estaba ni el marinero, que era yo, ni la zeta (el arma reglamentaria con la que se hacía guardia). Y que no estuviera el marinero podía dar hasta cierta parte igual, pero que desapareciera la zeta con 30 balas ya sí era un problema. Total, que aparezco al final y me mandan de nuevo al cuartel general de la Armada a San Fernando. Y cuando me lo dicen aparece el almirante Elvira y me suelta: 'Quillo, ¿tú eres tonto? Estamos haciendo esto para hacerle un favor a tu padre!'

-¿Alguna cosita más de la mili?

-Lo último fue cuando me mandaron al Consejo Supremo de Justicia Militar, donde se estaban haciendo las vistas de las causas del 23F. Yo entré en la mili en el año 81 en julio, pero en febrero había sido el intento de golpe de Estado. Así que de pronto me veo en un organismo oficial donde todos son almirantes, ministros togados y demás altos mandos. Veía pasar por allí a Armada y muchos otros implicados en el golpe. Yo estaba allí haciendo fotocopias después de cada careo y me entregaban un montón de papeles que iban sellados como SECRETO DE ESTADO o ALTO SECRETO, no me acuerdo bien. Y yo, un carajo alto secreto. Esto, 'pa' mi padre, que como escribía en El Alcázar, en El Imparcial, ABC, en el Ya, casi todos periódicos conservadores, seguro que le iba a interesar. Le llamo y le digo que tengo unos documentos fotocopiados que le vendrían muy bien para sus informaciones. Cuando se los entrego me echa una bronca tremenda, que cómo me atrevo, que si eso es traición, que si esto que si lo otro. Y le digo, '-Escucha, ¿los quieres o no?' Yo era muy joven y ni entendía qué decían todos esos papeles; además eran un coñazo, pero para una persona como mi padre era lo más importante de ese momento porque se estaba investigando quiénes estaban detrás del golpe. Y todo eso le encantaba a mi padre, que cuando le entregué los papeles me dijo, 'pero Víctor, hijo, ¿cómo haces esto?' y yo le contesté: '-Papá, esto hay que hacerlo por España'. Y me lo gané. Eso ya le sirvió de referencia para saber muchas cosas de lo que estaba pasando y que todo el mundo quería saber.

-Jajajajajajaja. Vamos, que aquello fueron sus primeros pinitos para lo que luego se dedicaría a hacer para José María Ruiz-Mateos. Acaba la mili y qué hace.

-La mili fueron 18 meses y cuando salgo con 22 años lo que ya quiero hacer es trabajar. Entonces había muchos pubs abiertos. Decido trabajar en la hostelería, cosa que mis padres no querían ni en pintura. Terminaba de trabajar a las dos de la mañana, pero eran bares de días donde se combinaban las tapas con los cubatas.

-La famosa movida madrileña. ¿Qué me dice del profesor Enrique Tierno Galván?

-Te diré dos cosas; primero que puso al mejor Madrid de la historia para los jóvenes. Es que con 20 años que teníamos este tipo nos trajo a David Bowie, Tina Turner. Ian Dury... Y todos gratis. Recuerdo mogollón de gente en el Auditorio de la Casa de Campo, en el Paseo de Camoens... Fue increíble. Dicho eso, como político demostró ser un hipócrita asqueroso porque muere en el Hospital Ruber Internacional. ¿No era un socialista que estaba con la gente del pueblo? Pero si hasta el mismísimo Francisco Franco, que fue el que levanta en el 64 el hospital La Paz en honor a los 25 años de paz en el país, murió en uno de la Seguridad Social. Eso son las cosas de esta gente. Si me preguntas con 20 años sobre Tierno Galván, qué te voy a decir con lo que nos trajo, pues que era el crack de los cracks; ahora bien, si te paseas con el pueblo, si le das a los porros con los jóvenes y luego te vas al Ruber cuando te pones malo, pues como que no eres de fiar.

-¿Por dónde vivía en Madrid?

-Vivía por Cuatro Caminos, frente al cuartel de la Guardia Civil. De hecho asistí a un atentado que se produjo a las siete de la tarde cuando la Eta puso un bombazo y en donde murió un niño al que iba paseando su padre. Yo iba cambiando de bar en bar porque había cantidad que se iban poniendo de moda pero en el 86 me vuelvo a Cádiz porque me llama un colega (Juan Pérez de Guzmán y su hermano Luis) que había montado un negocio, el mejor de la historia de Cádiz.

-Sorpréndame.

