Con 'C' de Cádiz
Vera Luque: «El primer año en el Falla celebramos la mediocridad, el silencio absoluto»
josé antonio vera luque. chirigotero
'Campeonó' en cuartetos, probó en comparsas, domina en chirigotas desde 2010 y amenaza con sacar un coro. Este gaditano, que tanto ha dado al Carnaval, no tiene palabras para agradecer lo que la fiesta le ha regalado a él
Para una persona de derechas como un servidor, escuchar sobre las tablas las chirigotas de José Antonio Vera Luque (Cádiz, 1975) puede llevarle a las antípodas del pensamiento de su creador, pero en la cercanía este carnavalero atrae de siempre por su conversación, por su guasa, por su sensatez y por su elegancia y talante a la hora de argumentar las cosas. Todas. Con personas así siempre da gusto compartir un café, una cerveza o lo que se tercie. Da lo mismo. También se le une su cadismo desbordante y ochentero. ¡Ah, y su gusto por el fútbol arte! De ahí la idea de la foto, a la que él responde cuando se le plantea de la siguiente manera: «¿En la puerta del Mago? Me parece de loco». Y para allá que marcha con Antonio Vázquez para quedar inmortalizado bajo el nombre de una leyenda mientras lo espero en 'La Escalerilla', mítica cafetería amarilla donde a José Antonio le sirven con solo soltar 'a mí lo de siempre, por favor'.
Se le ve de categoría aunque me corrige alegando que «solo es la chapa» porque dice tener ya algunos achaques que le llevan a visitar el taller de vez en cuando. Pero él se cuida, hace deporte y vigila la alimentación. Eso le ha dado para aficionarse a correr desde hace cerca de tres años. Y le va la marcha porque ya suma tres medias maratones, pero dice no atreverse a la distancia olímpica (42 kilómetros y 195 metros) porque «eso ya es ponerse al límite». Casi que igual que sacar dos agrupaciones el mismo año.
Este Carnaval vuelve a la modalidad que domina prácticamente desde hace más de una década con un estilo propio pero que inició desde el 'juancarlismo', y no precisamente el campechano. Sus obras tienen desde hace ya muchos años su inconfundible sello personal. Porque las chirigotas de Vera Luque tienen siempre ese toque que sabe a compromiso con las ideas de una clase, la obrera, y que se identifica con el humor y la crítica social de un autor que ha entrado ya en su madurez repletito de premios. Y lo mejor para todos es que le queda cuerda para rato y que sus inquietudes le siguen revoloteando alrededor de su amueblada cabeza. En cuanto atrape otra, Cádiz volverá a ganar.
-Antes de nada, ubíqueme donde se haya la acción de su más tierna infancia. ¿De que zona de Cádiz es?
-Yo en verdad no tengo barrio, picha. Yo soy del centro de Cádiz, de Candelaria. Viví en Cardenal Zapata, donde tiene Enrique, el de la guitarras, su tienda. Ahora vivo en la calle Torre. Pero bueno, Candelaria, San Agustín... Ese es mi contexto. Estudié en La Salle Mirandilla.
-¿Qué estudió cuando salió del colegio?
-Yo estuve haciendo informática, pero no llegué a ejercer. Trabajé de profesor un tiempecito en una academia hasta que me metí en unas oposiciones que sacó el ayuntamiento y metí la cabeza.
-Digo. De hecho, me da que la gente que no le conoce del Carnaval le conoce de las multas de tráfico. En mi caso me llevo el doblete.
-Puede ser, puede ser (jeje). De hecho, muchas veces me saludan y no sé si es por el Carnaval o por las multas. Soy administrativo en la policía local y este año hago 19 ahí. Y la verdad es que estoy muy tranquilo y muy bien; nunca me ha dado por cambiar y en parte también porque la gente con la que trabajo es muy enrollada y estoy muy a gusto junto a ellos.
-Su carrera en el Carnaval empieza en juveniles, pero ¿cómo es su primer contacto con la fiesta? ¿Tuvo o tiene familia carnavalera?
-No tengo familia directamente, pero sí que tuve un tío de mi madre; se llamaba Berea, un corista de renombre aunque era más conocido como capataz. Le recuerdo llevar la virgen del Nazareno de Santa María. También fue director del coro 'Los flamencos' y de muchos más. Pues ese tío de mi madre puedo decir que era el familiar más cercano al Carnaval que he tenido. Después ya sí, de afición, muchísima. Tanto de parte de padre como de madre, que era del barrio San José cuando aquellos eran cuatro casas. De hecho, en ese barrio estaba la chirigota de Agustín el Chimenea, grupo al que mi madre seguía como aficionada. Digo yo que serían los frikis de la época, el movimiento friki de entonces (risas).
-Jajaja. Bueno, en realidad, su tío Berea le transmitió más bien poquito porque ni corista ni capillita ha salido usted.
-Oye, oye, a mí los coros de pibe me gustaban mucho, eh. Por lo de capillita, por ahí no, pero a mí los coros me gustan mucho, joe. Además, nuestra época de pibe fue muy buena de coros. De hecho, yo hice una prueba con el coro 'Los cuentistas''.
-¿Qué me dice! Con el mítico coro de La Viña, ¿no?
-Eso es. Yo soy muy amigo de la familia Fatou.
-¿Ni con enchufe pasó la prueba?
-No la pasamos, no la pasamos (risas). Selu Piulestán y yo éramos como un 'pack', como el Carli y el Subiela, que teníamos que ir juntos a todos lados. Yo canto regular, pero es que el Selu no da una. Eso era o dos o ninguno y fue ninguno.
-Jajajaja ¿Eso dijeron ustedes? ¿Que o los dos o ninguno?
-No, no, no. Lo dijeron ellos.
-Jajjajajajajajajajaajaj
-Leo Calle, que era muy amigo mío además del director de coro, tras escucharnos cantar se vino para nosotros y, entre risas, me dijo que no podía ser, que no podía (risas). Llegamos a estar de prueba incluso el día que Antonio Martín presentó el tango, con Pedrosa tocando la guitarra. Figúrate, eso para mí era como estar en Hollywood en ese momento. Además, era un tango muy bonito. Era un pedazo de tango.
-Es verdad que esos años La Viña sacaba con Antonio Martín y Antonio Burgos coros de gran categoría. Venían de los 'Takata chin chin pon pon', 'Batmonos que nos vamos', 'A Venecia del tirón'...
-También sacaron en el 94 'Al Ataque' (ya con Antonio Miranda en las letras).
-Popularmente conocidos en la plaza como el coro de los feos. De eso que se libró.
-(jajaja) ¡El coro de los bizcos!
-Eso, eso, también había algún que otro 'mellao', pero bueno, vayamos a su debut en el Falla. ¿Cómo fue y se engendró?
-Yo salí en el 92, en el cuarteto juvenil con Paco Chouza y Selu Piulestán. De hecho, ha sido la primera vez y única que yo salí en un cuarteto (sobre las tablas). Eso fue un 'no hay cojones' de manual porque queríamos salir en Carnaval sí o sí. Estaríamos en 3ª de BUP y las típicas tonterías de la edad; los botellones, las niñas y demás. Y nos decidimos con valor.
-Vale, pero ¿un cuarteto?
