Con 'C' de Cádiz
Pedro Pablo Reynoso: «El Caído echa de menos el parque; el problema será que echaremos de menos San Francisco»
Pedro Pablo Reynoso ramos. Asesor financiero y cofrade
Tan combativo como solidario, pasea su medio siglo con la misma elegancia con la que ordena andar a la cuadrilla de María Santísima de los Desamparados de su hermandad del Caído
Pedro Pablo Reynoso Ramos, toda una vida junto a El Caído.
Pronunciar Reynoso en la Semana Santa gaditana es pronunciar el apellido de una dinastía cofrade con un amplio servicio a la hermandad del Caído, una de las más jóvenes y que cada Martes Santo llena de vida las calles de una ciudad desamparada. Más allá de todo, charlar con Pedro Pablo Reynoso Ramos (Cádiz, 1974) para un servidor es siempre garantía de discusión, pero ante todo, diversión. Tan combativo como solidario, Pedro tiene no pocas anécdotas cofrades a lo largo de su medio siglo, que lleva con la misma elegancia con la que ordena andar a la cuadrilla de María Santísima de los Desamparados, de la que es capataz.
Vecino de la zona conocida como Vistahermosa, junto al hospital, hizo sus estudios menores en Reyes Católicos, desde donde pasó a San Felipe Neri para hacer el BUP y el COU. Estudió Empresariales en Cádiz y no tardó mucho en enrolarse en el sector bancario, donde lleva todo una vida asesorando a propios y extraños con una profesionalidad intachable.
Amigo de sus amigos, marido de Rosana y padre de dos maravillosos hijos, Pedro no sería quien ha llegado a ser de no ser por su señor padre y su espléndida y añorada madre, a la que con solo nombrarla inunda sus ojos al mismo tiempo que 'hunde' el discurso que esté dando. Porque él es muy 'sentío'. Y que lo siga siendo porque gracias a su don de gente la Asociación de los Reyes Magos le señaló como Rey Melchor estas pasadas Navidades que han sido únicas para él y para muchos de sus seres queridos, que son muchos. Palabra de bandarra.
-Beduino.
-Así es, aunque mi primer año de vida fue en Candelaria, en la calle Villalobos. Allí vivieron mis padres hasta que se vinieron aquí a la zona del hospital, en la zona de Vistahermosa, que es como se llama normalmente.
-El edificio Lallemand.
-No, al lado. Justo encima de lo que fue el Piano, el Melody.
-Un mítico, eh. La de cosas que no vería siendo un chaval en la puerta de ese bar.
-Jaja. Bueno, veía gente entrando y saliendo. Grandes colas en su tiempo, jaja.
-Un sitio muy oscuro, como prohibido a los ojos de un niño.
-O sea, yo ya entré ya de mayor, no me acuerdo de chico. Pero, vamos, que era un bar de copas normal con horario de madrugada, para gente mayor. Nada raro. 'Cúchame', si me vas a hacer la entrevista así, déjate eh jajaja.
-Jajajajaja Que no joe, pero que era un mítico de la noche gaditana. Ya está, ya está. ¿Dónde me estudió?
-Yo estudié el parvulito y la EGB en Reyes Católicos. y después pasé a San Felipe Neri.
-Un colegio muy vinculado con el Caído. ¿Cómo empieza su relación con esta hermandad en la que ha sido prácticamente de todo?
-Bueno, mi padre era hermano del Caído y a los cuatro años me hizo hermano.
-¿Qué vinculación tenía su padre para ser del Caído?
-Amistades. Los amigos con los que salía normalmente o tenía cierta relación salían en El Caído.
-¿Por el tema de la Universidad?
-A ver, al Caído se le llama los universitarios porque está en la capilla de los universitarios. O sea, en la capilla de Jesús Caído, que pertenece a la Universidad de Cádiz. Por eso son los universitarios, ¿vale? Aunque, eso sí, el Caído sí fue refundado por antiguos alumnos de San Felipe Neri en el año 59.
-Cuénteme eso.
-Era una cofradía que estaba en el Carmen y que dejó de tener culto. Se fundó en el 42, pero creo que en el 45 o 46 dejó de tener culto. Y en el año 58, un grupo de antiguos alumnos de San Felipe Neri querían formar una cofradía. Entonces, el presidente de aquel momento del Consejo de Hermandades -Junta Oficial de Cofradías se llamaba en aquel momento-, pues les dijo que antes de fundar una cofradía que retomaran la del Caído, que estaba abandonada. Y es por eso lo refundan ellos.
