Con 'C' de Cádiz
Pepe Calvo: «Todo el mundo en Cádiz quería ser del Batallón»
José calvo Fernández. profesor jubilado
Gaditano de adopción, don José es una enciclopedia abierta sobre Valcárcel, un centro donde enseñó a cantidad de niños llegados de toda la provincia y del que guarda recuerdos imborrables a los mandos de una banda de música que dejó huella
![Pepe Calvo, todo un libro abierto sobre la historia de Valcárcel.](https://s1.abcstatics.com/lavozdigital/www/multimedia/provincia/2025/02/04/Pepecalvo-ReDj0agklOnhjwRAaSIEtbN-1200x840@abc.jpeg)
Don José Calvo Fernández (Carmona, 1939) lleva a gala haber sido maestro del Batallón Infantil de Cádiz porque puede mirar atrás sin que nadie venga a reprocharle o decirle nada. No es el caso de otros que desfilaron junto a él que ahora se descomponen cuando se le recuerda que vistieron el uniforme de una banda creada para rendir honores a la nieta del Generalísimo y a la que ellos se apuntaron por vanidad y apellidos cuando otros estaban por ser huérfanos o porque pasaban por allí como este señor, feliz protagonista de esta entrañable sección de domingo. Con la muerte del dictador llegó la democracia, y con ella el borrón y cuenta nueva de gente acomodada por el régimen que después pasaron a dar lecciones de progresismo... Hay tantos que aburren. No es el caso de Pepe, un gaditano de adopción que recuerda sus años mozos como lo que fueron, su vida.
Departir con este profesor de talla mayor es recorrer la España de posguerra al dedillo de una persona que cuenta las cosas de la vida desde la humildad y categoría que le da haberlas vivido al amparo de una familia trabajadora, honrada y honesta que se ganaba la vida en el mundo de la alfarería. Y así pudiera haber sido su vida hasta que de pronto el fútbol le unió a unas amistades que le hicieron ver que él, don José, quería, además de saberse los nombres de las alineaciones de los equipos de fútbol, saberse también el nombre de las dinastías de emperadores, monarcas y demás. Fue así como osó decirle a su padre que no quería seguir haciendo ladrillos porque él lo que quería era edificarse por dentro. Y vamos que si lo hizo.
Estudió con los Salesianos y con ellos desembarcó en Cádiz previo aprendizaje en Jerez, donde se hizo cargo de la banda de música del hospicio después de que el Pájaro, maestro de capataces gaditanos, declinara seguir llevando Veracruz al son de unos tambores que no acompasaban con el andar gaditano. Aquellos fueron los inicios del Batallón Infantil que con tanto orgullo recuerda Pepe, que es entrar con él en la cafetería-churrería Santo Tomás y ver como el personal si no se le cuadra es porque ya no se lleva, pero vaya respeto y cariño que profesa entre su vecinos.
-Histórico profesor de Valcárcel nacido en Carmona. Cuénteme, don José.
-Pues mira, yo me eduqué con los Salesianos de Carmona.
-¿Qué era su padre?
-Mi padre era alfarero y yo trabajaba en la alfarería haciendo más ladrillos que mi padre.
-Jajaja. Cuando sea padre comerá dos huevos.
-Jeje. Yo trabajé el torno, pero la suerte mía fue que tuve muy buenos amigos que eran el hijo de un médico, el hijo de un veterinario...
-Buenas relaciones que hizo en el colegio.
-Las hice gracias al fútbol. Aquí donde me ves yo era un futbolista muy bueno; me creí que iba a jugar en el Sevilla. Es más yo jugué con uno que acabó jugando en el Zaragoza que llegó a Primera; me creí que iba a jugar porque yo era el capitán del equipo juvenil y el Sevilla se llevó a dos compañeros míos que eran peores que yo. Y eso que era el capitán, pero no me llamaron.
-Algo tendría que no...
-Porque yo era muy fino, pero muy miedoso; entonces eso no servía ¿Me entiendes?
-Cómo no lo voy a entender, don José, si yo en el colegio era muy bueno pero me ponían en el Complejo y ni la olía. Vamos, que usted era futbolista de Primera División, pero no de Primera Regional, donde se empieza.
