Con 'C' de Cádiz

Quique Lafuente: «La radio me ha dado grandes satisfacciones y mejores amigos»

Enrique Lafuente Núñez. comunicador radiofónico

Beduino confeso y dominador de las tres 'C' de Cádiz, le debe a su pasión por el balonmano entrar en un mundo del que todavía no se ha separado

Quique Lafuente Núñez, en Santa María del Mar, su núcleo de acción. nacho frade
Alfonso Carbonell

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Sentarse a tomar un café en plena avenida con un beduino confeso como don Enrique Lafuente Núñez (Larache, Marruecos, 1952) es poco más que instalar una pequeña oficinita de saludas dada la extrema sociabilidad que gasta un personaje al que un servidor tiene que dar gracias al Señor por haberlo puesto en el camino de encontrarlo. Ser conocido suyo ha de ser un regalo, ser su amigo ya es el no va más. 'Hermanos', que los llama él. Y es el no va más porque Quique no solo es Quique; él es Susi, una mujer cañón compañera infatigable de fatigas, aunque son muchos más los buenos momentos, tantos que resultan incontables. Y Quique también son sus hijos Pilar y Quique, dos personitas tan espléndidas como sus padres.

Hay que irse al rifeño río Lucus para que Cádiz pescase a un gadita de marca mayor como este popular locutor radiofónico de inconfundible voz conocido desde Cádiz hasta Galicia gracias a su don de gente, su 'age' y su atronador '¡totalmente confirmado'. Una feliz y exitosa expresión que le salió en antena improvisando, que es como mejor le salen las cosas a los artistas innatos.

De Marruecos llegó a Sevilla y desde la Giralda a Cádiz, donde con apenas cinco añitos 'y en tiempos de Carnavales, cruzaba la calle, entre serpentinas, mezclándose entre las notas que las chirigotas lanzaban al viento en sus cinco esquinas' (made in Ripoll). Porque ese es el primer recuerdo que tiene de Cádiz este gaditano que trabajó en la residencia de La Cortadura gracias a un padre militar que lo quiso enderezar viendo como con los libros se llevaba peor que con el balonmano, un deporte que es su pasión. De hecho, fue su madre la que sacó el stop para impedir su marcha a Cataluña cuando el Cornellá se interesó por él para llevarlo a entrenar a su cantera. Gracias, señora Dolores, por eso alto que le dio a un chaval justo cuando pensaba dejar una ciudad que se sabe como la palma de su mano.

-A Cádiz desde Larache. Cuénteme eso, hombre.

-Pues un 14 de noviembre de 1952 dio a luz allí doña Dolores.

-De padre militar, entiendo.

-Mi padre era militar, en efecto. Estaba allí destinado. Aparte, la familia de mi madre vivía allí y allí se casaron. Después se fueron a Zaragoza, de donde es la familia de mi padre; de la parte de Rueda de Jalón, Épila...

-¿De ahí el nombre de su hija, Pilar?

-En parte, sí.

-¿Dónde se sitúa Larache?

-Cerca de Asilah, no. Está en el centro de Marruecos, al lado del río Lucus. Allí es donde comí por primera vez las angulas. Grandes angulas del río Lucus, que no tienen nada que envidiarle a las del norte de España ni a las de Sanlúcar.

-Muy pronto empezamos a hablar de comida, Quique.

-Jajajajaja.

-¿Hasta que año está en Larache?

-Yo estoy allí hasta el 57.

-Cinco añitos. Ya veo que guarda el recuerdo de las angulas. ¿Algunos más?

-Sí, tengo muchos recuerdos. Vivíamos prácticamente al lado del cuartel y allí jugábamos con los niños marroquíes. Había un colegio de Maristas al que íbamos todos los niños de los militares y de los funcionarios españoles, que habíamos muchos. Allí también vivían mis abuelos por parte materna porque mi abuelo era de Cortegana, de Huelva, bella localidad donde hay un gran jamón.

-Ya estamos otra vez... 

-Jajajaja

-Su abuelo materno era también militar?

-No, no, no. Él trabajaba en otra cosa. Y mi abuela materna era de Cádiz.

-¿Y qué se les perdió en Larache?

-Muy fácil. Mi abuelo, en la guerra civil, se metió a sindicalista.

-Qué ojo.

