Cádiz

Un impulso a la cooperación entre Andalucía y África

Cooperación internacional

Cádiz ha acogido esta semana un seminario internacional sobre migración circular y desarrollo sostenible

El FAMSI conecta a jóvenes ingenieros marroquíes con empresas que cubren sus necesidades y exploran nuevas oportunidades

Manuel Redaño, durante el transcurso del seminario internacional celebrado en Cádiz Paula Álvarez
Álvaro Mogollo

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Hace casi un cuarto de siglo, en el año 2000, nació el Fondo Andaluz de Municipios para la Solidaridad Internacional (FAMSI), una red de gobiernos locales que busca, a través de la cooperación, favorecer el desarrollo en diferentes territorios y mejorar la vida de las personas que habitan en ellos.

Esta entidad ha celebrado esta semana en Cádiz, en la Casa de Iberoamérica, un seminario internacional sobre migración circular, transición verde y desarrollo sostenible, que ha acogido a especialistas en la materia de España y varios países de África, especialmente de Marruecos, sobre cuya relación bilateral ha pivotado buena parte de los debates.

La organización está compuesta por ayuntamientos, diputaciones provinciales y mancomunidades de municipios que colaboran hasta con 16 países del continente africano y de América Latina. El gerente de FAMSI, Manuel Redaño, explica que el trabajo que realizan está marcado por tres ejes: por un lado, la cooperación al desarrollo que realizan en dichos países; por otro, la incidencia que los actores andaluces participantes en estos programas son capaces de lograr entre la población autóctona a través de iniciativas de sensibilización, educación en valores, lucha contra el cambio climático y los objetivos de desarrollo sostenible; y por último, favorecer la conexión de estamentos globales como Naciones Unidas con los gobiernos locales para que comprendan la lógica y el sentido de las decisiones y su impacto en los territorios. «De esta forma, lo que intentamos es que la voz de Andalucía se escuche en estos escenarios», indica Redaño.

Cooperación y emigración

De los países en vías de desarrollo proceden buena parte de las personas que se ven obligadas a emigrar. Conseguir que en sus países de origen puedan tener oportunidades y labrar un futuro para generaciones venideras es básico para abordar una problemática de la que la mayoría de veces sólo trasciende el resultado pero no las motivaciones.

«Si se mejoran las condiciones de vida en los países de origen, las migraciones serán menores», expone el gerente, que además vela por que quienes se ven obligados a dejar su tierra, vivan y trabajen en circunstancias dignas.

Es así donde emerge una colaboración estratégica en la que los profesionales cualificados encuentran acomodo en Andalucía: «Unimos los criterios de nuestras empresas, que necesitan mano de obra en muchos casos, y las personas que están interesadas en trabajar aquí». De modo que muchos jóvenes estudiantes vienen a Andalucía y ejercen como becarios como paso previo a su inserción laboral definitiva.

Pero a ello se añade una motivación circular que resulta interesante para todas las partes, como se pone de manifiesto con una de las últimas iniciativas en la que han participado ingenieros marroquíes: «La idea es que el país de origen no se descapitalice de su talento». Por tanto, el enfoque promueve que los profesionales norteafricanos se animen a emprender en su país una vez que concluyen sus experiencias o que las empresas andaluzas, gracias a ese conocimiento de la realidad que aportan los jóvenes magrebíes, aprovechen oportunidades de negocio. Así, de una forma u otra, se favorece el desarrollo del país, las compañías españolas cubren la necesidad de mano de obra formada y toman parte en esa mejora paulatina de un territorio ávido de progreso.

El desarrollo sostenible, clave

El desarrollo sostenible apuntala la visión estratégica de este intercambio denominado 'Move Green', pues además de ser esencial de cara al futuro, hay que añadir que en España hay un déficit de perfiles profesionales que tengan las habilidades específicas que demanda el sector, algo que provee Marruecos: «Está muy cerca, tiene una estrategia de sostenibilidad muy parecida a la nuestra y tiene estudiantes con cualidades muy valoradas».

Para naturalizar esta unión, que ya lleva tres años desarrollándose, FAMSI canaliza los recursos tanto a nivel técnico como lingüístico, para lo que cuentan con la colaboración de la Universidad Internacional de Andalucía y también del Instituto Cervantes.

En cuanto a las características de las empresas participantes en este proyecto, Redaño explica que las hay de muchos tipos: «Están las más tradicionales, que trabajan los sistemas energéticos ligados al sol o al viento, que son los grandes focos. Pero también las hay muy innovadoras, como compañías vinculadas a la biomasa, que trabajan con los huesos de las aceitunas y también con los despojos de las podas».

La aceptación de la iniciativa por parte de las administraciones públicas es muy positiva, puesto que los procesos migratorios suponen un reto desde el punto de vista público y social cuando la inserción en el mercado laboral es compleja. En este caso, quienes vienen buscando una vida mejor, encajan rápidamente porque la demanda casa previamente con la oferta y eleva el nivel general al cubrir espacios que el sistema educativo no completa: «Ven muy interesante cómo explorar estas posibilidades. Incluso las autoridades marroquíes están valorando ofrecer formación específica a sus desempleados en función de lo que demanden las empresas andaluzas».

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