-¿Y sobre qué año entra su padre?
-Mi padre entra más tarde, en los años 70.
-¿Qué es El Caído para los Reynoso?
-Es todo. No se concibe nuestra vida sin la hermandad del Caído.
-Padres, hijos ¿y también nietos?
-Y para los nietos también, eso está en el ADN. A mí cuando alguno me dice 'noooo, cuando mi hijo decida ya veremos y tal'. Eso en mi casa está decidido.
-Jajajajaja
-No hay mucho que decidir. O sea, tú tienes que ser del Caído porque te apellidas Reynoso en este caso. Entonces ya lo sabes. Y bueno, aparte, y ya fuera de bromas, mis hijos están muy vinculados. O sea, están en el Grupo Joven metidos ahora y están por allí, están por allí...
-Se les ve, se les ve. Puedo dar fe. Hábleme de su trayectoria en la hermandad.
-Yo empiezo en el Caído con cuatro años y ya, en los años 80, ya me involucro un poco más. Mi padre estaba involucrado desde siempre, claro.
-¿Cuándo fue hermano mayor su padre?
-Mi padre empieza a ser hermano mayor en el 1991, después de Manolo Vidal, que en paz descanse. Él entró después de la anterior Hermano Mayor. pero yo antes ya estaba vinculado a la hermandad. O sea, yo en la hermandad he echado los dientes. Desde que tengo uso de razón, mi vida se centra en la capilla del Caído. Empiezo con los chavales más pequeñitos, de monaguillo; entro en el Grupo Joven de la Hermandad y desde ese momento lo dirijo. Y una vez que cumplo 18 años, en el 91, paso a formar parte de la Junta de Gobierno. Empiezo como colaborador y después ya me convierto en vocal de mayordomía, donde estoy todos los años 90. También fui vocal de juventud. Y en el año 2003, una vez que mi padre cesa como Hermano Mayor, me presento a hermano mayor de la hermandad.
-¿Cuántos años estuvo su padre de hermano mayor?
-Mi padre ha estado de Hermano Mayor desde 1991 hasta el 2003, porque antiguamente no existía la obligatoriedad de dejarlo a los ocho años.
-Eso fue cosa de Aznar.
-Jaja. Bueno, es verdad que el único que lo ha cumplido ha sido él. Yo entro en el 2003 y en el 2011 vuelve a ser Hermano Mayor mi padre.
-Cierto, cierto. Que volvió.
-Hasta que entra Eugenio Ricote en el 2019, y después Mauri, que es el que está actualmente, claro.
-Después de toda una vida vinculado a la Semana Santa, dígame algunos años que recuerda como especialmente duros para la Semana Mayor en general.
-Los años 80 no eran muy propicios para la Semana Santa. La Semana Santa en Cádiz, o mejor dicho, la Cuaresma, o todo lo que estaba vinculado a la Semana Santa se vivía a partir del domingo, no te digo del Domingo de Piñata, sino del domingo del carnaval chiquito. A nosotros nos acotaban...; la ciudad acotaba al mundo de las cofradías, que no ocupaba ni la Cuaresma entera. Te estoy hablando que la Semana Santa tenía algo de presencia desde el segundo lunes de Cuaresma hasta el Domingo de Resurrección, que se aguardaban los pasos, y ya éramos los que estábamos dentro de la hermandad los que hacíamos los cultos y demás actividades de la cofradía. Los 80 fueron malos para las cofradías. Es verdad que al final de los 80, principios de los 90, hubo un pequeño boom que tuvo su caída, hasta que con el final de los 90 y hasta el momento las hermandades han pegado una subida que creo que ya es raro que vuelva para atrás porque la gente se ha involucrado más.
-Ha crecido tanto que muchos gaditanos neutrales dicen no entender tantas procesiones a lo largo del año que los capillitas [Interrumpe].
-¡Capillita es un término despectivo!
-Jajajaja. Vale, vale. Iba desde el cariño, pero mis disculpas.
-O sea, yo no soy capillita, yo soy cofrade. ¿Vale?
-Vale, vale. Disculpe. A lo que iba [Interrumpe de nuevo].
-Igual que para el que le gusta el Carnaval, llamarle carnavalero, según me han dicho, también lo es.
-No tenía ni idea de eso.
-Pues capillita tres cuartos de lo mismo.