-Cuando terminó la guerra podemos decir que lo deportaron; vamos, que le dijeron 'quítate de en medio' jajaja. Él me contó muchas cosas; cuando lo cogieron preso se encontró muy solo porque todos los sindicalistas amigos suyos que lo aupaban lo dejaron 'tirao' por lo que tuvo que quitarse del medio. Mis abuelos se conocieron en Sevilla y de ahí tiran a Larache, donde se conocen mis padres, que se casan. Después de casados mi padre tira para su tierra; se van a Zaragoza, donde nace mi hermano mayor y ya después, mi otro hermano y yo nacemos en Larache. Y en el 57 nos vamos a Sevilla. Vivimos un tiempo en Gelves hasta que en el 60 nos vinimos 'pa Cádi'.

-Pare el carro, que ha ido muy rápido por Sevilla. ¿Qué estudió allí?

-Allí hice la 'miguilla' como se decía antes a la guardería. La hice en una que había cerca de casa; date cuenta que yo ahí tendría 6, 7 años porque en Cádiz cumplió los 8.

-¿Y cómo llega a Cádiz?

-Muy 'sevillanico' yo, muy 'der Beti'. En junio del 60.

-¿Qué guarda de su primer recuerdo de Cádiz?

-Pues mira, en el 61, mis primeros carnavales; yo me pierdo de mis padres y me encontraron en medio de una chirigota haciendo los mismos gestos que hacían los chirigoteros. Fue en la calle Pelota. Me acuerdo sobre todo por la bronca que me echaron y por eso lo tengo fijo en la mente.

-¿Por dónde vivían?

-Estuvimos un año en la calle Público del barrio Santa María, que es la que sale justamente a la Cárcel Vieja. Y la verdad que fue impactante; llegar aquí a Cádiz, jugar a la pelota con los niños de la casa que teníamos en frente, que eran unos pabellones de la Policía Armada. Al año nos trasladamos aquí, en frente del cuartel, a la Plaza de Toros, que entonces estaba, en Asdrúbal.

-Olé. ¿Llegó a ir a los toros?

-Muchas veces, muchísimas veces. Y además soy aficionado y un defensor de que la Fiesta Nacional no se pierda.

-Hubo un movimiento en Cádiz para que se pusiera una Plaza Multiusos en la ciudad, única capital de provincia que no tiene coso taurino. ¿Le suena?

-Sí, sí, sí. Yo he estado ahí metido. Bueno, no estaba totalmente metido, pero sí que iba a las concentraciones. Ahí estaba la peña Canales Rivera, en el bar El 12. Entonces, ahí había mucho movimiento e íbamos con la Peña Taurina que estaba en el centro de Cádiz y nos acercábamos al Ayuntamiento a intentar promover que se hiciera una plaza de toros que ¡se pen - só ha - cer! [exclama con el dedo en alto para dar mayor énfasis a su verdad].

-En ese supuesto, ¿dónde se pensaba construir?

-Pues, más o menos, creo que era por la zona donde está ahora El Corte Inglés; entonces aquello era un terreno medio baldío que se había ganado al Astilleros.

-Colegio.

-Nos venimos a la Plaza de Toros y directamente a Salesianos. De Salesianos al Instituto Columela.

-Grandes personajes han pasado por ese instituto.

-Sí, sí, sí. Ahora lo hablamos en todo caso, jejeje. Del Columela pasé a la Acedemia Hermano Gárate, en repetición de 2º de bachiller. Como seguía siendo yo muy buen, muy buen, muy buen estudiante...

-Jajajajajaja

-Pues eso, que me mandan interno con los Maristas de Bonanza.

-¿Eso dónde está?

-¡En Sanlúcar de Barrameda! Donde está el puerto pesquero de Sanlúcar.

-¿Allí un veranito o qué?

-Un veranito dice... Y dos años y medio.

-Jajajajajajajajajajajaja Con curas allí.

-Sí, señor. Hermanos Maristas, porque mi familia ha sido siempre de Maristas.

-¿Y cómo me sale de allí?

-Mejor y con mucha sapiencia de la vida porque con 14, 15 y casi 16 empiezo a solventarme los problemas yo solo; me venía en auto stop desde allí para Cádiz para guardarme el dinero del billete del autobús.

-¿Qué cursó en el internado?

-Era repetición de 4º de bachiller y 5º, que era lo anterior al COU.

-¿Y qué pensaba en el internado hacer cuando acabara?

-En un internado, como estás solo y a la vez con mucha gente de toda Andalucía, se piensa de todo, hasta de meterte de hermano marista a muchas cosas, pero yo, con 15 años, entrenaba balonmano a los infantiles. [Interrumpo].

-Es verdad que los Maristas han tenido de siempre mucha afición al balonmano.

-Sí, señor. Allí estaba entrenando, sin título ni nada, a los infantiles, que quedamos subcampeones de Cádiz, que perdimos en la final con el Columela, que lo entrenaba Juan Luis Conejo, el que era mi entrenador en el instituto y el que me metió el veneno de balonmano.

