Con 'C' de Cádiz
«Cada paso hacia atrás es un avance hacia una mejor versión de ti mismo»
Carlos Martínez Correa. Divulgador
Profundo estudioso de la alimentación, entre otras disciplinas, este gaditano recorre las calles de la ciudad mientras práctica FowarBack, un ejercicio con el que mantenerse joven tanto en cuerpo como en alma

Cruzarse en el camino, o toparse, con Carlos Martínez Correa (Cádiz, 1973) es toda una suerte. Además de poseer una bondad exagerada y un altruismo infinito, en su cabeza bulle un conocimiento inalcanzable para el común de los mortales tal y como uno puede pensar si se lee su extensa hoja de servicio. Habla, habla y divaga sin parar mientras, entre medias, suelta ideas para analizarlas en profundidad y, si se quiere, sacar conclusiones. Desde Cádiz hasta los rincones más recónditos del mundo, este gaditano es capaz de dejar una huella imborrable en todo aquel que lo haya conocido. Su poder radica en su capacidad para conectar con la gente abierta, con esa con la que quiere compartir su vasto conocimiento, y lo hace con el alma llena de empatía y pasión por lo que cuenta. Para muchos puede ser un incomprendido, pero este escritor independiente, visionario y mentor autodidacta ha dedicado más 15.000 horas a profundizar en disciplinas tan diversas como la alimentación consciente, la psicología, al espiritualidad y el desarrollo persona en todas sus formas. Este inabarcable bagaje lo convierte en una alguien único, especialmente, en el universo de la salud y el bienestar.
Pero Carlos no solo es un incesante estudioso de las cosas; su vida es un reflejo fiel de lo que enseña. Así, ha estado al frente durante cinco años de un herbolario desde donde enseñaba incontables recomendaciones a todo aquel que deseara escucharlo. Hasta Nueva York, Latinoamérica o Francia ha llevado su sabiduría bajo un enfoque integral en el que une ciencia, empatía y estrategia, herramientas que usa en comunicación y venta. Su misión no es otra que empoderar a las personas que lo quieran escuchar y que, bajo sus preceptos, quieran sentirse fuertes y sanos para construirse un futuro próspero. Este 'teleco' de formación universitaria es mucho que un escritor, recomendador o divulgador; es un guía, un mentor que entiende las verdaderas necesidades de quienes buscan transformar sus vidas. Y para eso, ofrece herramientas prácticas y consejos que ahora trata de expandir a través de sus redes sociales.
Su camino no ha sido sencillo; desde enfrentarse a fracasos en negocios y tocar fondo, Carlos ha sabido recomponerse hasta reinventarse en la búsqueda de la superación sin importarle en absoluto lo que le diga la gente que no le conoce o le conoce mal. Cada una de sus experiencias, desde la meditación activa en la selva peruana hasta la práctica de un deporte único que él denomina FowarBack Music, reflejan un carácter indomable y una visión del mundo diferente a los de sus comunes mortales. «Se ríen de mí porque soy diferente. Yo me río de ellos porque son todos iguales», decía Kurt Cobain en una frase que puede amoldarse perfectamente a él. Porque, efectivamente, sí, Carlos es ese gaditano que recorre el Paseo Marítimo y la playa de Cádiz hacia atrás despertando la curiosidad de todo aquel que lo ve. Este deporte, tan insólito como su vida misma, no es solo un ejercicio físico, sino un reflejo de su filosofía de vida: siempre hacia delante, siempre hacia atrás, siempre en constante evolución. Tras invertir cerca de 400.000 euros en proyectos, negocios y formación, Carlos Martínez emerge con una perspectiva renovada sobre la autenticidad, la perseverancia y el éxito. Su visión es simple pero poderosa: todos podemos lograr abundancia si se aporta un valor genuino al mundo. Con su sabiduría, estrategia y su desorbitada humanidad invita a todos a unirse a su visión: «cambiar a mejor para tener mejor futuro en este continuo presente». Él es un guerrero redefinido que cuenta con un lema: 'Si crees en ti, ya tienes la mitad del camino recorrido'.
-Antes de entrar en materia, vayamos a lo de correr de espaldas. ¿A qué se debe?
-¿Te parece curioso, eh? Yo lo he llamado FowarBack Music; camino hacia delante una distancia y hacia atrás, lo mismo, y lo hago al ritmo de una música. Llevo más de quince años practicándolo en Cádiz, y los beneficios para la salud son impresionantes. Lo mejor de todo es que es realmente transformador. Empecé con una música 'chan, chan.. chan' despacito y con unas pisadas seguras y fui poco a poco haciendo una progresión en la velocidad. Si te atreves, te invito a probarlo.
