con 'c' de cádiz

Leo Power: «Fui de las primeras jipis de Cádiz que se puso rastas cuando nadie se las ponía»

leonor iglesias reyes. cantante

Artista hecha a sí misma, esta flamenca gaditana es un ejemplo de cómo buscarse la vida en un escenario mientras no deja de mezclarse entre músicas del mundo que la vida le va presentando

Leo Power, en el Falla, donde actuará en el próximo Carnaval. antonio vázquez
Alfonso Carbonell

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Basta un café con Leonor Iglesias Reyes (Cádiz, 1976) para entender lo que es ponerse el mundo por montera a pesar de los pesares. Mira que hay dogmas y más dogmas feministas sostenidos por niñas y más niñas de papá, pero nadie como la Leo para explicar al más pintado lo que significa el verdadero empoderamiento de una mujer que comenzó la carrera de la vida saltando cantidad de obstáculos que se ha encontrado desde la más tierna y a la vez, dura infancia.

Quiso y quiere ser profesora de inglés, pero lo que igual desconoce es que sería una psicóloga de gran categoría. Su filosofía de vida, la que ha demostrado desde que le hicieran 'bullying' en el cole, está sembrada de ejemplos que bien podrían venirle a muchos jóvenes de hoy en día que se ven ahogados con problemas cotidianos que poco o nada tienen que ver con los que se encontraban aquellos niños que se salían de lo normal allá por los finales del siglo XX.

Lo que está más que claro es que hoy por hoy y casi que desde siempre, Leo Power es una artistaza de los pies a la cabeza, esa en la que no se para de maquinar ideas ya vengan con acento argentino, son cubano o ritmos africanos. Y como no, todos ligados al flamenco, un cante que esta gaditana de la plaza Pinto no para de recorrer.

-Muy buena fecha para nacer.

-Pues sí, tengo 46 años. Y dicen que los del 76 es muy buena época.

-¿Y eso?

-No sé, tío, pero conozco a mucha gente de eso año que es espléndida.

-¿De dónde le viene su arte?

-De mis padres; mi padre era como la Lola Flores porque tenía mucho compás y le gustaba mucho la música. Pero él no hacía 'na'; ni tocaba ningún instrumento, ni cantaba ni 'nà'.

-Jaja. Tal y como escribió el New York Times de la Farona, que 'ni cantaba ni bailaba pero no se la podían perder'.

-Así, así. Tal cual.

-¿Y de qué barrio era su padre?

-De la Plaza Pinto; él falleció hace 20 años. Y ahí es donde nos criamos. Mi padre, Antonio Iglesias, siempre fue una persona muy moderna; le decían 'el lecherito' porque mi abuela trabajaba en la panadería que había allí. Él era muy bohemio, muy jipi; se fue a Alemania en una época muy de libertades allí. Yo he salido mucho a mi padre. También la familia de mi madre me ha influido mucho. Por ejemplo, mi abuela salía a bailar en cualquier fiesta familiar. La recuerdo con su perejil en la cabeza; todo lo que yo veía en mi casa y mi familia era un ambiente muy de fiesta, muy de Cádiz. Date cuenta que vivimos en una ciudad muy musical, desde sus Carnavales a la Semana Santa pasando por el flamenco.

-Ya veo, ya veo porque le da a todos los palos. ¿No se ha atrevido con las saetas?

-Ahí no me verás, no. Yo estudié en un colegio de monjas y...

-Venga, cuénteme su infancia en el colegio ya que estamos.

-Acabé diciéndole a una monja que no creía en Dios.

-Como el que se hizo insumiso delante el cura de la Merced, ¿no?

-Algo así, algo así.

-Pero bien que canta villancicos.

-Porque me busco la vida.

-Jajajaja Y bien que hace.

-Mira, este año le he hecho un villancico a la Estrella de Oriente, que nadie se lo canta. No digo ni una vez ni Jesús, ni María ni José.

-Sigamos con lo del colegio, ¿cuál era?

