con 'c' de cádiz

«El gran defecto de nuestra Semana Santa es que los gaditanos no nos la creemos»

manuel bernal andamoyo. profesor, cofrade y locutor de radio

Voz autorizada de la Semana Mayor, este ilustre gaditano repasa una trayectoria que parte de Cádiz para llegar a la meca gracias a su ilimitada sapiencia del mundo cofrade

Manolo Bernal no ha podido disfrutar de una Semana Santa que disfruta todo el año. nacho frade
Alfonso Carbonell

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El cofrade nace o se hace, desde luego, Manuel Bernal Andamoyo (Cádiz, 1963) lo tiene claro. «Yo digo que nace porque en mi casa no puedo decir que mis padres lo fueran excesivamente; igual que mis hermanos, que tengo algunos que les gusta y a otros que no. Es más, a mí nadie me obligaba ir a los oficios y yo iba porque me gustaba. El cofrade se hace, lo tengo claro», dice una persona muy vinculada a la Semana Santa desde siempre y a la radio desde que alumbrase con su conocimiento a maestros de los que aprendió un oficio que aún disfruta. Comenzó deslumbrando en Cádiz con su sapiencia, esa que le llevó a la meca de la Semana Santa, Sevilla.

Que este profesor a las puertas de la jubilación sea un erudito apasionado de la Semana Santa se veía venir desde que se le ocurrió venir al mundo en la madrugada de un Viernes Santo de hace ya más de sesenta años. Manolo Bernal es una enciclopedia abierta de muchas cosas, pero se detiene y se recrea cuando se trata de hablar de las cofradías, un mundo al que llegó siendo un niño y del que no se va a separar jamás. De sobra que es una voz autorizada tanto en Sevilla como en Cádiz, una tierra a la que ama tanto que quizás por ello se permite el derecho de criticar las cositas que tanto le pueden doler a un gaditano hasta la médula como él pese a que a lo mejor para muchos gaditas no supere el test.

Pero a él no le hace falta exámenes a los que responder porque con solo escucharlo lleva más dentro Cádiz que los dos leones de Hércules. Fundador de la banda de música Rosario, licenciado en Derecho por la UNED y jefe de departamento en el instituto San Severiano, este vecino de la calle Torre ha sido notario de la actualidad gaditana durante 30 años al ser la voz de Cope Cádiz, uan labor que implementó con las corresponsalías para Diario 16 y ABC de Madrid y Sevilla; además, fue redactor de Europa Press y uno de los primeros plumillas que tuvo el desaparecido Diario de la Bahía. La Semana Santa le dio a una mujer para toda una vida, Sole, la misma que le ha empujado a lograr sus mayores empresas pero esa misma que se echó las manos a la cabeza cuando le vio hacer su primer falso directo para una retransmisión de Semana Santa. Las horas son minutos cuando se habla con un locutor que se hizo mayor en las ondas mientras estas se hacían más jóvenes.

Nada más llegar a la cafetería en la que hemos quedado, espero que Manolo acabe una conversación telefónica que tenía empezada antes de mi llegada. Nos encontramos a las puertas de una Semana Santa que ha inundado el maldito Nelson, pero antes de que se presentase la borrasca todo era ilusión. Al verme, cuelga educada y rápidamente tras excusarse con su interlocutor, nos saludamos y me suelta con orgullo.

-4.500 euros en pétalos para la Macarena me acaban de decir. Fíjate, con ese dinero sacas una hermandad en Cádiz.

Más adelante confirmaré que es macareno, pero antes de que me lo diga pensaba que la conversación telefónica trataba de trabajo dada su colaboración con los programas cofrades de Cope Sevilla. Iluso de mí, se trataba de las dos cosas, trabajo y pasión.

-¿De qué parte de Cádiz es y cuándo llegó al mundo?

-Del barrio Santa María. Y ya vamos a empezar porque (jejejeje) yo nací en la madrugada de un Viernes Santo, a las 5 de la mañana.

-Cuente, cuente.

-Yo vivía en la calle Santo Domingo, esquina San Roque; y nacía el 12 de abril del 69 a las cinco de la mañana de un Viernes Santo. Mi madre se puso de parto cuando el Nazareno estaba pasando por delante de la Cárcel Real. Entonces, me lo contaba mucho mi padre, la comadrona vivía en Arquitecto Acero y él se vio obligado a ir a buscarla con mi abuela materna.

-En plenas procesiones.

-Claro, y tuvo que pasar por el Campo del Sur hasta que la Policía Armada lo paró. '-¿Dónde va usted con todo esto lleno de gente? -Mire usted, que mi mujer se ha puesto de parto'. Entonces le abrieron paso y pudo buscarla para que yo naciera a las 5.

-No salgamos de Santa María. Hágame un recorrido por ese barrio de su infancia.

-Yo estudié en el colegio El campo, Generalísimo Franco por aquel entonces. Y afortunadamente guardo relación, gracias a Facebook, con los chiquillos que entonces tuvimos 5, 6 años. Pero cuando se habla del barrio, cuando se es tan pequeño, hablas de una calle o de dos como mucho; las más próximas a tu casa. Nosotros éramos del barrio San Roque-Santo Domingo y los del Mirador, que estaban 50 metros más abajo, esos eran de otro barrio. Y eran los enemigos jajaja. Con eso nos peleábamos, bien a pedradas; bueno, había armisticios para decir que solo valía tirarnos de unos a otros latillas, piedras no.