-Yo ya no corro ni 'palante', Carlos. Pero gracias.
-Jeje. Todo es ponerse. Pero ojo, ¡te van a tomar por loco hasta que se normalice! Si lo entiendes y practicas con disciplina, serás de los primeros en ver sus beneficios.
-No debe ser fácil.
-Fowarback es tan sencillo como caminar hacia delante y luego caminar hacia atrás la misma distancia, dando pasos al ritmo de una música. Comienza despacio, escucha música acorde a tu nivel, estira antes de cada sesión y, poco a poco, mejora. Yo, que estoy ahora en nivel pro, puedo seguir el ritmo de las sesiones más rápidos con facilidad, avanzando incluso entre las personas. Pero si eres principiante, recomiendo empezar con sesiones de ritmo más lentos.
-¿Hubo muchos carajazos en los inicios?
-Hombre, si no tienes cuidado al principio puedes tropezar con el talón o la pierna contraria. Por eso recomiendo siempre sitios donde no haya obstáculos, haya espacios o en la playa, con la marea baja. Y así, ¡a ver cuánto tiempo eres capaz de hacerlo!
-¿Cuál es su récord?
-No sé, jejeje. Yo me he dado vueltas por todo Cádiz. Jajaja. Cuando llevas un tiempo practicándolo aumenta tu percepción espacial; no sé, es cómo si presintieras a las personas que tienes delante y así vas esquivándolas,
-¡Coño!
-Pero bueno, eso me ha costado quince años, eh. Hasta hace tiempo iba con cuidado.
-¿Le ha llegado a caer alguna multa por correr temerario?
-Jajajaja. Ninguna, ninguna. Pero es brutal porque, claro, la gente no se imagina a un tío andando o corriendo hacia detrás y pueden pensar 'ese se va a chocar conmigo'. Hasta que me muevo y me desplazo no se quedan tranquilos, jeje.
-¿No ha usado espejo retrovisor?
-La verdad es que hubo una época en la que empecé a usarlos, pero si te digo la verdad [y baja la voz], era para que la gente se quedara más tranquila. jejeje.
-Jajajaja.
-En plan para que pensaran: '¡Hostias, que este nos ve venir!' Pero te malacostumbras porque empiezas a mirar al espejo y al final empiezas a depender de él y no te centras en la carrera, que aunque parezca mentira, es más importante para mantener la concentración.
-Esto tiene que tener un beneficio.
-Los tiene. Imagina un ejercicio que no solo te hace más fuerte físicamente, sino que también transforma tu mente, tu sistema cardiovascular y te enseña a redescubrir el movimiento. Caminar hacia atrás es una práctica milenaria, hoy en día, es un ejercicio redescubierto con sorprendentes beneficios para quienes buscan algo más que un simple entrenamiento. ¿Por qué? Porque los resultados van más allá de lo físico y tocan lo emocional, lo cognitivo y lo espiritual. Tiene cantidad de ventajas para el cuerpo. Si quieres te las digo.
-Hombre, por favor. Soy todo oídos.
-Pues mira, te las voy a enumerar porque son muchas. Fortalece el sistema locomotor porque caminar hacia atrás activa músculos poco usados, mejorando la flexibilidad y protegiendo contra lesiones comunes; corrige la postura, alinea la columna, reduce la presión pulmonar y alivia dolores crónicos; reduce el impacto en las articulaciones porque distribuye el peso de forma equilibrada; es ideal para quienes buscan ejercicio de bajo impacto; fortalece el sistema cardiovascular y mejora la circulación sanguínea así como la eficiencia del corazón. Otra cosa es que se quema más calorías porque este ejercicio incrementa el consumo calórico hasta en un 40%, ya que exige más energía al cuerpo. Además, como he tenido un herbolario durante cinco años, uso los mejores complementos como la moringa, entre otros. Un secreto que tengo el aceite virgen de coco, de estos ecológicos. Te lo tomas en ayunas y sales a correr; son triglicéridos de cadena media que nos pasan a través de la vena porta y no hacen digestión, entonces, tú puedes correr mientras está absorbiendo y pasando a tu sangre dándote energía extra. Eso hace que ya no sea del 40%, eso te da una termogénesis brutal. Y claro, la gente se extraña que hace unos días, con un frío de cojones, me vaya a la playa en unos de esos días que me apetece andar hacia atrás hasta que me canse y me empieza a llegar un calor tremendo y me acabe pegando un baño; como vivo aquí al lado (del Paseo Marítimo), es normal que la gente flipe viéndome mojado y en bañador cuando ellos están todos con los chaquetones congelados jaja. Pero el tema es que al incrementar aún más la quema de grasa no tengo frío gracias al efecto termogénico que ofrecen los triglicéridos. Eso sí, si te quedas quince minutos parado después de andar, te mueres. Yo voy directo a la ducha.