-Es verdad que intentamos sacar una chirigota, pero fue desastroso. Hasta que viendo lo visto dijimos 'no hay cojones de un cuarteto' y un cuarteto fue.
-¿Resultado?
-Pueees, éramos dos cuartetos y quedamos los cuartos.
-Jajajajajajajajajaja Ya se cuidaba a los cuartetos, por los cojones.
-El tercero era el de José Mari Barranco 'el Lacio'. Primero y segundo fueron desiertos.
-Ya se veía que el jurado de la época no era benévolo ni con los de la cantera.
-Es que ahora hay un buenismo que no veas; ahora sería casi crearle un trauma a los chavales.
-Jajajaja
-Es que entonces se daba mucho eso.
-Sí es verdad. Muy míticos esos desiertos en cuartetos. ¿Y tras ese año 92, qué le sucede?
-Ahí paramos. Entre estudios y demás llegamos al 95, que fue cuando hicimos la prueba para 'Los cuentistas'. Total, que no podemos salir en el coro y decidimos sacar un cuarteto, pero yo ya ese año sin salir; sólo escribiendo. Además, esos años los cuartetos iban al teatro como si fueran al circo romano. Había que tener dos pares de cojones.
-Jajajajajajajajajajajaja Sí, sí, lo recuerdo.
-Entonces, como yo escribía pero no salía, teníamos que buscar a uno y dimos con el Batidora, que lo encontramos por la facultad de Filosofía y Letras.
-¿Había debutado el Bati ya en el Falla o estaba inédito tanto en la modalidad como en el concurso?
-No, no. El Bati nunca había hecho nada en Carnaval. Conocíamos su faceta gracias al programa de la tele 'No te rías que es peor', donde hizo la batidora y algo más. Y después, Manolo, el del bar de la facultad, nos dijo que por ahí paraba un chaval que le decían 'el Batidora'. Lo conocimos y empezamos el cuarteto con él y sacamos (en el 95) 'Aladdin instantáneo'.
-¿Cómo fue ese debut en adultos?
-Recuerdo que tuvimos una presión añadida.
-(Interrumpo) Lo más importante en ese momento, ¿fueron respetados por el público?
-Sí, sí. Celebramos la mediocridad, tío. Celebramos el silencio, picha.
-Jajjajajajajajajajajajajajjajajajajajajajaja
-Claro, claro porque entonces temíamos el abucheo, el cachondeo que había antes con las agrupaciones malas, desconocidas, y sobre todo con cuartetos que estaban empezando.
-Es verdad que el personal iba predispuesto a liarla en cuanto un cuarteto de nuevas no funcionaba. También tenía su cosita aquello, las cosas como son.
-Al minuto como no (funcionase)... tracatrá. Recuerdo que cantamos de los últimos de la tarde y nos abrazamos al final porque no pasó nada. ¡El triunfo fue que no pasó nada, tío!
-Jajajajajajajajaaja
-Ni risas, ni cachondeo. Nada. Eso está por Youtube y se puede ver; yo todavía no lo he visto, pero se puede demostrar que no pasó absolutamente nada. Sus 25 minutos de repertorio, su silencio en el teatro y bien. Venga, 'pa' casa.
-Jaja ¿Pasaron a las semifinales de entonces?
-No, nos quedamos en el corte de preliminares. Ese año hubo un montón de cuartetos. De once o doce que había quedamos arribita; no sé si los quintos o por ahí. Al año siguiente seguimos con 'El último cartucho', que íbamos de un freidor y con ese sí que nos quedamos a las puertas de la semifinales. Fue el año que salieron 'Windows 95' (de Rota) y 'Aquellos maravillosos años' del Gago. Fue un buen año de cuartetos.
-Sí, que lo fue. De hecho, el otro me decía el Figue la mala suerte que tuvieron con que salieron dos años seguidos el cuarteto de Rota y el Gómez (con 'Ser o no ser') que le quitaron el primero. Y al siguiente, ya ustedes con 'Encadenados'. Esa mala suerte motivó que el Gago comenzara a coleccionar sus segundos.
-Sí, porque un año antes, el del 97 con 'Ser o no ser', habíamos pasado a la final con un 'Cuarteto local'. Encadenamos tres primeros premios consecutivos con 'Encadenados' (1998), 'Peña C. R. C. Los Pejigueras' (1999) y 'Doble o nada' (2000).
-¿Por qué deja el cuarteto?
-Me pudo la inquietud de hacer chirigotas; más que nada por el tema musical. Además, el cuarteto venía de ganar ya tres años seguidos y no había apenas competencia y el concurso perdía aliciente para nosotros. Sin ir más lejos, antes me he cruzado con el hermano del Gago, que sale con el Cascana, y hablando con él le he dicho que me da mucha pena que con los pedazos de cuartetos que está sacando su hermano estén solos en la modalidad porque creo que desluce un poco. Y es que ahora mismo ganan a cualquiera que se les ponga por delante. Eso tiene que desmotivar un poco o tienen que estar muy metidos en el rollo para que no se desmotiven por este tipo de cosas, que fue lo que nos pasó a nosotros.
-¿Con quién coincidieron esos años?
-Recuerdo que con el primer año del Morera, que sacó 'Los patricos', que se quedaron a nada de la final. Pero ahí había todavía estaba ese escaloncito para pasar a la final. Y ya ese 2000 decidimos descansar un añito y ver si más adelante lo retomábamos, pero no se retomó más.
-¿Y le queda el gusanillo? Vamos, que ¿si volvería algún año a la modalidad?.
-Hace tres años, el que descansé con la chirigota, nos volvimos a juntar Selu, Chouza y yo, los que sacamos el cuarteto juvenil, para sacar uno callejero. Fue el penúltimo antes de la pandemia porque el último justo antes saqué 'Los cadifornia'. Era un cuarteto que buscaba la plantilla de los cuartetos antiguos, rimado y con cuplés cortitos, que me sirvieron para experimentar e indagar un poco en el rollo que después llevaría al Falla con la chirigota. Se hizo en muy poco tiempo, en quince o veinte días. Nos llamábamos 'Los sepultureros del Valle de los Caídos'; íbamos con un mono azul comprado en el primer sitio que vimos e interpretábamos a los que sacaban a Franco de la tumba. Todo lo hicimos sobre la marcha. Carnaval puro y duro. Carnaval heavy (risas). Fue ahí cuando nos dimos cuenta que si sacáramos ahora un cuarteto con esa idea no sé cómo nos recibiría el Falla porque la gente se ha acostumbrado a ver ya otro tipo de cuarteto; más teatralizado. Quitando al Gago, que es más de lo otro, no sé yo si un cuarteto clásico, con las parodias rimadas, con octosílabos y contado bajo la misma manera antigua haría mucho ruido allí. No sé, no sé.
-Bueno, igual con su nombre en la autoría la cosa cambiaría. ¿Pero qué pasó, que en la calle no tuvieron tirón?