-Jajajajajaja

-'Solo latillas, sola latillas. ¡Piedras no!' Jajajaja. También íbamos a jugar al campo hondo y a la casa del niño Jesús pobre, que era un campo de fútbol.

-Y dice que sigue en contacto con buena parte de esos niños.

-Sí, sí. Por ejemplo, con Jesús Pua, un chaval que lo tuvo muy difícil y que salió adelante afortunadamente. Creo que vive trabajando en Holanda y, ya te digo, si todos los chavales del barrio lo teníamos muy difícil, Jesús, me daba a mí la sensación en ese tiempo que lo tenía más aún. Lo admiro mucho cada vez que veo la empresa que ha formado y la familia que tiene. Es admirable porque por desgracia muchos se quedaron por el camino.

-¿Qué eran sus padres?

-No lo recuerdo, no lo recuerdo.

-No, no. Digo los suyos, Manolo.

-Ah, mi padre era frutero y mi madre ama de casa. Mi padre era de la Borriquita y del Perdón, por aquello de ser hortelano. No sé si mis hermanos aún mantienen una foto de mi padre como penitente del Perdón cuando el Cristo era de Láinez Capote. Pero también era mucho de la Borriquita.

-¿Y cuál es la primera cofradía en la que usted salió de penitente?

-Sentencia.

-¿Por?

-Pues verás, yo era muy pequeño y creo recordar que me hicieron hermano de la Borriquita, pero claro, eran tan pequeño que no había túnica para mí. Recuerdo de ir a Santa María a ir a ver a Emilio Bartús Loreto (fundador de la Borriquita, de la Sagrada Cena), el que lleva el nombre del premio Bartús. Él es uno de mis grandes referentes de los años 70 en el mundo de las hermandades.

-¿Y por qué en Santa María?

-Porque la Borriquita no podía llegar de San José y ya empezaba a tener problemas. De hecho, de los primeros recuerdos que tengo de la Semana Santa de Cádiz me debato entre dos. Uno sería a finales de los 60 delante del buzón amarillo que había en las murallas de San Roque, donde el bar Americano, que ya no existe; frente por frente de la Audiencia Provincial los dos pasos de la Borriquita abandonados allí.

-¿Sin penitentes ni nada?

-Nada, nada. Los cargadores fueron capaces de subir como pudieron la Cuestas de las calesas y ya no poder más y dejarlos allí. Recuerdo a mi padre, que era hermano, con las lágrimas saltadas. Y al día siguiente mi madre contarle a una vecina que: 'mi marido no se atrevió a meterse debajo del paso porque iba con nosotros'. Aunque nosotros realmente vivíamos detrás, en la calle Santo Domingo. Ese recuerdo lo tengo aún.

-¿Y el otro?

-Fíjate si yo era pequeño que no recuerdo bien si era Lunes Santo; medio día, llegar a mi casa... Mi padre siempre solía llegar tarde para comer, sobre las cinco de la tarde, pero aquel día se coló en casa muy temprano; sobre las dos o por ahí. A mí me sorprendió verlo llegar antes de los habitual e irse sin comer ni nada. Y recuerdo otra vez a mi madre hablar con una vecina para decirle. 'Uy, hoy es Lunes Santo y mi marido me ha pedido un pañuelo de seda y se ha ido'. Y poco después, recuerdo a mi madre tirando de tres niños pequeños por la calle paralela de la calle de La Palma, creo que puede ser Venezuela; pues bien, nosotros íbamos viendo en cada esquina al Cristo de la Misericordia avanzando y tal. Así hasta llegar al hospital de Mora, levantar mi madre el faldón derecho y ahí estaba mi padre, al que le puso una fiambrera metálica allí en el suelo para que allí mismo comiera debajo del paso. Esos son mis dos primeros recuerdos de la Semana Santa de Cádiz.

-No está mal.

-También tengo, un poco más mayor ya, otro de una callecita pequeña que va de la calle del Árbol a la Avenida de Portugal donde la Borriquita tenía la casa hermandad o un almacén; aquello entonces estaba sin asfaltar y cuando llovía ahí se montaba un charco enorme. Pues bien, recuerdo pasarme muchísimo tiempo con los pies metidos en agua esperando coger una túnica de la Borriquita; nunca lo conseguí. Al ser del barrio, nos hicimos de la Hermandad de la Sentencia por un vecino que ya lo era. Me acuerdo de hacer cola en la calle Villalobos pero la respuesta siempre era la misma. 'Sois demasiados pequeños, no podéis salir'.

-¿Y cómo logró salir finalmente?

-Te digo, y además con la Virgen del Buen Fin. En unos de esos días que iba a hacer cola fui con mi madre, que había visto unas túnicas nuevas que habían hecho. Y mantiene la siguiente conversación con los de la cofradía. '-Mire usted, ahí hay túnicas nuevas.' -Sí, pero son de personas mayores. -Bueno, ¿y si yo se la arreglo?. -Bueno, señora, usted le podrá coger el largo a la túnica, pero una capa... -Perdone, yo he hecho capas de la Guardia Civil. O sea, que sé coser una capa. -¿Usted sabe coser una capa? -Sí, señor. Yo sé coser en redondo una capa. -Pues tenga usted dos túnicas.' Y así fue como salimos en Sentencia. Y luego así fue también con el Nazareno.