-¿De qué jugaba?

-De pívot o extremo, más de pívot que de extremo. Jugaba con los juveniles.

-¿Qué hace cuando deja el internado?

-Me vengo 'pa'ca' a hacer 6º y COU en el Columela y me meto en lo que se llamaba el CDS (Círculo Deportivo Salesiano), que lo entrenaba Pablo de la Torre.

-Y a trabajar o a seguir estudiando.

-Empiezo Empresariales. Y te digo empiezo porque no lo termino.

-Jajaja

-Ya llega un momento en que mi hermano pone una tienda en la plaza de Mina (LAMO Decoración, LAMO por Lafuente Molinero) y me meto ahí a trabajar con 19 años. A esa edad me doy cuenta que sabía más de balonmano que lo que podía desarrollar. Así que me meto a arbitrar.

-¿Dónde hizo el curso?

-Aquí, en la Casa de la Juventud, que estaba muy nuevecita.

-Que estaba en ...

-En la cuesta de Cánovas del Castillo. Hago el curso, que sería de una semana, y me pongo a arbitrar en Provinciales.

-¿Cuántos años ha estado arbitrando?

-Desde los 19 hasta los 37.

-Se supone que el público del balonmano no es tan salvaje como el de fútbol, pero alguna tendrá de esas de salir escoltado y esas cositas que el paso del tiempo arregla de tal forma para reírnos.

-Sí, sí, sí. Claro, claro. Hay tantas... Y bueno, risas... [dice sin mucho humor].

-Jajajajajaja. ¡Venga! Esa, esa. Del Portillo y con el Gades hay alguna que otra muy buena, eh. Cuente la suya.

-Sucedió en el Portillo, sí. Hubo una que fue con un señor que ya no está entre nosotros, pero que se caracterizaba por ir borracho a los partidos.

-¿Entrenador o qué?

-No, no. Era portero, en categoría ya nacional, eh. Jugaban los dos equipo de Cádiz, el CB Cádiz contra el CB Gades y no tiene otra cosa la Federación Española que poner a la pareja de Cádiz a arbitrar.

-¿Quién era su compañero?

-Miguel Ángel Fernández Cantalejo, hoy director del San Carlos. Y nada. Yo se sabía que se iba a liar y se lio.

-Jajajajajajaja

-Este señor creía que nos estábamos equivocando; lo habíamos expulsado, no descalificado ni nada, no. Expulsado.

-¿Dos minutos fuera?

-No, eso es exclusión. Este estaba en la grada expulsado y cuando acabó el partido nos esperó. Me intentó agredir..., llegó la policía y llegó Juan Limón a apaciguar.

-¡Hombre, un grande!

-Pues le dio una a Juan Limón, que entonces estaba en Radio Nacional de España, que lo mandó tres días a la UVI.

-Jajajajajajajaja. ¿¿¿¿¿¿¿¿Qué dice!!!!!!!!!!!! ¿¿¿¿¿A la UVI, cojones!!!!!!

-Sí, sí, sí. Como te lo estoy contando. Salimos en programas nacionales. Gracias a nuestras gran redacción al acta este señor fue castigado a perpetuidad; no fue nunca exculpado de su acción ni con siquiera amnistías que se concedían cada cierto tiempo. Pero ya te digo, este señor nos dejó desgraciadamente hace unos años y que en gloria esté. Esto es una cosa que me duele a mí mucho porque nunca más nos volvimos a dirigirnos la palabra. Y me duele en el alma porque antes de esto había sido amigo mío. Y te digo amigo, no conocido [dice mientras se le encoge la voz].

-Coño, al final no nos hemos reído como yo pensaba, joe.

-Pero bueno, esa es una de tantas anécdotas. Te voy a contar otra.

-Venga, venga.

-Otra nos pasó en Arahal, un pueblo tremendamente futbolero y allí se creían que aquel ambiente era propio de fútbol. Tuvimos que salir con problemas del pueblo.

-Que digo yo que en alguna se equivocaría, ¿no?

-Sí, sí, sí. No, no, no. Yo por supuesto que me equivocaba muchas veces, pero bueno, más se equivocaban ellos que no se sabían el reglamento, ¿no?

-Jajajaja Bien 'salío.' Bueno, ya que ha salido el gran Juan Limón, vayamos al lío aunque ya me huelo quien le lio. ¿Cómo llega la radio a su vida?

-En efecto, ¡por Juan Limón!

-De hecho, ¿qué papel tenía Juan en ese desgraciado incidente en el Portillo?

