sociedad

«Parece que vivimos en las Tres Mil Viviendas y La Viña es un barrio por el que no paran de pasar turistas»

El Ayuntamiento anuncia que vallará de manera provisional los bajos de Capuchinos tras la llamada de atención desesperada de los vecinos por un infierno que no cesa

Muere una persona sin hogar en la 'conflictiva' escalera de Capuchinos de La Viña en Cádiz

El Ayuntamiento quiere adquirir la zona de la escalera de Capuchinos para acabar con el problema de inseguridad

Un vecino de Doctores Meléndez, llamando a la policía para informar de la muerte de un hombre en los bajos de Capuchinos la voz
José María Vilches

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Años y años de infierno. Se ha denunciado por activa y por pasiva. Y los vecinos ya no tienen los brazos cruzados ni los abren sólo para expresar lamento e impotencia. No se quedan en las ventanas mirando y gritando. Bajan a la calle. Encaran el peligro, defienden lo suyo a capa y espada. Son muchas noches sin dormir, muchos momentos del día con la mirada perdida: pensando en sus casas, en sus familias... en sus hijos, por encima de todo se piensa en los hijos.

Es la escalera de Capuchinos, «una ciudad sin ley» tal y como describe Alejandro García, vecino de la conflictiva zona en la que malviven y hacen malvivir personas sin hogar y delincuentes sin escrúpulos. Si hay que robar a una persona sin recursos y enferma, se le roba. Y con violencia si es necesario. El último episodio de esta dramática situación ha tenido lugar este mismo lunes con la muerte de una persona sin hogar que no molestaba a nadie. «Parece que vivimos en las Tres Mil Viviendas de Sevilla y La Viña es un barrio por el que no paran de pasar turistas», añade casi curado de espantos Alejandro García.

Lo dicho. Los vecinos ya encaran el peligro, defienden lo suyo a capa y espada. Y recorren la zona con una especie de escudo. «Por las noches aquí hay de todo, si bajas o subes por la escalera y sus alrededores tienes que ir midiendo los pasos, atento a todo, porque te puedes encontrar cualquier cosa. A ver si cierran ya el espacio de una vez», apunta otro vecino a pie de calle.

Y es que allí, cuando cae el sol, el ambiente se vuelve más oscuro que en ningún otro punto de Cádiz. «Sé que hay otras zonas de la ciudad en las que tienen que convivir con personas sin hogar, pero lo que sufrimos aquí no creo que pase en ninguna parte. Y llevamos 14 años así. Ya hemos denunciado lo que ocurre, pero cada día pasa algo nuevo: un robo, una pelea, policías llegando con pistolas y ahora la muerte de un pobre hombre», destaca Alejandro García.

«Miedo»

No está la cosa en Cádiz para intentar cambiar de vivienda, pero Alejandro, padre de tres hijos, un chico y dos chicas, reconoce que «de vez en cuando» se lo plantea: «No te queda otra. Me voy a trabajar con miedo pensando en que a alguien de mi familia pueda pasarle algo. Los niños no pueden estar por aquí debajo, lo mínimo, para ir a un sitio y volver. Ni a comprar pan puedes ir tranquilo. Y lo que tienen que ver los pequeños de la casa, nuestras mujeres... Lo he dicho muchas veces, pero que la gente piense por un momento en que sus hijos tengan que ver a gente haciendo sus necesidades en la calle, manteniendo relaciones sexuales, trapicheando con drogas, consumiendo...».

«Lo tienen todo a mano. En pocos metros tenemos el centro de día, el comedor social y el albergue de noche. Ellos, los indigentes, son personas, pero hay que ayudarles de alguna manera. Los tenemos ahí como si fueran deshechos humanos, y son personas«, subraya Alejandro sin perder de lado su visión más social. »Y yo creo que debe haber un punto de venta de drogas cerca«, añade.

«Sólo les falta que les pongan cuartos de baño portátiles por aquí», se le apunta. «Pues yo lo firmaba, mejor a que lo hagan en la calle», responde Alejandro desesperado. «Con lo bien que se podría vivir aquí si fuera una buena zona. La playa y la plaza, cercas. El centro a cuatro pasos, buena gente por todas partes...», lamenta.

Lamentos, lamentos y lamentos. Los vecinos de la zona de la escalera de Capuchinos no aguantan más. «¡No queremos parches, queremos una solución! Los parches tapan las heridas, pero no las curan», resume Alejandro García instando al Ayuntamiento a tomar cartas en el asunto de una vez por todas. «Venimos diciendo que tiene que pasar una desgracia para que se tomen medidas. Pues ya ha muerto una persona. No es la primera. Y estaría bien que fuera la última», piensa en voz alta atendiendo a este periódico.

«El Ayuntamiento nos prometió que iba a arreglar esto. Nos prometió más limpieza y más seguridad. ¿Tú ves aquí seguridad? No hay ni un policía, es que ni siquiera ha pasado uno en toda la mañana. ¿Limpieza? Sí, se limpia por las mañanas, pero hay que hacer algo más. ¡Huele mal!«, espeta Alejandro García. No se puede oler leyendo palabras, pero para que el lector se haga una idea de lo irrespirable del ambiente, con surcos de orín por muchas esquinas, se puede elegir la palabra hedor. Eso, un hedor insoportable.