-Maravillosas historias, pero aún era así [y hago como el que mido un metro desde el suelo], llevamos diez minutos de entrevista y aún no hemos salido de su infancia.

-Jajaja. Ya después ya recortas lo que quieras.

-No, hombre, no. Si interesante es, lo que pasa es que tenemos que seguir avanzando.

-Yo hablo mucho y de Semana Santa podemos estar aquí tres días.

-Y sería un placer, pero usted tiene clase y yo un periódico al que volver. Sigamos jaja. ¿Cómo recuerda ese Cádiz ya de los años 70-80?

-Mi vida la pasaba en el barrio, con muchas estrecheces. Mi padre era un frutero bastante modesto y los recursos en casa, con cinco hermanos, eran muy limitados. Y la verdad que vivía siempre con ese miedo de cómo labrarme el futuro.

-Y hablando de ese futuro, ¿dónde lo veía proyectado, qué quería ser?

-No, no. Yo no tenía una vocación clara; recuerdo salir con 14 años del colegio y me matriculé en el Politécnico em máquinas de herramientas, tornero, porque un amigo de allí de la calle San Roque, del que por cierto aún sigo siendo compañero, empezó a estudiarlo y casi que por inercia lo estudié yo. Y si estamos hablando de mi vida, y a riesgo de que suene un poco vergonzante, aquello fue un cisma para mi familia.

-No gustó la profesión.

-Nada, nada. Es que por aquel entonces, al menos la mentalidad que había en la gente entre la que me movía, era otra; eran los últimos años ya del régimen y los estudiantes estaban siempre en las trifulcas, en las manifestaciones... Además, mi padre siempre me crio con el mensaje de que me tenía que hacer lo más antes posible mayor para yo trabajar y quitarlo a él de trabajar. En aquellos años yo trabajaba mucho en el mercado ayudando a mi padre; para mí cuando en el colegio había fiesta o quitaban un día de clase era una 'amargaera' porque me tenía que levantar a las cinco de la mañana para ir al 'mercao' a trabajar. Por ejemplo, cuando anunciaban el Día del maestro y no había clases a mí se me caía el mundo encima porque significaba levantarme a las cinco para ir a trabajar jajajaja.

-Jajaja. ¿Y cómo va saliendo al mercado laboral?

-Hago los primeros años de maquinaje de herramientas en lo que era la Plaza de la Reina y que ahora se llama Manolito Santander; luego el Politécnico se trasladó a Telegrafía Sin Hilos. El primer grado lo hago allí y el segundo ya en San Severiano, donde he sido primero alumno y luego profesor. Después hice la mili.

-¿De qué es profesor en la actualidad?

-Jefe de Departamento de Fabricación mecánica.

-Vamos, que para llegar de rebote ha llegado lejos.

-Bueno, sí, en mi currículum vitae tengo doble especialidad; la de maquinaria de herramienta y más tarde me saqué la de soldadura y estructuras mecánicas. También me saqué la licenciatura de Derecho en la UNED y saqué las oposiciones, con lo que soy funcionario de carrera. Yo ya me podría haber jubilado porque tengo 35 años de servicio y 60 cumplidos pero me jubilaré en breve y después de cumplir los 61, que los cumplo este mes de abril.

-Varias facetas, pero la radio también ha ocupado y ocupa parte importante en su vida. ¿Cómo llega a ella?

-Por la Semana Santa, por las cofradías.

-Sigamos con las cofradías si le parece y luego nos introducimos en la radio. ¿De dónde es hermano en Cádiz?

-Yo fui un niño de Humildad. Digamos que mi vida de cofrade la desarrollo en Humildad y Paciencia, donde entre con 14 años. Antes yo había salido en Nazareno y Sentencia, también en La Palma, con la que recuerdo salir un año de monaguillo en la Virgen de Las Penas, que se metió en San Felipe porque le estaba cayendo la mundial. A mi me coge subiendo Novena y recuerdo al Cristo corriendo por la calle Ancha; yo iba de monaguillo, pero abriendo tramo, no en el cuerpo de acólitos. Iba con la dalmática de la hermandad de Luz y Aguas porque había mucho hermanamiento entre ambas hermandades dado que estaban cofrades como Ángel Gutiérrez de la Mora, Rafael Corbacho... A toda esa gente la he conocido yo y, por ejemplo, Gutiérrez de la Mora es todo un referente para mí.

-Dice que se considera un niño de Humildad. ¿Por qué?

-Antes me pasaba como con todas, que cada vez que iba me decían que era demasiado pequeño para una túnica. Pasan los años hasta que estando sentado en la escalera del Politécnico llega uno y dice: 'En Humildad y Paciencia están buscando a gente para sacar el paso del Cristo como hermanos'. Para mí eso era.

-¿Para cargar ya?

-Yo me había estrenado antes cargando en María Auxiliadora y en el año 79 saco la Sagrada Cena, que es la única hermandad que sale aquel Domingo de Ramos, con Quico Gómez Freire. Recuerdo que pasamos por delante de la Ser, donde estaba Pepe Benítez. La Borriquita salió el Lunes Santo, ya con las imágenes de Francisco Buiza Fernández.

-Nos habíamos quedado en la conversación en las escaleras del Politécnico.