-Yo le daba con los dos pies; era un malabarista, pero como me pegasen una patada o algo, Pepe ya no existía en el campo. Me asustaba. Pues un amigo mío, Angelín, al que llamábamos Lín, fue al Sevilla. Este era un defensa que daba 'mu' duro, pero yo le daba 50 vueltas; la prueba está que en los entrenamientos me tenía que 'pará' a patadas. Fue capitán de la selección andaluza y fui a verlo al estadio del Cádiz, cuando estaba Bejarano. Entonces, con el dinero que hizo en el San Fernando, hizo la carrera de médico. Te cuento esto porque un día que venimos de jugar al fútbol, venía yo andando con el hijo del médico, del veterinario, del practicante... Y venían hablando de la dinastía de Fernando VII, del tratado de Versalles. Y yo, de eso, no tenía ni puta idea. Tendría yo 14 años.
-Jajajajajaja
-Es que a mí me preguntaban por todas las alineaciones del Bilbao, del Barcelona, del Madrid y me las sabía todas; ahora, cuando se ponían hablar entre ellos: '¿quién es el favorito de Felipe IV? y le contestaba el otro tal. Y toda la calle andando y haciéndose preguntas entre ellos y respondiéndose
-Y usted ahí comiendo moscas.
-Claro. Entonces me piqué. Yo no quería ser menos que ellos. Y empecé a estudiar Bachiller. A partir de ahí, con los Salesianos, me fui a dar clase a los analfabetos al campo; esa gente es la más agradecida que tú te puedes imaginar. Yo no he comido más melones y más garbanzos y más alimentos recogidos de las cosechas que cuando le di clases a esta gente.
Como hice una buena básica, tenía la formación para en aquellos tiempos enseñar a esta gente más necesitada. Yo iba andando por el campo a las casas de estos chavales, y después, cuando les iba a cobrar a los padres me daba hasta pena; eran 75 céntimos por la clase.
Total, que cuando llegaba el verano, yo me iba con mi padre a hacer ladrillos y cántaros. Y mientras yo trabajaba de alfarero, estos amigos míos de cachondeo y estudiando. Entonces le dije a mi padre, '-Apá, que quiero estudía'. No veas, no me pegó de milagro.
-Jajajajajaja
-Me decía: 'si tú tienes aquí un negocio...'. Porque mi casa era muy grande.
-¿Y le iba bien en su negocio?
-Bueno, iba tirando, pero porque mi padre no era de los que se lanzaban.
-Vale, pero bueno, no pasaban necesidades.
-No, no. Total, que entonces empecé a dar clases por el campo hasta que los Salesianos de Carmona me llamaron para llevar a la contabilidad de los antiguos alumnos. En aquellos tiempos, si tú tenías base, el ministerio te permitía dar clases como, tiene un nombre, algo así como becario, pasante, un profesor en formación. Entonces podías dar clases en aquellos tiempos como maestro.
-Vamos, que ya sabía lo que quería ser en un futuro.
-Yo quería ser maestro oficial. Recuerdo que si eras mujer tenían que llevar el vestido o la falda por debajo de la rodilla, cerca del tobillo.
-¿Qué edad tenía entonces?
-Cuando me dan los Salesianos de Carmona la clase de Primero yo tendría 17 años. Y me dan a 80 niños, que me los tenían que meter a todos en el salón de teatro; entonces, yo los distribuía por grupos y los enseñaba a leer y escribir. De ahí sale un alumno mío que fue Antonio Ramírez de Verger, que fue rector de la Universidad de Huelva; también salió otro que se llamaba Arturo Pérez y que llegó a ingeniero. A los seis meses, no sería yo tan malo, me llaman de Jerez, para el Hospicio, el Valcárcel de Jerez. Me acuerdo que el director del colegio de Carmona no quería que yo me fuera y me sube el sueldo. Entonces un amigo mío me dice [en este momento se le llenan de lágrimas los ojos]. Me emociono,
-Ya veo, ya veo. No se preocupe, don José. Soy todos oídos cuando siga queriendo.
-Pues esto, que entonces, este amigo mío me dice '¡Chiquillo, que esto de Jerez va a ser tu porvenir!'.
-Y una pregunta que le hago. El director del colegio de Carmona puede decir misa si la orden es de arriba, ¿no?
-Sí, pero esta gente se tira unos a otros como si fuera un partido.
-Jajajaja. Entiendo, entiendo. Vamos, que lo quería era presionar por si algo estaba en sus manos, poder conseguirlo.