-Según los públicos. Por ejemplo, hicimos un pase en el rinconcito de la calle Compañía, donde está Serafín el de los cuchillos, para unas seis o siete parejas de matrimonios mayores y echamos un gran rato porque se tiraban al suelo de la risa. En cambio, ese mismo año nos pasó otra cosa bien distinta. Nosotros, antes de salir a cantar, nos reuníamos en un bar que tenía la hermana de Paco Chouza en el Pópulo. Y un día, no sé si el martes o el miércoles, nos enteramos que en Moret iba a cantar 'Los carnívales' de Martínez Ares. Y claro, allí se iba a concentrar un montón de gente, y joven, llegada de todos sitios, no solo de Cádiz. Y le digo al barba, al Selu, 'quillo, vamos a hacernos un pasesito por allí antes de que esta gente (la comparsa) lleguen'. Y estos: '-¡Qué dices? ¡Noooooooooooooo! Que la gente no va a entender esto, hombre'. Y yo: '-Venga, joe. Aunque sea pal cachondeo na má y pa reírnos nosotros aunque sea'. Y dimos allí un pase y la gente nos miraba como si el cuarteto viniera, que sé yo, de Rumanía. No entendían esa forma de cuarteto. Y el Selu: -'¡Te lo dije!'. Y yo, riéndome, le decía que daba igual, que incluso me había gustado experimentar esa sensación.
-Jajaja. Esa fue la prueba por la que es más que reticente a volver con el cuarteto. Lo entiendo, lo entiendo. Eso me lleva a otro tema a cuenta del público actual del Falla. Sin ir más lejos, el otro día acabó una sesión de cuartos con no más de cien espectadores.
-Uff, es verdad. He visto que se ha liado una pajarraca gorda con todo eso.
-Yo, de lo que he conocido, echo de menos el público de los 90 y principios de los 2000. Con esto quiero decir, ¿está a favor o en contra de que se venda las entradas por internet y venga tanta gente de fuera?
-Es que yo creo que es muy complicado dar un paso atrás porque una vez que ya se ha hecho sería muy difícil recoger cable y poner otra vez a todo el mundo en cola porque te podrían decir: '¡Picha, en pleno año 2023 tiene a la gente en la calle pudiendo ponerlas a la venta en internet!'. Además, esto es matemática pura; el teatro es muy pequeño y no sé si ponen 600/700 entradas a la venta y la demanda es brutal. ¿Un día que canta Martínez Ares cuánta gente quiere comprar entrada?
-Pues incluso hasta dos días para asegurar.
-Claro, claro. Por si no canta uno canta el otro. Y sin son 700, la demanda se puede multiplicar con 20 o 40. Y después, por cada persona de Cádiz que opta a una entrada hay muchísima gente de fuera que también está optando. Y a esos aficionados de fuera súmales los de Córdoba, Huelva y sus provincias. Cada habitante de Cádiz tiene muchos 'contrincantes' como para que le toque a él una entrada. Estadísticamente, lo que está pasando es lo más normal. Y te digo una cosa y es por lo que pienso que volver atrás sería muy difícil. La gente de Cádiz también se ha acomodado.
-Ojo que comparto esa opinión por lo que dice del acoplamiento del personal. ¿Es posible que ni llenásemos el teatro?
-Hombre, no lo sé. Pero creo que con el tema de la televisión la gente se ha acomodado. Yo, por ejemplo, tengo mi carnet de autor para entrar en gallinero, vivo en la calle Torre y he ido este sábado pasado después de seis años, quitando alguna que otra vez que me ha llamado algún medio para comentar. Y fue porque me convenció mi mujer para ir contra pareja y ya aprovechar el sabadito y demás, pero no iba como espectador desde 2017.
-Me pasa igual, pero además de la edad, de las ganas, el frío y demás, mi sensación es que ni el teatro es lo que era ni mucho menos el ambigú. ¿Comparte esto último?
-Efectivamente, no es el mismo. Estuve ahí el sábado pasado (hace dos ya) y no sé si es porque ya no hay descanso y no hay ese momento de decir todo el mundo 'vamos para allá'. Pero me sorprendió que un sábado por la noche, día de preliminares que van a dar los pases, no estuviese ni parecido a otros años en los que aquello estaba hasta la colcha. Eso estaba muy tranquilo.
-Grandes noches de cuchillos largos ya para el recuerdo.
-Pues sí. Tú sabes que siempre había esos grupitos desperdigados por la plaza; los coristas en un sitio, este otro grupo en otro...
-Sí, sí. El coro de Julio Pardo solía acaparar la Bella Italia.
-Jejeje Exacto, pues ese rollo no está ahora mismo. Y ojo, porque no tiene que ser malo del todo y lo comparo, como soy muy futbolero como bien sabes, a una cosa que escuché de a cuándo se remonta el origen del Madrid de las remontadas.
-Bien, bien. Me gustan a mí estas comparaciones furboleras. Soy todo oídos.
-Dicen que la primera mítica remontada en los años 70 que hace el Madrid en el Bernabéu, no sé si fue al Derby County, se debió en parte a que el Madrid venía de casi perder en la ida la eliminatoria dejando a sus socios muy cabreados dada la exigencia que siempre tenían con el equipo. Pero resultó que la vuelta se jugaba en festivo, no sé si el 1 de noviembre o 12 de octubre, y fue mucha gente de fuera de Madrid ese día a ver el fútbol. Y claro, según cuentan, muchos aficionados iban por primera vez al Bernabéu y animaron tanto al equipo por la ilusión de estar allí que el Madrid remonta. Vete a saber lo que hubiera pasado de ir los socios, que estarían de bronca desde el minuto 1. Quién sabe si aquí puede pasar lo mismo debido a la gente que viene con tanta ilusión. Hay personas que vienen por primera vez al Falla y lloran. Muchos vienen como si vinieran a un templo, con mucho respeto y apreciando su historia. Y claro, el ambiente ha cambiado. Antes había uno mucho más chabacano, diciéndolo desde lo positivo, que se me entienda.
-Perfectamente. Vamos, hasta el punto de que algunos gaditanos no eran capaces de sacar un cuarteto por culpa o gracias a ese ambientito cargante y puñetero.
-Clarooooo, porque había esas cargas y esas historias. Y hemos pasado a otro ambiente de otra forma donde se aplauden cosas que a lo mejor en otro tiempo y con público de Cádiz se diría 'po esto no es pa tanto o esto ya ha salido'. Y al revés también pasa, que dices que 'esto es buenísimo' y a lo mejor el público de fuera no lo entiende. Pero es muy difícil ya recoger cable. Una de las claves podría ser que las preliminares no se televisasen en directo pero ese caramelo ya no se lo puedes quitar a nadie. Porque antes, una de las cosas que tenía el Falla, es que para verlo en directo tú tenías que estar allí el primer día. Pero vamos, que ni a mí me gustaría ya que lo quitasen porque yo tengo mi casa, me pongo mi Youtube y disfruto del mes entero. La tele ya forma parte de tu vida como antes fue la radio. Hay que saber adaptarse a lo que hay porque agarrarse a lo que hubo es perder el tiempo.
-Demos un salto de nuevo a la chirigota. Dijo antes que dejó el cuarteto porque le atraía lo musical. A un inepto como yo en este asunto, si hay algo que me sorprende de nuestra fiesta es ver como autores sin estudios ni formación musical componen como grandes maestros. ¿Me puede decir cómo lo hace? Explíquemelo como si se lo estuviera explicando a un niño tonto.