-Ok, ok. Usted perdone. Bueno, a lo que iba. El mundo de las cofradías ha mejorado hasta un punto que gaditanos alejados de la Semana Santa, que no enemigos de ella, ven que proliferan demasiados cortejos durante el año. ¿No se está abusando una mijita de sacar procesiones a la calle?
-Partamos de una base. Ahora mismo, hoy por hoy, hay un turismo, entre comillas [y las gesticula], muy relacionado con ese tipo de procesiones extraordinarias que le dan dinero a la ciudad, también te lo digo.
-A ver, que a mí no me molestan en absoluto, lo pregunto por el conjunto de la ciudadanía. Vamos, es que yo las defiendo.
-Pero aparte de eso, es verdad que hemos pasado de la nada al todo, y a lo mejor en el término medio está la virtud; tampoco hay que salir por todo.
-Estuvo de 2003 al 2011 como Hermano Mayor. ¿Qué es lo que cree que mejor hizo en dicha etapa?
-Pues mira, para mí, lo mejor fue que en los años 2002-2003, la hermandad sufre un momento de bajón. [Interrumpo]
-¿Por?
-Porque había mucha gente alrededor, pero nadie quería dar el paso para coger la rienda de la cofradía. Entonces, (la hermandad) sufre un momento de bajón que los que éramos los jóvenes en aquel momento, me refiero a Diego González Torres, me refiero a Emilio López Vázquez, me refiero a Javi Iglesias, Mauri, el que actualmente es Hermano Mayor, Mario Vázquez, no quiero decir todos los nombres porque se me va a olvidar alguno seguro.
-Dichos quedan, con el perdón del olvido.
-Cogimos las riendas y le pegamos lo que hoy por hoy es la hermandad de Jesús Caído. Estamos hablando de que es una hermandad que salen a la calle casi 550 hermanos, incluidos los hermanos cargadores, de una nómina de casi mil hermanos. Una cofradía que, quiera que no, tiene su sello dentro de la Semana Santa de Cádiz, y que ha implantado una nueva túnica, un nuevo paso para el Señor, se restauraron la imagen del Cristo y de la Virgen, las vestimentas cambiaron, es decir, le dimos un empujón, que sí es verdad que la anterior Junta de Gobierno que presidía mi padre empezó el camino, pero nosotros lo rematamos en este caso.
-¿Cómo es el día a día en una hermandad?
-El día a día de una hermandad, y el que está metido lo tiene que saber, son 364 días al año. Y solo un día es la cofradía, que es el día de salida. Los demás días, bueno, pues tienes tus cultos, tienes lo que es toda la gerencia de la cofradía, todo el tema de atención al hermano, todo el tema de caridad, todo el tema de tanto los cultos internos como los cultos externos, la apertura los viernes de la Casa Hermandad, la apertura de la capilla, que tendremos en breve que hacer, pero que en aquel momento sí había porque había capilla, que ahora no lo hay...
-Eso le iba a decir. ¿Cuánto echa de menos El Caído al parque?
-El Caído echa de menos al parque, y el problema es que vamos a echar de menos San Francisco cuando nos vayamos.
-¿Y cuándo va a ser eso?
-Se supone que 'pal' 2026 Mauricio (García) quiere que salgamos ya de la capilla. Depende de los últimos permisos que nos tiene que dar la universidad, que está tardando un poquito más de la cuenta en darlo.
-¿Y lo del palio?
-Bueno, el palio... Si me preguntas a mí, yo sí quiero palio. Si le preguntas a la inmensa mayoría... Bueno, no, quita la palabra inmensa. Si le preguntas a muchos hermanos de la cofradía, te dicen que no quieren palio, pero yo creo que el palio llegará. Llegará porque los jóvenes siempre quieren meter cosas nuevas y el palio es necesario. Al final, Desamparados no tiene palio por un tema logístico, porque no salía por la puerta de la capilla. Ese es el motivo por el cual Desamparados no tiene palio. No le busquemos otro motivo. Entonces, se ha quedado, se ha quedado, se ha quedado..., pero tampoco hay nada que nos impida tener un palio. Es más, cuando cumplió los 50 años la imagen y cumplieron los 50 años los hermanos cargadores, te estoy hablando del 2015 [Interrumpo].
-Esto de la cuadrilla de hermanos cargadores sé que tiene su debate... Y por eso me lo recuerda.