-Exacto. Me voy 'pa' Jerez a los seis meses y no veas tú el problema que dejo en Carmona porque yo llevaba a los 80 niños la mar de bien; entonces me voy para Jerez y cuando llego allí, me encuentro que me dan una clase con dieciocho niños, de los 80 a los que estaba. Pero estos 18 niños eran fruto de la explosión de Cádiz Uno tenía una cicatriz aquí en la cabeza, otro aquí en el brazo... Eso fue en el año 1958, 1959 porque yo en Jerez cumplí los 18. Así que me dan esa clase tan complicada. Al principio, me arrepiento porque yo estaba acostumbrado a mis niños de Carmona y en Jerez no te dejaban dar la clase. Estaban continuamente, '¡Maestro, que se está metiendo conmigo! ¡Maestro, que me han dicho no sé cuánto! Entonces, yo digo: 'si yo me voy a Carmona se van a creer que me han echado'. Así que aguanté. Ahora, resulta que allí había una banda de música, la banda de música del Hospicio de Jerez, que era famosísima. Salía, porque no sé si tú sabrás, si no te lo digo yo, que en Jerez tienen más devoción de Semana Santa de lo que uno puede imaginar, la que no hay aquí en Cádiz-
-Sí, sí, Jerez es infinitamente más cofrade que Cádiz. Las cosas como son.
-Oye, pues tú estás enterado, ¿eh? [Y me señala con gracejo mientras moja un churro en su café con mucha gracia al decirlo]
-Jajajajajajaja. No se crea, no se crea. A mí me gusta la Semana Santa de Cádiz y voy a veces a ver la de Jerez, pero nada en comparación a lo que usted me está contando. Sígame contando, por favor.
-Bueno, resulta que la banda del Hospicio estaba rifadísima. Y no solo en Semana Santa, también iba con las procesiones de los enfermos a los que que se iba a sus casas a dar la comunión. Esta banda del Hospicio estaba patrocinada por la Diputación cuando era presidente Luis Martínez del Cerro.
-¿Dónde vivía en ese tiempo que daba clases en Varcárcel de Jerez?
-Yo vivía en lo que en Jerez se conocía como el Hogar de la Milagrosa, gestionado por los Salesianos, hoy en día en lo que sería los Capuchinos.
-Le he cortado la trayectoria de la banda.
-Eso, la banda venía a Cádiz el Lunes Santo para tocarle a la Veracruz. Y como aquí en Cádiz el paso de Semana Santa va 'tram, tram, tram, tram' [dice imitando el sonido de tambor mientras mueve sus manos, en paralelo de izquierda a derecha, como meciéndolas] Y aquí nos decían 'esta gente viene con el paso de Jerez, que es como el de Sevilla'. 'Pum. Pum. Porororo, pom, pom' [y ahora emula con sus malos el andar para delante y dando como saltitos de los pasos que van a costal] Y, claro, los costaleros de Cádiz estaban locos.
-Los cargadores, don José.
-Eso, pues los cargadores iban locos con la banda. Entonces, el capataz, que era el Pájaro, dice: 'fuera la banda, que me vuelve loco a los cargadores'. Entonces, aún yo no era el maestro de música de la banda, sino un militar que había estado en el barco este que se hundió en el movimiento; el nombre me vendrá después. (Se refiere al Crucero Baleares). Total, que le dicen a Diputación que la banda ha sido un fracaso y se lo dicen al director y este me dice 'hazte cargo de la banda'.
-Imagino que algo de nociones musicales tendría para meterse en semejante 'embolao', ¿no?
-Yo había salido de tambor en la banda de Carmona. Me encantaba. Entonces, cuando me dan la banda, al año siguiente, ya vengo a Cádiz a tocar a Veracruz después de enseñarle a los niños el paso de Sevilla y el 4x4 ¿Entiendes? Cuando llegamos..., todos los niños locos de contentos. Bueno, pues de esa banda de Jerez es de la que sale después El Batallón. A los años, en el 61, cuando la banda de Jerez viene a Cádiz es cuando me traigo todo el instrumental de la banda que teníamos allí, que eso valía un dineral. Pues todo me lo traje a Valcárcel, que a saber dónde estará ahora.
-¿Cuándo se da esa transición a Cádiz?
-A ver, en el 58, 59 y 60 veníamos con la banda a tocar a la Veracruz de Cádiz. Y en el 61 es cuando ya nos traemos todas las cosas de Jerez (los instrumentos, todas las partituras, el saxofón, el bajo...)
-¿Por qué se trasladan a Cádiz?