-¡Nada, solo el de apaciguar! Es cuando empieza realmente el balonmano a tener presencia en los medios de comunicación gaditanos. Eran los inicios del Gades.

-¿A él también le tiraba el balonmano?

-Sí, sí. También fue árbitro de Primera Nacional con José María Moreno Salazar, conocido por el 'Maía', de José María.

-La radio.

-A mí me llama en cierta ocasión Juan Limón y me dice que me vaya a decir los resultados en la radio. Él empieza en RNE, está luego un tiempo en COPE y después tira para Onda Cero.

[Cada cosa así de cinco, diez minutos Quique saluda a unos y a otras y con algunos hasta se levanta para hablar dado el tiempo que llevan si verse. En este entrevista, los 'ey, quillo', hola, hasta luego o me alegro de verte son una auténtica dinámica habitual. Tras otro paroncillo, retomamos].

-Entonces, es que me he saltado una cosa. Entro a trabajar en la Residencia Militar La Cortadura porque mi padre, exmilitar, se entera, cuando abren la residencia en el 78, que hay un sitio en la recepción y dice 'esto a ver si puede ser 'pal' gamberro este que no estudia ni 'patrá'. Y entro en el 80.

-¿Y en la radio?

-Creo que por el 90 o por ahí. Yo presentaba los actos que había en La Cortadura y recuerdo que le decía a Juan (Limón). 'Quillo, tienes que sacar más el balonmano que hemos ascendido y tal'. Y me dice: 'No, no, no. El que vas a hacer el programa de balonmano eres tú. Todos los miércoles diez minutos.

-¿En qué cadena?

-En Onda Cero.

-¿Que estaba donde está ahora, en la plaza Asdrúbal?

-Sí, pero estaba en el primer piso, no en el bajo. Entonces, ya me meto en el equipo de Carnaval, que estaba la gran voz, don Pepe Benítez. Aunque Pepe lo hablaba casi todo y nos daba muy poco juego jejeje.

-Home, 'pa' callarle a usted...

-Jajaja. Nos daba poco juego, pero yo, estando en el concurso, me importaba tres pepinos.

-Del Portillo al Falla. Vayamos con una de anécdotas.

-Tuve varias experiencias en los bajos de la Plaza de Toros porque ensayaban muchas agrupaciones y a mí me gustaba mucho el Carnaval. De siempre. En Salesianos tuve la suerte de tener al lado mía a Enrique Villegas hijo, que era hermano mayor de los Villegas que sacan ahora las chirigotas de tanto éxito. Yo me las tragaba casi todas allí siendo un chaval; allí he visto ensayar a 'Los hombres del mar' (1965) y a infinidad de agrupaciones más. Total, que yo no iba al concurso, yo me tragaba el concurso con la radio, que era magnífico. Yo era pequeño, pero entonces, en una ocasión estando interno me dicen que tenían una entrada para una sesión; entonces era de tarde y noche y tres días nada más. Yo me salí del colegio, me vine en auto stop.

-¿Lo sabían sus padres?

-Ni idea. Cuando yo aparecí en mi casa a las diez de la noche, porque fui a la sesión de tarde, se lio un poco. Gran brooooncaaaa..., los maristas llamando a mi caaaaasaaaa... Que dónde estaba el niño. 'Totá', que nada. Otra 've' preso 'pallá'. Pero bien, un castigo y eso, pero bien. 25 pesetas me costó arriba del todo, en el gallinero, pero en la reventa. Costaba 15 pesetas.

-Dios, qué cobazo nos han dado con el euro.

-Ya ves.

-¿Esa fue su primera vez en el Falla?

-Digo, cantaron 'Ruiseñores del Perú' (1971), una de las primeras, sino la primera de Pedro Romero. ¡Mag - ní - fi - ca! Esa fue la primera vez que entré en el Falla, donde yo me llevaba una radio pequeñita.

-O sea, que vivió la polémica entre Martín y Paco Alba.

-Sí, eso fue en el 73; estaba yo aquí, en el Columela. Yo empecé a ir sobre el 70 de una forma continuada al concurso, exceptuando algunos años en los que no pude sacar entradas. Después también salí en el 77 en 'Los Dedócratas', 'La guillotina' en el 78 y en el 79 'Los buhoneros'. Pero me preguntabas por lo de Paco Alba y Antonio Martín y te puedo decir que soy de los pocos, porque a nadie se lo he escuchado decir, que reconozco que chillé a Paco Alba, equivocadamente. Cantaron los dos en la final; tuco 'Capricho andaluz' una actuación estelar con un grupo joven como ocurre ahora con los jóvenes que salen, pues igual entonces. En ese grupo de Martín iban los hermanos Sibón Pedemonte (el Purri y el Carli), con los hermanos Galleguito, Silva... Los otro eran 'Estampas goyescas', que los pobres aguantaron ahí estoicamente, se retiraron y después volvieron a cantar. Cantaron presentación, dos pasodobles, dos cuplés y el popurrí y se fueron y no quisieron entrar al trapo del teatro.