-El callejón del Tinte, donde poníamos música en directo. Durante el día había música y tapas y por la noche solamente copas. El callejón estaba atestado de gente porque se puso de moda y el ambiente llegaba hasta los bancos de la plaza de Mina. Además, era carrera oficial de la Semana Santa y cuando pasaban las procesiones era super bonito porque apagábamos las luces y todo el mundo calladito viendo pasar las imágenes con su cubatita. A pesar de ser un bar de copas y música, se hacía todo de forma muy respetuosa.

-Igualito que la juventud que llegaría más tarde, que se cargó el paso de las procesiones por ahí debido al ruido del botellón.

-Pues para nuestra juventud, o la que paraba por ahí al menos, nos resultaba muy entrañable ver pasar las procesiones por el callejón con todo el bar apagado.

-Me da que había más educación que ahora.

-Posiblemente, sí. Es que incluso en mi época unos a otros nos llamábamos la atención para mantener el silencio en el caso de que alguno estuviera rompiéndolo de una forma escandalosa o con un tono de voz que faltaba al decoro del momento. Y se decía con sentimiento. 'Oye, que mira quien viene, joder' (en alusión al paso de marras). Se me pone hasta la carne de gallina de recordarlo, ese olor a incienso que llegaba por la calle... Entonces había un rigor y un respeto que venía de casa.

-¿Y hasta cuándo se pasa en ese bar?

-Hasta el año 89, que vuelvo a Madrid porque a mi padre le habían dado siete años de vida por un cáncer. Al final falleció en el 93. Sobre todo volví para echar una mano a mi madre al ser yo el único que estaba soltero; yo era un poco bandarra, tenía mis novietas pero nada serio así que volví a Madrid por la situación que se acababa de crear desgraciadamente.

-¿Y cómo es el reencuentro con su padre a nivel laboral?

-Él aún estaba más o menos bien pero ya débil. Y preocupado por mí, por mi futuro, ya que todos los demás hijos estaban ya colocados o bien encaminados, me dice: '-Víctor, ¿y tú qué vas a hacer?' Y yo: '-Papá, yo lo que tú me digas'. Yo, es verdad que no tenía fuentes de ingresos y demás, pero sabía ganarme la vida. Vamos, que yo en verdad no estaba preocupado por mí, lo estaba por mis padres, que veían mi futuro un tanto incierto porque ellos no se fiaban de la hostelería y de lo que trae la calle. Así que como mi padre no me veía ubicado, llamó por teléfono a una persona y me pide que lo acompañe a una reunión con un empresario amigo suyo que me quería conocer.

-Ruiz-Mateos.

-Sí, pero yo no tenía ni idea de a quien iba a ver. Ni puñetera idea. Yo le preguntaba por el nombre y mi padre me decía que me iba a gustar. 'Además es de la tierra', me comentaba de camino al hotel Castellana. Si ya de por sí yo le tenía respeto y admiración a mi padre, imagina en ese momento sabiendo que le quedaba poco de vida. Por tanto, que lo que él me dijera o me pidiera, a misa que iba. Y cuando llego al sitio y veo al hombre, que es el tipo que llevamos viendo todos los días en la tele y los periódicos tras la expropiación de Rumasa, me quedo de piedra. Además, yo lo conocía muy bien a nivel público porque mi padre escribía mucho sobre él y todos los días había en mi casa cinco o seis periódicos. Aquí retomo la relación que mi padre mantuvo con el padre de José María a raíz de la expropiación de los terrenos para la base de Rota y más adelante, ya con mi jefe, debido al robo del listado de los exportadores de vino y por el que iban a meter en la cárcel a Zoilo, padre de mi jefe y a efectos, dueño de la bodega que había robado el listado. Eso fue mediados los 60, que José María llama a mi padre para decirle que han detenido a su padre por el robo de toda la clientela. Entonces mi padre fue, como abogado, a hablar con el juez y consigue que a cambio de dejar salir a Zoilo, su hijo José María debía entrar en prisión. O sea, que la primera persona que mete en la cárcel a Ruiz-Mateos fue mi padre, que le dijo a mi jefe: '-Oye, saco a tu padre de la prisión, pero tú 'pa' dentro' (risas).

-Jajajajaajaja

-Ya ves qué cosas. Mi padre fue el primero que metió a mi jefe en la cárcel.

-Bueno, así se iba acostumbrando. ¿Y cómo fue la reunión con Ruiz-Mateos en el hotel?

