South international series fest
«La salud de las series en español es brutal porque tenemos una forma de contar con una identidad propia»
Daniel Écija, creador de series como Médico de Familia, Periodistas o Los Serrano, reflexiona sobre el presente y el futuro del sector audiovisual español

La pujanza del español en las series internacionales es una parte troncal del South International Series Fest que se celebra en Cádiz. La factoría en lengua hispana, no sólo en este país sino en toda Latinoamérica, va conquistando poco a poco a un público internacional que sólo consumía factura anglosajona y ahora recibe otras narrativas, otros estilos, otra cultura.
Este lunes se dedicaba especialmente al éxito de estas series en español: sus motivos, su momento, su futuro. La organización ha invitado a Daniel Écija, el creador que está detrás de varias de las producciones españolas más importantes de las últimas décadas, como Médico de Familia, Periodistas, Siete Vidas, Un Paso Adelante, Los Serrano o El Barco.
En formato conversación con Natalia Marcos, Ecija repasaba su trayectoria, impulsada por el éxito de Médico de Familia. «Eso nos permitió tener tranquilidad y confianza para los futuros proyectos de cara a las televisiones, en una industria tan brutal que mueve un gran volumen de dinero y como te equivoques es fatal». En esa producción iba de la mano de grandes talentos como el propio Emilio Aragón, hasta que se embarcó en su primera aventura personal.
«La serie Periodistas fue mi primer proyecto en solitario. Sabía que si pegaba un castañazo con esta serie, ya nunca tendría otra oportunidad de hacer algo similar», reflexionaba. Desde entonces no ha parado de forjar grandes proyectos audiovisuales que han logrado reunir a toda la familia delante de la televisión.
«Mis series han sido muy familiares cuando yo he estado muy involucrado en la familia, tenía un fuerte componente autobiográfico», desvela. «Ahora es cierto que ha cambiado el consumo, se ha diversificado. Pero creo que hay series o programas que son muy universales, con un conflicto muy universal, lo que pasa es que ahora a mí no me sale. Yo no tenía la vocación de querer reunir a la familia, sino que simplemente me salía. Hablo de lo que sé, lo que siento y lo que vivo».
Desde sus inicios a la actualidad «ha cambiado muchísimo la forma de hacer series, sobre todo la herramienta. El digital es maravilloso, muy positivo para la posproducción, una fase en la creación que no se valora tanto. El avance tecnológico nos da muchísimas posibilidades», reconoce. Si bien asume con respeto, incluso miedo, lo que se aventura en el horizonte con la Inteligencia Artificial.
«No sé si se está utilizando la Inteligencia Artificial en los guiones en España. Yo lo miro con miedo, con respeto. Me parece que tendrá una incidencia en nuestro oficio brutal. Me da miedo que nos quite trabajo a muchas personas que hacen un trabajo extraordinario. Los muy grandes se mantendrán, pero los que están un poco por detrás lo sufrirán más». Confiesa su absoluta incertidumbre. «Será difícil que las máquinas aporten esa sensibilidad humana, pero… no sé. Aún así, creo que vamos a sobrevivir».
Daniel Écija ha transitado por un largo camino que en los últimos tiempos va cimentándose a velocidad de crucero. «La salud de las series en español es brutal», exclama. «Tenemos una cultura propia que es bestial y tenemos que defenderla. Nuestras series tienen un ADN. Por ejemplo, en la música no les ha ido mal, con el sur conquistando el norte, y pasa igual con las series. Tiene calor, emoción y sentido del humor. Es una habilidad que no somos conscientes de que la tenemos. Una forma de contar con una identidad propia».
A nivel económico no se puede competir, es obvio. «Los presupuestos que tenemos por aquí abajo no son los que tenemos por ahí arriba, pero tenemos talento».
«Si sabemos que somos fuertes y diferentes, debemos estar tranquilos. Hacer 'The Crown', con 14-18 millones de euros por capítulo, es imposible desde el punto de vista económico. Pero tenemos otras herramientas para tener un hueco a nivel global».
Y ahora, ¿hacia dónde vamos? «Yo intento hablar de lo que sé, de lo que siento y de lo que he vivido. Y en el sur tenemos un universo propio que es único e interesa al público. Nuestra sociedad es un extraordinario pasaporte para seguir viviendo».