-Pues eso. Humidad y Paciencia era una institución. Imagina, yo con 14 años y viendo todo eso lleno de señores, con una categoría impresionante. No lo dudamos, 'uuh', y para allá que fuimos Francisco Javier Laviéz Fernández, un compañero mío del instituto; además, este chaval tiene una historia impresionante porque trabajaba en las bases petrolíferas en Egipto y venía todos los Domingos de Ramos a sacar el Cristo.

-¿Y cómo fue ese primer año?

-Horroroso, no podíamos con él.

-Jajajajajajajaja

-¡Claroooooooo, si teníamos 14 años! No podíamos [y gesticula a un modo italiano para evidenciar lo inevitable]. Paco Pizano Gómez iba de capataz, tan 'majarón' como nosotros. Aquello llegó de ruina.

-Jajajajajaja

-Jajaja. Claro, no sé ni cómo no se quedó en San Francisco. Eso pasó en el 80 y al siguiente, fíjate si estábamos locos, no tenemos otra cosa que hacer, con el fracaso que habíamos tenido en el Cristo, que sacar la Virgen de Amargura. Y este chaval (Francisco Javier Laviéz Fernández) hizo una promesa que dijo que como le fue tan mal el primer año en el Cristo que él siempre iba a sacar el Cristo. Y siempre lo sacó. Él venía pagando un dineral de Egipto para sacar su papeleta de sitio y sacar al Cristo. Ya se habrá hecho mayor e imagino que ya no, pero lo recuerdo. Total, que empezamos a sacar los pasos con el célebre Paco Pizano Gómez, y de segundo iba Antonio Gallarín, el secretario del Consejo de Hermandades. Y ahí ya formamos lo que era el Grupo Joven de la Hermandad.

-Que entiendo ya que era ir más allá que ser cargador.

-En efecto, ya preparábamos la salida, trabajábamos para la cofradía... Ya entonces empiezan a entrar chicas en la hermandad. Entraron en el Grupo Joven; que si mi amiga, que si mi prima, mi hermana... Vivo la transición o la experiencia de salir por primera vez mujeres nazarenos en Humildad y Paciencia.

-Es cierto que, si mal no recuerdo, la última en dejar hacerse hermanas fue la del Ecce Homo.

-Nosotros fuimos la primera hermandad que lo saca de forma oficial. Por qué? Pues, 'de ti pa mí'; aquello lo saca Paso Pizano porque todos los chavales lo que ya queríamos era meternos debajo de un paso y no había hermanos ni nazarenos para vestir la túnica.

-Ya empezaba entonces la crisis de capirotes.

-'Aaaaaaro'. Ana Chulián, mujer de Juanjo Pereira, que la pobre ya murió, era muy reivindicativa y presionaba mucho a Paco Pizano porque el Consejo se negaba... Bueno, viví el hecho de los lacitos, que no sé si lo conoces aquella anécdota.

-Ahora mismo la voy a conocer.

-Es muy conocida, pero te la voy a contar, hombre. La primera vez que salen mujeres.

-No me diga más, lacitos en las capas de las hermanas para identificarse.

-Esteeeeee..,, Pepe Repeto, que era el hermano mayor, no tuvo otra cosa que decir que para diferenciarse de los hombres lo mejor era, palabras textuales, ponerles un lacito para que en la calle no le cogiesen el culo por las tonterías de la gente. Figúrate, eran otros tiempos. Entonces, le ponen encima del escudo un lacito.

-Jajaja. Ajam.

-Pero ahí no acaba la historia. Ahora, nos ponemos nosotros en la puerta; los nazarenos o los penitentes saliendo y nosotros quitándoles los lacitos. Nuestro Grupo Joven era muy revolucionario; date cuenta que nosotros éramos '¡Los ni-ño, los ni-ño!' [y alza la voz de manera bravucona imitando a los hermanos más veteranos entonces de la cofradía]. 'Los ni-ño. Nosotros éramos los ni-ño' Jajajaja. Aquello era principios de los 80 y hacíamos muchas cosas que podían molestar a los más mayores. Vivimos la magna del 82, que conozco a mi mujer en la puerta de la casa de hermandad de Humildad y Paciencia.

-Anda.

-La vi venir por la calle Rosario. '¿Quién es esa chica?, tal y cual', pregunté. Se acerca, me da un beso y tal porque era hermana de Humildad. Le pido salir aquel Domingo de Ramos del 82 que nos cayó por la calle Rosario la mundial. Ya en la entrada, recogiendo la hermandad, le pido salir y me quito de en medio toda la Semana Santa y no la vuelvo a ver hasta que en la calle presidente Rivadavia, viendo Expiración, de la que mi suegro era fiscal, se me acerca un penitente mientras yo estaba dejado caer en la pared. Y se acerca un penitente, esto lo cuenta mucho mi mujer, y me dice: '¿Tú sabes quién soy yo? -Yo no sé quién eres tú. -Yo soy tu novia'. Jajaja No veas. '¿Qué tú eres mi novia? -Sí. -Bueno, pues te espero en la recogida'. Y cuando se quita la túnica, la agarro y pienso, esta es una mujer de toda una vida. Y hasta ahora, cuarenta años casados.

-Olé. ¿Y los dos hermanos de Humildad?

-Sí, y gracias a Dios y pese a los muchos muchos avatares y sinsabores. Porque por encima de todo colectivo humano siempre está la institución. Las personas pasan, pero esta hermandad tiene 400 y pico de años y siempre seremos uno más; no hay que abandonar. A las instituciones hay quererlas por encima de las personas y todos somos humanos y todos nos podemos equivocar.

