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La nueva vida del local del mítico Bar Las Palomas de Cádiz, famoso por su ensaladilla
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La apuesta ya se encuentra a pleno rendimiento en la esquina de las calle Enrique de Las Marinas y Buenos Aires
Otros tiempos, marcado por las circunstancias y lejos del sabor que llegó a tener durante décadas. El local del mítico Bar Las Palomas de la capital gaditana, famoso por su no menos mítica ensaladilla, tiene nueva vida desde hace algunas semanas. La nueva apuesta, ya a pleno rendimiento y sin ninguno disponible, por si alguien se lo pregunta, son trasteros.
El bar, muy frecuentado históricamente por vecinos de Cádiz y visitantes, incluso en tiempos en los que no tenían tanta fuerza como hoy día los escaparates de las redes sociales, nació allá por el año 1954.
Desde noviembre de 2018, el establecimiento hostelero estuvo regentado por José Antonio Barea Rodríguez.
José Antonio Barea se hizo cargo del bar tras la jubilación de Manolo Pérez Oliva, regente desde 2000. Y dos años más tarde de tomar las riendas, en junio de 2020, anunciaba el cierre definitivo del local.
La pandemia de coronavirus fue la gota que colmó el vaso de la fuerza por intentar mantener con vida un negocio que no terminó de arrancar en esos últimos años.
Y lo dicho: del ambiente de una barra y unas mesas a la soledad de unos armarios. Los trasteros están de moda. Una clínica dental por aquí, una inmobiliaria por allá... y trasteros a diestro y siniestro.
El progresivo aumento de los precios de la vivienda ha provocado que cada vez más gente tenga que recurrir a pisos más pequeños. Y, de la mano, ha ido cobrando dinamismo el sector del alquiler y venta de trasteros, un negocio muy rentable que permite emprender sin demasiada inversión ni excesivo tiempo de dedicación.
Si bien este modelo de negocio llegó a Europa en la década de 1980, según la Asociación Española de Self Storage, no ha sido hasta la última década cuando ha entrado de lleno en el mercado español.