-Yo toco la guitarra en las barbacoas y apenas me sé tres o cuatro posturas; por eso las melodías las voy memorizando sin emplear la guitarra. Es más, trato de no utilizar grabadoras ni móviles ni nada; intento que se me quede porque si se me queda significa que puede ser bueno. Así estoy hasta que llega el día en el que llamo a mis guitarras, que son unos fenómenos, y les digo. 'Señores, venirse a mi casa que vamos a darle a esto ya un esqueleto'.
-Olé. Y dentro de mi ignorancia, ¿los guitarras ya sí hacen su escala musical y sus cosas o cómo funciona eso?
-Yo les canto lo que tengo y les explico más o menos los conceptos; les digo que esto puede ir por aquí, con estas notas mayores o menores y ellos ya lo van trasladando y mejoran igual una nota u otra. Hasta que llega ya el día en el que montamos el pasodoble tranquilotes y es cuando se lo presentamos al grupo. Pero después de ahí, también pueden seguir habiendo cambios. Este año, por ejemplo, los ha tenido.
-¿Se considera un autor que se deja aconsejar o influenciar por el grupo?-
-Mucho. Yo es que tengo el concepto que tengo a doce tíos que puede ser el muestrario de la población por decirlo de algún modo y si yo llevo algo que de doce, diez dicen no, pues es que de 1.200 a 1.000 no le va a gustar. Entonces, lo normal es que el equivocado sea yo. En momentos puntuales sí he peleado mi teoría, pero normalmente me dejo aconsejar. De hecho, creo que es uno de nuestros secretos; darle a ellos su sitio porque al fin y al cabo forman parte de esto. No imponer mi criterio porque es mi gusto y ya está; sobre todo en el tema humor, que es muy delicado. Siempre digo que el humor es personal e intransferible y yo me puedo reír de tonterías muy definidas y el de al lado no. A mí por ejemplo me gusta mucho el humor de Muchachada Nui.
-¡Hombre, grande esa Hora chanante! Pero sí, hay gente que no le gusta ese humor.
-Claro, hay gente que me dice que como me puedo reír con eso, pero a mí me encanta.
-Ya somos dos. ¿En el humor pelea más que por la música, por ejemplo?
-Es la principal fuente de conflicto, sí. Porque es lo que más se debate. 'Esto me gusta, esto no, este punto no lo vamos a tocar más o este personaje no lo vamos a sacar porque ya está muy visto'... Todo ese tipo de cosas. Por ejemplo, con ocasión de la comparsa que sacamos el pasado Carnaval. La chirigota nos gusta más porque estamos más en nuestro sitio, pero la sufrimos más que la comparsa.
-¿Por qué?
-Porque sacar la comparsa fuimos como más tranquilos, con menos presión y a la hora de cantar el repertorio vamos con la idea de cantar lo que yo quiero decir. Por ejemplo, vamos a cantar al barrio, pues a eso vamos y no hay mucho debate porque nos ceñimos al tema. Pero en chirigota, a la hora de meter una cuarteta para hacer reír, ya te dice uno 'pues a mí me gustaría más acabar de tal forma y no así'. Y ya empieza el debate y se sufre un montón porque igual gusta lo primero pero el final no, o lo del medio y no lo del principio... El humor es complicado.
- ¿Cómo fue esa transición del cuarteto a la chirigota? ¿Cómo formó su primer grupo?
-Yo ya llevaba colaborando haciendo letras unos tres años con una chirigota juvenil; yo tendría 23 años y ellos 19, 20. Éramos casi coetáneos todos. Entonces de ahí saco yo una gran parte de mi primera chirigota que fue 'Los revolucionarios', en el 2000, el mismo que 'Doble o nada'. Ha sido la única vez que hice dos el mismo año. Una vez y no más porque me volví loco.
-'Doble o nada' fue primero y la chirigota...
-Se quedó en el corte para entrar en semifinales, pero se habló muy bien de ella. Tuvo muy buenas críticas.
-Vendría bien de la cantera, ¿no?
-Claro. Había cierto conocimiento de ella. Total que con los años va entrando gente nueva. De hecho, de los de ahora no queda ninguno de ese debut. Pasa lo normal, que los años van depurando el grupo. Que si uno es un metepatas, que si otros se comprometen menos que otros; lo normal que pasa en todos los grupos de trabajo. Aunque es verdad que siempre hemos buscado que el grupo humano sea interesante y esté unido.
-¿Cuándo cree que se hace un nombre Vera Luque en la modalidad de chirigotas? Y otra cosa, ¿tuvo un patrón, un modelo a seguir en sus inicios chirigoteros?
-A ver, yo llegaba ya con un poco de nombre de los cuartetos aunque no apareciera en escena. Mi referencia clara era Juan Carlos; la gente nos decía que nos parecíamos mucho. Y yo, vale, ya nos separaremos de esto pero es lo que me gustaba entonces y lo que escuchaba y seguía.
-¿Reconoce entonces que sus primeras chirigotas eran parecidas en el modelo a las de Juan Carlos?
-Sí, sí. Yo lo tenía claro y decía. 'A mí me encanta como escribe este tío y yo quiero hacer cosas parecidas a las que hace este tío; ya iremos creciendo'. Pero vamos, que eso ocurre mucho hoy en día con chavales que están empezando y que llevan pasodobles metidos por el Noly o de otro autor. Eso se ve y se nota. Y es normal. Así que nuestras primeras chirigotas tenían un cierto punto ácido, arriesgado. Hicimos en su momento 'Los machomen' (2002).
-Cierto, ¿esa fue la que iban de gays y reclamando el matrimonio homosexual que legalizó Zapatero?
-Ahí está. El matrimonio fue aprobado a los pocos años, pero recuerdo de ese Carnaval que muchísimos colectivos como Arcadia, COLEGA y demás se volcaron con nosotros porque entonces era un tema así, así; todavía en esa época vestirse de homosexual en Cádiz era ahí, ahí, porque rondaba todavía el sambenito.
-De hecho, creo recordar que el año siguiente de 'Los machomen' Joaquín Sabina hace el himno del centenario del Atlético de Madrid y hace no uno, sino cuatro temas o canciones, una en versión chirigota y contacta con ustedes. ¿Puede ser?
-Sí que es así, pero no contactó directamente con nosotros. Te cuento. Eso surgió por mediación de Antonio Martínez Ares, que cuando deja el Carnaval y entra de lleno en la música comercial tenía sus contactos en el sector y da con Joaquín Sabina y Pancho Varona cuando estos estaban liados con el himno del centenario y querían hacer una versión chirigotera. Aparte, Joaquín también hizo una versión rockera con el Lichis, de la Cabra mecánica; también otra con una banda de música en plan fanfarria, la típica que suena a himno. Entonces, casi que de la noche a la mañana nos pusimos en marcha. Antonio había dejado ya el grupo de la comparsa y recurre a nosotros para cantar esta versión hecha por Joaquín. Estuvimos dos días allí en Madrid y conocimos a Sabina, a Pancho Varona y a Antonio García de Diego. Eso fue muy canalla todo, muy del ambiente sabinero; empezamos a grabarlo a las ocho, nueve de la noche y acabamos a las cinco de la mañana. Estuvimos en el estudio toda la noche y al día siguiente hicimos unos coritos que faltaban y nos vinimos para Cádiz. Fue una noche espectacular e inolvidable. Y cuando ya te crees que eso es una experiencia única que no te va a pasar más en la vida, a los años nos pasa otra vez lo mismo pero esta vez era para grabar el tema final de Torrente 5, cuando salen los créditos, lo que nadie ve ya en el cine (risas).