-Vamos, que era un tifosi de la época.

-Más o menos, podría decirse. También dejaban entrar bebidas espirituosas en el Falla; no era lo que es ahora.

-¿Pero en las butacas también?

-En todos lados; teníamos bares por las tres plantas. Y aquello duraba hasta las cinco, seis de la mañana. Total, que lo abuchee. Después le pedí disculpas en persona a don Francisco Alba Medina porque me había equivocado rotundamente. Pero una cosa te digo, me gustaba desde el principio la línea de Antonio Martín, aunque posiblemente su última época menos.

-Y de aficionado a comunicador. ¿Cómo se lo ha pasado con el micrófono en el concurso?

-La experiencia ha sido muy buena y me lo he pasado genial. Yo hice mi labor muy cómodamente porque date cuenta que la gente me conocía al estar yo de mucho tiempo atrás en el entorno de las agrupaciones; me conocía mucha gente y, posiblemente, por ese entorno al que conocía y mi conocimiento se venían conmigo antes que con otro.

-Ha vivido muchas décadas del Carnaval.

-Una barbaridad.

-¿Con cuál se queda?

-La del principio, la del 70 al 80. Fue una pena que en los 80 las chirigotas se vienen un poquito abajo tras aquellas de Agüillo; hasta que en el 81, 82 sale ya Paco Rosado y se reactiva la modalidad. Y más adelante vienen ya el Selu, el Yuyu, que son chirigotas que aunque han dado un pasito adelante a mí me hacían reír más las anteriores. Por no hablar de las de ahora, que directamente no me hacen gracia ninguna, nin - gu - na. Igual me pasa con las comparsas, donde quieren sobresalir más los componentes que los autores; además, lo que dicen todo va en una misma línea y apenas hay sorpresas. Entonces, yo llevo desde el 20 sin ir al Falla, que fue el último año que retransmití.

-¿Ni como aficionado?

-No he ido, no he ido. No.

-¿Divorcio total?

-No, yo he dicho que no voy a pagar una entrada y como no me ha invitado nadie, 'po' no voy. Jajajajaja.

-¿Y como componente?

-Respecto al Carnaval, esos años que te antes he contado que salí con los dedócratas fue lo mejor que me ha pasado.

-De una C a otra. ¿Capillita?

-Sí, cargador durante ocho años del Jesús Caído, con don Miguel Ángel Maján Baena, el Poleo. Es que los dedócratas salen en su mayoría de las cuadrillas del Caido. Los Fernández Repeto, Manolo Bocanegra... Prácticamente, el coro era la mitad de la cuadrilla y viceversa. Nos unimos a Miguel Villanueva, que trae al Gómez, a Emilio Rosado.

-Vamos, que lo uno llevaba a lo otro.

-Sí, sí, Después ya el Gómez y Emilio Rosado empezaron a escribir.

-¿Y cómo vive la Semana Santa?

-Vamos a ver, yo en Semana Santa he salido en La Piedad, que era la cofradía de los militares, en Humildad y Paciencia o cargando en El Caído. O sea, yo la he vivido por dentro, pero ha llegado un momento que prefiero verla desde la barrera. Date cuenta que yo viví esos dos años y medio en Sevilla viviendo la Semana Santa de una forma muy intensa aunque fuera muy pequeño. Allí tú sabes que son muy 'picaos'; entonces, los vecinos me llamaban a ver las cofradías y la vivía siendo un mico de una forma muy distinta. De hecho, al principio, yo no entendía la Semana Santa de aquí. Yo decía [y pone voz de pito emulando la de un niño}: 'Po en Sevilla la sacan de rodilla y aquí la llevan a ruedas'.

-Se llevaría algún que otro cate...

-Sí, pero de mi hermano mayor, que me decía 'Cá - lla - te'. Y fíjate, ahora soy más gadita que 'pa' que.

-Y la otra C. El Cádiz. Le hago la misma. ¿Con qué década ha disfrutado más o con qué equipo?

-Con el de Domingo Balmanya.

-Es cierto que muchos de sus coetáneos señalan aquel Cádiz como el que mejor fútbol ha hecho.

