seguridad

Los patinetes eléctricos, un peligro sin freno en las calles de Cádiz

La movilidad ha cambiado radicalmente en los últimos años y estos vehículos campan a sus anchas por la ciudad provocando accidentes en conductores y peatones

Una usuaria de patinete eléctrico pasa ante dos personas en la plaza de San Juan de Dios de Cádiz la voz

J.M.V.

CÁDIZ

La movilidad en las ciudades ha cambiado radicalmente en los últimos años y el peligro más moderno para la integridad de las personas en Cádiz, para sus conductores y para los peatones, como ocurre en otros tantos puntos de España, es el patinete eléctrico. Y es que es un peligro para el usuario de estos vehículos y un peligro para todo viandante que se ponga en su camino, aunque sea un camino prohibido para tomarlo con un patinete eléctrico.

Es un peligro sin freno. Se hacen controles, controles que se saldan con alguna que otra multa, pero el día a día, y basta con pasear por cualquier parte de Cádiz, especialmente por el centro, deja a las claras que los propietarios de los patinetes campan a sus anchas. Solos y acompañados, lo que es objeto de multa.

Todo el mundo se queja, por activa y por pasiva. Y de la boca suele salir la siguiente frase: «Hasta que no pase una desgracia no se les va a poner freno». Freno, van sin freno, y aceleran hasta coger unas velocidades tan prohibidas como peligrosas para quien conduce y para quien pasa cerca por su lado.

Quejas

Es un peligro para todos. Que tire la primera piedra quien no haya visto un accidente de un patinete eléctrico. Hay usuarios que cumplen con las normas, pero no es el caso de la mayoría.

En Cádiz se viene levantando la voz desde hace tiempo. Peatones, vecinos de zonas peatonales, hosteleros, asociaciones... «La velocidad a la que van los patinetes eléctricos es un peligro diario, hay gente que va excesivamente rápido sin tener en cuenta que por aquí pasean muchas personas mayores y juegan muchos niños», denunciaban a este periódico dos vecinos de la zona del Paseo Marítimo peatonalizada hace ya cinco años.

«Los patinetes eléctricos y las bicicletas son un gran peligro para los clientes y para los vecinos, especialmente para los mayores que entran o salen de sus casas», añadía crítico el empresario Raúl Cueto, propietario del restaurante Arsenio Manila ubicado en esa misma zona.

Los números también hablan. Por sí solos. Durante el año pasado se reportaron casi 300 siniestros relacionados con estos vehículos de movilidad reducida (VMP) en los que, al menos, 187 personas sufrieron una lesión y 11 perdieron la vida, según el informe 'Análisis de la Siniestralidad de Vehículos de Movilidad Personal 2023' realizado por Fundación MAPFRE y el Centro de Experimentación y Seguridad Vial Mapfre (Cesvimap).

El análisis obedece a siniestros publicados en los medios de comunicación con el objetivo conocer los incidentes relacionados con los VMP, ya sea como resultado de una caída, colisión, atropello o incendio.

De este modo, un total de 11 personas, la mayoría hombres, perdieron la vida con motivo de un siniestro ocurrido con un vehículo de movilidad personal, lo que supone tres fallecidos más que en 2022. Además, un peatón falleció por atropello, lo que hace un total de 12 víctimas mortales. El informe indica que un total de 187 personas resultaron lesionadas a consecuencia de un siniestro de este tipo: 117 fueron de carácter leve y 70, grave. De las personas que resultaron lesionadas, siete de cada diez (73%) fueron hombres y la franja de edad más afectada fue la comprendida entre los 15 y los 34 años (59%).

La principal causa de los siniestros, generalmente con lesiones, es la colisión con otros vehículos, seguida de las caídas y el atropello a peatones. Las comunidades autónomas con mayor número de fallecidos por esta causa son Cataluña (4) y Andalucía (3 y un peatón). En concreto, en 2023, la Fundación MAPFRE contabilizó un total de 297 accidentes.

Muchos de estos siniestros se producen por incumplir la normativa vigente o en una circunstancia irregular. Es decir, muchos tienen lugar circulando por aceras y zonas peatonales. Otros tantos se producen al cruzar por pasos de peatones. Hay que recordar que sólo se puede pasar con un patinete por estos pasos si se va andando y empujando el patinete eléctrico avanzando a pie.

Otra infracción muy habitual es que dos personas se suben al mismo patinete, cuando la normativa recoge que sólo puede ir un usuario, y muchos de ellos iban sin casco a una velocidad de entre 40 y 50 km/h (la velocidad máxima es de 25 km/h y, aunque el casco no es obligatorio a nivel nacional, es más que recomendable).

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