-Claro, porque me gusta recordar que la del Caído es la primera cuadrilla de hermanos cargadores, que no se le olvide a nadie, aunque alguno últimamente lo quiere relegar a un segundo plano, pero es la primera cuadrilla de hermanos cargadores de An - da - lu - cía, ya sean costaleros o cargadores.
-¿Y en qué año fue eso?
-1965. A raíz de ahí empezaron muchas hermandades, y no te estoy hablando que fue de inmediato, sino años más tarde empezaron muchas hermandades a incluir hermanos cargadores. Ahora Veracruz está celebrando sus 50 años, pero no deja de ser posterior al Caído, aunque he escuchado a algún hermano de la cuadrilla de Veracruz que 'bueno, que sí, que El Caído empezó, pero que ellos lo potenciaron'. No lo comparto para nada, absolutamente. ¿Vale?
-Jajaja. Y tanto que vale. Queda dicho.
-Queda dicho, queda dicho. Jeje.
-Estábamos con el tema del palio y una salida extraordinaria de la Virgen.
-Ah, sí. Te decía que por la conmemoración de los 50 años de la Virgen se le puso un palio cuando salió a la calle en la extraordinaria. Hicimos la función en Catedral y de allí salió bajo palio María Santísima de los Desamparados. Curiosamente, mi padre, que es de los 'antipalio', fue el único Hermano Mayor que ha tenido palio en la calle porque era en su mandato.
-Dejó de ser Hermano Mayor y se mete como capataz de la Virgen. ¿Por qué esa decisión de coger el martillo?
-Bueno, es la segunda vez, tú lo sabes perfectamente. Fue a finales de los 90, principio del siglo XXI fui también capataz y tú estabas dentro de esa cuadrilla, acuérdate. Jejeje.
-¡Es verdad! Desde el parque, sí señor. Como pasa esto del tiempo, pffff. ¿Quién era el contracapataz, Asencio?
-No, Asencio siempre ha ido en el Cristo. Yo ahí iba con Salva Cumbre.
-Cierto, cierto. Qué grandes, qué tiempos. Bueno, y a los años..., ¿cómo le da por volver?
-Pues esta segunda tiene solo un motivo, y es que la cuadrilla de Desamparados había pasado de ser una cuadrilla de hermanos puntera, te diría que dentro de la Semana Santa, a no tener la misma... bueno, a que en los últimos años, no quiero indicar a nadie en este caso, la cuadrilla se había venido abajo, no estaba participando en la cofradía y yo entiendo que la cuadrilla tiene que participar en la cofradía, que esté integrada en la ella.
Pedro Pablo ha sido prácticamente de todo en la hermandad del Caído.
-En esta su segunda etapa, este año será su...
-Mi tercer año.
-Ha pasado por todos los escalafones y cargos de una hermandad. ¿Cómo y dónde se disfruta más: siendo un penitente que va dando luz tranquilamente, siendo Hermano Mayor, siendo capataz...?
-El Hermano Mayor disfruta muy poco, muy poco, muy poco. Al final, siempre es lo que digo, es la soledad del Hermano Mayor, y no es porque se encuentre solo o arropado, sino porque tiene que decidir cosas que a lo mejor no son del todo bien recibidas por todo el mundo. Entonces no se disfruta nada. Yo, cuando he disfrutado más, y resulta curioso, fue cuando cuando dejé de ser Hermano Mayor y pasé a estar al lado de la cuadrilla del Cristo, como mayordomo de paso.
-¿Con Mauri de capataz?
-Exacto. Y cuando dejo de ser mayordomo de paso, pasé a ser fiscal. Ahí se disfruta poco también.
-Muchos cabreos con unos y con otros, ¿no?
-Jeje. Algunos hay, sí. Pero a lo que iba, antes de coger el martillo de Desamparados, hubo un año que salí con José Luis Duro detrás del Cristo con una cruz a cuesta. Y ese 'pa' mí fue el mejor año porque no tenía responsabilidad de ningún tipo. Iba detrás, escuchando las marchas, viendo al Señor y al lado, encima, llevaba a mi compadre. La verdad es que lo disfrutamos bastante.
-Ahora, como capataz, ¿cómo se llevan las órdenes o broncas del fiscal que tantas veces ha dado usted para que los cargadores más que anden, corran...?
