CÁDIZ
Veinte años de 'Lunare': el comercio local resiste
Yolanda Cabello celebra el 20º aniversario de esta pequeña tienda de flamenco en la Calle Valverde que, pese a la crisis económica y la pandemia, se mantiene a flote
'Lunare' celebra su aniversario
Hace veinte años que la calle Valverde de Cádiz acoge compás y arte. Hablamos de una tienda pequeña, diminuta, pero eso sí, llena de alegría, que es el ingrediente fundamental de 'Lunare', una de las pocas tiendas gaditanas que lo mismo te ofrece un mantoncillo de manilva, que un traje de flamenca, que unos zapatos de baile hechos a medida.
«Esta historia ha sido complicada, hemos atravesado una pandemia, una crisis económica y momentos amargos, pero si hoy celebramos el 20º aniversario es porque algo hemos hecho muy bien», explica Yolanda Cabello Oliva, la gerente de la tienda local en el centro histórico de Cádiz.
Yolanda ha sido bailora durante toda su vida, se formó en la academia de Sara Baras, así que la dependienta sabe de volantes, de compás y de la mejor indumentaria flamenca. Ha vivido en Sevilla, Barcelona, Madrid, pero fue en Cádiz donde quiso poner el huevo y formar una familia. Y un negocio. «La vida de una bailora no es fácil, es estar siempre viajando y sin parar. El cuerpo me pedía orden y estabilidad. Hace dos décadas que me vine aquí, formé una familia y este rincón lleno de regocijo», dice con satisfacción bien ganada para resaltar el éxito de la tienda, que resistió las reconversiones industriales, la aparición de la venta online y cada una de las crisis mencionadas.
Para entender el gran impacto que supone mantener el pequeño comercio local hay que recordar todo lo que se hace por ello. Cabello siempre ha vendido trajes de flamenca, complementos de feria, uniformes flamencos y todo lo relacionado con ello. La vida se paró para todos en 2020, cuando una pandemia se llevó a vidas por delante y a gran parte de la cultura. «Nos llevamos más de dos años sin ferias, sin espectáculos. Hay quien pudo seguir adelante pero el flamenco, la danza y los espectáculos se vieron muy perjudicados», ahonda. Como el buen humor predomina en esta esquina, había que reinventarse.
«Había días que cerraba la tienda facturando 0 euros. Ese tiempo fue muy duro y llegué a replantearme el cierre de la tienda. Mis hijos -narra- me animaron a hacerme una cuenta de TikTok y diría que ahí encontré la esperanza». El comercio local se puede salvar.
El pequeño negocio sin fronteras
La gerente siempre está al día de la moda flamenca. Cada año acude a SIMOF, el encuentro que pone sobre la pasarela las últimas tendencias para que las profesionales lleven a sus tiendas esas ideas. «Me gusta que mis clientas estén actualizadas. Da igual que seamos la única tienda en Cádiz, lo importante es estar al día, no caer en la rutina», asegura.
Pese a todo, Yolanda se reinventó. Cada mañana abre su tienda y la llena de clavales y lunares. Se pone faldas, mantoncillos, trajes, lo que haga falta. Y se graba enseñándolo con arte. Mucho compás y baile. Nada tiene que hacer un maniquí de toda la vida, cuando la propia dependienta es la que los enseña de esta peculiar manera.
«A través de mi cuenta de TikTok e Instagram, han venido muchas clientas. Me ha ayudado mucho». De Cádiz a cualquier parte del mundo. Un día, una chica llegó desde Colorado, Washington. «A veces traigo a mi perrita Alma y subo vídeos con ella. Esta estadounidense llegó a la tienda preguntando por ella. Y compró cosas. Para mí de las mejores anécdotas», cuenta con gratitud. De Suiza, Japón, Sevilla o cualquier otro punto. Yolanda celebra que siendo una íntima tienda, llegan clientes y clientas de cualquier parte del mundo.
Es una celebridad comercial por todo lo alto. Hoy se festeja la pequeña historia local de una ciudad. Por ello, Yolanda ha reunido a toda su familia, clientes, algún que otro político y a todo aquel que haya considerado que forma parte de este éxito.
«Merece mucha felicidad y este camino no lo he hecho yo sola. Me he sentido arropada siempre; por mi marido, mis hijos, mis hermanos, mi madre, mis compañeras de vida y profesión», presume Yolanda Cabello con una sonrisa de orgullo. Y que sean veinte años más.
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