-Se disfrutaba muchísimo ese equipo, que jugaba en Segunda, pero que se hace ya el entronque 'pa' que lo coja Enrique Mateos para ascender a Primera en el 77. En ese equipo jugaban don Ricardo Ibáñez, don Fernando Carvallo Muñoz, don Eloy. Ahí yo era un simple aficionado.

-Hemos hecho una parada en su evolución en la radio; lo he dejado en Onda Cero colaborando en Carnaval y locutando marcadores de balonmano. ¿Cómo llega a Radio Cádiz?

-Efectivamente, yo estaba en Onda Cero cuando don Carlos Alarcón Castellano le propone a Antonio Hernández Rodicio, entonces jefe de informativos [Interrumpo].

-¿Año más o menos?

-En Onda Cero me tiró un año y medio; allí hago el Carnaval con Pepe Benítez y el fútbol y el balonmano con Juan (Limón) y en el 96 ya me dice Carlos Alarcón que me vaya con ellos en Carnaval. Pero estuve un tiempo saliendo en Carnaval en Radio Cádiz y hablando de Deportes en Onda Cero. ¡Como no cobraba en ninguno de los dos sitios, 'po' nada! Jajajaja.

-Jajajajaja

-Hasta que en enero del 97 me llaman de la radio doña Blanca Juste y me dice que me quieren allí para Deportes y 'pa' Carnavá.

-Un recorrido muy largo en la Ser que ya se está acabando.

-Bueno, sigo colaborando en cositas que yo llevaba antes, pero, vamos, ya en antena entro muy poquito.

-¿Qué le ha dado la radio?

-Muchas satisfacciones y, sobre todo, muchos amigos. Y muchos amigos en todo el territorio nacional, pero en especial mi amigo Pepe Domingo (Castaño) y también Paquito González. Prácticamente, toda la redacción deportiva que está ahora en Cope éramos amigos de antes en la Ser. Cada vez que venían por aquí yo me reunía con ellos y echábamos el ratito. Eso a nivel nacional, y cómo no me voy a acordar de mi gran amigo Theo Vargas.

-Mis respetos y admiración a esa gran persona que se nos fue. ¿Qué era para usted?

-Fue un periplo maravilloso a su lado; fueron 19 años al lado de él y me he cruzado España como once veces con él porque le gustaba mucho ir en coche; algunos viajes sí hicimos en avión, pero muy pocos. Conocerlo y trabajar junto a él ha sido una experiencia inolvidable porque con Theo era todo parabienes; viajar con él era un regalo porque era un tío súper conocido en España. Como persona era magnífica y como comunicador, único.

Quique, en tiempos de pandemia, entrevista a su amigo Theo el día que presentó su libro 'Historias en la maleta de un periodista'.

-Doy fe y que esté en la gloria que se ha merecido. Hacían un gran tándem. Y a nivel nacional también. Cuénteme como surgió ese inconfundible '¡¡¡¡¡Totalmente confirmado!!!!!!'.

-Eso es muy fácil. Se estaba haciendo una campaña de la tarjeta joven del Banco de Santander y Pepe dice que lo va a hacer con los inalámbricos. Y entonces empieza él desde el estudio a ir por los campos preguntando a unos y a otros '¡Vámonos a Bilbao! ¿¿¡¡Se confirma lo de la tarjeta joven, tal!!??' No me acuerdo el compañero que estuviese en Bilbao. 'Sí, se ha confirmado...', respondía el inalámbrico. Nah, total que dice '¡Vááááááááámonos a Cádiz! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Quiqueeeeeeeeee!!!!!' me llama en antena. Y le digo: '¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Diiiiiimeeeee Peeeeepeeeeeeee!!!!!!!!'

-Jajajajajajajajajajajaja

-'¡¿Se confirma que la tarjeta joven ha llegado??!!' Y le respondo: '¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Totalmente confirmadooooooooo!!!!!!!!!!!'

-Jajajajajajajajaajajjajajajajaja

-Y escucho que ponen de fondo y fuerte la canción de 'Aaaaaaaleluya, aaaaaaleluya, aleluya, aleluya...' Y 'paf', lo trincaron y salió. Y la verdad que ahí quedó y debió pegar porque a la larga me pasaba de ir a hoteles y decirme los de la recepción '¿usted es el de totalmente confirmado?'. Jajaja. Sí, sí. Algunos recepcionistas no dudaban en salir de la recepción para hacerse una foto conmigo. Y yo diciendo '¿esto qué es?' jajaja.

-¿Cómo se gesta su amistad con Pepe Domingo Castaño?