-Me da a mí que no se discute más que en una hermandad. Jajaja.

-Sí, no... Pero te voy a decir una cosa, muchas veces se nos señala (a los cofrades) con el dedo y, por ejemplo, conozco a muchas órdenes religiosas y a sacerdotes y nada nuevo bajo el sol; en todos lados se cuecen habas. 'Si es que ustedes los cofrades...' [y lo dice con voz de peñista derrotista]. Me acuerdo uno, al principio de las redes sociales, que me dijo 'el día que yo hable'. Y yo le contesté: 'No, habla ahora. Habla de las cofradías, habla'. Que no somos ángeles, que tenemos nuestras virtudes y nuestros defectos. El humano es imperfecto, perfecto solo es Dios.

-El germen de la afamada banda de Rosario se forma en Humildad, ¿no?.

-[Me mantiene la mirada de manera sorpresiva, como que ni se lo cree] La fundo yo.

-Jajajaja. Sí o qué.

-Es mía, la fundo yo con mis alumnos de Telegrafías Sin Hilos.

-Pero es la fusión de dos bandas, ¿no?

-Jajaja No, espera. Te cuento. Una imprecisa noche de no sé qué mes; octubre, septiembre, no lo sé, estoy dando clases y le pongo un ejercicio a mis alumnos y alumnas. Y mientras hacen el ejercicio a mí me da por salir al fresco porque mi clase daba al patio; salgo y a mi derecha veo que hay un banco donde hay dos chavales sentados y uno de ellos tiene en la mano una boquilla de una corneta y le digo: '-Eso es la boquilla de una corneta, ¿no? -Sííí...'

-¿Qué año fue eso?

-Ahora se han cumplido 26, 27 años; no te puedo decir.

-Siga, siga con la historia.

-Claro, a ellos les sorprende que aparezca un tío ahí de pronto.

-Ah, ¿pero no eran dos alumnos del centro?

-No, no, no. Eran dos chavales que estaban allí. Me cuentan que eran antiguos componentes de Polillas, pero a ellos lo que les gustaba eran las bandas de Do Re, las bandas de Policía Armada; están las de Agrupación Musical y las de Policía Armada, ¿vale? Y me dicen que quieren formar en Cádiz una banda de cornetas y tambores pero nadie les apoya; me dicen también que van todos los fines de semana a ensayar a Dos Hermanas con Presentación al Pueblo y se quedan a dormir en el local de ensayo y que 'hay que ver que en Cádi nadie nos apoya'. Y me dicen: 'Queremos hablar con Ramón Velázquez, que ese hombre tiene mucha fuerza, a ver si es capaz de ayudarnos'. Les digo que se esperen, que yo tengo el número de Ramón Velázquez. 'Esperarse. Voy a buscar el teléfono'. Cojo el móvil y mientras estoy buscando el número les digo: '-Espérate, vamos a hacer otra cosa mejor: la vamos a hacer nosotros. -¿Cómo?' Y me vuelvo y les digo a mis alumnos: '¿Quién quiere formar parte de una banda?' -Yoo, yoooo, yooooo'. Y algunos de ellos todavía continúan. Y se funda con Humildad y Paciencia porque la fundo para mi hermandad. Y ahora te voy a contar, a ver cómo te lo cuento pfff. Pongamos que un hermano de la junta de entonces no era de mi agrado por distintas razones que omitiré aunque para mí que no se hacía un buen uso de todo el dinero que entraba en la cofradía. Total que le pongo banda de Humildad y Paciencia al Cristo cuando yo era capataz del paso de palio. Después de esa Semana Santa presento la dimisión como capataz del palio porque no estaba de acuerdo con cómo iba el paso. A mí aquello no me gustaba, tanto bamboleo, tanto de balcón a balcón, en definitiva, que no me gustaba y dimito. Yo era un poder fáctico en la hermandad, donde no se movía nada sin que yo lo supiera; sin yo pretenderlo.

-¿Ya trabajaba en la radio?

-Sí, sí, sí. En la radio empecé en el año 86.

-Luego volveremos a la radio, sigamos con Humildad.

-Estábamos a principios de los 90, que presento mi dimisión y paso de ser de héroe a villano en un momento. Obviamente, dejo de ser capataz pese a que no me aceptaron la dimisión.

-Entiendo que la banda ya estaba tocando al Cristo.

-Sí, sí. Y además, a los niños tú no le ibas a poner un jersey y una camisa, no, no, no; los niños tenían que ir con galones... Había que ir a... ¿cómo se llamaba esto que estaba en San Fernando, hombre? Una tienda de militares que hacía trajes a medida... En fin, que cada niño vestido era un dineral.

-Jajajajaja

-Un dineral. Bueno, te puedo contar cantidad de anécdotas. Total, que paso de héroe a villano en un momento y, además, me quitan la banda y ponen a otro. Y yo: 'Mira, me da igual; esto se ha montado para la cofradía y que siga la banda. Yo voy a seguir como hermano de la hermandad y me da igual'. De hecho, un día me echan hasta de la calle.

-¿Cóóóóóóóóóóóóóóóóóóóóóóóómoooo?