-Olé, dicho así dan hasta ganas.
-Claro. ¿Sigo con las ventajas?
-Venga.
-Hay unas ventajas cognitivas que no se pueden ignorar y que van desde potenciar el cerebro a reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo pasando por el incremento de la plasticidad cerebral. El desafío de caminar hacia atrás activa las regiones cerebrales responsables de la memoria, percepción y toma de decisiones. También mejora las habilidades en la resolución de problemas, la creatividad y la adaptación. Es un ejercicio que libera endorfinas, serotonina y dopamina, en definitiva, el bienestar emocional. Además, es un aliado para la prevención y la recuperación.
-¿Y eso?
-Su rehabilitación es eficiente y es perfecta para la fisioterapia porque ayuda a la recuperación de lesiones y mejora la movilidad, el equilibrio y la coordinación. Aunque no lo creas, ayuda a prevenir caídas, especialmente en personas mayores. Sirve de apoyo a la salud metabólica porque regula la glucosa, por lo que es muy beneficioso para diabéticos. Y fortalece el sistema inmunológico al mejorar la circulación aumentando la capacidad de defensa del cuerpo.
-Joder con el FowarBack.
-Jajaja. Deberías probarlo, Alfonso. Tú y todo el mundo que busque un ejercicio en el que se fortalezca el cuerpo sin desgastar las articulaciones, que mejore el equilibrio y la coordinación, que refuerce la mente y el bienestar emocional permitiendo vivir de una forma saludable. ¡FowarBack es para ti!
-¿Consejos para empezar?
-Empieza poco a poco; dedica unos minutos al día y ve aumentando progresivamente cuidando tu seguridad. Vamos, asegúrate de practicar en terrenos planos, sin obstáculos. Sé constante.
-Ahí ya fallo.
-Jajaja. Perseverancia, Alfonso. Perseverancia. Y te digo una cosa, siempre que quieras acercarte a este ejercicio, nunca me empeño en enseñar al que no quiere, eh.
-Eso es muy importante.
-Y tanto que lo es. Pero, mira, si te acercas al FowarBack, hazlo agradable escuchando música y disfrutando del entorno mientras lo practicas. Cada paso hacia atrás es un avance hacia una mejor versión de ti mismo. FowarBack transforma tu cuerpo, tu mente y tu vida. Es más, las sesiones FowarBack las combino con un programa. Se me ha ocurrido poner en modo público algunas de ellas en YouTube (@FowarBackMusic) para que pueda disfrutarla todo el que quiera y, si se anima la gente, iré revelando más sesiones. ¡Las hay desde quince minutos hasta una hora! Jajajaja. Así la gente comprende más este mundo que yo tanto defiendo. Este ejercicio requiere de ciertas habilidades e imaginar que te encuentras, con la música que te envuelve, como en una película de acción donde eres el protagonista y realizas esta difícil hazaña. Hazme caso, intenta completar una sesión de FowarBack para demostrarte una vez más que eres el gran héroe de tu vida.
-Prometo probarlo. Bueno, entremos en más materias. Una persona así es normal que se conserve tan bien como le veo. ¿De qué año es?
-Del 73, tío. Bueno, fui fumador hace años, pero complemento buenos hábitos de vida, esa es la clave. Lo curioso es que cuando haces las cosas bien hechas, le das la oportunidad a tu cuerpo a restablecerse, ¿sabes? Puedes siempre mantenerte a una edad de 40, 30 años aunque se tengan 60 o 70; no tienes por qué estar arrugado, eso es por el desgaste, ¿eh? Por la falta de nutrientes que tiene el cuerpo, y por el exceso de toxemia que vamos acumulando y que al final nos corroe.
-¿Dónde cursó estudios primarios?
-En el Colegio Manuel de Falla, San Estanislao, Salesianos...