-La amistad con Pepe es buena porque vino a hacer el Larguero aquí, en Carnaval, con el equipo de José Ramón de la Morena. El grueso del equipo se iba después del programa a dormir a Sevilla para después coger el avión. Y Pepe dice que no, que él se quedaba aquí. El programa se hizo en el Palacio de Congresos y Pepe se queda y no sabían cómo atenderlo. Así que me dice Blanca Juste, que en paz descanse. -'Quique, tú te quedas con Pepe. Mira, hemos hablado con los de la carpa y tenéis entrada libre; coge los taxis que te dé la gana y haces facturitas de todo lo que os gastéis y listo'. -¿Ah, ji?. Y digo cuando acaba el programa. 'Pepe, vámono'.

-Jajajajajajaajaja Miedo me da cómo acabó el bueno de Pepe.

-'¡Vámonos, Quique! [recuerda que le dijo con esa voz tan suya, tan norteña]. Era la una o por ahí. '¡Taxi! A la carpa'. Llegamos a la carpa, nos estaban esperando, entramos. Los primeros vasos de por aquí [y hace un gesto de gañote]. Los siguientes ya de la radio; el Pepe se cogió un cabreo porque no le dejaba pagar. Estuvo encantadísimo porque la gente no le daba el coñazo.

-¿Era la primera vez que estaba con él?

-Antes habíamos estado una vez juntos, pero en un acto con más gente. Pero tú sabes que la relación era asidua por la radio; estábamos en Primera y me daban paso muchas veces. Vamos, que nos conocíamos como compañeros de un domingo sí y otro no. Y nada, cogía el avión a las 9, lo dejé a las seis y media en el hotel Atlántico con el tiempo justo de recoger la maleta, que lo recogiese en coche el gran Theo Vargas y lo llevase a Jerez. Al tiempo, me llama y me dice 'vente este año al Santiaguiño do Monte', que es la fiesta de Padrón. Y desde entonces solo he fallado tres años.

-Doy fe de que también es popular en Padrón, donde no nos dejó pagar a José María Aguilera, Rubén López y un servidor, que andábamos haciendo el Camino por allí, una cuenta estando usted en Cádiz, desde donde telefoneó al dueño de la marisquería para hacer el pago vía transferencia. ¿Cómo se llamaba ese restaurante?

-Rial, el pobre ha fallecido hace poco y ha dejado viuda a la mujer.

-Qué me dice. Un tío tan grande como encantador. Era central de fútbol nos dijo mientras no enseñaba fotos que tenía por el comedor y los pasillos.

-Sí, pero muy malo, como yo le decía entre bromas. Era gran amigo también de Pepe.

-Gran anfitrión que fue el hombre. Una pena. Siempre me ha dicho que llegó a la radio gracias a su gran pasión, el balonmano.

-Así fue. Y también tengo mi historia de entrenador exitosa en San Felipe Neri, ehhhh. Aquello fue en el curso 74/75, poco antes de conocer a mi mujer. Yo quería entrenar y entré con los infantiles y alevines porque estaba el hermano Gabriel, un seglar, entrenando a los cadetes. Quedamos campeones de Cádiz en alevín; no se podía más porque no había campeonatos de Andalucía, donde sí fuimos campeones con los infantiles, con los que fui a León a jugar la fase final que quedamos sextos. Muy bien.

-¿Ese fue el año exitoso, Quique?

-No, no, espera. Ahí empecé. Ya, al año siguiente, se va el hermano Gabriel y los cadetes habían pasado a juveniles y los cojo; quedamos campeones de Andalucía y vamos a Soria a jugar la fase final. Quedamos sextos.

-¿Otra vez?

-Perdimos con el Sagrada Familia de Barcelona, que lo entrenaba el entrenador más exitoso del balonmano español que era Valero Rivera.

-¡Coño!

-Ese. Jejeje. Y allí, en León, intentan llevarme a entrenar a Mataró, que entonces estaba en División de Honor; era para ir a entrenar a la base. Pero mi madre se niega totalmente a que me vaya.

-Una monería verlo hablar ahora con acento catalán sería, Quique.

-'Fíate' tú. Charnego total. Jaja. En San Felipe estuve tres año seguidos y lo dejo porque comienzo a trabajar con mi hermano y me era incompatible totalmente; terminaba de trabajar a las dos, entraba a las cinco y al entrenar con niños no podíamos hacerlo de noche. Así que ahí dejé mi periplo en los banquillos y retomo el arbitraje, donde he llegado a Primera Nacional y he estado seis años en el Comité Nacional de Árbitros de la Federación Española de Balonmano haciendo informes; yendo de delegado federativo a competiciones nacionales. Yo he disfrutado mucho el balonmano.