-La Palma. Mi infancia fue chunga, chunga en el colegio porque por ser gordita fui marginada totalmente. Yo decía de chica que esto (de la religión) es 'to' mentira. ¿Qué amor y paz, cojones? ¡De amor y paz, nada! ¡Esta gente me está marginando, las monjas lo están permitiendo y a mí no me ayuda nadie! Todo eso me hizo hacerme muy madura desde bien pequeña. Podía haber tomado el camino de ser una hdp en plan: 'ustedes habéis sido mala conmigo, pues ya veréis ahora'. Pero qué va; yo llegaba a mi casa llorando: '¡Papá, que nadie quiere 'na' conmigo!'. Y mi padre me decía: [y pone voz ronca, de canallita] 'Tú coge a la que manda y le metes una cachetá a escondía; ¡que nadie te vea! Y luego le dices: Cucha, como tú sigas así o te chives de esto, te meto otra más grande'. Y yo llorando: '¡Que no, papá! ¡Que no!' Que yo no le pego a nadie!' Pero al final, no sé cómo, acabé tirando adelante.

-Jajajajajajajajajaja ¿Pero le llegó a enchufar a la abusona?

-No, no le pegué. Pero es que yo pasé de eso a lo contrario. Como en el colegio acabé yendo a mi bola, sola, ¡pues cuando llegué al instituto era la líder! Allí nació Leo Power.

-¿Qué instituto?

-En el Corralón. Pasé de estar marginada a ser la líder. Y al final es casi lo mismo porque no estás entre las masas, sino que pasas de un extremo a otro.

-Bueno, lo mismo, lo mismo...

-Pues yo no sé cómo salí de ahí; sería por mi forma de ser o porque con 15 años ya me iba con los jipis a la Caleta; empecé a viajar, a hablar inglés... Me encantaba el idioma; yo era la más avanzada de la clase. Además, lo hablaba mucho con un amigo mío que era medio americano, medio gaditano; ese fue el que me puso Leo Power,

-¿Cómo fue ese 'bautizo'?

-Eso fue porque me presenté a delegada de la clase y este amigo, David, puso en el papel de su voto en vez de Leo, Leo Power y el que estaba escribiendo en la pizarra escribió Leo Power y ya todo el mundo con el cachondeo pues se me quedó. Otro amigo mío, Juan Jesús, que es bombero y precursor de Joaquinito (Alegría).

-Olé.

-Pues ese es el que hace más empuje para que siga el mote.

-¿A ese hay que darle las gracias, no?

-Era el que en esos años cogía y organizaba barbacoas y todo tipo de saraos bajo el nombre de 'Barbacoa Leo Power', 'Fiesta Leo Power'... Y así con todo. Imagina, cien personas en la Caleta y yo: '¡quillo, no hagas eso que me vas a buscar una ruina!'

-Jajaja ¿por qué, joe?

-Joe, venía la policía local y preguntaba que eso de la barbacoa Leo Power qué es, quién lo ha organizado; una colgaera. También me dediqué a organizar las huelgas en el instituto. No sé cómo pero empecé a organizar de todo. Era muy activa en ese sentido.

-¿Ya tenía pensado darse al cante o quería estudiar para ser otra cosa?

-Qué va, qué va, qué va... ¡Yo quería ser maestra, yo en mi vida he querido ser artista ni quiero!

-Jajajajajajajaja No diga eso, mujer.

-Cómo que no, te lo digo así de claro.

-Jajajajajaja

-Lo que pasa es que me ha llevado la vida a esto.

-¿Estudió Magisterio?

-No, estudié Filología Inglesa, aquí en el Parque, lo que pasa es que no la acabé. ¿Por qué? Coincidió, hace 20 años, con el fallecimiento de mi padre; yo estaba en el primer año de carrera y perdí la beca porque fue un año muy chungo. Él estuvo con cáncer durante un año y, claro, hubo que estar con él y apenas pude aprobar medio curso, con lo que me quitaron la beca.

-¿Y qué hizo?

-Yo estaba en segundo de carrera, con mi padre fallecido y trabajando para costearme la Universidad.

-¿Dónde trabajaba?

-Limpiando en el albergue Quo Qadis, de la calle Diego Arias.

-¡Hombre, el mítico albergue de Enrique Carbonell, al que iban muchos guiris y casi todos con sus bicicletas!

-El mismo. No veas la que formábamos ahí. Yo ahí daba clases de español a la gente. Yo siempre, desde los 15 años, he estado en contacto con los extranjeros. Yo era una de las primeras jipis de aquí de Cádiz que íbamos a la Caleta con nuestras rastas cuando nadie se las hacía. Yo era muy moderna.

-¿Qué año sería?