-¿Era muy revoltoso o qué? Jeje.
-No, no... Tú sabes, lo normal, un poco inquieto, jejeje.
-¿Dónde y qué carrera hizo?
-Estudié Radio Electrónica Naval; telecomunicaciones de barco y cosas de esas aquí en Puerto Real. Y, bueno, Máster en Telemática, Electricidad y cosas de esas, que siempre me gustaron desde siempre. Estuve trabajando de eso hasta que se me cruzaron los cables. [Interrumpo]
-Bueno, es normal liado entre tanto cable desde pequeño.
-Jejeje. Se me cruzan los cables por una vida sana, ¿sabes? Como muchos jóvenes, salía de marcha los fines de semana, fiesta por aquí, por allá. Vamos, una vida normal, pero tú sabes, pasas de todo, comes cualquier cosa...
-¿Y con qué edad da ese cambio?
-Fue al principio de los 2000, con unos 30, 32 años o por ahí. Empiezo a sentir que con esa edad me viene un desgaste, un cansancio, una historia y digo 'tío, ¿esto es normal que con esta edad vayamos degenerando de esta manera?'. La cosa es que empiezas a tener un sentido, una especie de conexión contigo mismo, ¿sabes? No sé, de repente, es como si te amas y dice, joder, yo soy responsable de mi cuerpo, de mi organismo vivo; no tengo una parte independiente que va a su bola. Pues esa inteligencia me hace pensar que por qué voy a estar yo por encima poniéndoselo difícil, ¿sabes? La naturaleza la ha creado para que pueda fluir de esa manera lo mejor posible. Pues vamos a darle la posibilidad, ¿vale? Entonces... Ahí es donde empecé como a cuidarme y ya empecé con la locura de comer cinco nueces al día porque tienen Omega 3 y todas esas cosas. Me llegué hasta a disfrazar. Jajajaja.
-¿Perdón?
-Sí, sí. Una vez fui disfrazado como un árbol lleno de nueces con unos neones así para que se vieran.
-¿Para qué?
-Para motivar a las personas a que comieran sano, ¿sabes?
-Demasiado estoy sabiendo, Carlos. Jajaja. Saltemos al pasado. ¿Trabajó de como 'teleco' después de acabar la carrera?
-Sí, sí. Curraba en cosas de esas. Además me encantaba irme fuera; trabajé en Barcelona dentro de equipos de instalaciones eléctricas.. Solía trabajar en empresas y ganaba unos 3.000, 4.000 euros porque, la verdad, echaba un huevo de horas extra y entre las dietas y 'toa' la historia. Y esa era mi aventura. También estuve montando alarmas en El Puerto; ahí fue donde terminé ya prácticamente de trabajar a principios de los 2000.
-¿Y por qué? ¿Mucho estrés?
-No, no. A mí me gustaba lo que hacía porque era divertido.
-¿Y por qué lo deja?
-Porque mi familia siempre se ha dedicado a la hostelería. De hecho, el Hotel Cádiz Plaza era de mi tío Sebastián, que falleció.
-¿Y se viene a echar un cable al negocio familiar?
-Eso es. Mi familia tenía el Hostal Playero, que estaba aquí (al lado del hotel Playa). Total, que echo un cable en la familia; estoy en la recepción y al final era como el director del hotel, pero la cosa era la comodidad que me daba para poder estudiar; empecé a leer de todo, ver vídeos...
-¿Sobre?
-Alimentación, buenos hábitos de vida, desarrollo personal en todos sus ámbitos, ¿sabes? Desde lo que es el comportamiento humano al lenguaje de los gestos. Empiezas con Daniel Goleman leyendo de las emociones y cosas de esas y acabas con Mario Alonso Puig
-Esos hablan de la meditación a tope. A mí me encantó uno que leí en un curso de ocho semanas. Se llamaba '¡Tómate un respiro! Mindfulness «El arte de mantener la calma en medio de la tempestad'. Buenas frases que subrayé del gachó. Después no me sirvieron para mucho, pero bueno, ahí las tengo subrayadas.
-Es la polla, sí. Pues de ese (Alonso Puig) lo tengo todo más que leído. El tema de la meditación es tremendo; yo he estado haciendo meditación activa en Perú.
-¿En Perú? ¿Y eso? ¿Cómo surgió esa idea?
