Cádiz

Multitudinaria jornada festiva en la Viña con la procesión de la Virgen de la Palma

FOTOS: Bendición de las aguas

Procesión de la Virgen de la Palma Antonio Vázquez

M. Landeta

Cádiz

Pocos barrios viven con tanta intensidad la jornada del 1 de noviembre como la Viña, que celebra la festividad de Todos los Santos pero además conmemora (y lo hace ininterrumpidamente desde hace 268 años) el milagro que obró la Virgen de La Palma cuando mediante su intercesión la ciudad se libró de ser arrasada por las olas del maremoto de 1755.

El miércoles la jornada arrancaba temprano a las nueve de la mañana para los viñeros y devotos de la Virgen Coronada. Después de la tradicional misa, una numerosa comitiva de casi un centenar de fieles abandonó el templo para, rumbo a La Caleta, transitar por Virgen de La Palma, Cristo de la Misericordia, Pericón de Cádiz y Avenida Duque de Nájera hasta llegar a la plaza Canal de Ponce. Respetuoso y solemne, el cortejo entonó durante el recorrido un rosario de penitencia y asistió la bendición de las aguas en las murallas de la Caleta. La mañana era clara y el sol brillaba en la capital con intensidad. Nada hacía intuir que la borrasca Ciarán, que ya había mostrado su virulencia en el norte de España, se aproximaba al Golfo de Cádiz. «Virgen María, mística Palma, tú sola eres nuestra esperanza. Ya ha mucho tiempo, que por tu causa, se libró Cádiz, de una desgracia. Al ver tu imagen, Oh Madre amada, se retiraron al mar las aguas», alaban los versos de los Gozos a Nuestra Señora rememorando lo acontecido el Día de Todos los Santos de 1755 cuando el capellán, Francisco Macías con el estandarte, y Fray Bernardo de Cádiz con el crucifijo, para detener las aguas que quedaron contenidas a la altura del cuadro existente en la calle de la Palma. En esta ocasión, el histórico Estandarte del milagro no ha podido ser transportado hasta la Caleta porque está siendo restaurado en los talleres antequeranos de Santa Conserva, y fue sustituido por una réplica.

Cuentan las crónicas que lo clavaron en mitad de la calle y tras gritar: ‘¡Hasta aquí, Madre Mía!’, las aguas comenzaron a retroceder milagrosamente. Fue tal la importancia que se le dio a esta intervención divina de la Virgen de la Palma que pocos días después se instaló una placa junto a un cuadro de la venerada imagen simbolizando justo el momento en el que las olas empezaron a amainar.

La placa puede contemplarse cerca de la Iglesia de La Palma y recoge: «En el año mil setecientos cincuenta y cinco, primer día de noviembre, la tierra en violentos vaivenes de un temblor se estremecía enfureciendo al mar sus movimientos por los muros de Cádiz se subía preparando entre horror, ansias y males, el último castigo a los mortales. Un sacerdote saca fervoroso el guión de la imagen de la Palma; –de aquí no pases–, dice al mar furioso; y al punto al mar se vuelve y todo calma».

La siguiente cita fue a mediodía cuando se celebró la función votiva como acción de gracias por lo no ocurrido ese 1 de noviembre. Ha sido el obispo diocesano, Rafael Zornoza Boy, quien ha presidido esta celebración, en la que se ha interpretado la Misa Típica Gaditana y el hermano mayor de la corporación, Pedro Bueno, ha renovado el Voto de la Mediación Universal de María Santísima tras la homilía.

Procesión de alabanza

Con un cielo espectacular y una temperatura envidiable, arrancó a las 17.30 horas la procesión de la Virgen viñera. Acompañada por los fieles, devotos y hermanos la titular de Gloria de la archicofradía recorrió un barrio entregado a su Señora que estrenó un encaje antiguo de guipur francés donado por un hermano de la Palma. Además, como detalle a la corporación de los Desamparados, y ante la complicada situación que vive por el cierre temporal de la Real Parroquia Castrense por el derrumbe de la cúpula el pasado mes de junio y la suspensión de su salida procesional, la Santísima Virgen de la Palma ha llevado en el paso la imagen de Nuestra Señora de los Desamparados.

La cuadrilla de hermanos cargadores ha estado a las órdenes del capataz, Antonio Valero Bruzón y tras el paso procesional, la banda de Música Julián Cerdán de Sanlúcar de Barrameda que es la habitual. ‘Virgen de la Palma Coronada’ fue la primera marcha que se escuchó en la procesión de alabanza y 'Cuando pasa la Esperanza' sonó a continuación.

Sin embargo, una de las novedades más destacadas este 2023 ha sido que el cortejo lo ha abierto la Agrupación Musical de Cádiz ‘Ecce-Mater’ para dignificar y dar mayor realce a esta festividad declarada Bien de Interés Cultural por la Junta.

No ha sido el único cambio. La Virgen de la Palma se ha cobijado este año bajo un hermosísimo y especial templete dorado bajo el que procesionaba antiguamente. Muchos han sido los comentarios de los fieles que se agolpaban en las calles del barrio para acompañar a su Virgen aprovechando la bonanza del tiempo. Cabe recordar que la última vez que la Virgen lució bajo el templete fue en 2016, cuando de manera extraordinaria realizó una visita de varios días a Santo Domingo y quizás por ello, muchos devotos admiraban la estructura y sacaban fotos y vídeos de la procesión mientras miembros de la archicofradía repartían estampas. Entre los participantes en el cortejo, destacaban las sobrias mujeres ataviadas con la tradicional mantilla y alumnos de distintos colegios gaditanos.

La procesión de alabanza discurrió sin incidentes y acompañada por numerosos vecinos del barrio y algún que otro turista. El fervor y la expectación por contemplar a la Virgen era palpable en todos los asistentes que esperaban en recogido silencio en puntos clave de un itinerario sin grandes cambios pero que tenía como novedad que por primera vez el cortejo transitó por la calle Pasquín y que arrancó, como no podía ser de otro modo, por Virgen de la Palma para girar a la derecha hacia Virgen de las Penas.

Pasquin y Las Banderas

En este punto, a la altura de taberna Las Banderas (local mítico de Cádiz que data de 1892 y que tras tres décadas cerrado reabrió hace un año), el periodista Fernando Pérez depositó un ramo de flores blancas en el paso de la Virgen.

El cortejo ha continuado a ritmo de la marcha ‘Pasan los campanilleros’ hasta José Cubiles para proseguir por Sagasta y Sargento Daponte. Después encaró la calle Pasquín, Callejones Cardoso, Sagasta, Rosa, Patrocinio, San Félix para regresar por Virgen de la Palma.

Otro de los momentos especiales de la intensa jornada del miércoles tuvo lugar cuando la Coral de La Salle-Viña ‘Jesús Monzón’ entonó con armónicas voces la marcha procesional ‘Palma Coronada’ a su paso por el cuadro conmemorativo existente en la calle Virgen de la Palma y también cuando interpretó del tango a la Santísima Virgen. Así, poco a poco la noche fue cayendo en la capital gaditana y las nubes empezaron a asomar en un cielo hasta ese momento inmaculado. Y, en torno a las 21.30 horas, la jornada tocó a su fin.

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