Cádiz

Luis Santamaría: «Las sectas que tienen ahora mayor éxito no son las de apariencia religiosa sino los grupos centrados en el crecimiento personal»

Experto en sectas

«Todas las religiones tradicionales se sitúan ante las sectas no como competencia sino como un desafío»

Luis Santamaría, en la sede del Consejo Local de Hermandades de Cádiz Francis Jiménez

A. Mendoza

Cádiz

Luis Santamaría, reconocido teólogo y experto en sectas, ha pasado por Cádiz para ofrecer una conferencia organizada por el Consejo Local de Hermandades. Este zamorano de 41 años es miembro fundador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas y antiguo director de comunicación de la diócesis de Zamora. Lleva más de veinticinco años estudiando y analizando el fenómeno de los sectas siendo un referente en España, contando con numerosas publicaciones. Su último libro publicado ha sido 'A las afueras de la cruz' y en él habla de las sectas de origen cristiano en España.

Investigador incansable, docente, exsacerdote y uno de los expertos referentes en el ámbito de las sectas para la Policía, Santamaría hace un esbozo de la situación actual en España y las perspectivas de futuro en este preocupante campo.

-¿Cuál es el desafío de las sectas hoy?

-El desafío es ser consciente de que es una realidad actual, identificarlas e identificar sus estrategias de manipulación. Porque voy mas allá de clichés y los prejuicios que vienen de los años 70 y 80 ya que este fenómeno ha cambiado mucho y las sectas que tienen ahora mayor éxito no son las de apariencia religiosa sino los grupos centrados en el bienestar, el crecimiento personal, la búsqueda de la paz interior y la autoayuda como señuelo.

Es decir, el fenómeno sectario se ha diversificado en propuestas y públicos e inciden en algo tan atractivo con propuestas interesantes que responden a las necesidades de nuestra sociedad o parecen responder porque juegan siempre con esa doble realidad, la del escaparate y la realidad interna de manipulación.

-¿Cuántas sectas se calcula que hay en España y cuántos miembros?

-En cifras, siempre teniendo en cuenta que todo cálculo es aproximado, desde hace unos años representan un 1% de la población en España, por lo que en nuestro país más de 400.000 personas están en las redes de las sectas. Cuántas hay es algo complejo y cercano a imposible determinar además de poco útil. En mis últimas investigaciones he constatado una mayor profundización y análisis más exhaustivo de cualquier tipo de secta. Aparecen muchas más, grupos, cuando tiras del hilo van a apareciendo más y más grupos. En mi último libro sobre las de origen cristiano me aparecían un centenar pero hay otras, están por ejemplo las esotéricas. En cualquier caso, en nuestro mundo globalizado, ya no tiene sentido establecer términos geográficos porque cualquier secta puede captar a alguien de aquí, como pasó por ejemplo con la adolescente de Elche que se marchó tras el gurú sectario que la había captado en Perú.

-¿Qué hay que hacer para no caer en una secta?

-Más importante que la información es la formación porque estamos sobrecargados de información. Tenemos acceso a casi todo y hace falta formación, tener los criterios claros, distinguir la verdad de la mentira, lo bueno de lo malo... Tenemos que crecer todos en el autoconocimiento, cuáles son nuestros puntos débiles, vulnerabilidades... reaccionar ante las crisis en los momentos que nos pueden afectar más porque ahí es cuando nos entra.

-¿Hay un perfil determinado de persona que sea más fácil de captar?

-No hay ningún perfil. Yo ya hasta me permito bromear y digo que el perfil es una persona que respire... Si estamos vivos, estamos en el objetivo de alguna secta porque acuden a nosotros en un momento de crisis o se van a aprovechar de nuestras vulnerabilidades o bien de nuestras inseguridades en el sentido de que nos pueden ofrecer el cambiar nuestro mundo, dejar nuestra huella. Es importante también que tenemos que pensar en lo positivo de nuestra vida como un flanco en el que nos puede entrar una secta.

-¿Cree que las circunstancias actuales, la falta de motivación, la crisis de valores... afecta para la proliferación de sectas?

-Por supuesto. En la vulnerabilidad personal y las crisis del individuo lo hacen más propenso. Lo mismo decimos si a nivel general estamos en una sociedad en crisis en diversos aspectos y una sociedad vulnerable pues hay un caldo de cultivo que hace que personas que podríamos pensar que estuvieran ajenas a la influencia de una secta estarían más propensos a estar atrapados.

-¿Cómo ve el futuro de las sectas?

-Desde que yo empecé hace más de 25 años se trata de un fenómeno al alza. Cada vez hay más sectas y aprovechan las facilidades de las tecnologías para hacer o una selección cuidadosa y personalizada de perfiles que no cuesta nada encontrara a través de la redes sociales o bien captar personas mediante la pesca de arrastre para traer a los interesados en general y traer a los candidatos idóneos.

-¿Y hace frente la religión cristiana a todo esto?

-Precisamente, la palabra desafío coincide con el concepto clave de la jerarquía de la Iglesia Católica para referirse a este tema. Todas las religiones tradicionales se sitúan ante las sectas no como competencia sino como un desafío. Si las sectas tienen éxito es por una dejación de funciones de las religiones tradicionales porque no han sido capaces de responder a esa búsqueda de pertenencia y espiritualidad. Por eso tienen que hacer una autocrítica para ver en qué tienen que mejorar para responder a esa búsqueda de sentido de las personas.

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