magna cádiz 2022
Una Magna magnífica que ya es historia en la ciudad de Cádiz
Un total de 17 pasos de misterio han desfilado por las calles de la capital durante este sábado
Aún resonaba el sonido tan característico de las horquillas –de los traslados previos del jueves y viernes- por las calles de Cádiz cuando miles y miles de personas arribaban en la ciudad. El 17 de septiembre era la fecha marcada en rojo en el calendario para los cofrades gaditanos y foráneos llegados desde los distintos puntos de la geografía andaluza y española.
Por un día, la tacita de plata se convirtió en el epicentro del mundo cofrade con la Magna titulada 'La Resurrección a través de la Cruz' y que encontró su razón de ser en la celebración este año del 300º Aniversario de la primera piedra de la Catedral de Cádiz. El acto estuvo presidido por el obispo de la Diócesis Rafael Zornoza y contó con la presencia de numerosas autoridades.
La expectación era enorme. Encontrar una mesa para almorzar en el centro era una misión ardua. Avanzaban las horas hasta que a las seis menos diez, se abrieron las puertas de la Catedral entre aplausos. A medida que la hora marcada se acercaba, las emociones iban adquiriendo mayor envergadura.
A las seis y cuarto, el banderín de Rosario de Cádiz se vislumbraba en el dintel de la puerta. Sonó entonces la voz que introducía lo que se viviría en esta jornada y la primera oración, haciendo referencia a la escena que inauguró la Magna: Jesús orando en el Monte de los Olivos.
La primera marcha que interpretó Rosario de Cádiz, que abría el cortejo de la Magna, 'Réquiem' en memoria de Bienvenido Puelles, en memoria de Bienvenido Puelles, compositor de la marcha que falleció recientemente.
Justo detrás, la primera de las cruces de guía, la de la hermandad del Prendimiento, cuya representación se caracterizó por estar muy presente la juventud. Un hecho que se mantendría durante todo el cortejo. Y apareció entonces el imponente misterio de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento. Sonaron las primeras horquillas mientras el olivo se mecía a compás de los sones de la coral que acompañaba musicalmente la salida de los distintos pasos.
Para la ocasión, el soldado romano y el caballo de la hermandad de las Tres Caídas de San Fernando se incluyeron al elenco de malhechores que prendieron a Jesús en el Mentidero. La apuesta de esta hermandad fue un éxito y el caballo y soldado romano trianeros encajaron a la perfección en el misterio, ya de por sí majestuoso.
Igual que fue una apuesta exitosa la de la hermandad de Las Penas, el segundo misterio del cortejo. Si cada Domingo de Ramos recorre las calles el Señor de Las Penas solo sobre su paso de misterio, para la Magna y por primera vez en la historia de la Hermandad, procesionó con un misterio formado por seis imágenes secundarias provenientes de hermandades de Mairena del Alcor, Cáceres y de Jerez de los Caballeros. Un conjunto escultórico muy heterogéneo en cuanto a procedencia, pero que cuajó a la perfección.
Tras leerse el pertinente pasaje -cometido asumido por cinco ex pregoneros y pregoneras de la Semana Santa-, fue el turno del misterio de las Cigarreras. Nuestro Padre Jesús de la Salud recorría los primeros metros bajo un sol que aún era intenso, pero que en pocos minutos acabaría escondiéndose entre los edificios anexos a la plaza.
El cuarto misterio del cortejo de la Magna, el del Ecce-Homo, también presentó novedades. Al romano y a Poncio Pilatos, que acompañan al Señor todos los Martes Santo, se incluyó para esta cita histórica la esposa de Pilatos: Claudia Prócula. La Legio VI Ferrata, escuadra romana de la cofradía, escudaba al misterio tras el majestuoso manto del Señor, al igual que hiciera en el traslado previo a la Catedral.
Nuestro Padre Jesús de la Sentencia supuso el quinto pasaje del Vía Crucis Magno. La corporación del Miércoles Santo dispuso para esta jornada las manos de su titular maniatadas pero a la espalda, a diferencia de cómo suele lucir en Semana Santa, con las manos adelante. Una disposición que dotó de mayor fuerza incluso a esta, ya de por sí expresiva, imagen.