-Yo iba andando detrás de la banda escuchándola un mes de diciembre y este señor con el que no me llevaba bien que tenía poder en la hermandad ordena a uno de la banda que me quiten del medio. 'Pero si yo voy por la calle, quillo...' En fin, que total, otro día, estoy una noche en la emisora, en el Paseo Marítimo, y me dice Guillermo Riol: 'Quillo, Manuel. Ahí hay un chico que está preguntando por ti y que quiere subir a hablar contigo'. Y resulta que los dos chicos que estaban sentados en el banco aquel eran Pedro Márquez y otro Antonio Otero, Antoñín Otero. Verás, la columna vertebral de Rosario. Yo ya estaba desligado de la banda y de la hermandad era un hermano raso. Y me dicen: 'Manuel, ¿tú eres capaz de fundar otra banda?' ¿Qué había pasado? Pues claro, que a los chavales los había aburrido igual que a mí con tema de dinero, tal y cual. Te diría el nombre, pero vamos, que esto lo conoce todo el Cádiz cofrade.

-Ok, ok. ¿Y cómo acabó esa conversación con el tándem de la boquilla de corneta?

-Yo le dije: '-Antoñín, mira, esto de montar esta banda ha sido una barbaridad, por supuesto, un dineral; que si los piccolos, que si las cornetas, que si los tambores... Han sido muchas cosas. Así que te pido que me esperes a preguntárselo a mi mujer'. Es que eran otra vez varios millones de pesetas, porque yo creo que eran todavía pesetas... Un dineral.

Manolo Bernal, vecino de la calle Torre, en la plaza de San Antonio. nacho frade

-Porque entiendo que había que empezar de cero.

-Claro. Se entregó todo, desde los uniformes a los instrumentos. De hecho, hasta el banderín bordado que hizo mi mujer se entregó también. Era empezar de cero, lo único que teníamos era a los chiquillos.

-Que se vinieron casi todos.

-Todos, todos. Yo creo que se vinieron todos.

-¿Y qué le dijo su mujer?

-Llego a mi casa y le digo: Sole, pasa esto. Y me dice mi mujer, palabras textuales: 'Palante'. Y al momento. 'Quillo, me ha dicho palante. Vámono'.

-Y olé olé los locos. Jajaja. ¿Y el nombre?

-Le pongo Virgen de Rosario por la mala experiencia que habíamos tenido antes con una hermandad. Así que le pongo un nombre neutro como el de la patrona; hago el escudo, que es mío.

-¿Sí?

-Dibujado y diseñado. Y dentro del mismo está lo que yo más quiero a nivel de cofradías y que mucha gente no sabe.

-Pues el que quiera y lea ya lo va a saber.

-El escudo es la corona ducal, que ellos la han cambiado a la real no sé porqué; yo le puse la ducal por el ducado de Cádiz; la corona es Cádiz. Están los dos óvalos, uno con el escudo de Cádiz de los dos leones y otro con el escudo catedralicio; un rosario por el Rosario ¿y en medio del escudo qué es lo que hay? Un aaaaancla -dice recreándose en la palabra-.

-Marinera.

-Nooooo -entona graciosamente y con parsimonia para darle mayor significado a lo que se avecina en sus palabras-.

-¿No?

-No. Yo soy macareno y lo que representa es a la Virgen de la Esperanza, el áncora de salvación. ¿Qué lleva la Macarena dentro de su corona? Ese ancla; eso es la Macarena. Y ahí es donde yo reflejo mi devoción macarena.

-¿Cuál es su relación con la banda en la actualidad?

-Hombre, ellos saben quien soy, me respetan; cuando se cumplió el XXV aniversario les presenté, junto a mi hija, todos los actos en el Falla. Pero claro, ahora mismo pasa la banda por la calle delante de mí y la mayoría no me conoce, aunque los que sí me reconocen me saludan obviamente. Al resto le dicen mi nombre y no saben ni quién soy jajaja.

-Vayamos a la radio. ¿Cómo fue su entrada en ella?

-Todo empieza porque yo organizo el pregón de Juventud Cofrade y el Certamen de Bandas Ciudad de Cádiz. Te estoy hablando del 84 aproximadamente. El primer año el pregón lo da Bartolomé Llompart Bello maestro de periodistas con famosísimas columnas como 'De ayer a hoy'. El segundo año lo da Juan Pedro Cosano Alarcón, que el año anterior había pregonado la Semana Santa de Jerez. O sea, pasa el tío de pregonar la Semana Santa de Jerez al pregón de la Juventud Cofrade en Cádiz. Así que me cuelo en su despacho a hablar con él en plena Cuaresma y me dice: 'Quillo, se me está siendo tarde y tengo que ir al programa Cruz de Guía de la Cope, que lo lleva Antonio Rodríguez Liaño. Te tengo que dejar que me tengo que ir. ¿Tú quieres venir conmigo y vamos hablando si quieres?'. Y yo pesando que nunca había estado en un estudio de radio.

-¿Que estaba en el Paseo Marítimo entonces?

-No, no, no. Era en Jerez, en la Cruz Vieja. Así que no me lo pienso dos veces y le acompaño y veo que todo aquello está lleno de fotos e imágenes de la Semana de Jerez y empiezo: 'esta es la Yedra, esta es la Viga, esta es no sé qué, está no sé cuánto...'. Pero yo lo hacía de manera tan normal. Y días después voy por la calle Nueva y me cruzo con Jesús del Río, que me lía una pirula la más grande del mundo.