-Trasladan todo el colegio. 'Amo a vé', Luis Martínez del Cerro, que es el dueño de toda La Laguna y que fue presidente de la Diputación de Cádiz, era también un bodeguero que tenía mucho interés de levantar en Jerez una escuela industrial de formación profesional porque en el año 50 era cuando las bodegas estaban en auge y no había personal obrero. Entonces, querían montar un colegio moderno con formación profesional, pero Luis Martínez del Cerro no lo consiguió a pesar de intentarlo dado que Jerez era una potencia en la provincia. Total, que don Álvaro Domecq, alcalde de Jerez, lo sucede y, ya como presidente de la Diputación, dicen las malas lenguas, le tenía fobia al hospicio; no lo podía ver. Y eso lo sé yo porque he estado conviviendo con el canónigo don Juan Torres Silva, que era un personaje en Jerez. Este canónigo hizo mucho para que los Salesianos fuesen allí para formar a profesionales. También fundó el oratorio de Jerez que lleva su nombre y donde él está enterrado. Yo he convivido muchas veces con él y cuando lo veía, con su sotana y los botones rojos, me creía que estaba con un dios ¿Entiendes?
-Jajajaja. ¿Iba también bajo palio?
-No, eso no. Bueno, pues este hombre era la mano derecha de Álvaro Domecq en la presidencia de la Diputación. Entonces, en el 48 llega la explosión de Cádiz y, entre una cosa y otra, en el 50 se levanta la Institución Provincial Gaditana, donde sigue, al lado pabellón deportivo de Fernando Portillo.
-Cierto, cierto.
-El colegio ese tan bueno que lo han cerrado hace pocos años. Bueno, pues ese colegio se hizo nuevo y cuando llega don Álvaro Domecq.
-Ahora que lo nombra. ¿Por qué ese buen hombre la tenía tomada con el hospicio de Jerez, joe?
-Ah, pues lo que te iba diciendo de las malas lenguas y del canónigo, que se decía que los niños del hospicio, cuando se escapaban, iban al Paquete.
-¿Al Paquete?
-El Paquete era la finca que tenía en la avenida Álvaro Domecq y según se decía, cuando los niños se escapaban del hospicio iban 'pa cogé' fruta. Entonces se la tenía 'sentenciá'. Y en el momento que es alcalde, ¿qué hace? Que los terrenos del hogar de la La Divina Pastora, una huerta grandísima, se la cede al ayuntamiento y hacen el colegio oficial de Lola Tamayo; el célebre colegio de formación provisional que hay en Jerez, cerca del Tempul, donde están los animales. Entonces, don Álvaro consigue traerse el hospicio de Jerez a Cádiz en el año 61; el director de los Salesianos viene aquí y le enseñan Valcárcel y la Institución Provincial Gaditana.
-¿Qué era Valcárcel entonces?
-Era el hogar de la Milagrosa, un hospicio. Bueno, pues cuando llega don Guillermo, que era el representante salesiano y el mejor director que yo he tenido, y ve Valcárcel, un edificio neoclásico, con esa majestuosidad; las monjas que lo tenían precioso y limpio, lleno de flores. Y después le enseñan el nuevo y no tiene duda. 'Yo me quedo con Valcárcel'. Qué pasa. Que a las monjas le dio por ahí, normal. Y se llevan todo los suyo: los cuadros, las flores, todos los adornos de las paredes...
Miraaaaaa, cuando llegamos allí en el año 61 aquello parecía una cárcel. Como está ahora. Don Guillermo se descompuso arrepentido de no haber cogido el otro. ¿Entiendes? A los dos o tres años de eso empieza ya la reforma de Valcárcel.
-¿Quién era Valcárcel ya que estamos?
-Rodríguez de Valcárcel fue gobernador civil de Cádiz. Y a la mujer, que era Carola Rided, le dedicaron el colegio.
-Siga con su trayectoria como profesor.
-Yo ya llevaba a los adultos haciendo una gran labor porque daba a zapateros, tallistas, carpinteros... Cuando a mí me metieron con los mayores me di cuenta que los niños apenas aprendían porque entraban a las nueve y salían a las dos y solo le daban maderas con las que poco más podían hacer que cortarlas en láminas. Y por la tarde, lo mismo. Y claro, se aburrían. 'A esta gente hay que enseñarle a cubicar', dije. O sea, esta mesa donde estamos, ¿cuánta madera necesito para saber el volumen? Pues eso les enseñaba. Y después para estimularlo, como los Salesianos tenían muy buena tecnología, les daba un libro donde venían todos los pasos para el carpintero (dónde se cepillaba, cómo se cepillaba, los ensambles, lámina una, dos...)
