con 'c' de cádiz
«Esta profesión es una gran oportunidad de negocio en Cádiz»
Javier brenes lópez, paseador de perros
Javier Brenes lleva siete años adiestrando las mascotas de muchos gaditanos que confían en él la educación de sus animales de compañía
Javier Brenes Martín (Cádiz, 1982) estudiaba para subinspector de Hacienda cuando hace ahora siete años le dio por entrar antes en la administración aunque desde fuera, o sea, cotizando. Se hizo autónomo y montó una empresa con la que echó a andar. Y no ha parado. De andar... Y de trabajar.
Se inventó un trabajo -su trabajo-, y de buenas a primeras se convirtió en el llanero solitario de la Avenida, pero con perros. A sus pies, con paso sereno y calmado, le sigue una manada de canes que desfilan por la arteria principal de la ciudad al compás de un flautista de Hamelin que mira tanto por las mascotas como por los viandantes. Orden, sacrificio y dedicación son tres requisitos indispensables en la profesión de Javier, que emprendió como adiestrador «para vivir sin salir de Cádiz» y vaya si lo ha conseguido.
Como todas las profesiones, la de paseador de perros tiene sus pros y sus contras, pero este gaditano que estudió Empresariales mantiene siempre la calma aunque no sea fácil dado que su rutina laboral la comparte con el animal más agradecido y noble de la faz de la tierra. Y, por supuesto, de Cádiz.
-¿Cómo empieza con esto?
-Pues mira, ahora en septiembre hago siete años dado de alta. Precisamente, ese es mi filón para hacer clientes.
-¿Qué hacía hasta entonces?
-Opositaba para subinspector de Hacienda. La oposición era muy dura y al año y medio de estar estudiándola la dejé. Me vi con el problema de tener 33 años y apenas un mes cotizado.
-¿Qué había estudiado?
-Administración y Dirección de empresas. Y al final, mira, estoy trabajando siendo un empresario individual. Complicado de ver, pero aquí estamos aunque la gente no lo conciba (risas).
-Este trabajo está muy extendido en Estados Unidos y demás países. ¿Tiene algún anglicismo con el que se le conozca?
-No sé fuera, pero en España hay un epígrafe en Hacienda que se llama adiestramiento y cuidador de mascotas. Y ahí es donde me he metido porque yo ofrezco paseo de perros, guardería y adiestramiento.
-Guardería. Explique eso.
-La ofrezco tanto en mi casa como fuera. En mi casa, con un límite de un perro porque ya tengo otro y ante todo quiero vivir y también descansar. Y fuera, que es gente que se va de vacaciones y me deja al perro unos días o bien me dejan las llaves de su casa. En definitiva, una guardería es un hotel de perros. Para eso es imprescindible que el sitio donde viva, como es el caso, pueda tener mascotas. Le estoy muy agradecido a José Luis López de Cozar, mi casero, porque pocos hay así.
-Veo que cuenta con la confianza absoluta de su clientela.
-Pues sí, porque hay clientes que quieren que vaya tres veces al día o incluso que me quede en su casa mientras ellos se ausentan. El tema es ofrecer todas las facilidades posibles. Si hay que dormir fuera de casa, se duerme.
-¿Y el adiestramiento?
-Lo que yo hago es entrenamiento tanto de dueños como de perros, porque al fin y al cabo el que debe aprender es el dueño, que es quien lo va a tener toda la vida.
-¿Cómo se ha formado?
-Lo que hice es ver muchos vídeos de internet y leer muchos libros, sobre todo de César Millán, que aunque tiene muchos detractores es el mayor adiestrador de perros del mundo y ha salvado millones de vidas humanas gracias a ellos. Gente que estaba frustrada con su vida y le ha salvado un perro. Pero para eso hay que tratarlos como a un animal de manada, aunque también necesitan sus cosas. Y esto no todo el mundo lo sabe y al no comprenderlo suele originar problemas.
-O sea, que hay mucha gente deprimida a cuenta de que la relación con su perro no es buena. Interesante esto.
-Sí, y eso pasa mucho en Cádiz. A día de hoy, mucha gente trata a su perro para suplir una necesidad o una falta personal. Por ejemplo, ahora está de moda vivir solo o estar soltero, pues incrementan los dueños de perros.