Poco después, vislumbró en el dintel de la puerta la plata del fabuloso paso del Señor Cautivo de la cofradía de Medinaceli. La imagen coronaba un excelso monte que contó con numerosos detalles, como unos angelitos que portaban una cruz o un pergamino, que se disponían sobre un exorno floral sublime.
El séptimo pasaje correspondió con el paso de misterio de Nuestro Padre Jesús Caído sobre su paso de caoba y faroles de plata. Los momentos tan especiales que se viven con esta imagen cada Martes Santo se repitieron en este día septembrino.
Ya con el sol ofreciendo tregua en la plaza, el Nazareno del Amor se echó a las calles con una imagen también novedosa. La talla vestía la túnica cedida por el Gran Poder de la Línea de la Concepción. Asimismo, durante la noche, los candelabros guardabrisas cedidos por la cofradía de Las Penas iluminaron al Señor en su regreso a San Francisco.
Los cofrades gaditanos y foráneos pudieron disfrutar de este misterio primero con los sones de la Asociación Filarmónica Ciudad de Conil, banda que participó en el cortejo de la Magna durante la Carrera Oficial. En su regreso, fue el turno de la A.M.
Encarnación, una de las bandas sevillanas que participaron en esta jornada histórica. Si todas las imágenes recibían el cariño y ovación de los fieles, estos fueron especialmente intensos cuando el Nazareno de Santa María, Regidor Perpetuo -portaba el bastón que así lo testigua sobre su brazo derecho- y una de las grandes devociones, pisó por primera vez las calles de Cádiz sobre su portentoso paso de misterio, estrenado en la pasada Semana Santa. Cuando esté completamente acabado, será uno de los grandes altares que procesionen en la Semana Santa gaditana -en realidad, ya lo es-.
Igualmente, cuando el paso de misterio sobre el que el Señor es despojado de sus vestiduras se finalice será otra de las maravillas de Cádiz. Para la ocasión, la cofradía dispuso un exorno floral exquisito. La idiosincrasia de esta cofradía, que tanto enriquece la Semana Santa gaditana, engrandeció también la Magna. La diversidad, respetando la esencia, es siempre una virtud.
Continuó el cortejo de la Magna con el misterio del Perdón, única cofradía que sigue realizando su estación de penitencia en la madrugada del Viernes Santo. Un portentoso paso de misterio con un magnífico conjunto escultórico. Otra de las joyas de nuestra Semana Santa.
En los Santos Evangelios se asegura que a la hora nona expiró Jesucristo, tal y como se leyó a la salida del Santísimo Cristo de la Expiración. La cofradía confeccionó otra de las grandes y aplaudidas novedades de la Magna: dispuso un calvario en el que María Santísima de la Victoria y San Juan acompañaron el sufrimiento de Cristo en la Cruz por las calles gaditanas.
Aún con el regusto de los grandes momentos vividos en la coronación de María Santísima de las Penas, el barrio de La Viña presenciaba cómo el portentoso Cristo de la Misericordia recorría las calles de Cádiz. El regreso a su barrio fue grandioso, como no podía ser de otra forma.
Llegó entonces el momento del luto más absoluto en el cortejo. Primero, la hermandad de la Piedad, en cuyo paso de misterio se encontraba la Virgen de las Lágrimas en lugar de la imagen de Consolación. La imagen de Nuestra Señora de las Angustias portando el cuerpo inerte de su hijo y la urna del Santo Entierro conformaron el antepenúltimo y penúltimo pasaje de la Magna.
El último pasaje reflejó, como no podía ser de otra forma, que Cristo venció a la muerte. Otra de las novedades fue que la maravillosa imagen de Cristo Resucitado de la iglesia de San Francisco procesionase en esta jornada, algo que no es habitual. Estuvo acompañado musicalmente por la banda de música de la Cruz Roja de Sevilla.
Una vez finalizada la Carrera Oficial, las calles de la ciudad fueron las protagonistas de los regresos a sus templos de los misterios. De esta forma, Cádiz ha vivido un 17 de septiembre de 2022 que ya forma parte de la historia de la ciudad.