Playas de Cádiz
Seis años sin las barbacoas del Trofeo Carranza, una prohibición sin vuelta atrás
Verano
Ayuntamiento, hosteleros y vecinos valoran de forma positiva el fin de la Noche del verano más multitudinaria en las playas de Cádiz
Tradición, sí, pero no a cualquier precio. Es la sensación de muchos vecinos de Cádiz cuando se les pregunta por la posible recuperación de una costumbre tan arraigada al verano gaditano como era la Noche de las barbacoas del Trofeo Carranza y que quedaron prohibidas por el actual equipo de Gobierno hace ahora seis años.
Echar la vista atrás ya no es añorar el encanto de aquellas barbacoas familiares que a mediados de los ochenta se hacían en las playas bajo la vigilancia y el cuidado de las propias familias gaditanas. Sin necesidad de seguridad privada ni refuerzo en la limpieza. Las imágenes que todos los gaditanos guardan de esta celebración tras treinta años de existencia es la de un evento multitudinario, asalvajado y con daños irreparables en nuestro tesoro más preciado, el litoral.
Volver la vista atrás es ver los trenes repletos de visitantes cargados con todo tipo de trastos que se bajaban a la playa y se abandonaban sin reparos. Parcelaciones, tresillos, carros de la compra y kilos y kilos de carbón negro sobre la arena blanca que caracteriza a las playas de la ciudad. Un atentado contra el medio ambiente, con millones de euros de gastos en seguridad, limpieza y un daño imposible de cuantificar.
La prohibición de las barbacoas del Trofeo ha sido quizás la decisión tomada por el equipo de Gobierno de Adelante Cádiz y Ganar Cádiz que ha contado con un mayor respaldo desde todos los sectores. Y es que ya nadie ve con buenos ojos recuperar una tradición como la que empezó siendo una excusa para cantar coplas de Carnaval sin molestar a nadie hasta altas horas de la madrugada y que acabó como un auténtico desmadre.
De las 50.000 personas congregadas en las playas en 1997, se pasó a 150.000 al año siguiente y así hasta las 210.000 en 2001, para llegar al máximo de 2005. Los kilos de basura también se multiplicaron al ritmo de crecimiento del número de asistentes, superándose las 150 toneladas de desperdicios. Un auténtico despilfarro que no lograron contener las elevadas medidas de contención del Gobierno de Teófila Martínez, como las elevadas multas de 900 euros por tirar basura en la arena, la reducción del espacio dedicado a las barbacoas o las decenas de vigilantes de seguridad que hacían guardia en los accesos a los diferentes módulos.
Hostelería
«Nos ha venido bien»
Antonio de María
Presidente de Horeca
Antonio de María, presidente de la Federación de Hosteleros de la provincia de Cádiz (HORECA), asegura tras seis años sin barbacoas, que «nos ha venido bien». Pese a que en un primer momento, los hosteleros se mostraron contrarios a su prohibición «porque todo el mundo tiene derecho a divertirse y ésta era una tradición de la ciudad. Creíamos que no era una buena noticia para la mucha gente que nos visitaba», finalmente han terminado dando la razón al alcalde José María González.
«Las barbacoas siempre han sido una molestia porque nosotros en esas fechas siempre teníamos nuestros restaurantes llenos, y el trasiego de gente molestaba; teníamos que aguantar a la gente entrando y saliendo del baño. En fin, una serie de molestias que teníamos que soportar y encima ese día no suponía un incremento de ventas para la hostelería», recordaba el hostelero, que en cambio defendía la repercusión que tenía para supermercados o carnicerías de la ciudad.
No obstante, si cree que sigue habiendo carencias en la programación, que se podría mejorar de cara al verano, «ya que como decía la copla de Carnaval, Cádiz debe estar de fiesta todo el verano y no lo está», apuntaba el empresario.
Vecinos
«A Cádiz no le interesa ese turismo»
Asociación de Vecinos del Paseo Marítimo
Los vecinos son los que más celebran el fin de esta tradición, que llegó a congregar en las playas de la ciudad a más de 300.000 personas en el año 2005 y que le permitió incluso meterse en la lucha del Récord Guiness. Unas cifras de vértigo que muchos de estos vecinos sufrieron, con actos vandálicos en sus edificios, con conductas incívicas y con una gran inseguridad.
«Creemos que ha sido muy acertada la eliminación de las barbacoas porque las playas deben ser para Cádiz un reclamo turístico y no podíamos permitir que se convirtiera en un lugar donde la gente se emborrachaba y llenaba de suciedad y colillas», apuntan desde la Asociación de Vecinos del Paseo Marítimo de la ciudad. En este sentido, aseguran que la ciudad «debe buscar otro tipo de turismo, de calidad, y no el que viene a la playa a coger una borrachera», apuntaba. «¿Cuánto cuesta el mantenimiento y la limpieza de todo eso?. Sería volver para atrás», apuntan vecinos del Paseo Marítimo.
En cambio, critican la falta de iniciativas para atraer al turismo a la zona ofertando actividades de calidad y acorde a lo que buscan los visitantes. «El Paseo Marítimo está a oscuras, sin actividad alguna, y cuando llegan los meses de invierno se convierte en un cementerio. A todo esto hay que sumar el orden absoluto en el que vive. Bicicletas y patinetes entre los peatones, coches aparcados, no hay tarjetas para los vecinos, que cuentan con 80 plazas de aparcamiento entre la Glorieta y Cortadura, cuando la población es de 10.000 personas», explican desde la entidad vecinal.
Políticos
«Su evolución natural hubiese sido su desaparición»
Juan José Ortiz
Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Cádiz
Ni siquiera desde los grupos políticos de la oposición creen que deba volver a impulsarse esta iniciativa. El portavoz del PP en el Ayuntamiento de Cádiz, Juan José Ortiz, recuerda que durante el mandato de Teófila Martínez comenzaron ya a tomarse las primeras medidas con el objetivo de minimizar el impacto de la celebración. «La evolución natural de eso hubiese sido su desaparición igualmente», apunta el edil, que puso de relieve que «no es posible mirar con ojos de 2022 lo que ocurría hace 15 años, a mediados de la década de los 2000, cuando las barbacoas del Carranza era un fenómeno social no solo bien visto, sino sobre el que se exigía su potenciación».
Asimismo, recordó que cuando el nuevo equipo de gobierno llegó en 2015 una de sus primeras intenciones fue acabar con ese acotamiento impuesto por Teófila y dejar la playa entera para las barbacoas, «una decisión muy criticada que le llevó al año siguiente a prohibirlas completamente, en otro ejemplo de vaivenes en la política municipal que llevamos sufriendo desde entonces», apostilla.
Ortiz también critica la doble vara de medir el equipo de Gobierno. «Lo que no es posible es darse golpes en el pecho acerca de procurar una playa sostenible, limpia y sin barbacoas y, al mismo tiempo, tener los usuarios que sufrir una playa sucia, con falta de servicios, de mantenimiento, sin seguridad y en estado de semi abandono como la tenemos este año y como hemos denunciado»..