-Yo pensaba que como tenía tantas empresas pues que me daría un trabajito delante de un ordenador o parecido. Vamos, que sería un empleado más del montón. Mi padre se va y me deja solo con él. Y yo, joven como era, pues acojonado. Yo qué sé, era como si te ponen a hablar con Amancio Ortega ahora y con 20 y pico años. Y me dice: '-Me han dicho que ereees valieeente, que eres entregaaaado, que eres buenaaaa persooooona, que eres tal y cual. ¿Qué signo eres?' -Cáncer, le respondo. '-Ohhhhh, maraaaaavillooooosooooosoooo. Eres déééééébil, endeeeeeblee'. Vamos, que los cáncer somos una puta mierda.

-Jajajajajajajajajaja Pues ya somos dos.

-Sí, sí es verdad, porque su hijo José María también es cáncer y no le ha ido bien. Los cáncer somos buenas personas; podemos tener nuestros arranques viscerales, pero en el fondo valemos porque somos buenos tíos. 'Mira, Se ha tomado dos copas y se ha cagado en mis muertos, pero es buena gente'. ¿No? Pues eso.

-Jajajajajajaja Sí, sí. Doy fe. Bueno, ve que es cáncer y lo ficha. ¿Y en calidad de qué? ¿A qué le dice que se va a dedicar?

-No, no, no. No me dice nada. Simplemente me pregunta: '-¿Eres valiente? ¿Estás capacitado? ¿Tú te atreves?' Yo no sé donde me voy a meter pero entiendo que si este tío es un empresario pues lo normal es que tenga una empresa limpia y transparente. Así que me veía trabajando en Galerías Preciados o en una bodega. Vamos, lo normal.

-Y además, que iba de la mano de su padre, una referencia y un señor en todos los sentidos.

-Claaaarooooo. Yo estaba encantado de que me cogiera porque trabajar para ese empresario de moda iba a ser lo más. Hasta que me dice. '-Hay un presidente de un banco que tiene una mujer y hay que hacer unas fotos con el amante...'

-(Interrumpo). ¿Ese mismo primer día de la reunión?

-Sí, sí. Y le digo, ¡pero si yo ni soy paparazzi ni tengo cámara ni nada! Es como si me contratase un restaurante para ser cocinero cuando me cuesta hacer hasta una tortilla. Y me responde. '-De eso no te preocupes, aprendes. ¿Tú serías capaz? Tendrías que seguir a la mujer y fotografiarle con el amante. ¿Te atreves?' Y acepté.

-¿Y cuándo sale de la reunión qué le dice a su padre?

-Yo a mi padre no le dije nada.

-Porque sabía que no le iba a gustar.

-Exacto. Mi padre era el tipo más legal del mundo.

-¿A su padre le hubiera gustado ver a lo que se ha dedicado?

-No. Se lo oculté siempre. Ya dije como era mi padre; un intelectual, un tío super serio. Tenía una bondad y una generosidad inigualable, heredada de mi abuelo, al que paraban por las calles de San Fernando a cada paso que daba.

-¿Y su madre qué le ha dicho a lo largo de su trayectoria?

-Tampoco supo nada. Obviamente, ha sabido más porque los medios se encargaban ya de difundirlo, pero ha sido con la serie como se ha enterado de todo porque no tenía ni idea.

-¿Y qué ha dicho; le ha gustado?

-Sí, sí, le ha gustado. Incluso ha llorado. Y me he reído mucho con ella cuando me ha dicho. '-Hay que ver, Víctor, que yo te preguntaba si venías a comer a casa y tú me decías, pues no lo sé Mamá. ¿Cómo lo ibas a saber, hijo, si probablemente fueras preso o probablemente te matasen!' (Risas)

-Jajajajajajaajajaja

-Es que claro, tú imagina salir de casa con una misión que hacer y que te pregunte tu pareja o con quien vivas, '-Oye, ¿vas a venir a comer a casa? -Pues, mira no lo sé'. Y es que si la otra supiese que voy a robar un sumario al Tribunal Supremo o llevarme una saca de correos por lo que me van a dar la paliza de mi vida o me van a caer 30 años... (risas)

-Jajajajajajaa Entiendo con esto que no decía nada a nadie de lo que hacía. ¿Ni a sus más allegados?

-Nada de nada. Yo he sido siempre muy leal. Incluso mi familia y amigos, una vez visto lo que han visto, me dicen que he sido un gilipollas, un kamikaze y que me he jugado la vida. Pero aquí estoy; son pruebas que me ha puesto la vida y las he superado. Ahora tengo otro problema (de salud) y hay que afrontarlo de nuevo. Pero a mis padres no les contaba nada, sobre todo para no herir sus sensibilidades. Es que imagina en esos tiempos en los que mi padre escribía en prensa contra el Psoe y contra la expropiación que yo le hubiera dicho: '-Papá, baja el acelerador un poquito anda porque como me cojan yo voy pa'dentro del tirón'.

-Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja

-Afortunadamente, mi padre se murió con la certeza de que yo estaba ya en un buen sitio trabajando y establecido. Y hasta cierto punto, reconocido.

-Dentro de su labor como asistente de Ruiz-Mateos, también tocó el mundo del fútbol.

-Digo. Yo hasta entonces nada más que había jugado al fútbol con los amigos y lo veía por televisión, pero de los entresijos del negocio no tenía ni idea. Y menos de Vallecas. Allí contribuí un poco a hacer lo que se conoció como el Rayo gaditano, comenzando por aconsejar a mi jefe a David Vidal como entrenador y luego fichando a jugadores como Jose, Calderón, Onésimo, Barla, Cortijo, Quevedo, Arteaga y tantos otros que pasaron por allí.

-¿Cómo sentó la llegada del millonario Ruiz-Mateos a un barrio obrero como Vallecas?

-Al principio no muy bien, la verdad. Pero es que además los mismos atuendos que llevaba el jefe, que si el pisacorbata, que si el pañuelito, que si la manicura..., pues todo eso desencajaba en Vallecas. Pero era un tipo que sabía hacerse querer por el pueblo. Vamos, en los Carnavales de Cádiz la gente lo flipaba con él y con su causa. Y hasta en la Semana Grande de Bilbao, o en la bajada del Celedón en Vitoria. El tipo sabía hacerse querer, las cosas como son. Eso sí, ha sido el único presidente de un club de fútbol de la historia que no ha visto un partido de fútbol en su vida. Él se ponía en el palco, sí, pero ni veía el partido ni nada. De hecho, se indignaba que la gente que viera un partido de tenis, mirando de un lado a otro pasarse la pelotita cuatro horas, tuviese derecho a votar.'-¡Pero cómo estos hdp pueden votar?', nos decía (risas).

-Y del Cádiz, qué me dice.

-Soy accionista; tengo cuatro acciones de aquellas que nos sacamos muchos en los tiempos malos. Puse unas 20.000 pesetas, como lo hice también en el Rayo. Fue una cosa más simbólica que otra cosa pero que le hago por los dos clubes que quiero. Además, con el Cádiz me une especialmente un sentimiento muy profundo que yo sentía por Fernando Orgambides, el Baguetina, un chaval excepcional que era medio familia mía y al que le guardaba mucho cariño. A sus 22 años, era un referente en la animación cadista.

-Ha sido partícipe de la política en esos años del pelotazo y del fútbol gobernado por presidentes muy peculiares. Tiene más que experiencia para emitir una opinión. ¿Dónde hay más cuchilladas por la espalda, en el fútbol o en la política?

-En la política hay menos escrúpulos porque el fútbol es temporal. Se puede ver ahora en el Psoe, totalmente dividido por la calamidad que tienen al frente y tenemos por desgracia como presidente. Pues bien, en ese partido hay trepas como Rafael Simancas, Patxi López y tantos otros que han ido pasando y han acabado en el Senado sin haber trabajado en su vida. Por eso, el fútbol es pasajero e incluso es más meritorio porque todo el mundo curra. Para llevarse o no comisión, pero al menos si están ahí es porque se están quitando los callos. En política, no. Y si no lo digo reviento, un militante o representante del Psoe debe saber que su partido ha sido el más corrupto y ladrón de la historia de España. Es un partido criminal, terrorista y asesino. Y homófobo, como hizo con el Arny, que lo tengo acreditado. Por no hablar de que ha tenido a dos presidentes nacionales, como los señores Chaves y Griñán, investigados por la Justicia y condenado. ¿Tú te imaginas que el PP hubiera tenido a dos presidentes nacionales imputados? Al Psoe no le gusta asumir que muchos de sus dirigentes estudiaron en colegios de curas y becados en universidades franquistas y que juraron fidelidad a la bandera del pollo. Y a eso, aunque sea solo por molestarlos, hay que recordárselo.

-¿Qué hace con su vida una vez termina de trabajar para Ruiz-Mateos?

-Mi último día de trabajo es en 2011 y se ve en unas imágenes saliendo de la Audiencia Nacional en la que le tiran papeles a su salida mientras le escolto. Yo estaba en Cádiz y me llamó para que lo acompañase porque no tenía a nadie que lo hiciera. Y yo, '-pero si tienes 50 nietos, seis hijos y amigos de los hijos...'