-Jajaja. Cierto, lo recuerdo.
-Era una canción con aires chirigoteros que estaba cantada por Sabina, Santiago Segura y por nosotros. En esa grabación volvimos a estar con Sabina, aunque a Segura no lo llegamos a ver porque todo eso se montó después. Pero esta vez sí que estuvimos dos o tres días con Sabina, en su casa. En fin, una experiencia brutal con este hombre. Charlando amenamente, un tío super accesible. Fueron dos o tres noches, allí alojados en Madrid en pleno verano, pero espectaculares.
-¿Y volvió a contactar con él debido al pregón?
-Esto de Torrente, si mal no recuerdo, fue en 2014 y su pregón en 2019; nosotros no habíamos salido ese año con la chirigota porque descansamos. Pero contó con nosotros para cantar 'Los hinchapelotas', que aparecimos en el pregón de manera escueta. Y después también volvimos a aparecer junto a otros grupos que habían colaborado en el pregón (la comparsa de Jesús Bienvenido y agrupaciones callejeras) para cantar entre todos una versión de una canción suya, la de 'Contigo'. La cantamos en plan coro pero con estilo de comparsa; en fin, él tenía su paranoia de cómo quería hacerlo (jajaja). Pero salió bonito, salió guay. La experiencia con el tío este ha sido inolvidable. Su trato cercano, como con Pancho Varona, con el que muy de vez en cuando tengo alguna conversación por internet e incluso me tomé una cerveza con él en una actuación que tuvo por aquí en San Fernando. Me subió arriba a cantar el himno del Atleti que yo ya ni me acordaba (jajaja). Estuvo muy guay. Como también fue conocer a Antonio García de Diego, un fenómeno de la música española. Tener el honor y la experiencia de haber compartido con toda esta gente un estudio de grabación era algo que yo no podía haber imaginado en la vida que pudiera ocurrirme. Y vivir en primer plano cómo piensan, cómo crean. Fue genial. Hace 20 años ya de lo del himno del Atlético de Madrid, que recuerdo que nos cogió de sorpresa. Pero después se repitió y también resultó increíble. Esos son cosas que marcan porque tú sales en Carnaval pa salir en Carnaval, en el Falla, en la calle y demás, pero no te planteas salir en una película. O con Colomo, que también grabamos con él 'Antes de la quema' que se hizo en Cádiz. Reunirnos con él, ver cómo se trabaja, cómo se rueda. Quillo, cosas que yo nunca me iba a imaginar en la vida pero que ahí quedaron y son experiencias muy bonitas, muy bonitas.
-Volvamos al mundo jejeje ¿Con 'Los machomen' comenzaron a labrarse ese nombre que antes le preguntaba?
-La verdad es que fuimos avanzando y hay años en los que te das cuentas de que la cosa va a más porque se nos unieron a la chirigota Javi Bohórquez, que venía de 'Los yesterdays', 'Los panteras'. También se vino Salvi. Eso te decía que era como un salto de calidad que habíamos dado, aunque sin embargo no salió muy bien la historia. Sacamos 'La Hermandad Omega' en 2003.
-¿Por qué cree que se estancó a pesar de esos fichajes?
-No lo sé, eh, pero puede que por la edad, porque igual yo sería más moldeable y me dejaba llevar más alejándome de lo que igual era mi camino. Eso fue un antes y un después, donde ya sí comenzó a entrar gente en la chirigota como Puchi, Iván y cuatro o cinco más que todavía seguimos juntos. Realmente fue como un renacimiento, un punto de partida del que hoy es el grupo actual.
-¿Y cuál fue ese primer embrión?
-'Los mostru', en 2004, que fue la anterior a 'Cumpleaños Infeliz. S. A. Payasos a domicilio'.
-Esa, los payasos infelices, sí fue la consagración, además de su primera final. Mítico pasodoble a Mágico González a costa del pobre Michael Robinson y la escuela que le pusieron, que también vaya tela. ¿Pero no le caería mal el bueno de Michael, no?
-No, al contrario, picha. Lo que pasa es que me picaba más ese novelerío que muchas veces nos ocurre en Cádiz de fijarnos en uno que ni siquiera había jugado en el Cádiz CF. Escogí a Mágico como si hubiera cogido a Pepe Mejías, Juan José... Fue un pasodoble que me salió muy rápido. De estas cosas que tú haces en un suspiro porque te duele o te gusta. Y mira, lo cantamos el primer día en preliminares y no tuvo mucho bombo, lo ha tenido mucho después con el tiempo. Tenemos anécdotas guapísimas del verano 2018 que vino Mágico para presentar la nueva camiseta del equipo. Recuerda que venía con un grupo de amigos y chavales de las escuelas salvadoreñas que después jugaron el partido en el estadio en el que Emilio le hace el sombrerito al Mago. Pues bien, después de ese partido hubo un cóctel en el Baluarte de los Mártires y nos invitaron para que le cantásemos el pasodoble. Allí estaba Mágico y todo su equipo y charlando con ellos nos preguntan que por qué estábamos allí y les dijimos que era para cantarle al Mago el pasodoble. No veas. '¿Vosotros sois los de la canción de Jorge!', exclamaron. Y es que por lo visto allí en El Salvador la canción es super famosa, la ponen en las emisoras de radio, se la sabe todo el mundo.
-Como la mítica de 'Maradó, Maradó...' pero allí.
-Claro, claro, algo de eso. En serio. Me quedé flipado. Y los tíos se la sabían, era verdad. Tanto, que la cantaron con nosotros. Fue un día muy bonito; estar allí con Jorge fue fabuloso, un regalo.
-Antes de ser un coleccionista de 'unos' se decía mucho que era un autor que se quejaba mucho de sus cajonazos, que daba muchas pataletas en la prensa. ¿Qué tiene que decir a esto?
-Noooo, joe. ¿Tú sabe lo que pasa? Es verdad que encadenábamos muchos años muchos palitos con, por ejemplo, 'Esto conmigo no pasaba', que íbamos de Franco; con 'Los máquinas', que se quedó también a las puertas; 'Los mostru' mismos también. Veníamos de varios palitos y qué pasa (se ríe), pues que la prensa siempre te llama al día siguiente y te pregunta. Hay veces que te coge más calentito de la cuenta, pero bueno, yo intento ser una persona tranquila en ese sentido pero es verdad que al final quedas tú como el que te estás quejando.
-Por defenderle. A lo mejor, de diez frases que dice solo ha sido una la que se ha sentido dolido y el compañero de turno, tan obvio como pelín injusto, tira por esa para titular. ¡Qué le voy a contar si llegamos a tener un futbolista que se quejaba porque poníamos las letras muy grandes con lo que decía polémico y muy chicas las que hablaba del partido de turno jajaja!
