Entrevista
Capitán de fragata Salvador Espinosa: «Los nuevos buques hidrográficos empezarán a operar en 2026»
Capitán de fragata Salvador Espinosa González-Llanos. Comandante director del Instituto Hidrográfico de la Marina
El comandante director del Instituto Hidrográfico de la Marina destaca que el barco oceánico, que estará listo en 2027, podrá desplegar en misiones internacionales
Llegamos al despacho del director del Instituto Hidrográfico de la Marina el día en el que buques de Rota e infantes de Marina de San Fernando arriban en la costa sur de Turquía para prestar ayuda humanitaria tras el terremoto. «Siento lo mismo que casi todos los españoles, un orgullo enorme de que tengamos a la gente allí ayudando en un momento tan triste», nos dice el capitán de fragata Salvador Espinosa González-Llanos cuando le preguntamos por el tema. Y no duda en ofrecer las capacidades del centro que dirige desde el año pasado. «Intentaremos, dentro de nuestras capacidades, que son dar apoyo geoespacial y técnico en todo lo que se pueda a esa operación, aquí estaremos».
Bajo su mando se encuentran unas 350 personas. De ellas, 180 son militares de las unidades embarcadas, la flotilla hidrográfica. Mientras que en el Instituto Hidrográfico de la Marina, situado en el gaditano barrio de Bahía Blanca, trabajan unas 170 personas, mitad civiles, mitad militares.
El comandante director del Instituto Hidrográfico de la Marina (IHM) es veterano en las lides de la cartografía náutica. A su extensa formación en Hidrografía se suman su experiencia como comandante y segundo comandante de varios buques hidrográficos, así como profesor de la Escuela de Hidrografía y jefe de la Sección de Hidrografía y Cartografía de este Instituto, cargo que ostentaba cuando asumió el mando de dicho centro, que depende del Almirante de Acción Marítima.
El IHM se encuentra inmerso en un gran cambio, la renovación completa de sus barcos. Con más de cinco décadas a sus espaldas, los buques hidrográficos 'Antares' (que ya no navega), 'Malaspina' y 'Tofiño' serán relevados por dos buques hidrográficos costeros y un oceánico («no oceanográfico», matiza el capitán de fragata Espinosa).
– Tres buques hidrográficos y cinco lanchas nuevas. ¿En qué situación se encuentra la renovación al completo de la flotilla hidrográfica?
–Todo va según el plan. Los costeros (que son regionales, es decir, que operarán cerca de la costa) ya tienen asignación presupuestaria para este año (40 millones de euros) y, por tanto, se iniciará el proceso de contratación. El oceánico (que operará más lejos de la costa y tendrá capacidad para acompañar a fuerzas navales para dar apoyo geoespacial y medioambiental) y las lanchas hidrográficas previsiblemente estarán en ese punto a partir del año que viene.
–El presidente de Navantia anunció que se construirán en los astilleros de la Bahía de Cádiz. ¿Qué aporta la industria naval gaditana a este proyecto?
–Aunque no hay confirmación oficial al respecto, lo que parece muy probable es que los astilleros de la Bahía se encarguen de una parte muy importante de este programa de construcción. Tanto Navantia como la importantísima industria auxiliar de Cádiz sin duda aportarán la experiencia y el apoyo constante que han venido aportando a nuestra flotilla actual los últimos 50 años, tanto en la fase de construcción como en el mantenimiento durante su ciclo de vida.
–¿Para cuándo esperan que se haya completado la renovación?
–Si todo va según lo previsto, veremos operar a las primeras unidades costeras en 2026. Y el buque oceánico en 2027-2028.
–¿Qué nuevas capacidades aportarán los buques que se construyan?
–Las nuevas unidades serán mucho más eficientes para hacer Hidrografía, especialmente en las zonas más costeras. Son menos ruidosas, más automatizadas y requerirán de menos personal. Además, el buque oceánico tendrá capacidades específicas de apoyo a fuerzas navales, tanto de información geoespacial como medioambiental, y podrá desplegar con ellas en operaciones en escenarios alejados.
–Mientras tanto, tendrán que seguir realizando su importante misión, actualizar la cartografía náutica de España, con los medios de los que disponen. ¿Es posible? ¿Cómo lo hacen?
–Los barcos y embarcaciones desplegables que tenemos, a pesar de sus años, están equipados con sistemas hidrográficos de última generación. Esto, unido a la incorporación reciente de vehículos no tripulados, a los avances tecnológicos en capacidad de computación y a la formación continua de personal nos permite seguir actualizando nuestras costas y garantizar la seguridad de los navegantes que transitan por nuestras aguas y zonas de responsabilidad.
Además, hay que tener en cuenta que una carta náutica no solamente tiene la contribución de las unidades en la mar, que es esencial, pero no única. El Instituto Hidrográfico de la Marina también tiene competencias directas o colabora con otros organismos del Estado en el cálculo de la línea de costa, niveles del mar, avisos a los navegantes, balizamiento y faros... Todos esos aspectos han mejorado mucho de la mano de la tecnología, y también juegan un papel muy importante en la seguridad marítima.
–De hecho mostraron en La Palma que sus buques están dispuestos a ir donde los manden. ¿Para cuándo las nuevas cartas náuticas de la isla tras la erupción del volcán?