-Este señor era...

-Jesús del Río Cumbreras trabajaba en Cope Cádiz, recién organizada. Total que me la lía: '¡Yo tenía pensado contar contigo! ¡A mí no me gustan los enchufados! Que si esto, que si lo otro' [dice emulando una agitada conversación en plena calle con un conocido] Y yo: '-¿Quillo, qué dise, Jesús!. ¿Qué está hablando, cojone? -¡Que me han llamao de Jere con quién es ese niño que sabe tanto de cofradías? ¡¿Que hay que meterlo ya, que cómo es posible que no lo tenga controlao?!'

-Jajajajajajajajajajajajaja

-Y empiezo con Jesús del Río un programa que se llamaba 'De la cruz al palio' en esa Cuaresma. Llega la Semana Santa y me llama Antonio Rodríguez Liaño, que estaba haciendo un programa provincial, para que yo le narrase el Domingo de Ramos en Cádiz. Me dice que él me llama y me mete en antena, así de fácil. Y yo: '-Esto no sé hacerlo yo, Antonio. -Sí, sí, sí. Yo te voy a mandar un casete y yo te voy a decir cómo es'. Así que me voy a la Borriquita, allí al Carmen; lo grabo y me voy al despacho del abuelo de mi mujer. Me pongo allí 'to preparao', con 'to' los papeles puestos en la mesa de aquella manera y esperando al teléfono a que me llamara Antonio Rodríguez Liaño [todo esto lo cuenta Manolo con suma gracia y poco más que imitando a Pepe Viyuela dando a entender el desastre y el desorden que tenía montado antes de su estreno en radio en falso directo]. Llega mi mujer al despacho y me dice al verme de esa guisa y nervioso perdido: 'Deja esto que tú pa esto no sirve. Manolo, no te meta en esto que no te veo.' jajaja.

-Jajajajaja

-Me llama Antonio Rodríguez Liaño, me presenta y me da paso a la voz de 'Y así entraba la Borriquita'. Y entonces acerco el casete al teléfono y le doy al play a la grabación que sonaría de aquella manera con la banda de música, mi voz y toda la historia. Y al día siguiente me dice que al Nazareno del Amor. Bueno, pues nada. Lo mismo, pero ya era en directo.

-¿Y cómo lo hizo? ¿Ya le dieron algo parecido a una unidad móvil?

-Calla, noooooooooooo. Jaja. Me dicen. 'Vete pa San Francisco una hora antes y a un vecino pídele un teléfono'.

-¡Y de los fijos!

-Sí, sí, sí. Entonces, encima del estanco de San Francisco había una peluquería en la entreplanta. Llamo a la puerta y 'mire usted, usted me dejaría un teléfono y su balcón para retransmitir...' Y a la mujer le caí en gracia. Así que ya en directo: '-nos vamos a Cádiz con nuestro compañero Manolo Bernal con la salida del Nazareno del Amor'. -Parapapapapin' Y suelto mi rollo. Yo había escuchado mucha radio; a José Manuel del Castillo en Sevilla, a Garrido Bustamante. Vamos, que me creí que la retransmisión entera era para mí. Hasta el punto que Rodríguez Liaño dice: 'Nos encantaría estar escuchando toda la tarde a nuestro compañero Manolo Bernal pero tenemos que irnos a otro sitio'. Total, que me pega el corte y pienso que me he pasado tres pueblos. Andrés Cañadas Machado, director de la emisora, venía por la autopista escuchando y dijo algo así como 'a este nota lo quiero yo en la radio'. Y ahí es cuando empieza mi relación con la emisora de Cope Cádiz, donde hago de todo. Menos una corrida de toros porque aquí no hay plaza, he hecho de todo. He hecho 30 años el concurso del Falla.

-¿Qué tal su relación con el mundo del Carnaval?

-Yo soy de Cádiz y a mí me ha gustado mucho el Carnaval, pero últimamente me parece muy desagradable, muy antipático, demasiado reivindicativo.

-No es el único que piensa así. Aquello parece una guerra de discursos en vez de una fiesta.

-Es que parecemos que estamos en una trinchera; yo me quedo más con Paco Alba, con Pedro Romero. Las coplas de Paco Alba me parecen imperecederas. Incluso Tino Tovar. No sé, quillo, que estamos de fiesta.

-Totalmente. Parece que discrepar, que es importante eh, se ha comido a agradar, a divertir, en definitiva, a lo que debe ser una fiesta. Pero en fin.

-Claro, claro. Por supuesto que puede y debe haber crítica, pero es que de un tiempo a esta parte parece que vamos a la guerra. Y en Carnavales tengo infinidad de anécdotas.

-Dele con una.

-Tengo una con el Juanelo. ¡Uhhh con el Juanelo! Me acuerdo que saca la comparsa 'Felicidades', que iban todos vestido de flores. Años antes había salido 'Claveles', de Conil, que iban igual que ellos solo que eran claveles y fueron Primer Premio de provincial. Yo iba con el inalámbrico. Termina la actuación y llego a Juanelo. '¡Hooombre, Juanelo!'. Tal y cual. Juanelo, tú sabes que es muy temperamental. En fin, que me acerco a él y le digo. '-Juanelo, una cosa antes. ¿Esto no se parece mucho a Claveles?' Pfffff. No me comió porque Dios no quiso.

