Turismo
La turismofobia que sufren los cruceristas en Barcelona puede beneficiar a Cádiz
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Los últimos episodios en la Ciudad Condal invitan a las empresas a buscar destinos alternativos en los que emerge la Tacita como lugar ya asentado
La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros admite que hay ciudades que pueden beneficiarse de estos cambios de ruta
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Cádiz podría beneficiarse de las protestas contra la turistificación que se están llevando a cabo en algunas ciudades como Barcelona. Algunos cruceristas que han desembarcado en el puerto catalán han vivido episodios hostiles, lo que ha llevado a las empresas a vigilar la situación e incluso plantear posibles alternativas en caso de que la tensión fuera en aumento.
Es ahí donde entra en escena Cádiz, que junto a otras ciudades portuarias de España, podría convertirse en un destino preferente para las compañías que dieran el paso de evitar hacer parada en la Ciudad Condal por miedo a tener que hacer frente a momentos indeseados.
La patronal crucerista no mira para otro lado y la responsable europea de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA, por sus siglas en inglés), Marie Caroline Laurent, asegura que esta reacción no se da exclusivamente en España, pero que las últimas quejas en Barcelona pueden tener consecuencias: «La turismofobia no sólo es un problema en España, también en Francia y otros países del Mediterráneo, pero los visitantes cada vez son más sensibles y las actitudes violentas que se han visto en lugares como Barcelona tienen un impacto en la reputación del destino».
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Preocupa al sector y a las propias empresas encargadas de organizar las travesías el hecho de que se pueda extender el temor entre los viajeros, generalmente de edad avanzada y que lo que buscan es descansar y recorrer con tranquilidad las ciudades que visitan, por lo que creen que algunos pueden intentar evitar paquetes que incluyan a la capital catalana y también otras urbes como Palma o Valencia, donde se han registrado protestas y cuyos consistorios estudian restringir el número de cruceros.
Cádiz, Alicante, Almería o La Coruña son algunas de las ciudades atractivas y más «amables» que podrían empezar a recibir mayor número de visitantes en la próxima temporada si las asperezas no terminan de limarse en Barcelona, cuyo puerto es uno de los más importantes en cuanto a número de escalas y cruceristas en todo el mundo. Es más, se trata de un puerto base, que es punto de inicio y final de muchas rutas que desde allí van haciendo parada en otros lugares.
Los cruceros que llegan a Cádiz, por lo general, han pasado por Barcelona anteriormente, por lo que el sector turístico de la provincia mira con interés qué es lo que puede suceder en los próximos meses y cuáles son los movimientos que pueden terminar ejecutando las empresas.

El Puerto de Barcelona, de hecho, ya registra una bajada del 6,6% en el número de escalas que se han llevado a cabo en los seis primeros meses del año, pero el presidente de la institución portuaria catalana, Lluís Salvadó, lo ha achacado a la llegada de mayor número de cruceros 'premium', que ya suponen más de un tercio de los que llegan a la capital barcelonesa. Este tipo de embarcaciones de lujo generan mayor añadido y causan menos impacto en la ciudad, ha trasladado, recordando que se han limitado a siete las terminales destinadas a cruceros cuando podrían estar rondando las diez en caso de no haber intervenido.
Destino «amable» para el turista
El Puerto de Cádiz está en un momento dulce, firmando el año pasado unas cifras de récord al superar por primera vez en su historia el medio millón de pasajeros, lo que coloca al muelle gaditano como el sexto de España en número de cruceristas.
En Mallorca y Barcelona, donde el número de visitantes es mayor, se genera masificación de turistas en las zonas cercanas al puerto o en el centro, algo que la presidenta de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, Teófila Martínez, ya afirmó hace algunas semanas que no se iba a producir en tierras gaditanas: «Cádiz es un destino muy amable, tranquilo. Aquí no se va a dar ese tipo de congestión, porque aunque somos una ciudad pequeña, lo que estamos tratando entre las administraciones, empresas y la propia Autoridad Portuaria es que los turistas que vienen, visiten todo el territorio de la provincia».
