Cádiz
La torre de la iglesia de la Merced, en proceso de rehabilitación
Ya se puede acceder al templo por la puerta principal una vez saneada la estructura por la parte exterior
La torre de la iglesia de la Merced de Cádiz ya está en proceso de recuperación una vez que se ha saneado y reparado exteriormente después de que el pasado mes de junio cayeran, y debido al fuerte viento de levante, cayeran varios cascotes a la plaza.
Fue entonces cuando desde bomberos se procedió a sanear esa estructura y acotar y delimitar la zona de tal forma que hasta hace unos días no se podía entrar al templo por la puerta principal. En concreto hace una semana se realizaron las labores de inspección y consolidación paramental en el exterior de la estructura.
Según destaca el Obispado con los datos obtenidos en esta primera inspección se está redactando el proyecto básico y de ejecución de reparación interior y exterior de dicha torre para garantizar así la seguridad del conjunto del templo.
La altura de la torre, junto con la cota del edificio en su totalidad respecto a la orografía del territorio, lo convierten en un elemento de gran exposición a las inclemencias meteorológicas. En el caso del viento, la ciudad de Cádiz, por sus características geográficas, tiene rachas que con frecuencia supera los 100 km/h. Es evidente que lo anterior supone unas condiciones de exposición que facilitan enormemente la erosión epidérmica del inmueble. Las principales patologías que se observan están relacionadas con lo indicado anteriormente. La acción conjunta del agua y el viento inciden sobre el mortero del tramo del campanario, debilitando la cohesión del mortero aplicado, con un deterioro progresivo, que termina separándolo del soporte, y propiciando su caída en los días de mayores rachas de viento.
Iglesia de la Merced
El Convento de los Mercedarios de Cádiz, como la mayoría de las órdenes regulares en España sufrió las consecuencias de la Desamortización de Mendizábal de 1836, quedando el edificio desierto y sin uso hasta 1845, en el que se instala primeramente una fábrica de gas en su interior, por concesión municipal sobre el inmueble. Tras diversas vicisitudes, el edificio vuelve a ser propiedad de la Iglesia de Cádiz, que reconstruye la parte de convento que queda.
En mayo de 1936 el edificio sufre un asalto, saqueo y posterior incendio, quedando completamente destruido. Tras años de reconstrucción, en 1948 se vuelve a inaugurar un complejo parroquial que, entre otros usos, incorpora una escuela parroquial para los chicos del barrio.
En su interior se conserva un retablo original de la capilla de los Capuchinos, obra en madera policromada, presuntamente realizada por Torcuato Cayón hacia 1770.
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