-¿Qué raza es su perro?
-Yo tuve un buldog inglés, pero murió. En ese tiempo también estaba atendiendo al perro de mi casero, que estaba malo y llegué a un acuerdo para cuidarlo. Es una mezcla con labrador. A mi casero le debo mucho porque desde el primer momento empatizó con mi trabajo y me ha ayudado bastante.
-Es al cuidar al perro de su casero cuando va maquinando la idea a la que dedicarse.
-Bueno no, en realidad fue antes, cuando estudiaba la oposición. A mí de siempre me han gustado los animales y un amigo de la que mi entonces era mi novia nos dejó su perro (un shar pei que se llamaba Tango) porque se iba de vacaciones y no tenía a quien dejarlo. Pues como fue la cosa que cuando volvió le dije que me lo dejase para irme a correr, dar un paseo y, en definitiva, tomar el aire tras tanto estudio. De hecho, este amigo, que ahora trabaja en Alemania en Airbus, me dice que mi profesión allí está muy bien vista y respetada. Valga como prueba que en Alemania, antes de comprarte un perro, tienes que hacer unos cursos. La cosa, allí, es más estricta para tenerlos. Y claro, allí los perros entran en todas partes. (En ese momento se cuela una paloma voladora en mitad de la cafetería donde está siendo la entrevista). Igual que ha entrado el palomo ese, allí los perros pueden entrar igual y sin pedir permiso (risas).
-Jajajajajajaajajajajajajaja
-Aquí en Cádiz, por ejemplo, es verdad que cada día dejan entrar a perros en más establecimientos.
-Vayamos a las razas. ¿Tiene alguna línea roja?
-Más que yo, la ley de perros potencialmente peligrosos, los cuales solo los pueden sacar personas con ese permiso. Esto para ti y para mí: me ha llamado gente para que les saque a perros que están en esa lista (pitbull, doberman, rottweiler...) y me dicen que ellos no tienen el permiso. Yo pregunté en el centro del Palillero por estos permisos para sacármelos, pero no me compensa, de momento.
-Al hilo de estos canes tan temibles, no puedo evitar hacerle esta pregunta. ¿Hay dueños más peligrosos que sus perros?
-Sí (risas). A ver, piensa que no hay ningún animal que sea malo por naturaleza. Simplemente es que a muchas razas le hemos sacado del campo y las hemos metido en las casas. Y muchos ni salen de ellas.
-¿Cómo le va viendo futuro a la empresa?
-Me sentí muy bien cuidando a Tango y, además, muchos conocidos me decían que se me daba bien. Y de la palabra a los hechos, porque otros amigos comenzaron a dejarme los suyos para que hiciera lo mismo. Ante esto, antes de publicitarme en internet y demás, me di de alta. Al no haber sido nunca autónomo, tenía reducción de cuotas. La única filosofía del negocio era montarlo si me era rentable, en el caso de que no, pues a otra cosa. Y eso hice y eso sigo haciendo.
-¿Qué es lo más duro de su profesión?
-Es un trabajo físico y en mi manada tengo desde perros chicos a grandes. Y cansa, y más en agosto con 35 grados. Además, si voy a la vez con un perro grande y otro chico no puedo ir al mismo ritmo porque uno se cansa y a otro me lo cargo y viceversa. Por lo tanto, me tengo que sentar a descansar. Pues mira, ¡hay que gente que eso no lo comprende y me chillan en mitad de la calle!
-Hay gente 'pa tó'. Ni caso. Además la calle es de todos y para los primeros que lleguen.
-Mi manada es variada y necesito descansar.
-Dentro de su manada, ¿hay perros que se llevan peor con otros y se preocupa en el cuadrante de que no coincidan?
-Claro. Por eso el principal consejo que dan los veterinarios cuando los perros viven en la ciudad es castrarlos porque así evitas enfermedades gordas como el cáncer, problemas de sociabilidad con otros perros y, sobre todo, porque van a mejorar la vida de sus dueños. Además, para los perros es mejor porque ya no están en una constante lucha por satisfacer su instinto primario y viven la vida mucho más relajada. Lo que pasa es que hay muchos dueños que no quieren porque, más que a sus perros, les afecta a ellos por el qué dirán. Yo antes hacía diferentes grupos en función de la personalidad de cada perro pero ahora, ya con más experiencia, sé que mientras no los ponga juntos no se pelearán.