José Luis es otro vecino de la zona que habla con cautela. La tensión va por dentro. «Mucha movida anoche, no se le ve solución a esto. Sí, mucho baldear, más limpieza, pero la cuestión de que personas sin techo pernocten aquí lo estamos sufriendo todos los vecinos de la calle Doctores Meléndez y de la plaza de Capuchinos. No se le ve arreglo a la situación. Hemos hablado con el Ayuntamiento y sí, mucha disponibilidad... pero ninguna solución«, resume.

«Limpian, viene la policía... y a los diez minutos estamos igual. Al limpiar respetan las partes en las que estas personas se encuentran y esas partes están como están. No se limpia como se debiera. Y todo esto lo sufre el vecindario. Todo esto se agravó con el anterior equipo de Gobierno, en la última legislatura, hubo más permisividad. Y ahora muchas ganas de hacer cosas pero no se ven resultados en la realidad, eso es así«, añade este vecino.

El verano

Y todo se agrava en verano: «Cuando les cierran la parte de la playa en la que suelen ponerse en invierno, se vienen para acá. Buscan un refugio donde sea y aquí tienen uno bajo techo. Se está hasta fresquito. El barrio de La Viña ya no es lo que era: huele a pipí por todas partes y esto es un desastre. Pedimos una pronta solución, parchear las cosas es para nada: mañana estás igual o peor. Refuerzos policiales, porque pasan y se van. Está complicada la cuestión del cierre. Nos tienen que presentar lo que quieren hacer por parte del Ayuntamiento y los vecinos diremos. Pero eso no es fácil a corto plazo«.

«Cualquier día va a ocurrir algo gordo, raro que no haya habido una desgracia grande, porque aquí se cuela gente violenta. Cuando ocurra, imagino que será cuando se tomen cartas en el asunto«, concluye José Luis, de pie de día en una calle Doctores Meléndez donde de noche sería imposible tener la misma conversación.

La visión social de los vecinos: todo un ejemplo

Antonio también quiere aportar su visión. Al igual que Alejandro, no se olvida de la parte social, recordando que en estos tiempos duros «cualquiera puede acabar en la calle». «Hay que tratar con cuidado a estas personas sin hogar, por su físico y su salud mental. No he visto a un psicólogo pasar por aquí en mi vida», apunta con el alma en el suelo. «No puedo estar en contra de las personas sin hogar, eso quiero que que quede claro. Mucha gente lo está pasando mal, mucha gente ha tenido que irse de Cádiz. En esa situación nos podemos ver cualquiera«, apunta con razón.

Y añade ya con el foco puesto en las dura situación que vive él y que viven muchos vecinos: «Otra cosa es la situación que estamos sufriendo aquí. Yo ya estoy temiendo por la vida de algún familiar mío. He llegado a ver jeringuillas en algunos macetones, he visto peleas... he visto de todo. Debajo de casa. Muchos conflictos: el otro día le robaron a uno, enfermo además. No es digna la manera en la que estas personas están viviendo. El otro día había hasta cuatro tiendas de campaña. Vienes de día y parece que no pasa nada... pero las noches y los fines de semana, tela«.

«Un vecino que conozco desde hace tiempo, estará en exclusión social... pero la culpa no la tenemos los demás. Sinceramente, el Ayuntamiento limpiaba y limpia. He visto a gente haciendo sus necesidades desnudas. Tengo entendido que el Ayuntamiento está por la labor de cerrar la zona. Me dicen que la mayoría ha dicho que sí y que eso es suficiente para cederle el espacio. Una minoría ha dicho que no«, señala Antonio.

«De momento no está pasando gran cosa, ninguna tragedia quiero hacer, pero no llego a alcanzar como es posible que aquí convivan vecinos, turistas, mendigos, delincuentes... todos en la misma zona conviviendo. No sé cómo no ha pasado algo. Los niños juegan en el patio del colegio y hay una jeringuilla en un macetón de al lado. No entro en colores políticos, pero este color quizá pueda hacer más que otro«, destaca confiando en que la solución esté en camino.

«Hay muchos profesional y voluntario que vienen a ayudar a estas personas. Y hay que darles las gracias por su solidaridad y por dedicar su tiempo libre en beneficio de los más necesitados», resalta Antonio.

«Por aquí se ve de todo. Hay de todo. Una persona de Austria, chavales de origen magrebí... gente de Cádiz creo que hay muy poca. El chaval que digo que conozco y poco más, el pobre hombre debe tener problemas serios con la droga«, concluye este vecino del barrio de La Viña de la capital gaditana.

El Ayuntamiento vallará la conflictiva zona

El Ayuntamiento de Cádiz ha informado, tras la triste muerte de una persona sin hogar en la zona, va a proceder a vallar de manera provisional a lo largo del día y por cuestiones de seguridad la zona de los Bajos de Capuchinos, en la calle Doctores Meléndez, para impedir el acceso de personas, a la espera de llegar a una solución definitiva.

«Esta medida se va a llevar a cabo tras el compromiso adquirido por el alcalde Bruno García con los vecinos de la zona, que le habían pedido una solución a un problema que viene arrastrándose desde hace años», se apunta.

«De manera paralela se va a seguir trabajando con los vecinos para poder actuar de manera permanente. Para ello era necesario un acuerdo de la comunidad de propietarios que se ha producido hace escasas fechas para que el Ayuntamiento pueda quedarse con la propiedad de esa zona con el objetivo de poder ubicar allí algún servicio municipal», se añade.

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