-Pues nada, lo que diga el fiscal. Al final, formo parte de un cortejo donde el fiscal es el responsable. Yo soy simplemente un hombre de confianza de la cofradía y si la persona que tiene la obligación de que la cofradía cumpla su horario me dice que hay que estar aquí y aquí a tal hora, pues se habla con la gente de dentro y: 'señores, ahora mismo toca esto, toca esto y toca esto'. Y punto. Yo no he echado broncas. Yo simplemente quería [Interrumpo].
-Jajajaja. Bueno, bueno. Vamos a ver, vamos a ver, Pedro. Que yo he ido debajo y allí las órdenes no llegaban como si fuesen halagos, eh...
-Claro, claro, claro, pero porque no admiten que la visión que hay dentro de la cofradía cuando vas dentro del pozo no es la misma que cuando estás fuera. Y por mucho que tú quieras lucirte en todas las esquinas, en todas las calles, tú tienes que tener en cuenta que delante hay un cortejo de 400 personas que se cansan y que van andando al ritmo que tú quieres marcar. Pero esto es un cortejo que empieza en la cruz de guía y termina en el último tambor de la banda, y habrá momentos de mayor lucimiento y habrá momentos que habrá que estar a lo que diga en ese momento la fiscalía de la hermandad.
-¿Cómo ha sido su relación con otros hermanos mayores?
-Mi relación ha sido buena; ha habido hermanos mayores con los que he tenido mejor relación que con otros pero eso al fin y al cabo son las relaciones personales que tienes con cada uno. Pero sí, también tuve momentos muy complicados.
-Por ahí iban los tiros. El Caído tiene esa fama de ser muy combativo.
-En mi época sí que lo fue. Pero éramos combativos no solo por mí sino por toda la Junta de Gobierno. Había cosas que no entendíamos.
-Recuerde alguna.
-Había varias cosas, ¿vale? Pero sobre todo, lo más tenso se vivió en la tribuna que había en El Palillero, en donde se sentaba siempre un penitente de la cofradía.
-¿El Hermano Mayor, no?
-El Hermano Mayor o quien designara el Hermano Mayor que se sentara. Y nosotros entendíamos que eso como que no porque ¿qué hacía un penitente sentado viendo pasar la cofradía? O sea, no tenía ningún tipo de sentido. Entonces, aunque sé que mi amigo Francis Lucero se lo apropia él, quien decide no sentar a nadie, ni al director espiritual en este caso, soy yo. Estamos hablando de 2004, 2005.
Después tuve otro episodio que fue cuando al Resucitado le obliga el difunto padre Enrique Arroyo a ir a catedral en furgoneta en contra de la decisión que tenía la Junta de Gobierno de llevarlo en procesión. Entiendo que una imagen para llevarla a otro sitio, a no ser que sea a un taller para restaurarla, debe tener su procesión, su liturgia. Entonces, fue tal la bronca que tomaron la decisión de quitar a esa Junta de Gobierno y al Hermano Mayor, que en este caso era Juan Laluz. Ante esto, nosotros estuvimos muy combativos posicionándonos a favor de la decisión de esta junta de gobierno ante el capricho del difunto Enrique Arroyo, que fue un cura un poco complicado dentro de su parroquia porque con las cofradías no se llevaba muy bien. Recuerda que estuvimos muy combativos porque no entendíamos sus motivos y cuando pasamos por Palillero decidimos que yo no iba a pedir la venia sino que iba a pasar porque las personas que estaban sentadas en la tribuna no habían apoyado al Resucitado.
-Cierto, cierto. Ahora caigo. Chico revuelo se formó. ¿Eso fue antes o después de que decidieran no sentarse en la tribuna?
-Fue antes de que decidiéramos no sentarnos.
-Vamos, que tiene pinta que lo uno llevó a lo otro.
-Lo uno lleva a lo otro, al final. Lo uno lleva a lo otro, correcto.
-¿Y cómo vivió ese trance?
-Me acerqué a la tribuna para decirle que 'no me voy a sentar por esto y lo otro' y hubo un momento en el que el Padre Sebastián Llanes empezó a tirarme de la vara, y yo empecé a tirar hacia mí; así estuvimos pugnando unos segundos hasta que al final le dije: 'Mira, Padre, la vara por ahora me la llevo yo, ya no sé mañana si usted me quitará de aquí, pero la vara es mía'. Entonces me llevé la vara y nos fuimos.
-Jajajaja. Para el que no lo sepa, Sebastián Llanes era en ese momento...
-Era el delegado diocesano de Hermandades y Cofradías puesto para Cádiz por el obispo.