-Todo eso es en Jerez, pero llega a Cádiz en el 61. ¿Cómo es esa transición?
-Pues llego a Cádiz y sigo con la banda y ya me matriculo en bachiller. Aquí me pasa una cosa graciosa porque me matriculo de Primero, Segundo y Tercero, pero cuando voy al instituto la administrativa me dice: '¿Tú qué quiere ser?' Y le digo que maestro. Y ella: '¡Maestro, noooo. Tú tienes que ser ingeniero!'. Total, que tengo la mala suerte que cambian los planes de estudio y, yo, ignorante 'perdío', me matriculo en mayo en vez de junio, después de los exámenes. Entonces, me dice esta señora que 'cómo me voy a matricular en mayo', pero había una monja, a la que se lo agradeceré toda la vida [y vuelve a emocionarse]. Y se lo comento el problema. El director del instituto de Jerez era del Opus Dei y esta monja consigue que me metan en lista [dice con un nudo en la garganta, al borde del llanto] para poder matricularme. Y me examino de ingreso en Primero, Segundo y Tercero de Bachiller elemental ¿Entiendes?
Pero me toca otro plan de estudio y, yo, ignorante 'perdío' llegaba justo a todos los exámenes. Resulta que me metía Matemáticas de primero, pero el latín se daba en un plan y en otro no, lo mismo que la Geografía. Y ahí me meto yo, en ese lío. Jajajaja. Vamos, que cuando voy a la escuela mis notas no aparecen. Total, hasta que aparecen y me dicen '¿Usted por qué se ha examinado de matemáticas de segundo de este plan o de latín de primero del otro? ¿Por qué lo ha hecho así? Mira las notas, que nos tiene locos aquí a todos' Jajajajaja
-Jajaja. Vaya pitote que formó. ¿Y cómo acabó todo?
-Peor fue los exámenes de Gimnasia. Yo era un buen atleta y ahí estaba yo aprobando fácil subiendo una cuerda, saltando y corriendo. Mi sorpresa fue cuando yo, con 17 años, coincidí con niños de 11 y 12. Eso era 'pa' verlo. Yo allí en el patio haciendo deporte con los abuelos y los padres de los otros alumnos fijándose en mí porque en aquellos tiempos los mayores no estudiaban. Yo subiendo la cuerda era una exhibición, claro. Jajaja. Y cuando llega la hora de saltar el plinton, nervioso 'perdío' yo, le doy un porrazo tremendo que no me estropeé mis partes de milagro. Y, a todo esto, la gente y jaja y jajaja. Entonces me quito de en medio y me suspenden para colmo. Y ya me vengo a Cádiz y me toca hacer los suspensos de gimnasia que me quedaban de Jerez. Y me toca el profesor Payán, que era un falangista que tenía un libro con cinco claves de gimnasia que había que sabérselas. Y tengo la mala suerte que caigo de los primeros y conmigo van diez más. Yo, por haber hecho la mili, me sabía de memoria el 'descanse, salte, corra, descanse, flexiones, salte, descanse...' A la tercera vez que pita me da por tirarme al suelo. [Interrumpo]
-Vamos, que aprueba.
-Me suspende a mí y a los diez que venían detrás fijándose jajajaja.
-Bueno, grandes anécdotas. Jaja. Pero, ¿qué acabó haciendo después del bachiller?
-Hago Magisterio en Cádiz y estando en Valcárcel se funda El Batallón Infantil de Cádiz. Pero antes te cuento una cosa que nos llevará a la creación del Batallón. Ramón de Carranza se murió con la pena de no hacer el puente porque Baturone, que era el almirante en San Fernando y el principal de la Marina, se oponía a hacerlo porque decía que en un conflicto lo primero que iban a hacer sería hundir el puente. Tuvo que ser después, pasado un tiempo y con el armamento ya más sofisticado, que volviera a tomar forma la idea de Ramón de Carranza. Y fue su hijo José León el que más tarde lo construyó, pero antes se le ocurrió nombrar a Mari Carmen Martínez-Bordiú, la nieta de Franco, Reina de las fiestas típicas. Y para esa celebración se fundó en el 61 El Batallón Infantil. ¡El batallón fue un 'pelotasssso'!
