Cádiz
Kichi se olvida de Miguel Ángel Blanco
25 ANIVERSARIO DEL ASESINATO que cambió España
El Pleno del Ayuntamiento de Cádiz aprobó hace cinco años que se pondría a una calle el nombre del concejal del PP asesinado por ETA y un lustro después la resolución sigue sin cumplirse
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Se cumplen 25 años del asesinato de Miguel Ángel Blanco. Un crimen que conmocionó España y que hizo que millones de españoles salieran a la calle en manifestaciones espontáneas para decir «basta ya». El país, en bloque, salió para mostrar el rechazo unánime y ya sin miedo a ETA. El asesinato hizo germinar el 'espíritu de Ermua' y marcó el inicio del fin de la banda terrorista. En estos días los homenajes se suceden.
En Jerez el acto de recuerdo ha tenido lugar frente al monumento a las Víctimas del Terrorismo, en la plaza del Caballo. El Puerto le dedicadará este miércoles una calle muy cerca de la Avenida Víctimas del Terrorismo. En Cádiz capital, el PP realizará este miércoles una ofrenda floral en el espacio Entrecatedrales y volverá a reclamar a Kichi el cumplimiento del acuerdo por el que el Pleno del Ayuntamiento aprobó darle un espacio o una calle a Miguel Ángel Blanco. Fue hace cinco años. En 2017.
Desde entonces, no se ha querido o no se ha podido dar el lugar que se acordó al edil asesinado y a los valores que encarna: paz, vida, libertad, democracia. La figura de Blanco permanece silenciada y el alcalde de la ciudad deja correr los años sin actuar mientras las modificaciones en el callejero de Cádiz proliferan. La postura del equipo de Gobierno y Kichi en torno a la banda terrorrista es ambigua. Ya en 2017 cuando el Grupo Municipal llevó a pleno que una calle de Cádiz recuerde al concejal del PP asesinado la formación violeta no votó a favor. Podemos intentó que se aprobara una propuesta alternativa que «borraba» el nombre de Miguel Ángel Blanco, haciendo extensiva el nombre de la calle a todas las víctimas del terrorismo.
La propuesta popular que otorgaba una calle al concejal asesinado fue, sin embargo, aprobada por los votos de PP, PSOE y Ciudadanos.
La Avenida Ramón de Carranza mutó a Avenida 4 de diciembre de 1977 en tan sólo diez días. También la avenida Juan Carlos I pasó sin demasiado trámite a ser de la Sanidad Pública; la avenida José León de Carranza ahora se llama Beatriz Cienfuegos: la glorieta Ingeniero de la Cierva ha pasado a ser Ana Orantes y la calle San Nicolás ya tiene el nombre de Petróleo y Salvaora. Y, aunque el pasado noviembre se concretó que la rotonda de acceso al puente de la Constitución de 1812 se dedicaría a Miguel Ángel Blanco, de momento, nada se sabe.
Resulta llamativo que desde el Ayuntamiento de Cádiz no se haya anunciado acción alguna a este respecto aunque sí que hay programado un homenaje, que tendrá lugar el 18 de julio, en recuerdo a los asesinados por los golpistas en 1936. Así mismo, Ayuntamiento y Plataforma de Memoria Histórica han realizado un llamamiento ciudadano para participar en unas jornadas que se celebrarán entre el 14 y 20 de julio y habrá una visita guiada a las labores de exhumación del Cementerio de San José.
Cronología de una ejecución
El secuestro de Miguel Ángel Blanco fue la venganza de los terroristas al reciente éxito policial que supuso la liberación de dos secuestrados por la banda: Ortega Lara y Cosme Declaux. Aquel el 10 de julio de 1997 arrancaba, con el secuestro del Miguel Ángel, 29 años, concejal del PP de Ermua uno de los episodios más siniestros de la historia de ETA. En la localidad vizcaína, en el País Vasco y en el resto de España se desata un movimiento sin precedentes de empatía. El gobierno no cede a la petición de los terroristas: el acercamiento de todos los presos al País Vasco en un plazo de 48 horas. Sin embargo, mientras va corriendo la cuenta atrás, la respuesta ciudadana permite albergar esperanzas de que ETA dé marcha atrás. Hay vigilias y numerosas movilizaciones, algunas multitudinarias como la nunca vista en Bilbao, para exigir la liberación de Miguel Ángel. A su vez, los gobiernos central y autonómico hacen piña mientras las fuerzas de seguridad peinan contra reloj el País Vasco para salvar al joven, sin éxito. Encuentran a Blanco el sábado 12 de julio con dos tiros en la cabeza. Ha sido un asesinato a cámara lenta, seguido minuto a minuto por millones de españoles que, horrorizados, vuelven a echarse a las calles. En el País Vasco se rompe un tabú: muchos pierden el miedo y se atreven a increpar e incluso a hostigar a los proetarras. La unidad en la repulsa a los terroristas crea el llamado de espíritu de Ermua. La sociedad española quedó marcada por aquellos días de julio que supusieron un antes y un después en la historia de ETA.