-¿En serio hay dueños así? Ojú, las cabezas.
-Digo. Ahora se está tramitando una ley por la que si tienes dos animales del mismo sexo bajo el mismo techo, uno por lo menos tiene que estar castrado. Es algo para combatir la venta ilegal de mascotas,
-Es verdad que antes se solían cruzar a los perros en la búsqueda de cachorros. Personas que iban al parque y lo acordaban. ¿Eso ya no se puede hacer?
-No se podrá, no. También es una forma de vigilar el abandono porque luego tienen un caja de cachorros y no saben qué hacer con ellos. Eso hay que regularlo. El que quiera comprar deberá ir a un criadero. Hay que concienciar que el animal siente y padece; no se trata de un juguete que valga 500 euros o que el particular quiera ponerlo para lucrarse.
-¿El perro diferencia la voz de su amo?
-Por supuesto. Y no sólo eso, respeta a un líder que lo trate con seriedad, cariño y respeto. Pero también que cumpla con él satisfaciéndole en sus necesidades (comer, limpieza, correr…).
-¿La manada tiene líder?
-Todas. Aquí es donde radica el problema de la castración. El líder siempre va a ser uno que no esté castrado y si hay dos que no lo están surge el problema. Dentro de cada manada ellos se hacen su propia jerarquía. Los ganaderos de toros tienen solo un semental y no diez, porque si no se matarían entre ellos. Pues los perros, igual.
-Tirar de todos ellos supondrá una tensión. ¿Me equivoco?
-Sí que la lleva. Esto no es el país de las piruletas, como dice Homer Simpson. La gente me puede ver muy seria por la calle pero es porque estoy trabajando y conlleva atención lo que llevo entre manos. Muchos niños se quieren parar a jugar con los perritos y les digo que no porque me pueden alborotar la manada. Los padres me dicen 'vaya, que antipático'. Y les digo, 'sí, soy antipático'.
-Jajaajjajajajajajaja Bien dicho.
-Pero es que lo que muchos no entienden es que si vas con una manada de cinco, seis o siete perros no puedes estar deteniéndote según para qué cosas. Pues nada, se lo dices un día, y al siguiente lo vuelven a hacer. Casi todos los que van con perro se suelen parar, casi todos. Yo solo me paro con el que conozco de vista y sé que el suyo no es problemático con los míos. O también me paro con cachorritos porque mis perros los tengo educados para que puedan estar y tratarlos sin problemas ninguno. Pero por ejemplo si me viene uno de fuera sin castrar y me lo quiere meter en mi manada ahí se lía la mundial. Y claro, me niego a que se pelee con el más dominante de mi manada y después con todos. Yo no voy dándome un paseíto, yo voy tenso. Y quitando los días de mucho calor donde me paro a descansar, la mayoría de las veces tengo que ir rápido porque esto es un servicio al cliente y he de cumplir con unos horarios.
-¿En qué consiste el servicio básico?
-Dos horas de paseo. Y dependiendo de las energías de los perros y de los horarios, pues me llevo a algunos a correr mientras yo voy en bici.
-¿Cómo es un día suyo?
-Todo el día liado, quitando un par de horas de la comida.
-¿Y no tiene días libres?
-Eso me los pongo yo, pero al ser autónomo un día que no trabajo es un día que no cobro. Tengo un sueldo que no me quejo, pero si me quiero ir de vacaciones tengo que dejar al mío en una guardería.
-¿Cómo está el turismo para los perros?
-La oferta de viajar con perro es muy escasa y eso que hay mucha demanda.
-Cádiz debe ser una ciudad muy buena para tener perro. ¿Qué zonas prefiere para ellos?
-Indudablemente, la playa, pero lo que pasa es que legalmente no se puede.
-¿Ni en invierno?
-Tengo entendido que tampoco. En época de no bañistas es posible que se haga la vista gorda, pero si un vecino llama la policía puede ir a multar al dueño del perro.