-Mi padre murió en el 99, pues por ahí. A principios de los 2000 me fui a Londres porque me pasaba todo el día trabajando para pagarme los estudios, pero claro, de tanto trabajar no sacaba tiempo para estudiar. Y decido irme a Londres seis meses para seguir trabajando mientras mejoraba mi inglés. Además, antes te ibas seis meses al extranjero y cuando volvías tenías un año y medio de ayuda. Y qué paso. Pues que estando en Londres quitan la ayuda.

-Vaya por Dios. ¿Y cómo le fue allí?

-Aquello fue un espectáculo. Comencé trabajando en un supermercado; no veas las que formé allí.

-Cuente una.

-Me llegaban un montón de españoles y argentinos, que los pobres acababan de pasar lo del corralito y me daban mucha pena; así que les daba mandaos y les decía por bajini 'tú hazte er tonto'. Y se iban encantados, de gratis y agradecidos.

-¿Por dónde estaba el supermercado?

-Al lado de Hyde Park, en Bayswater. Allí estuve trabajando hasta que conocí al Felipe de Algeciras, que estaba buscando a gente que cantara porque allí había muy poco cante. Así que me metió en su compañía.

-¿De siempre tuvo su compás y su arte?

-Sí, pero yo lo que estaba buscando allí era juerga flamenca y por eso me acerqué a un tablao jerezano, el de la Costa Dorada.

-¿Eso también estaba por Hyde Park?

-No, no, eso era por Tottenham Court Road, en el mismo centro de Londres. Y allí fui buscando juerga flamenca; yo tendría unos 25 años.

-¿Se fue sola a Londres?

-Me fui sola a la casa de un colega de Cádiz del instituto. Al final, allí conocí a mi amigo Teo, que me ayudó mucho. Conocí a un montón de españoles.

-¿Y siguió en el supermercado?

-Lo dejé porque empecé a trabajar en la compañía de flamenco.

-¿Le daba para vivir?

-Sí, sí. Felipe tenía un 'funding', que es como se llama allí a una subvención. Es que en Inglaterra hay unas ayudas a la cultura increíííííííííbles, increíbles. Allí tú presentas para grabar un disco y te pueden dar fácilmente 30.000 libras. Así que como quitaron la ayuda me quedé allí a vivir tres años.

-Fue para seis meses y acabó quedándose tres años. ¿Mucha juerga por el camino?

-Qué va; allí todo el tiempo trabajando, de juerga poquito. Me puse a tocar el cajón, que también sabía, y aprendí a cantar para el baile; yo no sabía, pero me fui a las clases del Felipe durante tres meses y ya estaba yo puesta. Mi primer bolo en Inglaterra fue en un teatro.

-Joe con el bolo, ¿no?

-Claro, porque esta gente tenían una ayuda del Estado para una compañía seria de baile y teatro con la que cantábamos en festivales. Estuvimos en Irlanda, Escocia, en todos lados de Gran Bretaña.

-¿Y por qué se vuelve a los tres años?

-Porque me quedé embarazada de un gaditano que se vino a Londres conmigo y cuando lo íbamos a tener decidí volverme para Cádiz en 2004. Y ya aquí comienzo mis andadas.

-Vamos con ellas.

-Antes tengo que decir que yo a Inglaterra sigo yendo y viniendo porque allí tengo a mis contactos; suelo ir cada dos meses.

-¿Sigue trabajando para la misma compañía?

-No, no, entre otras cosas, porque ya casi todos se fueron; empezando por Felipe, que vive en Algeciras y que, como yo, va y viene mucho allí para dar clases. También sigo trabajando mucho con ellos; me los traigo a La Isleta, a La Perla...

-Para seguir con el hilo, vuelve a Cádiz en 2004 y qué hace.

-Pues mira, lo primero que hice fue meterme en asignaturas sueltas de Filología inglesa para seguir intentándolo, pero qué va, súper caro; yo era madre además, y qué va. No pude retomarlo. Eso es una cosa que yo tengo ahí clavada, pero lo haré, eh. Porque yo lo que quiero hacer, lo hago. Así que tuve que volver a dejarlo y monté un espectáculo con Farah Tirana, una amiga mía transformista. Con ella hice 'Gitanerío y la pringá', un espectáculo que estaba súper guay; montábamos algo como si fuéramos unas marujas en un patio de vecinos; las dos con el perejil en la cabeza, como mi abuela. Lo que hacíamos era como un cabaret flamenco. Íbamos por todos lados; también estuvimos actuando en el Pópulo, cuando era la época del Pópulo, allí en el patio medieval. Después también salí mucho con un grupo mío que se llamaba 'Aguatapá', con Niño Ruiz y sus canciones. Ese grupo lo monté antes de irme a Londres. Era un poco rollo rock andaluz. Yo seguía intentando meterme un poquito más en el flamenco porque donde empecé a cantar para baile fue en Londres. Me seguía formando musicalmente, pero más que nada dejándome llevar por mis inquietudes. Soy una persona que si conozco a alguien y conectamos pues puedo acabar montando un grupo con esa persona. Porque yo no busco nada; soy una persona que me dejo llevar por lo que me va llegando en la vida. Tenía lo de 'Gitanerío y la pringá' y 'Aguatapa' cuando vino Octavio Kotán, un cubano que se vino a vivir a Cádiz; su padre tocaba con Pablo Milanés porque era un pedazo de guitarrista.