-¿Hay alguno en la cárcel?

-No. Están los seis fuera aunque con la pulsera telemática. Ellos están haciendo todo lo posible porque no se celebre el juicio y supongo que todo esto de la docuserie no les estará haciendo mucha gracia porque se estará removiendo todo. Han tenido la gran suerte de que la inmensa mayoría de los afectados no denuncian porque casi todo lo entregado era dinero en B. Pero claro, los herederos de esa abuelita que había ahorrado 50.000 euros en el cajón de la cocina tras muchos años y que se los entregó a un pibe de bigote dirán: '-Vale, el dinero sería en B, pero tú no lo vas a contar'.

-Después de tantos años de lealtad, ¿cómo fue esa despedida?

-Yo le llamé para decirle muchas barbaridades que no las puedo reproducir ni aquí ni en televisión, pero se resumen en que era un corrupto de mierda. Y en persona, hubo veces que hasta me quitó la cara porque yo tengo un momento visceral que no soy capaz de contenerme. Tengo cinco minutos que son letales porque la indignación puede con mi sensatez. Después te pido disculpas y hasta lloro, pero cuando me desato porque me he sentido utilizado y humillado... No respondo. Es que no solamente fue eso; yo me tengo que ir de Madrid porque la inmensa mayoría de la gente que dio dinero para los pagarés me lo entregó a mí. Y no me lo daban de 500 o 100, no, no; los billetes me lo daban de 5, de 10, de 20 y de 50. Eran sus ahorros. Yo llevaba unos maletones de dinero de muy señor mío. Era mucha gente del campo, que nada más que tenían billetes y billetes y billetes de vender patatas, lechugas, tomates... Pues toda esa gente me quería matar sin que yo me hubiera beneficiado lo más mínimo porque lo único que hacía yo era recoger y entregar, recoger y entregar...

-No ha tenido que ser fácil caer de semejante altura.

-Para nada, de hecho, comencé con una depresión en 2011 que estalló en un ictus en 2017, mientras me bañaba en la Victoria. Que esa es otra de nuestro país. Me tuve que quedar varios días en coma sin que me operasen porque al estar empadronado yo en Madrid no tenían los papeles para atenderme aquí. Me tuvieron que llevar en ambulancia a Madrid. Fíjate si no ha sido más costoso para el Estado eso que lo que hubiera sido lo normal. La España de las autonomías...

-¿Cómo se gana la vida en cuanto termina su relación con Ruiz-Mateos?

-Yo siendo quien era, trato de tirar de mis recursos. Tenía 200.000 amigos, proveedores, colaboradores, gente del fútbol... Pero de buenas a primeras todo eso me desapareció. Para colmo hubo una crisis muy grande en 2008, que fue lo que motiva que mi jefe nos mande al carajo a todos. Y me veo con 48 años y totalmente fuera del mercado. Y encima, con antecedentes y perseguido. Por tanto, nada más que me quedaba mis recursos personales.

-Ese tiempo, ¿dónde lo pasa?

-Al principio en Madrid, pero como estoy recibiendo mucho acoso y amenazas decido venirme a Cádiz, que es donde estaba mi novia Inma. Pero me escondí en Setenil de la Bodegas. A ver quién tenía cojones de encontrarme allí (risas).

-Jajajajajajajajajajajajajaajjajajajajaa Buen sitio para desconectar, sin duda, ¿pero tan mal se veía para esconderse literalmente bajo las piedras?

-Yo estaba muy asustado porque aparte también tenía por otro lado a la familia Ruiz-Mateos presionándome.

-¿Cómo se vive así, Víctor?

-Imagínate, se te pasan por las cabezas muchas cosas. También viví un tiempo en un campo perdido por Chiclana. He ido cambiando de casa de manera rutinaria. Ya sabes, casitas de esas que vale el alquiler 150 euros. Yo hacía todo lo posible por aislarme, pero en el momento que veía una cara desconocida me mosqueaba. Es un estado continuo de psicosis. Ahora, por ejemplo, me pasa con la Familia Real, a la que no le habrá hecho gracia la docuserie.

-¿Y eso?

