Maite González: «Este merecido homenaje no entiende de colores políticos y se hace desde la generosidad y el consenso, como a él le habría gustado»

«Carlos Díaz era un hombre bueno, cercano, austero y muy discreto. Y si hubiera sabido que le íbamos a hacer este homenaje, posiblemente estaría ruborizado». Con estas palabras lo ha definido la portavoz del grupo municipal popular en el Ayuntamiento de Cádiz, Maite González, durante su alegato en el acto solemne y emotivo que se ha celebrado este miércoles en el Salón de Plenos en memoria del exalcalde de Cádiz fallecido el pasado domingo.

La teniente de alcalde ha destacado la honradez del abogado sevillano durante sus 16 años al frente de la ciudad, dando por hecho que dormía tranquilo por las noches: «En la trayectoria política de todos los gobernantes hay luces y sombras, faltaría más, pero cuando las cosas se hacen con una convicción firme, con el corazón, con la idea de que estás para servir a tus vecinos, la conciencia puede estar muy tranquila. Carlos Díaz es de esas personas que pueden decir que podía dormir todas las noches sabiendo que no se ha movido un centímetro de esa máxima de la política que es la de ser un servidor público».

Otra de las cosas que, según la portavoz, tenía clara el alcalde es que «en el banco de enfrente hay adversarios políticos, pero no enemigos». «El debate político es sano y necesario, y Carlos Díaz siempre tuvo aprecio y respeto por los que entonces se sentaban en el banco de la oposición, y en particular por los que fueron los concejales de mi partido antaño».

Respeto y concordia que incluso demostró cuando el Gobierno de San Juan de Dios cambió de manos. «Aquí se podría decir aquello de que quien siembra cariño, recoge abrazos», recordando que el Gobierno de Teófila Martínez le dedicó una plaza en la ciudad.

«Muchos de los que estamos hoy en el Ayuntamiento deberíamos imitar muchos de los aspectos de su personalidad a la hora de hacer política», destacando de nuevo su respetuosidad, así como la moderación de su discurso, su sentido social de la política, la cercanía a la gente y su discreción a la hora de abandonar la política.

«Hoy le hacemos este homenaje merecido que no entiende de colores políticos y que se hace desde la generosidad y el consenso, como a él le habría gustado», ha concluido González.