En esa línea, la que fuera alcaldesa de la ciudad, puso como ejemplo que debido a los múltiples atractivos con los que cuenta la provincia y la poca distancia que hay entre lugares como Jerez, Sanlúcar, Vejer o Tarifa, hay muchos cruceristas que se bajan en el muelle con una excursión ya contratada previamente, montándose en un autobús mientras otros optan por hacer turismo en la Tacita.
El responsable de la CLIA en España, Adolfo Serrano, cree que algunas administraciones están demonizando el turismo como consecuencia del malestar de algunos ciudadanos y eso está haciendo que determinados dirigentes no vean lo que supone esta actividad para la economía.
El turismo es el principal motor económico de este país, suponiendo el 12,8% del Producto Interior Bruto en el pasado año. Para el año en curso, las previsiones son halagüeñas, habiendo mejorado las cifras durante el primer semestre, por lo que se podrían dar datos de récord en este 2024.
Este paulatino crecimiento turístico está generando asperezas en determinadas zonas en las que los intereses de las poblaciones locales se ven alterados, por lo que el debate sobre las consecuencias derivadas de un sector que también es una fuente importante de empleo lleva semanas siendo un tema recurrente de conversación.
Para Serrano, la principal amenaza de que este malestar entre los habitantes se refleje en un aumento de protestas no es que se cambien escalas dentro de España, sino que los ejecutivos opten por trasladarse hacia otros países en los que está pulsión no sea patente. En una rueda de prensa ofrecida este martes junto a su homóloga europea, el director puso de ejemplo a Arabia Saudí, que está realizando fuertes inversiones para desarrollar la infraestructura necesaria para recibir a miles de turistas que acogerían «con los brazos abiertos».
Menor impacto en la ciudad
El problema de vivienda en Cádiz ha copado buena parte de la conversación pública en las últimas semanas, puesto que los apartamentos destinados a uso turístico están limitando sobremanera las opciones de acceder a un piso en la capital.
En el caso de la llegada de los cruceros, el impacto que ocasionan en la ciudad es muy acotado. Los días en los que coinciden varios se puede apreciar mayor flujo de viandantes por las calles, pero sin llegar a una masificación desaforada más allá de momentos concretos en localizaciones estrechas como la calle Compañía.
Quienes optan por bajar y no quedarse en la cubierta al sol o en los restaurantes del propio barco, si es que no se van a alguna excursión programada en la provincia o incluso a Sevilla, suelen contratar visitas guiadas por el centro de la ciudad. El comercio y la hostelería también dan buena cuenta de ellos, aunque la propia Autoridad Portuaria ha reiterado su apuesta por los cruceros de más alto nivel porque generalmente el turista hace un gasto medio superior para beneficio de los establecimientos locales.
Carrera por la electrificación
Una de las grandes críticas que recibe el sector crucerista es la contaminación que generan las embarcaciones, por lo que en la patronal son conscientes de que se deben dar pasos en la línea de la descarbonización.
Y para ello, la disposición europea contempla que los puertos cuenten con la infraestructura necesaria, no más allá de 2030, para que los cruceros puedan 'enchufarse' a la corriente eléctrica que les brinden los puertos y así parar los motores y con ello las emisiones.
El presidente de la CLIA en España, Adolfo Serrano, asegura que la mayoría de los barcos cuenta ya con la tecnología pertinente para sumarse a este cambio de paradigma que favorece la sostenibilidad del sector y afirma que ahora les toca dar el paso adelante a los puertos para que la transición se acelere.
En el muelle Alfonso XII del Puerto de Cádiz ya están realizando trabajos, encargados a la empresa especializada Ormazábal, para que se desarrolle la tecnología de suministro de energía terrestre, que permitirá a los cruceros detener sus motores, cesando el ruido, las vibraciones y la emisión de gases contaminantes a la atmósfera.
Por tanto, el avance en esta estrategia de sostenibilidad, llevada a cabo hasta el momento en muy pocos puertos, también puede servirle a Cádiz para posicionarse frente a otros destinos que no puedan ofrecer esta tecnología alineada con el medioambiente.