-Pero si la policía no baja ni a la playa ya…
-No sé eso, pero lo que leí hace tiempo fue una propuesta para el año que viene del equipo de gobierno para que la gente pueda bajar a los perros en temporada de no bañistas. No sé si sería una 'fake news' o lo que sea, pero en todo caso de lo que se hablaba era del año que viene, no ahora.
-¿Le ha pasado tener en su manada a un perro sin castrar y una perra en celo?
-Sí, y he acabado llorando porque eso es indomable. Eso es como si te ponen un coche y este va jalando dos horas de tus brazos. Lo dicen todos los adiestradores: No se puede luchar contra el instinto primario de un animal. ¡No – se – pue- de!
-¿Y qué le dice a un dueño que le deja el perro así, sin avisar?
-No han sido pocas las veces que he acabado peleado con personas que quería mucho por culpa del perro. Te dicen que sí, que está castrado y luego resulta que no. O peor fue lo que me pasó con una cliente, que me dejó a la perra echando sangre. La tuve que llamar para devolvérsela porque eso no se puede hacer porque a por esa perra va hasta el perro que está castrado. Es inhumano. Pues muchas de estas cosas, que son tan básicas, no se hacen.
-¿Hay momentos duros?
-Yo tengo el apoyo de mis clientes y estoy tranquilo a pesar de ciertos problemas o críticas que suscita mi trabajo. Pero es duro recibirlas. Yo he montado una empresa que me va bien y a veces cansa, no el trabajo, sino esas personas que te recriminan lo que haces. ¿Cuál es el problema? ¿Qué es una empresa de perritos? ¿Qué pasa, que tiene que ser de abogados? No lo entiendo, la verdad.
-¿Cuántos clientes tiene?
-Desde que abrí, tengo entre 47 y 50.
-¿Todos en Cádiz?
-Ahora sí, pero tuve también en la provincia hasta que la demanda que tengo en Cádiz me compensaba ya. Pero, por ejemplo, tuve a uno en El Puerto al que quiero mucho como Paco Loco, el productor de música.
-Supongo que entre tanto cliente alguno que otro se ha dejado notar..
-Pues mira, precisamente, en El Puerto me pasó que al que era mi perro lo llegó a cuidar Mikel Erentxu. Ya digo que mi clientela es muy buena. Jueces abogados, músicos, policías y gente de todo tipo. Hasta el Decano de Medicina, que es mi cuñado. No me puedo quejar.
-Supongo que este buen ambiente que mantiene con su clientela es lo que compensa todas esas críticas absurdas que dice sufrir.
-Pues sí, es verdad que las críticas es lo de menos, pero las resalto porque son ilógicas. Y sí, efectivamente, mis clientes son personas responsables que no pueden atender a su perro por su trabajo o porque están enfermas y no pueden sacar el perro a la calle.
-Conoce la calle de primera mano dado su trabajo. ¿Qué gaditano es más guarro; el que tiene perro o el que no lo tiene?
-(Risas) No sé, no sé. Jajaja. Esa pregunta la traía en la mente, pero no tengo la respuesta. Pero por no evitarla, diré algo sobre la playa que tenemos, donde es una pena que no se puedan perros. Aunque esto es como todo, habrá gente que no quiera perros…
-Yo, por ejemplo.
-Claro. Yo mismo tengo clientes de una misma familia en la que uno quiere al perro y la otro no, o al revés. O incluso gente que me para por la calle y me dicen que no le gustan los perros, pero que valora lo que hago.
-También yo, por ejemplo.
-Es eso, el respeto. Lo que no puede ser es que a alguien no le guste los perros y la vida en general y vaya a destruirme. Hay mucha gente que no le entra en la cabeza que mi trabajo se pueda hacer. O sea, que entre en una casa con siete perros a recoger a otro. Hay gente que se inventa hasta las normas con tal de destruirte cuando tengo bien claro por la policía que claro que se puede hacer.
-Hablábamos de la playa y la suciedad en Cádiz..
-Eso. Es curioso que los dueños de perros estemos demandando que se abra la playa y sin embargo el parque que está donde los cuarteles no sea de perros porque....
-Ah, ¿no es de perros?