-¿Dónde lo conoce?

-Aquí en Cádiz y gracias a Ale Benítez, que lo trajo a La Isleta para tocar. Nos conocimos y montamos un grupo que se llamó 'Bastinazo habanero', que era muy guay. Estaba Nano Peña a la batería, Ale Benítez al bajo, el cubano tocando la guitarra y yo cantando.

-¿Ha ido a Cuba?

-Qué va, tío. Él está allí ahora; estoy loca por ir. Octavio fue como un punto de inflexión en mi voz porque me mandaba cantar unos temas súper difíciles cubanos y yo los canté modulando mi voz. Canté 'Longinas', que es una canción de 1905; 'Bésame mucho'... Yo le decía al principio. '¿Qué voy a cantá yo Bésame mucho, cojone?'. Y él: 'Quilla, Leo. Que la cantes'. Y al cantarlas como que me buscó los graves míos.

-Entiendo que como con el inglés, también en el cante ha sido autodidacta.

-Yo no he estudiado nada de canto; ahora estoy con un cantaor de Algeciras que es Antonio Carrasco y que es un pelotazo. Estoy estudiando los cantes más jondos; ahora estoy con la soleá. Me viene muy bien porque a veces los bailaores te piden soleás y esas cosas y así me voy metiendo un poco más.

-Flamenco, música cubana... Le gusta innovar.

-Octavio decía que él había creado el timbarock; el timba es como un ritmo cubano, un son, un estilo que se inventó a su rollo. La verdad es que es un tío muy adelantado a su tiempo. En ese mismo rollo conocí al Pájaro, un guitarrita argentino que también vive por aquí y con el que monté 'Tangonautas'. No he parado de formarme en la fusión de otras músicas del mundo; me considero una persona muy carpe diem y que me dejo llevar en la vida. Con este Pájaro me fui a Argentina.

-¿Qué dice? ¿Y eso cómo fue?

-Fuimos a Argentina porque me colé en el despacho de la Teófila.

-Jajaja Cuente, cuente.

-Esto no lo vaya a poner.

-Enga, joe.

-Bueno, yo te lo cuento y tú ya pones lo que quieras. Le dije: 'Teófila, aquí hay un festival y hay que ir a vender Cádiz'.

-Jajajaja Bien jugao.

-El festival era en Cosquín, un pueblo de la Córdoba de Argentina; y en Cádiz había gente de este pueblo.

-Y este Pájaro es por el que van a Argentina.

-No, no, el Pájaro no me llevó a Argentina, lo llevé yo a él.

-Jajajajaja

-Es que fue muy fuerte. Aquel festival era el más grande de folclore de Latinoamérica; allí van 11.000 personas de público. Cuando yo me vi cantando... Yo no tenía ni idea de lo que era Cosquín hasta que me lo dijeron los argentinos.

-¿Y cómo se entera o cómo le presenta el proyecto de viaje a Teófila?

-Me entero porque mis amigos argentinos me dicen que 'nosotros deberíamos ir a Cosquín con Tangonautas'. Y les pregunto que qué es eso de Cosquín y ya me cuentan lo del festival. Por lo visto, aquí había gente de Cosquín que mandaban a gente de Cádiz para allá. Y dije: '¿Qué jí? ¡Pues me voy a enterá yo! Eso lo tiene que llevá el del Criollo'. Y es que el del mesón Criollo era amigo del intendente de Cosquín; porque allí no es el alcalde, allí le llaman intendente. Habían ido otros años 'El niño de la Leo' con su gente, David Palomar, Encarnita Anillo... Así que me propuse a ver si podíamos ir ese año nosotros. El del Criollo me dice que él lo mueve, pero que antes tengo que hablarlo con Teófila.