-Aro, aro (risas). 'Deberíamos haber estado', por ejemplo. Y ya todo el mundo: 'ya está el tío quejándose' jajajaj. La verdad es que nunca me lo he tomado muy mal. A lo mejor, en el momento, claro que te sienta mal porque hay un trabajo detrás, pero al siguiente día ya estás nuevo otra vez, del paquete. Pero es cierto que hubo unos años en los que pensábamos que este año sí, este año sí, y nada. Hasta que llegó el año de 'Los que van por derecho' (2010), que fue la explosión. Íbamos de jueces, con sus pelucas, sus togas y su martillo.
-Su primer premio en chirigotas. ¿Se vio venir ese primer premio durante el concurso? ¿Y con qué año coincidió?
-El segundo premio fue el Sheriff con 'Los mosquitos' y el Selu, que era pregonero, trajo 'Los que no se enteran'. También fue el año de 'Los preparaos', la de Sevilla de Los Morancos. Quique (Remolino) sacó 'Los parapapá', que iban de elfos. También estaba el Yuyu, con 'Los emires'. Fue un buen año.
-¿Final de seis puede ser?
-No, no, ese año ya era de tres nada más. El año anterior, de tres que pasaban, habíamos quedado los quintos con 'Los máquinas'. Así que con los jueces pensábamos que ya era un triunfazo entrar en la final. Y ese concurso cantamos el primer día al final y tras la actuación más de uno sí que dijo 'este año puede ser'. Veíamos el público, el ambiente, el jurado Diario nos puso primeros y eso no nos había pasado en la vida. Tú sabes que es la referencia.
-Bueno, bueno... 'Amo llevanno bien', joe.
-Jeje. Pero es verdad que ese año algo me decía que iba a ser el del Selu, que además de pregonero venía de hacer 'Los enteraos'. Pensaba que se iba a salir y montar un disparate, pero no llegó a pegar como creíamos que podía pegar. Entonces, el concurso como que se abrió, había concurso. Y ahí fue cuando cantamos el cuplé famoso de las casetas de la feria de Sevilla que revolcó aquello. Y a poco que ibas hablando con gente te decían 'vais a ganar'. Y llegamos a la final con la idea de que lo mismo ganábamos. Incluso escuchando los pases nos decíamos que ya estábamos contento por entrar en la final.
-¿Dónde escucharon el pase?
-En la peña Fletilla, que era donde nos vestíamos entonces. Allí hemos cantado nosotros muchos primeros premios. Ese momento fue... uff. Ha sido el primer premio que hemos festejado más salvaje.
-¿Cuántos lleva?
-Seis (en chirigotas) y tres con el cuarteto.
-¿Se nota a lo largo del año cuando se ha sido primero a no en tema contratos, actuaciones y demás?
-Según. Mira, nosotros hicimos 'Los hinchapelotas' y fue un pelotazo, pero ni pasamos a la final.
-Y tanto, recuerdo que os vi en Badajoz.
-Digo, en la discoteca Scala, de Carlitos. Allí fuimos dos años seguidos. Y es que ese año en la calle, con 'Los hinchapelotas', fue bestial. Sin embargo, nos hemos llevado primeros premios que el pase por la calle ha sido más normalito. Otro caso que no paramos de cantar a nivel contrato fue el año de Franco con 'Esto conmigo no pasaba'. También es verdad que era una época donde había ciertos despistes en los ayuntamientos de muchos sitios. Era antes de la crisis, porque después ya sí hubo más control, especialmente en las instituciones. Antes había más cosas raras. Nosotros hemos ido a sitios que decíamos 'uf, esto apesta a Malaya' y no nos equivocábamos porque al tiempo veías las noticias. Nosotros hemos llegado a cobrar cosas a los cuatro años porque había grandes mamoneos, alcaldes en la cárcel... Aquello fue gordo. Ahora está todo super controlado, vamos con todo por delante, documentación, Seguridad Social, Hacienda... Y yo lo agradezco mucho, la verdad. Prefiero ir así que en plan compadre. Si queremos hacer las cosas bien hay que hacerlas bien en todos los aspectos.
-Obtiene el primer premio en 2010 y comienza su etapa dorada hasta hoy. ¿Cómo la ve desde la distancia?
-Hay un momento que fue imprescindible para todo lo que vino después que nos pasa al año siguiente de ganar. Ya te digo que el año del primer primero fue todo bestial; la calle flipó con nosotros y estuvimos el año entero cantando por todos lados. Total, que al año siguiente hacemos 'The Cádiz Post Times', de periodistas y nos quedamos en cuartos, tío.
-Pom.
-Eso, eso. Ni semifinales y tras un primero. Fue un gran palo.
-Jajajajaja Normal.
-Es como estar soñando de puta madre y que te tiren un cubo de agua fría en lo alto. 'Venga, despierta chaval'.
-¿Llega a reconocer ese año que la chirigota no estaba bien? O dicho de otra manera, ¿trabajó la autocrítica, si es que la hubo?
-La chirigota no estaba para la final, tampoco creo que no estuviera para semifinales. Séptima, octava, vale. Lo compro. Lo compro porque a pesar de que la gente nos dijera que como habíamos estado cantando tanto por ahí con los jueces apenas habíamos trabajado la siguiente, nos pasó exactamente lo contrario. Ensayamos tanto por el tema de mantener el tipo que nos pasamos de tuerca. Le dábamos tantas vueltas a todo que dejábamos pasar algo bueno sin quererlo. Eso nos enseñó mucho.
-¿Y cómo pasan ese Carnaval?
-Muy tranquilos. Durante el año cantamos un par de veces, pero durante ese mismo carnaval, con un año de antelación, nacen 'Los hinchapelotas'. Yo tenía el tipo en la cabeza ya y como había sido un carnaval decepcionante en ese sentido, lo que hacemos en anunciarnos en marzo ya para el año siguiente con el nuevo nombre. Era algo así como decir: 'Ya se acabó esto, vamos con esto otro desde ya'. Anunciamos el nombre en el carnaval chiquito. La idea del tipo era mía, pero el nombre me lo dice Puchi, que es el creador del nombre y de la marca. Me encantó. Lo anunciamos como para hacer borrón y cuenta nueva y desde entonces seguimos los mismos. Allí nadie desertó y fuimos 'tos palante'. Creo que es importante aprender de los fracasos porque los triunfos y los halagos muchas veces debilitan. El otro día, después de cantar, estaba en casa con mi mujer viendo las redes sociales en el móvil y pasando hacia abajo los comentarios y ella me decía, 'pero para, joe, que no los leo'. Y es que era porque no quería leerlos yo. Me daba cuenta que había gustado, que vale, muy bien, pero no quería recrearme en los halagos. Y eso que cada día estoy más descastado de las redes sociales, pero bueno. Creo que cuando se aprende más es después de equivocarte. Vale que hay veces que te enfadas con el jurado y dices 'picha, me podrías haber dado un poco más', pero en gran parte piensas que si estás ahí es por algo y buscas la mejora. Por eso, cuando me preguntan qué año ha sido más importante para la chirigota suelo decir ese, el que nos quedamos fuera de semifinales tras ser primeros.
-Y vuelven a semifinales con 'Los hinchapelotas', que os sube el ego pero no pisan la final.
