medio ambiente

¿Qué está pasando con el arbolado de Cádiz?

Los expertos aseguran que la principal causa es una mala praxis con las podas y piden un diagnóstico individualizado de todos los ejemplares de la capital

Uno de los árboles que han caído esta semana en la ciudad. la voz
Almudena del Campo

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La caída de árboles, palmeras y la rotura de ramas en la ciudad se ha convertido en una constante en Cádiz incluso sin que sople un fuerte viento de levante, tan usual en esta zona. Solo en esta última semana se han producido seis caídas de árboles y ramas.

El primero de ellos en la avenida principal de la ciudad, a la altura del colegio San Felipe Neri, donde una rama de grandes dimensiones cayó sobre ocho motocicletas estacionadas en la zona causando daños materiales además de dos heridos leves. Se trata de una 'Melia Azedarch' y, según el Ayuntamiento de Cádiz, esta caída se debió a daños internos producidos por una antigua herida de poda.

Tan solo dos días después, caía desplomado al suelo uno de los árboles situado en un parterre de la Avenida 4 de diciembre, en el casco histórico de la ciudad. Afortunadamente no se produjeron daños ni materiales ni personales ya que no se trataba de un árbol de grandes dimensiones. Los técnicos argumentaron que la caída de este árbol tipo cercis, más conocido como el árbol del amor, se debió a que las raíces estaban espiralizadas «sin que encontraran mayor anclaje debido a la poca profundidad del lugar plantado».

La tercera caída en esta última semana se produjo la tarde del viernes 30 de septiembre en la calle Guadiaro, en la barriada de La Paz. Se trata de un 'Olmo Pumila' que por suerte, no ocasionó daños ni materiales ni personales aunque cayó sobre una acera por la que podría estar paseando cualquier peatón.

Dos días después cayó otro árbol, un olmo también, sobre un parque infantil situado en la plaza Pintor Meléndez, obligando a precintar la zona para evitar más riesgos dado que es un lugar frecuentado por familias y niños.

El quinto árbol que cayó a la vía pública esta semana fue de la especie 'Sophora japónica', en la avenida de la Marina, en Bahía Blanca, provocando daños en un vehículo estacionado en la zona, al que rompió el cristal delantero.

A la mañana siguiente, caía otra rama de un árbol de la especie 'Phytolacca Dioica' en el Parque Genovés sin provocar tampoco daños dado que se produjo a primeras horas de la mañana, cuando tan solo estaban trabajando los operarios de la delegación municipal de Parques y Jardines.

Seis árboles en una semana. Un resumen muy desalentador teniendo en cuenta que muchos de ellos no han caído como consecuencia de temporales o viento de levante sino por su mal estado de conservación.

Los trabajadores ya habían advertido por escrito hace un año a la concejala de Medio Ambiente, Rocío Sáez, sobre el mal estado del arbolado de la ciudad. Hablaban del estado de «podredumbre» que presentan muchas especies de la ciudad. Entre ellas, las melias que se localizan en puntos con una gran afluencia de público, como la avenida principal o en Bahía Blanca. De hecho, dos de los árboles han caído justo en estas zonas. En su misiva, los operarios comunicaban a la concejala la necesidad de que «aligerar de peso a los árboles» para garantizar la seguridad de las personas.

Revisión costante

Por su parte, desde el Ayuntamiento de Cádiz insisten en que se realizan constantemente campañas de mantenimiento y de revisión del arbolado de la ciudad. Así, se inspecciona el estado del arbolado que presenta algún peligro y se realizan los trabajos necesarios para evitar riesgos. El Consistorio cifra en 2.000 los ejemplares de la ciudad que se revisaron en la campaña del año pasado, ejecutándose las pertinentes tareas de mantenimiento.

No obstante, argumentan que no se puede evitar al cien por cien que se produzcan desprendimientos puntuales. Seis en esta semana, casi uno por día.

Como principales causas de estos sucesos señalan a las podas extremas que han debilitado a los árboles y cambiado su estructura.

En opinión de los expertos, la poda puede ser un arma de doble filo, ya que produce la desestructuración y el desorden arquitectónico de los ejemplares o la infección por hongos, con las consecuentes pudriciones y evolución de oquedades en ramas principales y troncos. Además, apuntan que las limpiezas mal ejecutadas provocan posteriormente roturas de grandes ramas.

Recuerdan desde el Ayuntamiento que en la actualidad se está elaborando el Plan Director de Arbolado, que va a marcar la gestión del patrimonio arbóreo de la ciudad en los próximos 10 años previéndose que esté finalizado el próximo mes de marzo.

Diagnóstico de cada árbol

Ángela Garrote Florencio es agrónoma y durante veinte años ha trabajado como técnica de jardines en un ayuntamiento de Extremadura. Pertenece a la Plataforma del Árbol de Cádiz, que defiende y reivindica el valor de los elementos vegetales de los municipios gaditanos y la necesidad urgente de que sean conservados y cuidados.

Asegura que la mala 'praxis' en las podas es uno de los principales motivos de los problemas del arbolado tanto en Cádiz como en otras muchas ciudades. «Se han hecho podas que son más bien talas y no tienen ningún sentido porque los árboles no necesitan esas podas. Cicatrizan mal y cuando rebrotan las ramas están mal insertadas y terminan rompiéndose. Una vez que se rompen, las vuelven a podar y se vuelve a producir el mismo ciclo».

Garrote habla sobre la necesidad de hacer un diagnóstico pormenorizado de todos los árboles de la ciudad porque «no se hace un seguimiento adecuado». Confía en que el Plan Director del Arbolado traiga un estudio de todos los ejemplares de la ciudad para comprobar los problemas de cada uno de ellos de forma individualizada.

Otro de los problemas de los árboles en las ciudades es la falta de espacio para el crecimiento de sus raíces, quedándose muchos alcorques pequeños, o la elección de una especie que no es la adecuada para determinada zona.

Pero desde la Plataforma del Árbol defienden la necesidad de que haya árboles en las ciudades porque son «vida».

Muestran su rechazo a determinados diseños urbanísticos de algunas plazas de la ciudad, caso de la plaza de España, que tras su reforma contará con muchos espacios llamados «duros», donde se ha primado que sea diáfano a que haya más árboles que aporten sombra para hacer estos entornos más agradables.

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