-Nadie conoce cómo funciona la Casa Real ni el Estado en general. Y tampoco es que quiera seguir hablando en este apartado, que se parece mucho al político. Por ejemplo, a Felipe González le concedieron hace poco la nacionalidad dominicana y con carácter urgente. ¡A los 80 años! Y también a Bono. Eso no se sabe, pero solo hay que pensar un poco el por qué. El impresentable de Pedro Sánchez ha decidido levantar la veda y si ya ha ido a por el Rey, ahora le tocarán a otros. Yo de todas estas cosas me llevo enterando desde hace 40 años. Toda la prensa sabía la vida y milagros del monarca, pero como era nuestro representante comercial todos callaron porque todos ponían la mano. Todo es acción y reacción y tanto Felipe (González) como Bono, que saben de qué va la vaina, han decidido poner tierra de por medio. Todo esto son suposiciones que yo hago, pero que se darán en el tiempo y a medida que se vayan desclasificando los secretos de Estado.

-Estábamos en Setenil, Chiclana y casas alejadas del mundanal ruido. ¿Cómo va sacando la cabecita?

-Me pongo en contacto con un íntimo amigo mío japonés que me pone a trabajar con la empresa Tokyo-Ya, donde me encargo de introducir todo el producto japonés, tanto alimenticio como utensilios de cocina, en los restaurantes de la provincia (El chef del mar, La Marea, El Potito...). Y les consigo todas las estrellas michelín. Date cuenta que el producto japonés es caro y exclusivo y meterlo en Cádiz era un gran reto para mí. Así que según ven mis avances me ponen una furgoneta y voy vendiendo a todos los chiringuitos de la playa hasta que consigo meterlo en El Campero, el número uno. Los japoneses estaban muy orgullosos de mí y yo, a la vez, me veía otra vez realizado y además me mantenía ocupado y sin darle vueltas a la cabeza con lo otro. Pero qué pasa, que los japoneses no son españoles y una vez que consiguieron entrar de mi mano en los mejores restaurantes de la provincia ya no me necesitaban. Fueron muy generosos conmigo, pero me mandaron al carajo una vez ya establecidos en el negocio. Lógico.

-Jajajajajajajajajaja Perdón, perdón. Prosiga, por favor.

-Eso sería 2016 y consigo cobrar el paro pero comienzo otra vez a verme desesperado y con cuentas pendientes con la Justicia. Pasan los días y sigo con la angustia, agobiado y con el estrés anímico de la posibilidad de entrar en prisión y peto. Me doy un baño en la playa Victoria y sufro un ictus. Salvé la vida gracias a una mujer que supo del tirón qué era y pidió rápidamente una ambulancia y ordenó que me atendieran según lo que había sufrido. Me sacaron del agua entre varios usuarios.

-Y a partir de ahí...

-Eso fue 2017 y me pego un año en el hospital recuperándome. Medio cuerpo dormido, silla de rueda, rehabilitación... Me he ido recuperando como he hecho todo en la vida, a base de cabezonería. Yo he salido a mi abuelo materno Tomás, que era un cabezón. Y también gracias a una cosa que me enseñó mi jefe, que era la perseverancia, porque hasta que no conseguía encontrar a alguien no paraba. Siempre para delante. En 2017 me quedo listo de papeles y en mitad de una depresión; llorando porque no te sientes útil. Y en esto que me aparece una persona de San Fernando que se había enterado que yo sabía muchas cosas de Ruiz-Mateos y que estaba ideando un proyecto para la productora con la que trabajaba. Como yo iba a Madrid mucho por las revisiones médicas, concierta una cita y, astutamente, me lleva a un jugador del Rayo, Valentín Bouzas, al que yo conocía. El chaval, con aspecto de progre pero muy comedido, me presenta lo que podría ser la idea. Yo fui muy claro con él y le digo que prácticamente estoy desahuciado y que no tengo ni pulseras ni colgantes ni nada porque todo lo que tenía lo había vendido para comer. Eso sí, todo lo que tengo lo tenía en la cabeza. Me responde que qué me parece que hagamos un 'teaser' y lo presentemos a Netflix, Movistar y un par de plataformas más con las que él trabajaba, pero me comenta que no hablaremos de dinero hasta que no tuviera un cliente. Y el cliente resultó ser Mediaset, que ni él se lo esperaba porque no había trabajado con ella nunca.

-¿Conocía los entresijos de la tele?

-Algo. Total, que me hacen una entrevista por videoconferencia y me ponen con todos los gallifantes de la cadena. Ahí me veía yo, en mi casa, reunido con todos los peces gordos, a los que yo no conocía de nada salvo a Basile, que lo había saludado un par de veces. Así que llegamos a un acuerdo y hay luz verde para emitir la docuserie, que tengo que decir que es toda gaditana; el director (José Manuel Colón) es de San Fernando, el subdirector es de Cádiz (Manuel del Solar), el protagonista es de Rota y el que relata, que soy yo, de Cádiz. Factoría 100% gaditana.

