Congreso de la lengua
El lenguaje parlamentario nació en Cádiz con la Constitución de 1812
La capital gaditana se convirtió en el centro de la política de España, donde surgieron nuevos términos y palabras que han sido esenciales para la configuración de la política actual
Las jornadas celebradas en la Asociación de la prensa sobre la retórica y las crónicas periodísticas en el Parlamento han abordado el nacimiento del lenguaje parlamentario, cuyo germen está en Cádiz con motivo de la Constitución de 1812 con una mesa redonda bajo el título 'Las Cortes de Cádiz: cuna del constitucionalismo español y de la crónica parlamentaria'.
En esta mesa, moderada por el presidente de la APC, Diego Calvo, han participado el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela, Roberto Blanco, y la doctora en Filología y profesora de la Universidad de Cádiz, Beatriz Sánchez Hita.
Roberto Blanco ha comenzado su intervención asegurando que Cádiz es España. «La Constitución de Cádiz es más que la primera constitución de la historia de España ya que este texto constitucional no es equiparable a ningún otro del siglo XIX porque adelante en el terreno histórico 60, 70 u 80 años», ha afirmado.
Por otro lado, ha manifestado que «en Cádiz, con su Constitución, se crea un nuevo lenguaje. Aparece el término Constitución, soberanía, constituyente, parlamento, representación etc... palabras que son esenciales en la configuración de la política moderna. Es decir, el mundo de la información parlamentaria hubiera sido imposible sin Cádiz, que es un laboratorio constitucional espectacular que se pondrá luego de relieve en la época del Trienio».
Ha insistido en que «el Parlamento se convierte en el centro de la vida política y Cádiz en el centro de la vida política nacional. La asamblea que se reúne en San Felipe Neri es poder legislativo y poder ejecutivo al mismo tiempo. Por ello, Cádiz es España y no es posible entender España sin el experimento gaditano».
Por su parte, Beatriz Sánchez, ha hecho un recorrido sobre las crónicas de las Cortes «que entran dentro del juego político ya que los discursos de los diputados, además de en los diarios de Cortes, también estaban reflejados en los periódicos de la época. Estos medios recogían la visión de los oradores, los elogiaba y contribuían a crear la idea de la calidad del lenguaje en los discursos en determinados personajes como Argüelles, uno los más significativos».
Ha asegurado que el lenguaje empleado «se convierte en un arma política para acreditar y desacreditar el propio sistema que se estaba intentando instaurar».