-Mira, la idea es... Te lo voy a contar como en desarrollo. Esa actividad de estudio, investigación y todo eso la iba poniendo en práctica; yo me iba a Los Caños de Meca, que hay una playa allí, donde La pequeña Lulú, pues un poco más 'pallá'. Pues allí, donde hay unas rocas yo me ponía a trepar, ya con música.
-Con música y con arnés, supongo.
-No, no. Yo utilizaba unas 'paintinhas', que son unas zapatillas con cinco dedos con las que agarras. Iba casi todos los días a trepar y a estar en contacto con la naturaleza. Me apuntaba las dietas, lo que iba comiendo; pasé de estar comiendo cualquier guarrada de la calle; fritos, tapas y demás historias pasé a comer frutas y cada vez más sano. Eso es una progresión del conocimiento que tienes hasta que pasas a ser vegetariano, crudívoro; pasaron años hasta que llegué a germinar las lentejas en plan ya a lo bestia. También te digo, yo no recomiendo a nadie que coja directamente y cambie su dieta y sus hábitos de golpe porque sería como cambiar de ser una persona a otra de la noche a la mañana. Todo en esta vida necesita una transición; hacer la microbiota intestinal hasta que te vas dando cuenta que lo vas haciendo solo... ¿Sabes? Eso me salió solo. Y vas evolucionando y aprendiendo, y con los años -cada vez que veo vídeos y cosas de estas- va como confirmando lo que yo he puesto en práctica.
-El viaje a Perú, Carlos.
-Jajajaja. Bueno, ese fue después de gastarme 400.000 pavos en inversiones y más cosas. ¿Quieres el viaje de Perú directamente?
-Bueno, como quiera, eh. Jeje ¿Cuántos días estuvo en Perú?
-Casi un año.
-Coño. ¿Y por qué se fue?
-Me fui porque ya estaba... O sea, ya toqué fondo, ¿vale? En el sentido de... A ver, en mi aventura de crecimiento. [Interrumpo]
-Hay altibajos.
-Exacto. Yo iba recomendándole a todo el mundo las cosas que hacía. Investigaba sobre el omega 3 y cruzaba la calle y le decía a la gente los beneficios que tenía y, claro, la gente pensaba que estaba loco, pero lo que yo quería era ayudar a todo el mundo.
-¿Y quién le aconseja irse a Perú?
-Quieres llegar a Perú, eh. Jajajajaja. La idea era que yo quería salvar al mundo; yo me había gastado un dineral en arbolario y quería escribir todo mi conocimiento, en el que también he invertido mucho. Ahora te enseñaré fotos de las de puñados de folios y folios, más de medio metro, de lo que que iba escribiendo según se me iban ocurriendo ideas; era como un despertar de la conciencia. De todas eso me voy dando cuenta cuando vas afinando; vas dejando de comer carne y vas entrando en contacto con la naturaleza, con la tierra, con la espiritualidad, con toda esa historia, ¿vale?. Al final llega un día en el que como que hay una comprensión de todo. El despertar no es que te ilumines o algo de eso, sino que hay una coherencia, un sentido lógico en todo lo que haces. Tienes el sentido de la vida de que todo tiene un porqué y que lo estás haciendo lo mejor que te sale, que estás aprendiendo a hacer lo mejor que sabes y es como una felicidad constante. No te tienes que buscar la felicidad, sino que los pensamientos que dedicas a ello son solamente los que tienen que ser. Todo va 'flow'. Al final monto un herbolario, empiezo a investigar plantas y me dedico a ayudar a la gente,
-Lo de Perú es mentira, ¿no?
-Jajajajajajajaja. Noooo. Te cuento todo esto para que entiendas el proceso anterior al viaje. Fíjate cómo estaba que yo tenía la idea de que quería salvar el mundo. Recuerdo que yo tenía un papel y un boli encima de la mesa y pensaba que con todo lo que había aprendido podía cambiar el mundo, ¡con un simple papel y un boli! Pensaba que poniendo las palabras adecuadas podía llegar al corazón de las personas, al punto de crecimiento. O sea, era una brutalidad. Pero, tío, las cosas de la vida que pasan que y de repente se te va todo ese conocimiento adquirido. O sea, podríamos hablar de cualquier tema y te lo juro, que desde el pensamiento lógico, podría entenderlo, hablarlo. ¿Entiendes? Pues todo eso se va al carajo. Yo lo grababa en audios porque no me daba tiempo a escribir todo lo que me venía, una información brutal. Estaba como conectado a algo que me venía esa información. Pues, de repente, al carajo. Desconectado. Se me va la idea de ser escritor. Entonces, para poder ayudar a las personas, monto un herbolario, pero ¿qué pasa? que cuando tú quieres salvar al mundo no estás pensando en que esto es un negocio, que hay que ganar dinero y todo eso. Entonces, ¿qué pasa? Empiezas a regalar los complementos, las recomendaciones, los productos, 'señora, llévese esto que le viene bien; pruébelo y si no le va bien, no pasa nada'... ya sabes. Quillo, brutal.

