CULTURA
Pelayo Quintero, un trabajo silenciado
El historiador Manuel J. Parodi hablará sobre los grandes hitos del pionero de la arqueología española en el Casino Gaditano, en la tertulia Dr. Fernando Delgado Lallemand
Este miércoles a las 20.00 horas en el Casino Gaditano se volverá al siglo pasado. Se escucharán los nombres de Sagasta, Moret, Cayetano del Toro, oratorio de San Felipe, Monumentos del Falla o de las Cortes. El protagonista de la tertulia Dr. Fernando Delgado Lallemand será Pelayo Quintero, uno de los pioneros de la arqueología española que desarrolló su carrera en Cádiz y Marruecos.
El historiador Manuel J. Parodi, autor de 'Pelayo Quintero. La aventura de un pionero de la arqueología de España y Marruecos de principios del siglo XX' hará un recorrido sobre la figura del arqueólogo, que trabajó incansablemente por la búsqueda del sarcófago fenicio femenino. Será presentado por José Almenara Barrios.
Después de más de 75 años de su muerte, hoy sigue siendo motivo de la difusión de la cultura y la historia de la ciudad. Aunque eso sí, Parodi asegura que «poco se habla de él para haber sido el que impulsó la celebración del Primer Centenario de las Cortes y que, además, reivindicó la valía de la mujer en el mundo académico».
De Pelayo Quintero poco se puede saber, como bien señala el autor de la obra de su vida «era un hombre muy discreto». Nació en 1867 en Uclés (Cuenca), un municipio donde sí goza de cierto reconocimiento. Estudió Derecho en Madrid, al mismo tiempo que aprendía dibujo en las escuelas de Bellas Artes y de Artes y Oficios. Ahí no quedó la cosa, pues posteriormente se interesó por la historia y comenzó la carrera de Archivero Anticuario Bibliotecario. Desde siempre ha estado vinculado a la historia de América, hasta tal punto que formó parte de una comisión encargada de realizar una bibliografía colombina por el IV Centenario del Descubrimiento de América.
Pero lo cierto es que fue un gran gestor cultural y patrimonial con una trayectoria que lo llevó a estar en el top ten de la arqueología nacional. No es que esté al nivel Tuntankamon, claro, porque las comparaciones son odiosas pero sí es cierto que Pelayo «abrió el camino para la exploración arqueológica en Marruecos, redescubrió el pasado púnico de Cádiz. Estuvo tan presente en al investigación histórica y en las principales excavaciones del país que en los documentos de esa época aparece su nombre», ahonda el historiador.
Monumentos de las Cortes, uno de sus hitos como gestor
«Su trabajo, en la sombra, fue valioso», insiste Parodi. De hecho, algunos de los hitos como gestor fue el monumentos de las Cortes o el monumento que hay en Gran Teatro Falla, junto a la Facultad de Medicina. «Fue socio de El Pitorreo de Cádiz, hizo buenos amigos y consiguió numerosos hitos para la ciudad como presidente de la Comisión Provincial de Monumentos y Delegado Regio de Bellas Artes», relata.
A Cádiz llegó en primera instancia en 1893, pero se asentó en 1904 y desde entonces no paraba de trabajar. «Sin su aportación, hoy no se erigiría en la plaza de España el monumento a la Constitución», explica Parodi. Y es que Pelayo insistió tanto que consiguió que se montara y finalmente se terminó en 1929, bajo la dictadura de Primo de Rivera. Que se dice pronto.
También tiene que ver con el querido templo de los ladrillos colorados, el Gran Teatro Falla. Intervino en su construcción, pues «fue íntimo amigo del pintor Felipe Abarzuza y del concejal Álvaro Picardo, grandes impulsores del teatro que fue el concejal impulsor del teatro».
El edificio del Oratorio de San Felipe también luce el legado de Pelayo Quintero. Fue el responsable de que se colocaran las placas en homenaje a los diputados doceañistas. Y es que a fin de cuentas, es justo que a día de hoy se le siga recordando, porque forma parte del patrimonio y de la identidad gaditana. Parodi, destaca su gran trabajo por la ciudad: «Por supuesto que la historia se forma con muchos más personajes pero Pelayo Quintero ha sido uno de los grandes prohombres de la ciudad».