-¿Y cómo fue esa reunión con la alcaldesa?

-Me recibió, pero antes se 'la formé' en el salón de plenos.

-Jajaja. ¿Y eso?

-Es que a mí aquí nadie me daba nada; siempre 'pa' los mismos. Así que un día que yo cantaba en La Perla coincidió que estaba la Teo y me mandó a llamar.

-¿Por?

-Porque yo le metí caña desde el escenario. A ver, no a ella de forma expresa, pero sí indirectamente.

-¿Qué dijo?

-Desde el escenario dije: 'Esto se lo voy a dedicar a la gente de aquí de Cádiz, pero a la de verdad'. Y la Teófila allí, en La Perla. Y me mandó a llamar. '-¿A mí? -Sí, que te quiere conocer Teófila', me dijeron. Yo aquel día había cantado en inglés y por bulerías y la Teo se había quedado maravillada. Y la verdad que ella, muy agradable, se dirigió a mí así como ella habla. 'Pero, chica. Y tú, con lo que bien que lo haces como que no quieres hacer nada con el Ayuntamiento de Cádiz? -No, será al revés. Porque ustedes a mí no me llamáis pa ná.' Y así fue como yo empecé a trabajar y a hacer algunas cosas con el Ayuntamiento. Desde entonces, cada vez que Teófila me ve por la calle me da hasta un abrazo. Fue después de eso que hablé con ella y me mandó a Cosquín.

-¿Y cómo fue aquel viaje a Argentina?

-La liamos; gustamos un montón. Estuvimos solo cinco días pero yo allí me volví loca. 11.000 personas. '-Chiquillo, ¿pa adónde miro?'. Allí había una iglesia al final, 'po a la iglesia voy a mirá'.

-Jaja. ¿Qué año sería?

-Eso fue 2014; nosotros fuimos un año después de Palomar. Allí en Cosquín arriesgamos mucho porque, claro, cuando iban los de Cádiz pues lo que solían cantar era flamenco, pero yo fui cantando tango argentino y allí el tango no gusta tanto porque el tango argentino es folclore de Buenos Aires.

-¿Y a cuánto está Córdoba de Buenos Aires?

-Una hora y pico en avión.

-Vamos, que el tango en Córdoba es como si te pones a bailar en Cádiz una sardana.

-Ahí va. Pero nosotros nos arriesgamos; canté una canción de Daniel Toro, que por lo visto era de por allí. Arriesgamos mucho, pero se nos dio bien. En el Youtube se pueden ver todos los vídeos de Cosquín.

-Tangos, son cubano, flamenco... Buena mezcla.

-Pues la verdad es que entre la música cubana que he cantado con el Kotán, el tango argentino con el Pájaro, el rock andaluz con el Nino; yo lo que me he ido haciendo es una manera muy personal mía de cantar. Yo tengo una mezcla tremenda; también te canto en inglés canciones de lo los Beatles y otros grupos míticos.

-Cuénteme que suele hacer en Londres.

-Suelo ir cada dos o tres meses, aunque ahora con el tema del cuarteto no puedo ir.

-Es verdad. Ahora tocaremos ese tema. ¿A qué palo no le da, Leo?

-Jaja. No he ensayado más en mi vida. Yo es que tengo un montón de cosas, picha. ¿Que qué hago en Londres? Pues allí conozco a mucha gente y suelo ir a un festival de culturas del mundo, donde conocí a Sura Susso, un chaval músico de Gambia que toca la kora. Me faltó tiempo para mezclarme con él y hacer juntos un tema. Con él he estado en Gambia dos o tres veces. Imagínate la riqueza musical que hay allí; era ya como el país que me faltaba. Aunque ahora tengo pensado hacer una cosa con una india que toca el sarod y que puede ser un pelotazo. Es que yo estoy todo el tiempo así porque a mí la música del mundo me vuelve loca. Y, además, veo flamenco en todos lados. En Inglaterra también he conocido a Jesús Cutiño, un músico cubano que vive en Londres y del que me habló Kotán. Este Cutiño me ha escrito canciones, que por cierto ahora quiero grabar una suya. Yo siempre ando mezclándome; no te podría decir que tengo un estilo, el estilo es el mío, el Power Style, que es como dicen en el grupo de villancicos: 'Navidad al Power style', es decir, a mi rollo, a mi forma.

-Se acerca la Navidad. ¿Qué me tiene preparado para estas fechas?

