Cádiz
Hernán Cortés: «La obligación del pintor es captar lo que el retratado muestra y lo que esconde»
El artista gaditano regresa al Centro Cultural Fundación Unicaja con la conferencia 'La experiencia del retrato en la actualidad', una charla por del 10º Aniversario de Fundación Unicaja que ha presentado el alcalde de Cádiz Bruno García
«Tenemos el orgullo de inaugurar este espacio en una ciudad que forma parte de nuestra identidad y nuestra historia«
El Langui, Cisco García y Saúl Craviotto protagonizan el décimo aniversario de la Fundación Unicaja en Cádiz
Hernán Cortés Moreno (Cádiz,1953) ha visitado este lunes la capital gaditana para inaugurar con la conferencia 'La experiencia del retrato en la actualidad' un completo programa de actividades por el décimo aniversario de la Fundación Unicaja en Cádiz. Un acto presentado por el alcalde de Cádiz Bruno García que realizó una cercana y afectuosa semblanza del pintor gaditano y al que también acudieron políticos, representantes institucionales y una amplia representación de la sociedad gaditana.
Conocido como «el pintor del alma» y maestro en el arte de captar hasta los últimos matices del alma a través de una técnica pictórica exquisita, Hernán Cortés es uno de los grandes retratistas españoles de la actualidad y responsable de inmortalizar una extensa galería de destacados personajes como Rafael Alberti, Dámaso Alonso, Carmen Bustamante, José Pedro Pérez-Llorca, Manuel Fraga, Felipe González, Yehudi Menuhin o los Reyes Felipe y Letizia.
Su obra supone una renovación dentro del género del retrato –tanto el institucional como el privado–, añadiendo influencias del realismo contemporáneo, de la pintura abstracta, el arte pop o del arte cinematográfico con un profundo conocimiento de la pintura del pasado.
El artista, renuente a salir de la paredes de su estudio en Madrid, confiesa que no pudo renunciar a la invitación que le realizó la Fundación Unicaja tanto por la labor divulgativa de la entidad y como por su profunda vinculación con Cádiz. «En la Caja de Ahorros de Cádiz realicé mi primera exposición individual de pintura hace la friolera de 47 años y constituye para mí un recuerdo imborrable. Por eso, me gustaría subrayar la incomparable labor cultural que durante tantos años realizaron estas Cajas para dar a conocer a jóvenes que, como es mi caso, tratábamos de abrirnos camino».
El pintor ha querido comenzar su conferencia con una remembranza de los paisajes y rincones de la Bahía de Cádiz donde conoció la «plenitud» de la mano de su padre, Antonio Cortés Sabaniego, pediatra muy querido y respetado en Cádiz de que aprendió a interesarse por la condición humana y a observar a sus semejantes con una honda comprensión y una mirada curiosa.
Ameno y cercano, Hernán Cortés también ha recordado a su madre Elisa Moreno que le regaló a los seis años una paleta de pintor «que todavía conservo» y ha jalonado su charla con anécdotas de su vida como cuando el reconocido literato Dámaso Alonso abogó porque el incipiente artista tomara los pinceles persuadiendo a su padre: «se va a ganar mejor la vida siendo un buen pintor que un médico discreto».
«Para pintar la figura humana, que ha sido la tendencia principal de mi obra a lo largo de los años, es necesario indagar no sólo en lo que vemos en el exterior de nuestro cuerpo, sino también lo que subyace, ese armazón que demuestra lo que permanece cuando el tiempo va debilitando la tersura de nuestros músculos«, ha explicado Cortés que se ha apoyado en algunas imágenes tanto de obras suyas como de pintores consagrados para ilustrar un recorrido por el género realizado «siempre desde la experiencia personal» porque la visión del pintor, «al estar imbuida de la praxis, difiere, por ejemplo, de la del historiador, ya que el pintor acostumbra saltar del pasado al presente sin necesidad de manejar un concepto evolutivo de la historia».
Así, repasando, comparando y analizando retratos de personajes históricos realizados por diferentes artistas el conferenciante aclara que autores como Sorolla, Velázquez o Goya eran unos pintores formidable pero no tan buenos retratistas.
«El escritor Juan Ramón Jiménez fue retratado en numerosas ocasiones y diferentes etapas de su vida. Sin embargo es el retrato que le hizo Vázquez Díaz el que ha quedado fijado en la memoria colectiva y es la imagen que se plasmó hasta en los antiguos billetes de 2000 pesetas». El gaditano muestra, en contraposición, el retrato que Sorolla le hace al poeta onubense por un encargo que le hizo 'The Hispanic Society of América en Nueva York'. Este trabajo, «aun siendo un buen cuadro, no representa la imagen de Juan Ramón Jiménez».
Los ejemplos continúan con la escultura que hizo de Miguel de Unamuno el artista Victorio Macho que «representa maravillosamente el carácter y símbolo que para nosotros era Unamuno». Sorolla también pinta al filósofo y escritor vasco pero este cuadro, que está en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, tampoco pasa la criba.
Cortés vuelve a mostrar otra obra del pintor valenciano, en este caso un retrato de Ortega y Gasset. «Pensarán que le tengo manía a Sorolla y no es así. Le tengo mucho respeto y lo admiro como pintor... pero no como retratista», se apresura a decir como respuesta a las sonrisas divertidas y cómplices de su auditorio. Y argumenta que a Sorolla el problema humano no le interesaba tanto como le podía interesar el problema plástico, el pictórico o la luz.
«Cuando pintaba los niños o esas escenas de playas del Mediterráneo se percibe su grandeza. Es magnífico pero en el retrato no tenía la capacidad de distanciamiento para levantar acta de otro ser humano sin pasarse». Los ejemplos continúan con Zuloaga «que captura a Ortega y Gasset con mucha más precisión».
Hernán Cortés defiende que el retrato es un género dialogante que se basa en la confianza ya que se trata de «un ser humano levantando acta de otro ser humano». El pintor gaditano ha insistido en que «la obligación del pintor es plasmar lo que el retratado muestra y lo que esconde» porque sin distanciamiento no hay retrato. «Debes dar tu opinión sincera, pero sin ahogar la voz del otro; el pintor debe acercarse con mesura al modelo y, en la medida de lo posible, retratar sin retratarse».
Hernán Cortés
El gaditano Hernán Cortés comenzó estudiando Medicina pero su pasión por la pintura lo llevó hasta la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla, donde conoció a su maestro Antonio Agudo . En 1972 viajó a París interesándose por la abstracción de Antoni Tàpies y Nicolas de Staël. Ese mismo año se trasladó a Madrid , matriculándose en la Academia de San Fernando. Muy pronto se decantaría por el retrato pintando a figuras de la monarquía, la política, la empresa, la cultura... En la década de 1980 retrata a José María Pemán, Dámaso Alonso, Jorge Guillén y a otros poetas de la Generación del 27.
Cortés ha sido galardonado con numerosos premios y reconocimientos , como el ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz, en 1994. Es miembro del Real Patronato del Museo del Prado desde 2013 y recibió la Medalla de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias de Granada en 2015.
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando lo nombró académico de número por la sección de Pintura. Propusieron su candidatura los académicos Manuel Alcorlo, Rafael Canogar y Antonio Bonet Correa, quien leyó la laudatio.