-Ya, pero es que fue espectacular, sobre todo la semana de Carnaval porque retomamos mucho el cariño de la gente, que se volcó con nosotros. A partir de ahí, ya con 'Los erasmus' (2013) fuimos tercer premio y desde entonces no hemos salido de la final ('Esto sí que es una chirigota, 1ª; 'Los superpop', 1ª; 'Los polvos egipcios', 2ª; 'Los del planeta rojo, rojo, rojo pero rojo', 1ª; 'No tenemo el congo pa farolillos', 1ª; 'Los cadifornia', 1ª').
-¿Cómo llevaron la incertidumbre de salir o no salir en el Carnaval que finalmente fue en mayo y por qué una comparsa?
-En principio, cuando se habla de que será en mayo lo veo con cierto sentido si se quería hacer un concurso; la otra opción era no hacer nada porque en febrero directamente no se podía. Nosotros íbamos a hacer 'El frente talibán' para el concurso de febrero del 22 o de mayo incluso; nunca tuvimos previsto hacer la comparsa. Incluso en diciembre, antes de que viniera el rollo de la omicron esta, parecía que estaba la cosa mejor. Recuerdo que fuimos a cantar a Ciudad Real y que en el autobús dejamos dicho de comenzar a ensayar después de Reyes para salir en mayo con la chirigota. Pero es verdad que llega Navidad y vuelven los problemas por el virus ya que no nos podíamos reunir para ensayar, los colegios cerrados... Así que la cosa cada vez se va poniendo más complicada y los días se van consumiendo y el plazo acortando. Nuestra chirigota tiene una cosa y es que somos muy pejigueras porque necesitamos un tiempo y en dos meses no nos daba tiempo sacar la chirigota. A ver, la chirigota la hacemos, pero no como nosotros queremos. La gente comenzó a desmotivarse, a decir que mejor descansar, pero por otro lado tenemos un compromiso con la gente y demás.
-¿Y nadie del grupo sabía lo de la comparsa?
-Pues mira, hace justo ahora un año, final de enero aproximadamente, me da la picá. Y me la da corriendo, preparándome la media de Sevilla. Me pongo mis cascos.
-(Interrumpo) ¿Escucha carnaval corriendo?
-Nunca. Yo tengo mi listita con la música que me gusta, pero casi nunca me pongo Carnaval. Pero ese día que te digo me pongo Carnaval, me voy a un sistema aleatorio de esos que hay y pongo: Comparsas. Y a medida que iba corriendo iba yo escuchando me digo '¿y por qué no una comparsa?'. Llegué a casa y llamé a Puchi, que es como mi lugarteniente. Nosotros teníamos dos opciones, o hacer la chirigota para el Falla o hacerla para la calle. Entonces le digo. '-Quillo, tengo dos opciones. El talibán para el Falla, una antología o una chirigota low cost para la calle, pero ha me salido un plan C y no es de chirigota'. Y me responde: '-¿Qué es cabrón, una comparsa, no?'. Y le encantó la idea.
-¿Pero al igual que los talibán los tenía en mente, la comparsa también?
-La idea, la idea la tenía porque el quinqui era un tipo que podía valer también para la chirigota. Cogimos a los tíos como en la película esta de 'Doce tíos sin piedad'. Uno por uno porque en grupo podía ser un show. Y así, entre cafelito y cafelito y de manera individual salió que todos querían hacer la comparsa. Nos reforzamos con Rafa Piñero y Javi Otero e hicimos 'Los quinquis' para este Carnaval. Además, no me arrepiento nada porque salió una comparsa muy guay y para ese Carnaval que hubo tan raro creo que fue lo mejor que hicimos.
-¿Se vio con opciones de final?
-Sí. De hecho, escuchamos los pases creyendo que íbamos a estar.
-¿Cómo quedaron?
-Los séptimos.
-Para mí que os iba a caer la Aguja de oro. Me encantó el tipo.
-El tipo tú sabe, era muy de comparsa de toda la vida. Pero creíamos que íbamos a estar porque veíamos las críticas, los jurados, que no tienen nada que ver pero te dan una referencia y siempre estábamos con Martínez Ares; el segundo, el tercero, por ahí. La verdad es que creíamos que nos iban a nombrar. Nos hacía ilusión la verdad porque habría sido una finalista rollo 'El bache' que se metía en la final así cantando a la antigua y fuera de lo común.
-Pero se quedó satisfecho porque cayeron de pie desde preliminares, ¿no?
-Sí, sí. Y eso que lo hicimos a lo loco y sin saber si el tipo de comparsa iba a gustar o no en un tiempo como el de ahora, donde al público le gustan otras cosas. Es verdad que cayó muy bien y gustó mucho.
-Esto de su duplicidad de comparsista y chirigotero lo voy a aprovechar para enlazar una idea y lanzarle un guante. Se acuerda del año de 'Los borrachos y 'El ballet zumzum'...
-(Interrumpe). ¡Que la buena era el Ballet, la que iba al Falla era el Ballet, eh!
-Cierto, cierto. Que al final fueron el 11 y el 1. Pero a lo que voy, no se me escape. ¿No se ha dicho en el grupo, como el que no quiere la cosa, sacar una comparsa y una chirigota el mismo año?
-¿Las dos cosas a la vez? No, no, no... Porque dentro del grupo sabemos ya lo que es sacar una cosa y saben cómo soy yo, que tengo un límite que es el que hay. Que a lo mejor me pongo, pues quien sabe si a lo mejor las saco pero me cuesta la salud. (jajaja)
-Jaja ¿Y otra comparsa?
-Eso puede y lo hemos hablado. Quizás un año en el que estemos desmotivados o aburridos y nos apetezca sacar otra comparsa. Puede ser. A lo mejor lo hacemos como las olimpiadas, cada cuatro años. Corrijo, no sería por aburrimiento, sino para refrescarnos y en lugar de no salir, pues cambiar a la comparsa. O un coro, que siempre he tenido el punto de hacerlo con colegas. Y además, con colegas que no han salido en su vida y que sé que les encanta el Carnaval. Y muchos cantan hasta bien. Tengo ese puntito de ir al Falla y después pegarnos un Carnaval de pm y el Domingo de Piñata colgar el tipo y 'nos vemo'.
-Cadista hasta la médula y con sentido crítico, ¿puede que el Sheriff le haya pisado la letra este año contra Vizcaíno?
-Pues mira, tengo cositas escritas pero no terminadas y una de esas iba por ahí, pero ya no la vamos a meter porque se ha cantado y, además, muy bien hecho.
-¿Pero se queda en el cajón por el Sheriff o por el mercado de fichajes?
-Jaja Al final se ha arreglado un poquito la cosa. Esas cosas suelen pasar, que cuando tienes escrito el pasodoble cambia la cosa al final y te lo tienes que guardar.
-Ya que hablamos de letras, para un letrista comprometido y de izquierdas como usted, ¿contra quién se vive peor, contra Teófila o contra Kichi?