-Salgamos del Caído un poco. ¿Cómo ve la Semana Santa como gaditano?
-Ha subido muchísimo.
-¿Se puede decir que tenemos una Semana Santa top hasta el Jueves Santo?
-Bueno, el Viernes Santo en Cádiz es muy bueno. El problema de Cádiz es que no hay tantas cofradías como para llenar un Jueves Santo. Yo soy partidario de que el Jueves Santo... En primer lugar, soy partidario de que las cofradías son autónomas para decidir dónde quieren salir y cuándo quieren salir. Y nadie le puede imponer un día de salida, en mi opinión.
-Entonces, ¿El Perdón debería salir a las tres si sus hermanos lo quieren?
-El Perdón, si quiere salir a las tres, puede salir a las tres. El problema que tiene El Perdón es que no solo dependemos de su decisión, sino que dependemos también de un ayuntamiento, de una organización y de una lógica. Con esto no quiero decir que mi amigo Manolo Garrido no pueda salir a la hora que quiera, eh. Yo sé que los hermanos del Perdón son de las tres de la mañana y lo defienden. Y hay que reconocerle a los hermanos del Perdón que han seguido en la madrugada. Es decir, pase lo que pase, aunque vayan solos por la calle. Y eso hay que reconocérselo. Además, han cogido y se han convertido en una gran cofradía ahora mismo en la ciudad. Desde el punto de vista caritativo, para mí es de las mejores, por no decirte la mejor cofradía que existe en estos momentos y en muchos aspectos.
-Me iba a hablar de que era partidario de un Jueves Santo...
-Soy partidario de un Jueves Santo largo. Es decir, que empiece con la Oración en el Huerto, que gracias a Dios sale por fin este año, y que termine con El Perdón. Pero no separar Jueves Santo y 'madrugá', porque ya no hay Jueves Santo y 'madrugá' porque por desgracia no tenemos tantas cofradías ni tanta gente en la ciudad. A no ser que empiecen a crearse cofradías por extramuros, que también ayudaría. Aunque soy más partidario de que se haga como se hiciera con El Caído en su momento. Es decir, si hay gente que quiere potenciar o quiere formar una cofradía, haga usted el favor de meterse en la cofradía equis, que está a lo mejor más bajita de hermanos, y vamos a ayudarla, aunque se la lleve a otro sitio. Pero vamos a ayudarla para que crezca. Eso es lo que pienso del Jueves. Pero aún así, la Semana Santa ha crecido. Y la Cuaresma también. Y el año entero. Es decir, la presencia de las cofradías durante todo el año en Cádiz no tiene nada que ver con la que yo viví en mi época.
-El Caído siempre sale, aunque truene. ¿Cómo se toma eso?
-El Caído siempre sale, aunque llueva, no. El Caído siempre sale, ¿que le ha cogido agua de vez en cuando? Sí.
-Me interesa este asunto de la lluvia y su opinión, que no es descaradamente hostil con el agua. Vamos, que las gotas que puedan caer del cielo no son bombas.
-El agua tampoco son bombas, exacto. El agua más que afectar al patrimonio artístico, que sí, porque hay obras de arte muy antiguas que hay que conservar, afecta también al patrimonio humano. Es decir, que te caiga agua en la calle es una desorganización porque hay muchos niños, por ejemplo, en el cortejo del Caído. El agua lo que te provoca es que haya un momento de estrés. Me acuerdo perfectamente de un año siendo Hermano Mayor que nos llovió y la frase que me dijo un meteorólogo. Había mucha niebla ese Martes Santo por la mañana. Y la típica frase que se decía: 'mañanita de niebla, tardecita de paseo', ¿no? O sea, que va a ser bueno por la tarde. Bueno, pues nos cayó una esa tarde que no era normal.
-Jajajajajaja
-Y salimos bien, salimos con sol, ¿vale? En esa época no existía ahora el Windguru y todas esas páginas; en Cádiz, en Semana Santa, todo el mundo sabe de tiempo, ¿vale?
-'Home por favó', jaja.
-Para nosotros el tiempo nos lo tiene que decir siempre Arturo Smith. O sea, es el que manda si se sale o no se sale. Es mucha carga para él, pero es verdad que el tío sabe interpretar bien los partes. Un año salimos, nos cogió agua a la altura de la Plaza de las Flores y fuimos corriendo hasta Catedral para meternos dentro. Y, a veces, te lo decía por el hecho de que el capital y patrimonio humano es importante, pero a veces también lo que hay alrededor es jodido.