-Llegamos.
-El Batallón tenía un uniforme precioso. Todo el mundo en Cádiz quería ser del Batallón.
-¿Pero al Batallón solo podía pertenecer los huérfanos del hospicio, no?
-El hospicio era el que llevaba la voz cantante, sí.
-Entonces podía entrar más gente de Cádiz...
-Nooooooo. Porque era banda. ¿Tú ibas a poner a un niño bien tocando la trompeta o el tambor?
-Jajajajaja. No, no. Imagino que los niños de papá de la época llevarían sus galones, pero darles un instrumento sería cosa así como darles unas piochas. Entiendo, entiendo.
-Claaaaro. Ellos iban de comandante, de capitán, con su estrella desfilando. Ahora bien, los míos eran los pobrecitos que iban tocando.
-¿Cómo fue ese día de las Fiestas Típicas?
-Las fiestas típicas..., eso fue el 'bombassso'. Y, 'pa' colmo, venían las majorettes. Y no veas tú cuando salían con los muslos al aire jajajajajaja. ¡No te puedes ni imaginar la que se formaba! Y el Batallón, delante. O sea, cuando yo veo estas cabalgatas de ahora en comparación a aquella, con ese mujerío que iba... Esto es chuchería al 'lao' de aquello jajajajaja.
-¿Cuántos años se llevó en el Batallón?
-Yo estoy con el Batallón cuatro años. Fuimos a Galicia, fuimos a los reyes, desfilamos en El Pardo... Porque, claro, después del 'pelotasso' de aquí.
-Vamos, que le gustó a Carmencita y le diría el abuelo que no vea con el Batallón de Cádiz.
-Jaja. La nieta no sé, pero la hija vino y le gustaría. 'No vea' tú si se formó. También se le hicieron honores en Diputación, una comida que le dieron tremenda... Tras eso, fuimos a Madrid en el día del Carmen, el día de su santo y le llevamos todas las fotografías y un ramo de flores. Y 'pa' Madrid que va el Batallón en dos autobuses de Comes, con los que entramos a El Pardo. Y por allí que desfilamos. Al frente de la expedición iba Jesús Ramos. Bueno, pues antes de entrar a El Pardo, la policía iba con alfileres dándole a las flores para ver si había algo. Desfilamos por el Pardo con Franco en un balcón. No veas, aquello parecía que estábamos en Versalles, nos dijo Franco, al que le encantó el desfile porque los niños desfilaban muy bien, eh. Ahí que iban con sus mosquetones, con la ovejita delante, ¿no?
-Qué arte.
-Bueno, nos invitan a comer en el hotel Ritz de Madrid, donde fue la primera vez que yo comí en un sitio tan grande y con tanto lujo. Después desfilamos por Madrid, que estaba de alcalde el señor Mayalde. Total, un espectáculo también. Por de noche, ya en el hotel, los que íbamos de encargados de los niños éramos Enrique Laínez y yo, pero me dejan a mí, que era soltero, con ciento y pico de niños. También me quedé con un cornetín que era de la mili, y al pobre lo aburrieron. A mí los niños me respetaban los míos, pero si tú vieras el cachondeo que me formaban los niños bien. Yo, que era muy formal, y que respetaba 'pa' que me respeten... ¿Qué pasó? Que a los días siguiente teníamos una cita para salir en televisión el jueves; el desfile había sido el lunes. Y le dije a Laínez: 'Mira, Enrique. Si no se quedáis ustedes, yo no me quedo más con los niños porque yo no sirvo de cachondeo de los niños'. Entonces se suspendió la actuación del jueves. Y nos vinimos 'pa' Cádiz por culpa de ellos.
