urbanismo
Las obras en toda la ciudad colapsan la capital en el inicio del curso
Los vecinos de las tramas urbanas afectadas se quejan por las molestias que han generado durante todo el verano y este comienzo de curso
La plaza de España y el entorno de la playa de La Caleta, dos de las rehabilitaciones de mayor envergadura en la ciudad y con grandes atrasos
El verano ha sido intenso en cuanto a las obras se refiere. Cádiz, como bien se diría, está patas arriba. Desmantelada. Señales de obras una detrás de otra. Cualquier trabajo que se realice para mejorar la ciudad es necesario pero, ¿hasta qué punto todo ello puede convertirse en una verdadera molestia para el vecindario de las zonas que rodean las obras?
Calles cortadas, plazas inhabilitadas, andamios, tractores. No hay más que dar una vuelta por los lugares más transitados de la ciudad para ver que el verano ha sido caluroso, latoso, ¡y tanto!
A principios de agosto, comenzaban las obras de La Caleta. La planificación municipal de querer empezar a rehabilitar la zona en plena temporada alta, desató múltiples quejas por parte de los vecinos pero también de los miles de turistas que, claro, querían visitar los lugares más emblemáticos de Cádiz.
Se inaugura el nuevo curso escolar y el panorama sigue como aquel 2 de agosto. O incluso peor. Y a esta problemática se le suman otras desventajas. «Habrá que reforzar la presencia de Policías Locales si están cortando el tráfico constantemente en La Caleta, porque nos volvemos locos cuando queremos pasar por aquí con los coches», manifiesta un vecino de la zona.
Asimismo, dar un paseo por que La Caleta se convierte en una incomodidad, sin poder apreciar los alrededores entre el ruido de las máquinas, las vallas y las cintas de obras.
Los autobuses urbanos, otros de afectados. Se acumulaban notables retrasos, lo que también ocasiona quejas en los ciudadanos. «Teniendo en cuenta que hay pocos, coger el 2 o el 7 es una odisea», asevera uno de los usuarios.
La transformación sostenible del casco histórico, uno de los objetivos del Ayuntamiento, ha generado una de las obras más llamativas -y problemáticas- de la ciudad. La plaza de España. Un cambio que arrancó en enero y que se preveía su finalización en el mes de septiembre. Pero ya se trata de otro plazo incumplido.
«No tiene pinta de que acabe en septiembre, ya ves. Los turistas se la han visto y deseando para llegar a los apartamentos y hoteles de las zonas con las maletas. Muchas de las calles están literalmente cortadas», cuenta una de las trabajadoras de los apartamentos de Plazuela del Carbón Suites.
Cabe recordar que los trabajos realizados están siendo gestionados por la empresa Martín Casillas. Ha supuesto 1,3 millones de euros procedentes del Programa de Regeneración del Espacio Público Urbano, sufragado con fondos europeos de la ITI, que han sido gestionados por la Junta de Andalucía.
La plaza de España se va a convertir en un lugar de convivencia, dándole preferencia a los peatones y omitiendo el tráfico del entorno de Plaza de San Francisco, Plaza de Argüelles y Plaza de Mina y solo podrán acceder al tráfico vehículos de necesidad.
Árboles sin talar ni podar
Dejando a un lado las obras, pero en la línea de las múltiples barreras que se encuentran al pasear por la ciudad, la dejadez de los árboles es otra de las quejas recurrentes. El arbolado urbano se trata de naturaleza, pero que como todo en esta vida, hay que cuidar y mimar.
«Hay lugares en Cádiz que tengo que hacer malabares para atravesar la calle. Árboles casi cayéndose, y eso es un verdadero peligro», comenta un vecino de la zona de Barriada de la Paz.
No se trata de cortar de raíz. Se trata de cuidar. Para el bien de su crecimiento y el de los ciudadanos, que al fin y al cabo a todo el mundo le gusta pasear sin miedo.
Todo esto no ocurre en la parte histórica de Cádiz. Extramuros también lo está sufriendo en sus propias carnes. El vecindario de San José está molesto. Porque esto no viene de horas, ni días. Las obras de los alrededores de el cementerio vienen de muchos meses atrás. ¿Cuándo? es la pregunta.
«Llevo a mi madre a pasear todos los días y es imposible acceder con su silla de ruedas. Hay que dar mil vueltas por la zona hasta llegar a su casa», protesta una vecina de los alrededores del cementerio.
A las obras de Los Chinchorros cada vez se le suman más quejas y es que la realidad es que se ha perdido la cuenta de cuantos meses se lleva construyendo por esa zona. «Ya no se trata de la lentitud de los trabajos, es un asunto del Ayuntamiento, que parece que esta zona no le importa mucho. Llevamos más de un año inmersos en esta construcción y nadie sabe nada», se queja uno de los dependientes de la zapatería que se encuentra en soportales de San José, que dan a las calles afectadas.
Otras de las zonas en rehabilitación, la calle Marqués de Cropani. Aunque lo cierto es que se ha adelantado durante el verano, pero al ser una vía muy estrecha -pues la intención era ponerle más anchuras-, ha sufrido cierre de circulación e incomodidad para el vecindarios.
Lo indudable es que esta zona está sufriendo una gran remodelación desde hace ya bastantes meses. El actual PGOU prevé una avenida que de acceso al futuro parque que se construirá en el cementerio de San José. ¿Cuándo? otra pregunta sin responder.
En su día, se hizo grandes obras para incorporar el carril bici en nuestra ciudad. Una medida para fomentar el uso de ella. Han pasado años y es bueno que cada vez más, el uso de bicicleta y patinete, aumente. Álvaro Guerrero, un trabajador de la Zona Franca, va todos los días a su trabajo en bici y se queja a este periódico que algunos tramos está destrozado y «es un peligro». «Justo al final de la Zona Franca, cuando el carril bici acaba, te encuentras una zona totalmente levantada. No hay ningún tipo de indicación para saber que el carril bici está terminando. Un día tendremos un susto y ya será tarde para lamentarse», explica.
Y por último, otras de las obras que ha provocado escollo en el tránsito de los ciudadanos es la rehabilitación del edificio Tiempo Libre, futuro hotel Cádiz Bahía. Responsables del grupo aseguraron que los trabajos marchaban a buen ritmo y que este pasado junio se abrirían las puertas del hotel. Pasada la temporada estival, todo lo que rodea dicho edificio y sus alrededores se encuentran precintados. Sin luz verde. A seguir esperando hasta nuevo aviso.
En definitiva, el verano ha estado movidito. E intenso. Los plazos no se han terminado de cumplir y el curso ya ha comenzado. Aunque todo parece que sigue estando donde lo dejamos en el mes de junio.
Ya sabemos todos que el modelo de la ciudad está en plena transformación y que para que luzca limpieza, belleza -aún más- y comodidad, hay que trabajar. Pero claro, tampoco se quiere a más de media ciudad molesta. Y generar más problemas que soluciones.