-Puedes entrar con tu perro, pero lo que no puedes es soltarlo. De hecho, la policía está harta de poner multas por eso. ¿Qué pasa? Que los sueltan y el parque está lleno de mierdas. ¡Ya que lo hacen mal, por lo menos que recojan las caquitas de sus perros, hombre!
-¿Y cómo están los parques para perros en cuanto a heces?
-Pues que suelen ser una mina de mojones. Por ejemplo, sólo hay que ver el de Asdrúbal. Lo mismo pasa en la entrada del cementerio, donde también está minado el tema. Así que, y aunque me duela, ¿cómo van a poner una playa a nuestra disposición si no cuidamos la zona?
-¿Pudo trabajar durante el confinamiento?
-No me dejaba el decreto que puso el Gobierno. Se podía bajar a los perros, pero no podías contratar a una persona que lo hiciera. Es verdad que recibí la ayuda del autónomo, pero no podía ir a trabajar. Sólo podía bajar al que era mi perro, que lo tenía que sacar dos o tres veces más de lo normal ya que estaba acostumbrado a eso.
-Anda que no hicieron piernas los perros durante el confinamiento, eh.
-Ya ves, te veías el mismo perro por todo Cádiz. Aquello fue un cachondeo. 'Quillo, déjame el perro para sacarlo', me decían no pocos (risas).
-¿Cómo está y cómo quiere verse en unos años?
-Yo estoy bastante bien, la verdad. Esto cada día va a más. Al principio trabajaba muchísimas horas, normal, por eso de que estaba empezando con la empresa. Pero no es lo mismo trabajar con 33 que con 40, que aunque siete años parezca poco que se lo pregunten a mi espalda. Por eso, en un futuro cercano lo que busco es un autónomo que facture. Mi idea era quedarme en Cádiz y ya la tengo; ahora lo que quiero es mantenerme, ser serio, tener más horas de adiestramiento dueño-perro exclusivamente. Eso está muy bien valorado, pero hay más competencia y muy buena. Hacerte un hueco ahí es complicado. No descarto tampoco tener una casa con jardincito en Chiclana o Puerto Real donde poder dar mejor servicio, pero tampoco quiero abarcar muchos perros. Prefiero la calidad a la cantidad. Hombre, lo idílico sería encontrar a una mujer que le guste esto y entre los dos llevarlo.
-Como en el colegio había profesores que parecían cogerle manía a un alumno, ¿pasa también con los perros? ¿Hay algunos con los que empatizas más que con otros?
-Yo entiendo a los animales y son las circunstancias que le rodean en sí. Todo perro vive en una casa y ese perro se come el ambiente de la casa. No es lo mismo el perro de una persona agradable al de otro malaje. Ni que decir tiene del perro que se cría en una casa donde hay violencia. Eso es así. Y esa es la concienciación que se tiene que tener para tener un perro en casa y cualquier tipo de animal. Hasta un pájaro. Todos se comen ese ambiente y luego lo exteriorizan.
-¿Qué prefiere pasear perros grandes o pequeños?
-Normalmente, a pesar de lo que la gente pueda pensar, son peores lo perros chicos que los grandes, pero por una explicación. Ninguno es peor o mejor que el otro, eso es mentira, son iguales. Lo que pasa que el que tiene un perro grande se esfuerza por educarlo y se interesa. Y los que los tienen pequeños se creen que no hace falta. ¿Y por qué vemos a muchos perros chicos ladrando y porfiando a los grandes? Porque los grandes saben que si les hacen algo se los pueden cargar y aguantan el genio sereno. Eso sí, mejor que no le ataquen o le muerdan. La gente que tiene perros grandes son más estrictos, pero no de dureza, sino de responsabilidad. Algo así me paso con un chiguagua, que dentro de la manada se me negaba a andar y lo tuve que coger en brazos hasta que se lo devolví a los dueños y me dijeron que ellos lo llevaban así. ''Po' tome, 'pa' ustedes. Yo no lo llevo así', les dije. Es que eso me resta valor con mis clientes, que son gente que hacen el esfuerzo por educarlos.
-¿Cuántos clientes le han llegado implorando que eduque a su perro porque ellos, a pesar de que lo intentan, no pueden?