-He grabado un villancico y tengo ya un montón de bolos; además del festival que organizo como mi asociación 'Jaleo Power' que es 'El último polvorón' y que hacemos en la peña La Perla; tiene mucho éxito porque desde el 27 de noviembre ya no hay entradas. Además de cantar, también organizo cosas porque cuando no hay trabajo, pues yo me lo invento. También solemos estar todos los domingos en La Isleta.

-Hace unos veranos asistí a un sarao en el que cantó con Joaquinito Alegría; era en una azotea de Sopranis y se estaba de gran categoría. ¿Se sigue manteniendo eso?

-Eso era el Galeón Flamenco. Estuvimos dos años, pero no pudimos seguir porque comenzaron a pedir permisos y demás y el del hotel no lo veía claro. Pero a lo mejor lo volvemos a hacer este verano en Aires de Cádiz, que es un sitio precioso y es al aire abierto. Está en la muralla de las Puertas de Tierra; por las bóvedas de Santa Elena.

-¿Junto a la peña Paco Alba?

-Justo al lado. sí.

-Este verano sacó algo, ¿no?. Recuérdemelo.

-Grabé un tanguillo con la música de los duros antiguos, que ya es de dominio popular, con letra mía; está en Spotify, en todos lados.

-¿Qué más cositas tiene por ahí en mente?

-Ahora en enero saco otro tema con Fran Cortés, el hijo de Chiquetete.

-¿Cómo ve el futuro?

-No sé qué me deparará la música, pero lo que tengo que hacer es grabar más cosas; hacer temas, que es lo que me falta.

-¿Por qué le falta?

-Porque eso vale mucho dinero, mucha pasta. Todo lo que tengo me lo he currado yo; a mí nadie me ha dado absolutamente nada, nadie me ha llamado para nada, para ningún proyecto. Estoy ahí siempre luchando.

-¿No tiene representante?

-No, me represento yo. La verdad es que no sé por qué, pero siempre me veo sola; luchando y buscando.

-Tiempo al tiempo, Leo. Hábleme de su incursión reciente en el Carnaval.

-'Po' mira, eso fue la primera inquietud artística que yo tuve en mi vida porque con doce años yo quería ser cuartetera.

-Venga, no me joda. Jajaja. ¿Cuartetera? ¿Sería por el Peña, el Masa y todos aquellos?

-Claro, quillo. Pero te juro que no sé por qué de pequeña siempre me gustó. Así que llegó un día que Iván Romero llamó a Miguel.

-Este Miguel es el que toca las palmas de maravilla en su grupo, ¿no?

-El mismo. Pues lo llamaron y le dijeron. 'Y lo más difícil, Migue. ¿Querrá salir la Leo?'. Y cuando me lo preguntó Migue le dije '¿cóóóóóóóóóómo? ¡¡¡¡Difícil????'. ¡Pero si yo llevaba años diciéndole a Migue que deberíamos hacer un cuarteto! Y fuimos segundo premio en el año del Carnaval raro de verano. El año pasado no, pero este año estamos ya ensayando y nos llamamos 'En mi caseta cabe todo el mundo'. Y se han venido 'Los niños', así que somos seis. Y ya no te puedo decir más; lo único que el 19 de enero estamos en el Falla.

-¿Qué siente al salir en un cuarteto?

-Yo me lo estoy pasando súper bien; me voy adaptando a ellos. Incluso yo les digo: 'Quillo, yo no me veo', porque ellos están muy 'cogíos' de llevar 20 años haciendo cuartetos. Entonces, como que me veo como una extranjera. Y ellos: 'Qué dices, Leo, ¡Que lo haces to bien!'. En ese sentido soy muy humilde e intento aprender de ellos. Ensayamos todas las tardes, no he ensayado más en mi vida.

-¿Qué le pide a la vida?

-Tener salud, que es lo que hay que pedirle, ser feliz y seguir encontrándome a músicos por el camino.

-Y un disquito, ¿no?

-Eso es lo que quiero, un 'one by one', tema por tema. Ahora en enero saco un tema y tengo pensado otro de los que me grabó el Cutiño. Y una vez que tenga unos ocho temas pues intento sacar el disco. Eso es lo que están haciendo ahora los artistas. Date cuenta que sacas un disco y sacas ocho temas del tirón. Como la vida van tan rápido, creo que lo mejor es sacar un tema, quemarlo bien, y después sacas otro.

-Y yo que lo vea. Muchas gracias, Leo.

-A ti.

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