-¿Cuánto tiempo estuvo con el herbolario y cómo se llamaba?
-BioMartínez estuvo cinco años. Yo te voy a enseñar ingresos y gastos. (Lo hace) Ingresos 196.000 euros en un año. Gastos 198.000 euros. O sea, así era el negocio que yo llevaba. Entonces, invertí, cogía préstamos, muchos gastos en formación como másters de 3.000 pavos, no sé cuántos. Yo iba a los bestia ¿sabes? Vale. De hecho, ahora estoy haciendo uno que no había ni empezado en su día.
-¿Sobre qué eran?
-Cosas de desarrollo personal.
-¿Y cómo acabó con el herbolario?
-Morí de éxito se puede decir, jejeje. Fue brutal. Al principio, había unas colas tremendas de gente; llegaban cantidad de cajas de productos... No paraba de trabajar. O sea, yo quería ser escritor y, tío, estaba atrapado de repente en un negocio; tenía que pensar qué comprar, qué aconsejar, qué pedir, qué no pedir, 'pa' acá, pa' allá'. Me encantaba ayudar a las personas, hablar con ellas, aconsejar, esa parte, la cubría, pero en lo otro me sentía esclavo, ¿sabes? 'Uff, creo que la he cagado', me dije.
-Jajajajaja. Se agobió.
-Sí. Y empiezo, con los años, a sabotearme a mí mismo, ¿sabes? No quiero estar en el herbolario, quiero ser escritor. Además, cambié la casa de aquí de Cádiz por un chalet en Chiclana Cambié, además, mi casa de aquí por un chalé en Chiclana y ahora, 20 kilómetros 'pa'acá' por la mañana, 20 kilómetros 'pallá' por la tarde, tío. Peor todavía. Menos mal que ponía mis conferencias y mis charlas en el camino, pero era todo estudio. Mi vida era estudiar, mis hijos, la pasión, el trabajo.
-¿Veía que echaba en falta más cosas?
-Es verdad, no me hacía falta, ¿sabes? Ni me hace falta porque ni salgo, ni voy a los bares, ni nada. Me tomo un café contigo porque hay que tomarlo, pero no por ocio; no tomo alcohol ni nada de eso.
-De hecho, el café ni lo ha probado aún.
-Jejejeje. Fíjate. Paso de todo ni tengo ningún interés en nada que no sea mi estudio. Me centro en hacer cosas que sean para algo, ¿vale? Que tengan un sentido, que sean constructivos. Ganar y ganar para todos.
-El final del herbolario.
-Sí, va al carajo porque no puedes estar regalándolo todo, picha. Llega el magnesio, el bisglicinato, que ese es el mejor, y no sé cuánto [y hace el gesto de pagar]. Pero después llega el liposomato y vale igual, ¿sabes? Porque yo no le podía dar a la gente algo peor de lo que podía darles porque sería como estar engañándole por la cara. Así que todos los botes que compré los tengo en casa o fueron al carajo. Me fundo el dinero que tenía para invertir; le doy al bitcoin a saco.
-Acabaramos.
-Pues mira que yo creo en el Bitcoin, de hecho. La cosa es que compras y vendes pensando y creyendo en las especulaciones y las movidas esas, ¿no? La cosa es que al final voy vendiendo, invirtiendo de negocio en negocio y voy, poco a poco, en declive.
-Un declive donde también se aprenden muchas cosas.
-Joder, picha, es que eso vale oro, ¿sabes? Bueno, ahora te cuento. Entonces, a todo eso... Me voy a... [completo]
-¡A Perú!
-Jajajajajajajajajajajajaja. Era una escapatoria. Dejarlo todo, irme lo más lejos posible, desconectar un poco de todo, replantearme mi vida porque esto que estoy haciendo de mi vida, que es para mí, para los demás, nadie lo agradece.
-¿Y en qué año fue ese reseteo total?
-Eso ha sido hace poquito.
-O sea, ¡no me joda que se fue a Perú de verdad?