-¿Cómo?
-Porque los padres estaban nerviosísimos, no fueran los niños a perderse dentro de Catedral, cuando los niños estaban súper controlados, pero los padres se pusieron nerviosos por se cerraron las puertas de la catedral. Entonces, los niños estaban dentro muy tranquilos, muy normal y organizado, pero los padres estaban fuera formando una bulla porque el niño no se fuera a perder dentro de Catedral. Eso está controladísimo. Entonces, ¿a nosotros nos ha cogido agua fuera? Sí, efectivamente nos ha cogido agua fuera. Sí, es verdad que nunca nos hemos quedado en casa más allá de la pandemia y del año 2021, que tampoco se pudo salir. Pero que en muchas ocasiones se cuenta con el agua porque tenemos un plan de agua, que es importante también. O sea, un plan que nos dice en cada momento qué hay que hacer y qué no hay que hacer. Y quiénes son los que llevan el control de la hermandad cuando hay plan de agua, quién tiene que tapar las imágenes, quién tiene que tapar los elementos, quién tiene que llevarse los niños a la casa hermandad...
-De hecho, el año pasado fueron de los pocos cortejos que se pusieron en la calle.
-Salimos, sí. También salió el Domingo el Despojado, que llegó hasta Catedral. El Martes Santo salió Caído con Columna y Ecce Homo, porque Piedad y Sanidad decidieron no salir. El Miércoles Santo salió Sentencia y el Jueves, Nazareno. Y se acabó la Semana Santa.
-¿Y cómo es salir en esas circunstancias?
-Es verdad que el Martes Santo, a la hora de salir, empezó a llover, pero teníamos previsto que si nos daban media hora más se podía salir. Hicimos el recorrido entero algo más ligero de lo normal, pero no nos llovió para nada.
-Demos un salto sin salir de la religión. Ha encarnado este pasado mes de enero al Rey Melchor en Cádiz. ¿Qué ha sentido?
-Eso ha sido inolvidable.
-¿Mejor que un Martes Santo?
-No me seas ca...
-Jajajajaja
-¿Mejor que un Martes Santo? Es que es la única vez que lo voy a 'viví'. Si, si, si me lo pones así... O sea. Es más, el otro día estuve hablando con mi hijo Carlos y empezamos a recordar cosas del día 4 y 5, porque este año se estuvo trabajando en Cádiz dos días los Reyes Magos.
Este pasado mes de enero encarnó al Rey Melchor por las calles de Cádiz.
-¿Fue un acierto cambiar de fecha la cabalgata?
-Sí, yo creo que sí, aunque hay mucha gente ahora purista que creen que no lo fue.
-Aquí tiene a uno. ¿O acaso se ve saliendo con El Caído otro martes que no sea el Santo?
-Yo no me veo saliendo el martes siguiente al Martes Santo, pero en este caso...
-Jajajajajaja En este caso usted era el rey, ¿no?
-No, no, no, no. En este caso estamos hablando que era un fin de semana que se preveía que el día 5 iba a caer la mortal, como cayó. Eso se veía venir como este fin de semana pasado (con el Carnaval). Pero al final en Cádiz se hizo mejor que en ningún sitio. ¿Vale? Es decir, en Cádiz se decide salir el día 4, pero el día 5 los Reyes estuvieron recibiendo a todos los niños de Cádiz en el Palacio de Congresos.
-Cierto, por eso dice lo de que este año se hizo un doble trabajo desde la Asociación de los Reyes Magos.
-Claro, claro. Estuve trabajando 48 horas en este caso. Pero lo que te quiero decir es que el día 4 se sale, pero el día 5 no fue vacío de contenido. Por lo tanto, yo no lo vi tan mal como alguno ahora piensa.
-Inolvidable en todo caso.
-La experiencia ha sido inolvidable desde que me nombran rey el 18 de octubre hasta el día 7 de enero, y todavía de resaca, han sido tres meses de muchas muestras de cariño por parte de mucha gente, de muchas emociones, de compartir vivencias con el resto del cortejo sin tener mucha relación de antes con ellos; los otros reyes, la estrella y el cartero, tu compañero Ignacio de la Varga. La convivencia que hemos tenido entre los cinco ha sido, de verdad, impresionante. Es más, este próximo sábado quedamos para comer y seguir trabajando porque entendemos que este cortejo puede trabajar más. De hecho, ya hizo una cosa el día de la cabalgata que no se ha hecho nunca y que fue reunir a todos los integrantes del cortejo en el colegio San Felipe Neri y hacer una barra solidaria con una entrada para que ese dinero recaudado fuera a parar tanto a la Asociación de Reyes Magos de Cádiz como a los afectados de la dana a través de Cáritas de Valencia.