![Imagen principal - 1. Francisco Franco dialoga durante la comida de recepción que dio al Batallón con los responsables de la banda, entre ellos, José Calvo, con traje gris y corbata a la derecha de la imagen. 2. Desfile por Cádiz del Batallón con José Calvo, con traje, abrigo y corbata a la izquierda de la imagen pastoreando a la banda de música. 3. El Batallón también participaba en las fiestas típicas con su chirigota.](https://s3.abcstatics.com/lavozdigital/www/multimedia/provincia/2025/02/04/francoi-U36655073633XsQ-758x470@abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - 1. Francisco Franco dialoga durante la comida de recepción que dio al Batallón con los responsables de la banda, entre ellos, José Calvo, con traje gris y corbata a la derecha de la imagen. 2. Desfile por Cádiz del Batallón con José Calvo, con traje, abrigo y corbata a la izquierda de la imagen pastoreando a la banda de música. 3. El Batallón también participaba en las fiestas típicas con su chirigota.](https://s3.abcstatics.com/lavozdigital/www/multimedia/provincia/2025/02/04/ancha-batllon-U08155572574uIl-464x329@abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - 1. Francisco Franco dialoga durante la comida de recepción que dio al Batallón con los responsables de la banda, entre ellos, José Calvo, con traje gris y corbata a la derecha de la imagen. 2. Desfile por Cádiz del Batallón con José Calvo, con traje, abrigo y corbata a la izquierda de la imagen pastoreando a la banda de música. 3. El Batallón también participaba en las fiestas típicas con su chirigota.](https://s3.abcstatics.com/lavozdigital/www/multimedia/provincia/2025/02/04/chirgotas-U35634142384Qon-278x329@abc.jpg)
-'Totá', que no salieron en la tele.
-Claro. No salimos en la tele. Es que los niños bien me formaron una descarada y yo estaba impotente. ¿Entiendes? Y por eso no salimos. Bueno, pues ahora a partir de eso, el Batallón en un cachondeo. 'Sevilla. ¿El Batallón puede venir?', nos decía desde el ayuntamiento. El Batallón 'pa' Sevilla para los Reyes Magos, la cabalgata. El Batallón fue a Línea de la Concepción. ¿Para el Bosque? 'Pa' El Bosque. ¿Para Galicia? 'Pa' Galicia. A mí todo eso me suponía un trastorno porque yo cada vez que tenía que preparar el Batallón, tenía que preparar 20 uniformes.
-¿Cuál era su cargo exactamente?
-Yo era el maestro de música. Yo tenía que encargar a las limpiadoras para que me limpiasen los trajes. Ahora limpia instrumentos, limpia a 20 cornetas, tambores, estandartes...
-Y súmele los viajes.
-Claro. Entonces, yo le dije 'Enrique, yo dejo el Batallón'.
-Porque Enrique Laínez era...
-El que estaba de representante del Ayuntamiento con Vicente del Moral. Ante esto, Enrique Laínez viene y me convence para que el Ayuntamiento me diese una gratificación. Y yo seguí con el batallón y le digo 'Mira, sigo con la banda porque no no me viene malamente' [y hace con gracia la señal del money, money].
-Jajajajajaja. 'Home' por 'favo'.
-Hombre, es que antes estaba por el amor al arte. Jajaja. Llega el primer día de cobrar y voy al Ayuntamiento, que estaba así [gesto de canino, tieso]. Hago la cola y me dicen 'venga usted mañana que hoy no hay dinero' después de haber estado un rato en la cola. Y yo que era 'mu' orgulloso y como no estaba acostumbrado a cobrar me dije que 'que voy yo a estar aquí pendiente por unos 130, 140 duros'. Y ahí fue cuando ya dejé el Batallón.
-¿Cómo le fue al Batallón tras su marcha?
-Después de yo irme siguió otros tres o cuatro años más. Pero se hundió.
-Adiós al Batallón. Volvamos, si le parece, a su trayectoria. ¿Qué hace tras aprobar Magisterio?
-Acabé Magisterio en el edificio que hay enfrente de Hotel Atlántico. De allí me llaman los Jesuitas de El Puerto para irme allí con ellos, pero poco antes de acabar Magisterio, como yo era antiguo alumno, me llaman los Salesianos para irme como director y subiéndome el sueldo. Recuerdo que los pisos que están enfrente de los Salesianos lo estaban haciendo. Pero cuando voy a los curas blancos, que estaban allí ya.
![El desfile por Madrid, con la oveja al frente, tuvo mucho éxito en su momento.](https://s3.abcstatics.com/lavozdigital/www/multimedia/provincia/2025/02/04/esfile_20250208155804-U35114100176PaI-624x385@abc.jpg)
-¿Los curas blancos? A ver, que a mí esto de las órdenes me encanta. ¿Quiénes eran los curas blancos y dónde estaban aquí en Cádiz?
-Los curas blancos eran los que sucedieron a los Salesianos en Valcárcel. Porque los Salesianos, una vez que terminaron allí, fueron unos caballeros; acabaron la obra y entonces vinieron los padres blancos, los Sagrados Corazones. Por ejemplo, en Sevilla son una institución. Ahora bien, son muy señoritos.