-Me fui a Perú, sí. Jajaja. Ahora te enseño fotos [y lo hace].

-¿Adónde exactamente?
-A San Martín, cerca de Tarapoto.
-Eso suena a selva.
-Es la selva, San Roque de Cumbaza. Total, que allí, súper guay. Al principio te cuesta desconectar, ¿sabes? Tardas como tres semanas y, de repente, empiezo a conectar con la selva, con la naturaleza, con la cultura de allí. Me adapto perfectamente a la humildad de la gente, del no sé cuánto, del ayudar, de conectar con las personas, buahh. Brutal. Mira cómo se me pone la piel [Y, en efecto, enseña sus brazos erizados y una cara de nostalgia y bondad absoluta con el recuerdo que atrae]. Me emociono. Esto es lo que más me emociona, la conexión con las personas.
-¿Y qué aprende allí?
-De todo, de todo. Y de cómo trabajar en otras facetas. De hecho, me hice panadero del pueblo.
-¡Qué bueno, como el Chema de Barrio Sésamo, pero en un poblado peruano! Qué grande. ¿Cómo fue eso?
-Jajaja. Yo, como sabía cómo hacer el pan de estar harto de que me lo contase la panadera; cómo se hacía la fermentación en doce horas, con el pan ecológico, con el otro, no sé cuánto. Yo le metía harina sacha Jergón y más plantas que había por allí para que fuera más digestivo. Entonces, esa gente no entendían ese pan, ¿sabes? Porque el pan de ellos es como un pan de bimbo, ¿sabes? Me arreglo uno un horno para hacer más panes. Total, que intercambiábamos, hacíamos cosas; cogía cacao, lo tostaba, lo molía, le ayudaba a hacerlo, me daba unos bombones, ¿sabes?
-O sea, que trabajaba en la panadería del poblado.
-Noo, qué dice, quillo. Eso, o sea, allí no hay una panadería como tal. Jajaja. Tú te pones allí en un hueco de un taller o una cabaña y colocas el horno que tienes enchufado a lo que se pudiera porque que allí en el pueblo todo son placas. Yo estaba metido en un pueblecito dentro de la selva, selva.
-¿Y cómo fue el desarrollo personal?
-A eso iba, sí. Estoy allí y empiezo a meterme en el mundo de la espiritualidad, cositas de esas. También empiezo a meterme con la alimentación consciente, todas estas cosas. Hago terapias de allí con plantas tradicionales de la zona (ayahuasca, cosas de esas) en las que vuelves a reconectar.
-Uff. Poca broma con eso, ¿no?
-Eso es. Pero claro, todo eso requiere de un conocimiento previo de las personas que hay allí y tener con ellas una empatía importante; saber con quién sí, con quién no, ¿sabes? En otro viaje a Francia, por ejemplo, no estuve bien porque no eran las personas adecuadas. Volviendo al Perú, mi experiencia fue muy gratificante, pero te aseguro que el 80% no es recomendable, ¿sabes?
-Jajajajajajaja
-Jajajajajajaja. Te lo digo en serio. No es recomendable, tío, porque está hecho para los turistas y eso no lo hacen bien, no hacen el ritual de la manera correcta.
-¿Cómo y con quién lo hizo?
-Con chamanes que vienen de otros poblados, que saben lo que hacen, que te preparan bien, que te hacen hacer una dieta previa para limpiarte por dentro y así tengas la experiencia más pura, todo eso orientado a vivir de la manera más pura.
-¿Cuántos 'viajes' se pegó de esos?
-Tres o cuatro.
-Hasta me parecen pocas en un año. ¿Qué se vive?
-Aquello es brutal. En la primera que hice tuve una conexión con la parte negativa de mí, ¿sabes? Todo es como una representación, como una especie de visión.
-¿Cuánto dura el 'viaje'?
-Pfff, no sé. Empezamos a las seis de la mañana, donde se vive una felicidad extrema cuando ya ha pasado eso. No sé, horas y horas. Y no es un un viaje en el que estés flipando, no; es un viaje en el que tú eres consciente de todo lo que está sucediendo y lo permites, ¿sabes? Y permites decirte: '¡Tío. cómo soy, tío! ¿Cómo pienso de esta manera?'. La primera fue como una especie de, no sé como explicarlo. Me sentí como una especie de Buda, ¿sabes? Como que tenía todo un mandala de colores a mi alrededor. Esa fue la sensación que me permitió imaginar eso, ¿vale? Y cuando hablaba el chamán, todos los mandalas se oscurecían, ¿sabes? Entonces yo hacía algo que me permitía volver al mandala de color. Entonces era como un empoderamiento y, coño, después me dijo el tío: 'Pues sí, estuve haciendo un de eso para entrar en ti y me bloqueaste. Me bloqueabas cada vez que intentaba entrar en ti'.