-A nivel personal, ¿con qué se queda?
-Es que no me puedo quedar con una cosa que yo diga... Fueron tantas. La visita a hospitales, a geriátricos; la cara de los niños, de los adolescentes, de los abuelos; los momentos que viví desde que me bajé de la carroza y llegué al ayuntamiento para ir al balcón... Hay que reconocer que este año el Ayuntamiento ha potenciado la Navidad y se ha vivido de otra forma en Cádiz la Navidad. Pero ese trayecto desde la carroza al Ayuntamiento fue tremendo. Recuerdo que Juan Laluz, técnico de Fiestas que llevaba el control del recorrido, nos iba diciendo que fuésemos aligerando porque nos parábamos con todo el mundo; íbamos de una banda a otra parándonos con toda la gente. Ya te digo que ha sido todo inolvidable; desde la proclamación a la Gala de los Reyes Magos o la Gala de la Ilusión que se hace en el Palacio de Congresos... Yo que sé, es que son muchísimas cosas.
-¿Cómo es la elección?
-Cualquier gaditano se puede presentar, pero lo normal es que te presenten. En mi caso me presentó Manolo Garrido y le estoy muy agradecido. Lo que sí le dije es que yo no iba a pedir votos. 'Si me quieren votar que me voten, pero que no iba a hacer campaña'. Lo que sí vas sintiendo es que te lo vas creyendo poco a poco porque vas viendo que la gente te llama, te dice, te comenta y, bueno, parece ser que sí, pero hasta que no te nombran no se sabe si se va a dar o no.
-Trabaja en el sector bancario desde hace años, algo que le puede dar señales de cómo ha ido yendo la ciudad. Como gaditano y asesor financiero, ¿cómo ve a Cádiz?
-La ciudad, por desgracia y al irse tantos gaditanos, está envejeciendo mucho; el envejecer mucho hace que la renta media no sea ni muy alta, pero tampoco muy baja. Estamos hablando que Cádiz es una ciudad de funcionarios, de personas mayores; los jóvenes, por desgracia, se tienen que ir yendo por vivienda, por trabajo y por muchas cosas más que impiden que la ciudad crezca. Todo eso se está viendo desde el punto de vista de los colegios, donde cada vez más hay menos plazas porque hay menos niños. Esto va a provocar que la ciudad no empobrezca económicamente mucho porque la renta media de la gente de 40, 50, 60, 70 años se mantiene, pero también es verdad que o le damos un impulso de algún tipo o tenemos un problema.
-¿De dónde podría venir ese impulso?
-Yo creo que más que en los trabajos de toda la vida, a raíz de la pandemia nos dimos cuenta que el teletrabajo existe y aquí veo a muchísima gente de fuera que se ha venido a vivir porque pueden teletrabajar; al final, ese gasto o esos ingresos se vienen a la ciudad, se quedan. Entonces, más que el trabajo, que sí, que claro que hay que seguir teniendo porque sabemos perfectamente que si no lo hay o se crea hay personas que no pueden permitirse mantener a su familia, el gran problema que tenemos aquí es el de la vivienda, que no haya sitio para que tú puedas vivir. A lo mejor es políticamente incorrecto lo que voy a decir pero tenemos una Zona Franca que no tiene sentido con tantas naves vacías como hay. Me hablan de la industria, pero para mí la industria de Cádiz se basa en el turismo y en mirar hacia el mar y lo que tenemos alrededor; no tenemos campo y, quitando los Astilleros, no tenemos una industria fuerte cercana. Por lo tanto, lo que deberíamos seguir potenciando un poquito más sería el turismo y no criticarlo tanto porque del turismo vive mucha gente. Y, desde luego, la Zona Franca sería un buen sitio para crear barrios; lo mismo que se hizo en la zona de Astilleros. Tanta nave vacía en Cádiz no tiene sentido, por lo que creo que podemos crecer por esa parte.
-Pues con eso me quedo, capataz. Buena Cuaresma y mejor Semana Santa.
-Lo mismo te digo.
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