Sucesos
La Policía Local de Cádiz interviene y devuelve al mar 75 kilos de holoturias
Los agentes requisaron los carajos de mar a dos individuos en el parking del Campo de las Balas
La Policía Local de Cádiz ha interceptado a dos personas con tres capachas de holoturias que arrojaron un peso total de 75 kilogramos. Tras interponer las correspondientes denuncias a los presuntos responsables, los ejemplares han sido devueltos al mar.
Según ha informado la Policía Local, sobre las 20.00 horas de ayer recibían el aviso de la posible descarga de holoturias desde una embarcación al interior del parking del Campo de las Balas, movilizándose a personal de paisano para su interceptación y a un patrullero en el exterior para dar cobertura en la operación.
Una vez en el lugar, los agentes interceptaron a dos individuos y a un vehículo que tenían preparado para el traslado de la mercancía, consistente en tres capachas con holoturias en su interior, arrojando un peso total de 75 kilos. Una vez realizadas las comprobaciones de requisitos de los individuos y del vehículo, los agentes redactaron las correspondientes denuncias.
Las holoturias intervenidas fueron entregadas al personal del servicio de vigilancia y salvamento de la playa de La Caleta, que las cargó en una embarcación semirrígida y procedió a devolver los ejemplares a su hábitat natural.
Para qué se utilizan los carajos de mar
Los carajos caleteros o pepinos de mar se denominan científicamente holoturias (holothuroideas), una especie de equinodermos (como las estrellas de mar) bastante comunes en el litoral gaditano, especialmente en la playa de La Caleta, donde suelen encontrarse en las zonas rocosas.
En 2014 se incautaron hasta 300 kilos de carajos de mar en La Caleta. Habían sido capturados por cuatro mariscadores sin licencia, iban destinados al mercado asiático, ya que los mismos pescadores reconocieron a la Policía Local que los cogían para venderlos a un tercero y no es la primera ocasión en la que pescan estos equinodermos para servirlos en restaurantes asiáticos de la zona.
En 2010 ya se produjo una incautación similar, aquella vez de 50 kilos, pescados por tres ciudadanos de nacionalidad china, quienes buscaban este cotizado manjar en las rocas próximas al Castillo de San Sebastián.
En aquella ocasión, los mariscadores furtivos reconocieron que los usaban para comer y para vender en un restaurante chino de su propiedad ubicado en Chiclana. En aquella ocasión, la Policía Local abrió las diligencias pertinentes por un posible delito contra la flora y la fauna, puesto que el carajo de mar es una especie esquilmada en la zona de Cádiz, donde quedan pocos ejemplares, aunque no es especie protegida.
En la gastronomía asiática se consume la funda del carajo de mar, especialmente deshidratada. No es de extrañar esta demanda, que proviene del mismo consumidor que compra buena parte del atún rojo de almadraba de Barbate. En Asia se degustan algunas de las entrañas del pepino de mar en el sushi, y también se comen rehidratados en sopas chinas, donde se le atribuyen poderes afrodisíacos, como no podía ser de otra forma debido a la fisionomía del animal.
En España, los carajos de mar son mucho más conocidos en la costa catalana, donde se les conoce como 'espardeñas', alpargatas en catalán. Están muy solicitados y cotizados en la Costa Brava, aunque también gozan de fama en Andalucía oriental. En esta parte de Andalucía, especialmente en Motril (Granada), donde se les conoce como petaca, se suelen cocinar a la plancha, como aquí las navajas. Pero debido a su precio tan elevado, siempre por encima de los 70 euros el kilo, y de lo que menguan cuando se los cocina ha hecho que lo más habitual es que se cocinen con arroz.
En Cádiz no se comen
El carajo caletero no pertenece exactamente a la misma especie que se encuentra en el Mediterráneo. El pepino de mar gaditano es mucho más difícil de cocinar y consumir, lo que explica que en la tradición popular no se haya incorporado este producto del mar.
Otra intervención policial
Por otra parte, en otra operación desarrollada en la tarde de ayer, motoristas de la Policía Local en labores de vigilancia observaron un camión de transporte de mercancías perecederas vertiendo gran cantidad de líquido a la vía, por lo que dieron el alto a su conductor y comprobaron que transportaba pescado. Conforme a lo recogido en la documentación, constataron un exceso de carga del 175%, por lo que procedieron a la inmovilización del vehículo y a la interposición de las denuncias correspondientes.
Finalmente, los agentes comunicaron al transportista que para levantar la inmovilización era necesario un vehículo acorde a la carga que transportaba, que ascendía a 5,5 toneladas de pescado fresco. Los responsables de la mercancía trasladaron horas más tarde un camión habilitado para el trasvase de la carga, levantándose la inmovilización del vehículo.