-¿Qué significado podría tener? ¿Era una forma de autodefensa?
-Eso me dijo, que hice como movimientos energéticos, que tenía como el poder de frenarlo, cosas así. La cuarta fue como una especie de consciencia en la que decía 'tío, puedo ayudar hasta el chamán a sanarse a sí mismo'. Brutal.
-Joder, joder. Bueno, ¿y por qué, si estaba tan bien, regresa a Cádiz?
-Porque yo entendía ya que la humildad me había invadido. Algo así como 'tío, si yo no soy aquí el que importa. ¡Yo soy solo una parte de todo esto y, con mis chispa, puedo hacer que el mundo sea mejor!' Cosas así, ¿no? Y, bueno, regreso a Cádiz porque tengo hijos.
-Jajajaja
-Claro, claro. Que 'si papá cuándo viene' y todo eso. Al final. uno tiene una responsabilidad y también quiere estar con los suyos. Y no es fácil estando donde estaba, eh.
-¿Y eso? ¿Había peligro allí?
-A ver, ten en cuenta que en aquella selva si te pica una serpiente tienes media hora 'pa' morirte y te vas al carajo.
-Jajajajajajajajajaja. Iría con cuidado, ¿no?
-Si, sí. He sido listo y he cogido por los caminitos, no me he adentrado entre las ramas.
-¿Qué tiene pensado en un futuro cercano? ¿En qué trabaja en estos momentos una mente inquieta como la suya?
-Hasta hace poco he estado escribiendo para Proponews.es, también he dado una charla en la Escuela Internacional de Yoga que hay en Jerez sobre la alimentación. Pero te digo una cosa, siempre me he sentido un lobo solitario, ¿sabes? Siempre estoy preparándome para el mundo y nunca es suficiente porque te crees que no sabes nada, y como he tenido esa experiencia lo mejor es pensar que por cojones no hay que hacer nada. Tú tienes que ofrecerle a una persona lo que necesita si lo quiere escuchar, y entonces, con todo tu amor, se lo regalas, ¿sabes? Se lo ofreces. Porque mira, 'como me ha venido a mí, pues ahora te llega a ti. Trabájalo, picha. Saca lo mejor de esto'. Porque es una información para todos. Esa es la cosa. Ahí está la humildad. Si lo quieres, bien, pero yo nunca te voy a imponer nada. No te voy a dar un consejo. O sea, tú tienes tu idea. Sería una invasión porque para mí puede ser la mejor idea del mundo, pero para ti, no. Y si para ti no lo es y la realizas pensaría 'joder, la he cagado, tío. Y la cosa sale mal para ti y yo encima te he jodido y, encima, te sientes culpable. Eso no'. En resumen, yo puedo dar una idea, pero que tú la quieras.
-¿No se ha planteado escribir toda esta cantidad de ideas en un libro?
-Llevo diez años, jaja. Sería sobre la alimentación, en plan a lo brutal, desde lo más sencillo a lo más extremo.
-¿Y cuándo lo va a acabar?
-Lo estoy ya trabajando para sacarlo, pero qué pasa, que ahí también ya entra el desarrollo personal, la psicología, la espiritualidad, el dinero, el desarrollo interior, el pensamiento positivo y englobar todo eso es brutal. Nunca hay fin porque cada vez hay más y más.
-Para todo eso hay que tener mucha perseverancia, algo que no la tiene todo el mundo.
-Perseverancia, tú lo has dicho. ¿Por qué? Porque siendo tú mismo quieres que las cosas cambien, cuando eso no es posible, ¿sabes? Si no puedes cambiar una cosa en el mismo plan en el que estás tienes que cambiar de identidad, tus ideas, entonces, tú ya cambias. Esa es la clave. ¿Tú qué quieres ser?
-¿Qué quiere ser usted?
-Pues una persona que aporte al mundo valor y que la gente escuche el mensaje.
-Pues con eso me quedo. Carlos, ha sido un verdadero placer conocer de fondo a una persona tan interesante como entrañable.
-¡Gracias a ti!