-¿Más que la radio?

-Sí. Es que para mí el balonmano es mi pasión. Tengo la medalla al mérito deportivo de la Federación Española de Balonmano en categoría de plata. Sé un poquito, sé un poquito. Jejeje.

 -Casado felizmente con Susi Almagro y padre de dos hijos encantadores, llegó a conocer al alcalde Jerónimo Almagro en activo.

-Sí, sí, pero yo no tenía ni puñetera idea de qué iba a hacer mi suegro. Jajaja. Después, cuando ya me casé con Susi llegué a hacerle de chófer.

Quique y el vuelo de una gaviota, esos que tienen tres años más para ratificarlos o no. nacho frade

-¿Cómo conoció a su mujer?

-Por las pandillas de la época. Resulta que un gran amigo mío, que tampoco está entre nosotros por desgracia; se fue de esta vida porque le dio la gana irse y no por suicidio, eh. Ponlo, eh. Juan Freire, de Efectos Navales Paulino Freire. Gran amigo. Pues Juan tiene mucho que ver porque mi mujer era muy amiga de Concha Lacave y él estaba detrás de ella y yo hice de celestina un poquito y, claro, me tocaba ir con la amiga, que era Susi. Jajaja. Y así empezamos, empezamos, empezamos hasta ahora.

-¿Y cómo era salir con la hija del alcalde?

-No, no, no. Entonces ya no era alcalde. Pero una cosa siempre puedo decir y es que cuando lo fue, sin yo conocerlo aún, defendí mucho la figura de Jerónimo Almagro durante su alcaldía. Yo no lo conocía de nada, un poco por el entorno porque iba a la cervecería de El Puerto con sus amigos y coincidíamos allí a veces. De hecho, cuando le dicen a mi suegro que su hija está saliendo con Quique lo acoge de gran categoría. Siempre tuve una gran unión con él hasta el año 86 que desgraciadamente fallece mientras veía una corrida en la Plaza de Toros. Fui chófer de él mucho tiempo porque date cuenta que yo empiezo con mi mujer en el 77, prácticamente el año de los dedócratas, que yo me la llevaba con el coro.

-¿A qué se dedicó después de ser alcalde?

-Tenía un despacho de abogados con dos socios, Julio Esteban Glover y Jenaro Jiménez Maisonnave. Él era abogado y, además, también llevaba varios campos que había heredado de sus bisabuelos por Medina y Paterna. Aún continúan siendo de la familia.

-Y ya que hablamos de un alcalde, hablemos también del estado de la ciudad. ¿Cómo la ve después de tantos años viéndola?

-Esa pregunta me la hicieron a mí hace tiempo estando doña Teófila y prácticamente casi me dejó de hablar porque dije que veinte años en una Alcaldía no se podía estar; que debería haber dado paso a otros. Y mira, yo este año he confiado en el equipo de Gobierno que está y en el primer año que han estado no me ha gustado prácticamente nada como lo está llevando. No veo a la ciudad limpia, ni cambiada. Lo único que les aplaudo es que, parece ser, que el gran pabellón Fernando Portillo va a volverse a hacer como nos prometieron.

-Bueno, con que lo levanten y lo dejen tal y como estaba algunos nos conformamos.

-Yo fue muy contrario a esa demolición; me dijeron que era porque se iba a hacer al lado la Ciudad de la Justicia y como se puede ver está hecha ahí y es muy bonita.

-Jajajaja

-Es un edificio abandonado, el de la Institución, y un solar en el pabellón Portillo. No podemos traer aquí ninguna competición internacional de sala porque no tenemos ningún sitio donde se pueda ubicar; tenemos menos pabellones que cualquier pueblo.

-Dígamelo a mí que estoy pasando las de Caín para jugar pachangas con los amigos. Cádiz, si no fuera por los horarios y las restricciones, bien podría ser considerada la capital del vicio. No hay forma de hacer deporte si uno no está federado, joder.

-Vamos a ver, hay aquí menos pabellones que en Carmona, con todo el respeto a Carmona, que me encanta. Pero ahora dicen que van a hacer un pabellón de 2.500 personas, que no está mal para la ciudad de Cádiz, pero también empezaron con 30.000 para el estadio Carranza, hoy Nuevo Mirandilla, bajaron a 25.000 y no caben más 19.000. O sea, vamos a ver en qué se queda el nuevo Portillo. Les queda tres años por delante y espero y deseo que este equipo de Gobierno tire 'palante' y nos ponga la ciudad como la puso Teófila Martínez en sus primeros tiempos.

-Dicho queda.

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