–Tenemos prevista la publicación de la nueva cartografía en el segundo semestre de este año.
«Es muy probable que los astilleros de la Bahía se encarguen de una parte importante de la construcción de los buques»
–Recientemente se ha conocido que la Armada comprará vehículos submarinos no tripulados UUV para reforzar las capacidades del Instituto Hidrográfico. ¿Cuáles serán sus funciones y cuándo esperan incorporarlos?
–Las nuevas unidades hidrográficas tienen prevista la incorporación de vehículos submarinos, de forma coordinada con el resto de unidades de la Armada que ya están empezando a usar este tipo de sistemas para propósitos específicos, como la Unidad de Buceo o la Unidad de Medidas Contra Minas.
En nuestro caso, hemos empezado incorporando drones y vehículos autónomos de superficie a nuestro sistema de producción. Y el siguiente paso será incorporar operativamente los submarinos a medida que entren en servicio los nuevos barcos.
Los nuevos buques hidrográficos ya incorporarán vehículos no tripulados de todo tipo.
–La Hidrografía española ha cumplido 225 años, ¿puede contarnos alguna curiosidad o anécdota de la cartografía náutica en nuestro país?
–Pues hay unas cuantas. La Hidrografía es una de esas muchas desconocidas para el público en general, pero que lleva en España desde 1797, reinando Carlos IV. Un periodo tan amplio y diverso da para mucho, claro. Por mencionar alguna, uno de los primeros directores, Felipe Bauzá, fue el encargado de hacer la propuesta de división territorial de España. No solamente la administrativa, sino también la judicial y militar. Las actuales provincias son, con pocas variaciones, las que propuso mi ilustre antecesor en 1821.
Otra más: Un paisano mío y también antecesor aquí, Claudio Montero (gallego, concretamente de Jubia), dirigió los trabajos hidrográficos en Filipinas durante más de 20 años en la segunda mitad del siglo XIX en unas condiciones tan penosas que resulta increíble su calidad y cantidad. Difícilmente haríamos hoy algo así.
Ya en el siglo XX, las campañas de Guinea y del Sáhara también son para hacer varias películas.
–¿A qué nuevos retos se enfrenta la Hidrografía en España?
–Estos próximos años serán importantes por varios motivos. En primer lugar, por las nuevas unidades; en segundo lugar, por la incorporación de un nuevo estándar de cartografía electrónica mundial que ya está en proceso de producción (se completará en este decenio) y supondrá cambiar los procesos productivos también aquí en el Instituto. También nos enfrentamos a la desaparición del papel y la incorporación de la tecnología, estamos ya procesando con algoritmos de inteligencia artificial. Esto afectará tanto a los medios como a la formación del personal existente y a la necesidad de nuevos perfiles de entrada, tanto de personal civil como militar. Es como si tuviéramos un barco nuevo aquí también.
A mí me va a tocar poner los pilares, porque todo esto va a ser más largo que el tiempo que yo voy a estar aquí.
Estos barcos contarán con drones y vehículos no tripulados, tanto submarinos como de superficie marina
–Como comandante director del IHM, ¿puede explicar a nuestros lectores cómo es un día al frente de este centro?
–Los procesos de producción cartográfica son técnicamente muy diversos y van desde la adquisición de datos en la mar, pasando por validarlos, compilarlos, unirlos a datos de otras fuentes (línea de costa, balizamiento, información medioambiental, faros...) Además, tenemos otras misiones asociadas a apoyo a unidades navales, mantenimiento de equipos y de nuestras infraestructuras. Así que una gran parte de mi tiempo la dedico a coordinar a las distintas secciones técnicas y logísticas y a controlar distintos procesos para facilitar que todos rememos en la misma dirección.
Nuestro principal activo es que contamos con profesionales muy experimentados, tanto civiles como militares, que se dejan la piel en que esto salga bien. Y eso es una suerte.
–¿Qué objetivos tiene por delante mandando este centro que tan bien conoce, ya que antes de ser su director fue jefe de la sección de Hidrografía y Cartografía?
–Me ha tocado dirigir al IHM y a la Escuela de Hidrografía en una época de cambios. Nuevos barcos, nuevos estándares de cartografía, nuevas tecnologías, nueva organización... Pero tal vez el reto más difícil sea poner los pilares para que, dentro de este marco de cambios, se garantice el mantenimiento del conocimiento y asegurar el relevo generacional del personal experimentado que se vaya retirando los próximos años.
Dentro de la Fuerza de Acción Marítima
El Instituto Hidrográfico de la Marina (IHM) está integrado en la Fuerza de Acción Marítima (FAM) que, dentro de la Flota, se encarga, con un enfoque integral, «de asegurar la cooperación permanente con los diversos organismos de la Administración con competencias en el ámbito marítimo, lo que constituye la contribución de la Armada a la acción del Estado en la mar», señala el comandante. Al tiempo que destaca que el IHM «desarrolla una importante función de Estado en materia de seguridad marítima al ser el organismo competente en planificar, programar, formar y conservar la cartografía náutica oficial de España, así como representar en estas materias a la Administración General del Estado en el ámbito internacional».