-Jajajaja. Me encanta. ¿Y qué pasó?
-Pues como los padres blancos no tenían experiencia laboral en la formación cuando llegaron a Valcárcel, me llamaron a mí como director técnico para que distribuyera todas las clases. Me quedé como enlace y junto a un empleado de la Diputación, que era el director administrativo, con las cuentas. Yo estuve ahí y fui el enlace entre los Salesianos y los padres blancos. Y estando con los padres blancos me llaman de los Salesianos de aquí (barrio de San José).
-¿Desde cuándo están los Salesianos en PuertaTierra?
-Los Salesianos están aquí desde Ana de Viya, que fue la que dejó todo ese terreno donde hoy se levanta el colegio.
-Y le llaman.
-Entonces, el director de aquí me adelantaba en aquellos tiempos doscientas mil pesetas para un piso por esa zona del colegio. Antes, yo era la mano derecha de los Padres Blancos en Valcárcel porque yo, además de llevar la banda, también tenía idea de enseñanza profesional en tecnología de mecánica, carpintería, hostelería. Y claro, en cuanto aprendieron, ya me dieron de lado, pero mientras tanto, no. Entonces, voy y le digo al cura que me marcho. '-¿Usted cómo se va a marchar? -Mire usted, en los Salesianos me dan seis mil pesetas', que era el sueldo de los maestros de aquellos tiempos, más las clases particulares que daba. Bueno, pues el tío consiguió, para que no me fuera, de don Álvaro Domeq para que me dieran el piso en donde yo vivo ahora (Avenida Juan Carlos I), que eran pisos levantados por la Diputación. Entonces, me quedé en Valcárcel porque me daban lo mismo que los Salesianos y además, el piso.
![Pepe Calvo, en un receso de la entrevista.](https://s2.abcstatics.com/lavozdigital/www/multimedia/provincia/2025/02/04/PCalv-U74740485837Qjn-624x385@abc.jpeg)
-¿Y hasta cuándo estuvo trabajando en Valcárcel?
-Hasta el tiempo de Rafael Garófano, que fue el que echó a los curas para quedárselo Diputación.
-Pero Garófano fue concejal del ayuntamiento con Carlos Díaz.
-Sí, pero también estaba de diputado provincial.
-¿Y de Valcárcel a...?
-Pido traslado y me voy a la Institución Provincial Gaditana, que es donde me jubilo. Estuve de secretario y de director cuatro años.
-¿Qué asignaturas le gustaba dar más?
-Las matemáticas y la ciencia. También estuve, cuando me quedé viudo con 33 años y tres niños, dando clases dos años en San Fernando por las tardes. Luego me casé de nuevo y de ahí nacieron dos hijos más. Entonces, me voy a San Fernando con las clases de adulto y paso los dos años mejores de mi vida profesional.
-¿Qué siente cuando paso por Valcárcel?
-Pena. Me acuerdo de mi juventud.
-¿Y dónde cree que ha estado el problema para que esté como esté?
-La política. Siempre, la política. Yo no comprendo como una institución para los pobres, donde venían los niños de Vejer, de la sierra, de toda la provincia a un internado para aprender un oficio no siguiera dando el mismo servicio. Si esos niños no estudian carpintería o no estudian bachiller, ¿qué les esperaba a esas criaturas de Dios? Diputación tenía montones de solicitudes para que vinieran los niños más necesitados, los que quedaban huérfanos. Y venían para acá, y se hacían hombres. Allí venían niños sin familia a aprender y que cuando veían a los becarios, estos les servían de estímulo para estudiar. Y claro, cuando un pobretón ve algo así siente que puede llegar a eso. Como me pasaba a mí con los médicos. ¿Yo por qué estudié? Porque tuve a esos amigos que me hacían la competencia. De aquí de Valcárcel han salido carpinteros, el mejor que yo he visto en mi vida. ¿Tallista? Vicente de Coz, que tiene dos o tres pasos de Jerez 'tallaos' por él. ¿Maestro albañil? Lo mismo. ¿Panadería? Igual. Además, el pan se servía para el hospital también. Pues todos esos oficios se acabaron con Valcárcel.
-Como se acabó esta entrevista. Todo un placer ponerme al día con usted. Habrá más veces.
-Jejeje. Yo es que me enrollo mucho.
-Y yo que se lo agradezco. Vamos a darle a estos churros.
-Vamos a por ellos.