-Además de su retribución, ¿qué más cláusulas tiene el contrato?

-Mediaset se compromete a ofrecerme formatos de programa a los que yo quiera ir. Por ejemplo, me han ofrecido participar en 'Pesadilla en el paraíso', que se está haciendo en Alcalá de los Gazules. Obviamente, por mi estado de salud no puedo meterme en ese tipo de realitys, pero sí a lo mejor en uno de cocina o en cualquier tertulia. También me ofrecieron irme a Honduras a una isla, pero que me presenten programas no significa que yo los acepte.

-¿Y qué producto le interesaría? ¿Una tertulia, quizás?

-Uff, no, no, que yo soy muy visceral.

-Y la puede liar, ¿no?

-No, no por eso. Preguntaría quiénes son los tertulianos porque los puedo humillar. Sobre todo estoy abierto a entrevistas personales, pero si por ejemplo quieren que vaya a hacer un plato de cocina, encantado de la vida. O de jurado de cualquier cosa, pues también. O un Pasapalabra. Por poner ejemplos, vaya.

-Vamos, que esto de la tele va a pasar a ser su forma de vida.

-Esa es la idea.

-¿Y el futuro?

-Ahora mismo me veo expectante con el tema de la serie porque ha sido un éxito en la cadena, solo superada por Planeta Calleja. Y sé, porque me consta, que hay muchos universitarios o estudiantes de márketing que ven en las cosas que hicimos temas interesantes como para profundizar en ellos.

-¿Nadie de su entorno le ha preguntado si no le ha dado miedo decir según qué cosas sobre determinadas personas que han sido o son influyentes en este país? Vamos, que soy yo y estoy medio acojonado de publicar algunas perlitas que vamos a sacar este domingo.

-No, para nada. Fundamentalmente porque me gustaría seguir haciéndolo y si es enfrentándome en una tertulia de televisión con algún político socialista, mejor que mejor. Yo haré todo lo posible y lo que esté en mis manos para que España sepa que el Psoe es una banda criminal, terrorista y asesina en nuestra democracia. ¿De acuerdo?

-Sí, sí, Totalmente.

-Es el partido más corrupto y ladrón de la historia de nuestro país. Y hay que decirlo más porque apenas se dice. Por eso, cuando me lleven a un plató de televisión, que lo dudo, salvo Ana Rosa Quintana que me quiere mucho y a lo mejor ella me daría voz, no tendré problemas en decirlo abiertamente y en horario de máximo audiencia. Y si es con Félix Bolaños en frente, mejor que mejor. Que no sé como tuvo la desfachatez de ir al palco del Rayo Vallecano en el partido que ganamos 3-2 al Real Madrid. Ese representante de un partido que se negó a que el Rayo tuviera una ciudad deportiva que pudimos levantar ya con el PP en el gobierno de Madrid.

-Ya puestos, ¿cómo sería una tertulia a la que iría de cabeza?

-Pues con el Bolaños este en frente. Y después, a mi derecha e izquierda, El País y la cadena Ser, pero dos gallifantes. Y también que estuvieran los representantes de UGT y CCOO, a los que les he estado llevando diez años dinero, otras dos bandas criminales.

-La podría moderar Angels Barceló.

-Jajaja Por ejemplo. Lo importante es que ellos se sientan arropados. Todos contra mí, pero no se atreverían.

-Jajajaja. Ruiz-Mateos, ¿le ha dado más en la vida o le ha quitado?-

-Me ha dado mucho más porque debo decir que yo hoy me siento mucho más capacitado para lo que es la gestión de una empresa, en la deportivo, en la política. Yo eso lo hice siendo un becario como quien dice, pero todos esos conocimientos que he ido adquiriendo ha sido gracias a la experiencia de estar trabajando para el jefe.

-Él acabó siendo lo que fue, pero ¿a lo largo de su vida fue un aventajado?

-Totalmente. Las nociones que yo manejo del mundo se las debo a una persona que controlaba 16 sectores de la industria, que se dice pronto. Porque igual Amancio Ortega domina la industria textil pero yo sé lo que es ir en el coche y ver a mi jefe hablar por teléfono con uno del algodón, con otro de mantas y de colchones, con otro de vinos, con otro de leches, de Dull, de huevos, de fútbol... Era una locura, pero dominaba todos los campos. Era un tipo que veía una uva en Lérida y te explicaba qué rendimiento podría tener en según qué tierra. Todo eso lo sacó de su padre. Fue el primero en introducir en un gran almacén como Galerías Preciados las Mantequerías Leonesas, que era un supermercado de mayor calidad que lo normal. El primer gourmet.