-Jejeje Buena pregunta, buena. Había un dicho que decía que contra Franco vivíamos mejor, ¿no? Jeje A ver, para una persona con pensamiento de izquierdas como yo, tener un gobernante de derechas o conservador me dará más argumentos porque seguramente tomará medidas contras las que nosotros estemos más en contra. Por lo tanto, estar en la oposición es más cómodo porque la protesta sale sola, por lo que el letrista de izquierdas se moverá mejor y tendrá más cuestiones que abordar y con mayores argumentos, más sustancia, más herramientas. En cambio, cuando el gobernante es de tu misma cuerda ahí te cuesta más trabajo achacarle cosas porque seguramente las medidas que haya tomado estarás de a favor de ellas. Tengo un ejemplo. Con todo lo cadista que yo soy, yo estaba a favor del cambio de nombre del estadio; además de que me encanta el nombre de Mirandilla por aquello del Mirandilla antiguo. Entonces, ¿cómo le voy a hacer una letra en contra si yo estoy a favor? Obviamente, es más complicado hacer letras críticas cuando el que gobierna es de tu misma línea ideológica y hace cosas que tú harías. Pero eso sí, una cosa es la línea ideológica y otra bien distinta es la gestión. Un gobierno puede ser afín a tus ideas pero si hay lagunas o fallos en la gestión entonces se ha de criticar independientemente de la ideología. Nosotros este año hemos criticado cierta gestión del ayuntamiento, y además, carnavalescamente, eso debe ser esencial. Lo que es importante es que no haya un cortapisa, algo que te cohíba a hacerlo por algún que otro motivo que no sea el meramente carnavalesco. El Carnaval está hecho para lo que está y la crítica es parte importante del mismo; eso sí, la crítica debe tener una base más allá del partido que gobierne.
-Al ser el Carnaval una fiesta del pueblo, es lógico que se simpatice en las tablas con un 'compañero' más que con el PP. Ok, pero ¿no pierde la fiesta en letras?
-A ver, muchas veces tenemos ese sambenito de 'es que estos son de izquierdas y no critican', pero yo le he hecho muchos pasodobles al PSOE, a los sindicatos cuando se han hecho las cosas mal; evidentemente también se los he hecho a la derecha o a la monarquía. ¿Qué pasa? Que es lógico que me llame más unas que otras: eso le pasará a cualquier letrista que se pone delante de un papel y tiene una cierta línea ideológica. Es normal. Me imagino que autores de derechas, que los hay, tendrán ahora un momento más dulce que cuando estaba Teófila. Y claro, el Carnaval siempre ha tenido una base muy de izquierda y la mayoría de la gente del Carnaval es de izquierda, eso es incuestionable, pero no tiene porque ser exclusivo. El Carnaval no tiene porque alinearse en ninguna línea política, pero es verdad que quiénes lo hacen son muy de izquierdas. De hecho, el Carnaval de Cádiz en cuestión, su origen es muy de izquierda, muy del pueblo, muy de las clases bajas y eso se nota e influye. Dicho eso, no debe ser exclusivo. Esto está abierto a todo el mundo y todo el mundo está abierto a la crítica solo que el que sea del Barcelona le va a costar más criticar el juego del Barcelona y menos darle al Madrid. Eso es así (jeje).
-Jeje Dicho queda. Hablando de una medida de este ayuntamiento, que mandó el Carnaval oficial a mayo pero la calle hizo suyo el de toda la vida. ¿Cómo pasó el Carnaval de febrero, el ilegal?
-Nos pasó que como en muchos sitios había Carnaval nos llamaron de muchos para cantar. El primer fin de semana hicimos una rutita gorda (Madrid, Málaga, Toledo...) y los días que no, estuve de espectador; buscando cositas y escuchando a los colegas. Fue muy tranquilo, muy facilón todo, bien.
-Una pregunta para principiantes de esto. Sus tandas de seis cuplés que ha instaurado en el Falla. ¿Cómo se puntúa eso?
-Pues mira, yo en su día se lo comenté antes al presidente del jurado de aquel año, que era Manolo Camacho. Le hice la consulta previa explicándole que un cuplé iban a ser tres mini-cuplés, pero que técnicamente y en base al reglamento equivaldrían a uno. Él consultó al secretario y me dijo que 'sin problemas'. Vía libre.
-¿Cuántos tienen?
-Ahora mismo tendremos veinte y tantos, pero lo que hacemos es que para el concurso creamos cuplés sobre la marcha.
-¿Son más fáciles de aprender?
-Cuando ya son tantos, te lías, pero lo que sí son es divertidos de hacer. A mí me divierte mucho hacerlo; además como sólo son dos rimas salen más rápidos normalmente. Y son muy agradecidos; me gusta más hacer cuplés cortitos. Es como el que te cuenta un chiste, que a no ser que te lo cuente Antonio Reguera que el final ya te da igual porque te has reído lo más grande por el camino, debe ser cortito. Pues lo mismo con el cuplé, que si dura un minuto y el final no es muy bueno, has perdido un minuto. En cambio, si el cuplé dura 20 segundos y aunque sea el mismo final a lo mejor, te puede provocar la risita pero es que después viene otro del tirón que te borra el anterior. A mi me encantan. Lo siguiente será hacer cuatro porque esto es otra cosa que ya no podemos recoger cable.
-Esto nos lleva a esa pique entre el Falla y la calle, que yo creo que ya sí que está más en la afición que entre las propias agrupaciones. ¿Cómo ve esa disputa un 'fallero' como usted?
-Yo sabía que esa fórmula la usaban desde hace tiempo en la calle. Nunca lo he negado ni por supuesto me he atrevido a ponerme ninguna medalla. Lo que pasa es que mucha gente dice 'los cuplés del Vera' cuando eso ya se hacía en la calle. Y no tres, porque a lo mejor te cantan cinco o seis. Como medida para el Falla tres está bien. Y en cuanto a eso, mira, el otro día hablé con Paquito Gómez, el hijo del Gómez que saca ilegales y somos colegas. Y hablamos de esa dicotomía calle-concurso que parecemos rivales y ambos llegamos a la misma conclusión. Esto es como el que juega al fútbol y el que juega al fútbol sala, que es lo mismo pero es distinto. Conviven perfectamente, pero tanto nosotros nos hemos alimentado de ellos como la calle evidentemente se ha alimentado mucho del Falla porque se ve en muchas agrupaciones. Ahí lo que hay es una convivencia pacífica entre chirigoteros. Aparte, lo bueno que tiene la calle, su clima y su ambiente, lo que tiene es que te da para la cervecita, para el buen rollo y para echar el rato. Después ya en tu casa escuchas una, otra y ya piensas si está es mejor o peor, pero bueno eso ya entra en tu movida propia. Pero el contexto, el sitio de la calle es ideal. Y agradable. Nadie va con la pistola preparada, si no te gusta pues te vas a otra o incluso echas el rato con los colegas.
-O te ríes de lo malo que son, que también pasa y a veces es hasta mejor.
-Clarooo. Eso se puede ver en la calle, que te saque uno el papel porque no se sabe la letra y te ríes porque aporta al cachondeo, sin embargo en el Falla tú sacas el papel o te equivocas y es la muerte. Esas son las diferencias, pero al final es el mismo deporte jugado de dos formas diferentes. Como el rugby y el fútbol americano (jejeje)
-Pues con esa comparación, chimpún. Suerte y feliz Carnaval.
-Feliz Carnaval.
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