-Alguno ha habido. Yo monté esto pensando en el bienestar del perro, para que se relacionasen también entre ellos. A mí me llegan muchos perros con miedo, pero eso no se soluciona con un paseo, no. Para eso te lo tienes que llevar a una nave cerrada y darle un tratamiento en el que se le meten ruidos distintos hasta que se acostumbra a ellos y ya pueden jugar como si nada con ellos. Eso lleva un mes o dos. En muchas ocasiones suele ser el impacto social y psicológico del cambio del campo a la ciudad. Todo eso lleva un proceso porque del día a la noche no se acostumbran al ruido de los coches, de los niños jugando con el patinete, la pelota, mil cosas que estén por la ciudad. Al perro hay que considerarlo de tu familia y sentir si sufre o no.
-¿Y esos perros que se ven sueltos por las calles? ¿Qué me dice?
-No se les puede llevar así. Primero porque lo dice la ley. Y segundo por la convivencia en sí. Muchos dueños suspiran de que el coche de turno no haya atropellado a su perro, pero olvidan que ha podido motivar un accidente múltiple con personas que van en un coche, moto, autobús… Y por desgracia cada día hay más perros sueltos por las calles. Y encima se encaran contigo porque su perro se ha peleado con los tuyos. Y te dicen, 'como no hay policía, lo llevo suelto'. ¡Y para colmo luego queremos una playa de perros! (risas).
-¿Cuál es la zona que cubre su servicio?
-Desde Cortadura a PuertaTierra, no sólo la Avenida. Todo dependiendo del horario. Y la hora, de ocho de la mañana a once con dos horas para comer.
-¿Cuántos han sido los perros que ha llevado a la vez?
-Antes tenía siete de mañana y siete de tarde, pero como la vida sube también subí el precio y se me fueron algunos clientes. Entonces ahora tengo menos número pero más orden, que no calidad, que siempre es la misma. Pero es que también tengo que crecer.
-Aparte de algunos roces con gente que no comprende su trabajo o clientes que te dan a la perra en celo, ¿ha tenido otro que recuerde también anecdótico?
-Un hombre, al que no conocía de nada, me paró por el Paseo Marítimo para preguntarme que qué cobraba yo por paseo. Le dije que 7 euros por dos horas y pagando impuestos. Y me contestó que si no lo veía caro y le dije que para caro, los siete euros que se dejan muchos en un cubata y la gente se toma catorce. Me dijo que si era un malaje o qué sé yo, pero me salió del alma (risas).
-¿Se necesita mucha fuerza para dedicarse a esto?
-Es una pregunta que me hacen mucho. Lo que digo siempre es que es cuestión de fuerza y maña. Hay que tener fuerza porque cada perrito pesa 25 kilos, pero sobre todo es técnica y el cariño que le des al perro porque si él quiere estar contigo te va a seguir al fin del mundo. Fuerza, la mínima.
-Te cambio la pregunta. ¿Qué prefiere pasear a perros o a perras?
-Depende de que el animal en sí esté castrado o no. Es verdad que me he percatado que los perros son más juguetones que ellas, que son más tranquilas. Ahora bien, las perras te dan un aviso o se sientan pero como sigas con mala idea te da el bocado. El perrito no, este sigue jugando, sigue, sigue y sigue. Es más 'porculero', le gusta chinchar.
-¿Aconsejaría su trabajo?
-Sí. De hecho, desde aquí animo a la gente que no encuentra y le guste los perros. Muchas madres me han preguntado que qué es lo que he hecho yo para estar haciendo esto viendo a sus hijos en el paro. Yo les doy mi teléfono pero nadie me llama. ¿Por qué? Porque esto es muy bonito hasta que llega el verano y te dan los 35 grados o cuando empiezan las lluvias. Y ahí estoy yo, que hasta con la DANA que nos cayó estaba por ahí mientras me volaban por los aires sillas de terrazas o la marquesina de un autobús (risas). Y es una pena porque en una ciudad como en Cádiz, con tantísimo paro, hay una oportunidad de negocio para muchísima gente. En Inglaterra, por ejemplo, se jubila mucha gente con este trabajo cobrando 2.000-2.500 euros al mes.