-¿Se lo pasaba bien trabajando con él y para él?

-A ver, él tenía una manera de mimarte y de cuidarte. Sobre todo porque sabía que donde te ibas a meter por él podías acabar en la cárcel o recibiendo una paliza. A mí la policía me ha pegado bastante.

-¿No puedo despedirme sin antes preguntarle por cómo fue hacer campaña para su partido en las regionales vascas en los tiempos duros de la Eta?

-Imagínate. Si ya cuando le dije que hacerse una foto en un acto de la Caja Rural con Solchaga de incógnito mientras estaba buscado por la policía era difícil, cuando me dice lo de hacer campañas en el País Vasco me reta diciéndome: '-Ah, ¿que tú no puedes, que no te atreves?. Ahhhh, el pobrecito que no se atreve. Claaaroooo, si es que cáncer el débil'.

-Jajajaja ¿Y cómo les fue?

-Estuvimos amenazados. Él se presentó bajo el slogan y una lista que era 'Cien mujeres para un Gobierno'. O sea, que fue el primer partido que apostó por el feminismo 100%. Maite Gárate era la que se presentaba a lehendakari. No sacamos ningún escaño, pero lo que él buscaba era reforzar su marca y hacer ruido. Fue una campaña muy complicada porque entonces Eta estaba muy fuerte y la kale borroka estaba a la orden del día, que era Eta pero en la calle. Pero tuvimos la gran suerte de que al jefe le tenía miedo todo el mundo por lo loco que estaba. Pero lo peor es que detrás iba yo, que para los etarras era un tío alto con bigote y con cara de sieso. Yo hacía ver que iba armado, que no lo estaba, pero eso me sirvió para hacerme respetar. Y colaba porque la gente se pensaba que para ir acompañando al 'colgao' ese yo no iría con un tirachinas. Y además, metiéndonos donde nos metíamos. Yo lo único que le pedía cuando íbamos a esos sitios, además era verano, es que no fuera con corbata. Pero es que él se paraba con todo el mundo. Y cuando veía a un kaleborroca de esos con el pañuelo en la boca e insultándolo en euskera le decía: 'Perooooo muchaaaaachooo, tranquilooooo. Quítate el pañuelo de la boca que no te entiendoooo'. 

-Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja

-Es que los humillaba. Estuvimos en la cuna de Eta, en Miravalles, de donde es mi familia materna, y le insultaban llamándonos de todo, pero el tío se encaraba plácidamente con ellos y les soltaba que él estaba allí por España. Estaba muy loco porque hacer eso en esa época era...

-Hemos hablado de todo y de todos, pero acabemos con Cádiz. ¿Cómo ve a su ciudad y en las manos de quienes está?

-Desgraciadamente, Cádiz está en total decadencia. Y me da mucha lástima que los gaditanos hayan un votado a este alcalde. Es una ciudad abandonada y en la que ordenanzas municipales como que los perros no puedan estar en la playa son pasadas por alto. Tampoco es que la policía local ayude mucho porque cualquier día se puede ver a tres o cuatro coches patrullas aparcados malamente mientras sus ocupantes se toman en pandilla un café a mitad de jornada. Esa falta de rigor profesional de la autoridad municipal está a la orden del día en esta ciudad. Este hombre (el alcalde) nos ha metido en la Edad Media porque no ha habido ningún tipo de avance ni inversión. Nada comparable a lo que hicieron Teófila Martínez o Rita Barberá, las dos mejores alcaldesas que ha tenido este país porque cambiaron sus ciudades por completo. ¿Qué han mangado? Pues oye no sé, pero cuando se hace crecer a las ciudades se te puede ir de las manos pero las ciudades se abren y hacen posible que puedan venir empresas a crecer. Pero con un alcalde como el que tenemos es complicado crecer. A mí me defraudó casi que desde el primer día, cuando lo vi tirado en el suelo tras un mitin en la plaza de San Antonio con Pablo Iglesias. Eso me confirmó lo que era este sujeto. Porque para mí, que el representante de mi ciudad, de los gaditanos, se sentase en el suelo de la plaza para mostrarle pleitesía a su jefe ya indicaba la suciedad que traían para la ciudad. La llegada de esta gente ha sido un deterioro continuo de las instituciones.

-Pues todo un placer, don Víctor.

-Igualmente.

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