-Jajajajajajajajajaja

-'¡Mira, aquí se van a acabar las amistades entre tú y yo!' [dice mientras imita de forma histriónica y hecho un basilisco al bueno de Juanelo]. ¡Me quería comer! Lo separan y tal y me viene Antonio Hernández-Rodicio, de la Ser, que estaba con Carlitos Alarcón. Y me dice: -Manolo, ¿qué te ha pasado con Juanelo? -Po quillo, no vea la que me ha liao en directo. -Mira Manolo, es que ha pasado una cosa. El de Antena 3 le ha dicho el primero 'Juanelo, ¿esto no se parece mucho a Claveles?' y a ese le ha seguido el de la Regional, el otro y el otro, yo y tú has sido el último que le has venido con la pregunta y contigo ya ha reventao jajajajajajaja'.

-Jajajajajajaja Qué bueno. Dejemos al Carnaval a un lado y entremos a su relación radiofónica con Sevilla y su Semana Mayor.

-Yo estoy en el equipo de retransmisión de Cope Sevilla; hago el magazine de la mañana durante la Semana Santa.

-¿Desde cuándo?

-Desde el año 2001, lo recuerdo porque fue el año siguiente de las carreritas.

-Ese del 2000 en el que se vio la vulnerable que puede ser cualquier celebración que congregue a masas. De esa que se dijo que era por un juego de rol y de la que incluso se hizo una película (Nadie conoce a nadie, de Amenábar).

-Esa, esa de las grandes bullas incontroladas que se formaron.

-¿Desde dónde hace ese programa?

-Desde el estudio, pero las procesiones también las he hecho desde el balcón del McDonald's de Campana y en los últimos años desde Svenson, que está esquina el Duque con Campana.

-Buenas saetas ahí, eh.

-Hombre. Ahí está el palquillo. De hecho, cuando el Rey vino con la hermandad del Rocío yo lo tenía abajo. Pero al venirme yo aquí.

-Pero siempre ha vivido en Cádiz, ¿no?

-No, no. También estuve viviendo cuatro años en Sevilla por motivos familiares. En ese tiempo fui partícipe del legendario programa 'Saeta' y también 'Candelería'; porque Cope tenía dos programas. Y en las retransmisiones con José Manuel del Castillo. Imagina, de estar escuchando toda mi vida a este profesional a estar en el mismo palco con él comentando. Con él hice la entrada de la Macarena para toda España. Pfff. Es que yo he retransmitido la entrada de la Macarena con Carlos Herrera para toda España, él y yo. Pero claro, al venirme yo a Cádiz de nuevo pues era lógico que otros compañeros asumieran más responsabilidades.

-¿Dónde pasa la Semana Santa? (Esta entrevista se celebró el pasado miércoles 20 de marzo, a cuatro días del Domingo de Ramos)

-En Sevilla. Mañana tendré que hacer las maletas porque el viernes, en cuanto termine en el instituto, ya tiraré para Sevilla porque a mi mujer y a mi hijo les gusta también muchos los previos. Nos vamos a Carmona, a Villanueva del Ariscal, a Valencina, que son pueblos de alrededor de Sevilla que sacan sus cofradías antes de la Semana Santa. Luego ya me pasan mi cuadrante con las salidas que me toca cubrir, que seguramente el Domingo me tocará la Hiniesta porque tengo mucha afinidad con la cofradía.

-¿De hacer salidas con el teléfono fijo de una vecina a...? ¿Cómo ha evolucionado la radio en este sentido?

-Ahora voy con mi Quantum. Pero antes llevábamos un Pastega; no veas tú un mes cargando el Pastega Falla 'parriba' Falla 'pabajo'. Yo terminaba 'destrozao'. Ahora el Quantum es poco más que un móvil y da sonido micro telefónico perfecto. Yo he hecho desde retransmitir con una góndola a hacerlo como se hace ahora. Recuerdo cuando venían las unidades móviles desde Madrid, unos Peugeot 505 en los que ¡traían teléfonos! ¡Eso era! [Y se lleva las manos a la cabeza para magnificar y recordar aquellos tiempos donde se hacía magia en vez de radio] Yo era el conductor del Peugeot 309, la unidad móvil número 51 de Cope. Y ese coche era el que yo llevaba a 'tos laos'. Lo aparcaba en mi casa y lo llevaba a la emisora o donde fuera que hubiera que ir; era blanco y con su pegatina de Cope. Fíjate tú hoy en día.

-Vaya tiempos.

-Y qué profesionales. Además, yo soy niño, hijo radiofónico de Andrés Luis Cañadas Machado; este es un señor canario, hijo predilecto de Jerez, ¿vale? Es un dios de la radio, un maestro con el que yo he aprendido la radio. Pero he aprendido a base de palos, eh. Como aprendimos Manoli Lemos, Fernandito Crespo...; toda la gente de Cope aprendimos la magia de la radio de la mano de Andrés Luis Cañadas Machado.

-Este fue director de Cope Jerez entiendo.

-Sí, y además fue el que montó Cope Cádiz; también fue director regional de Cope Andalucía y Cope Sevilla. Él fue el que me llevó a Sevilla. Llegó a ser director general de Cope. El hijo, Andrés Cañadas Salguero, es el que hace el programa Cofrademanía.

-Lo sigo, lo sigo en Facebook. Buenos ratitos que se echan, sí señor.

-Claro. Pues a este niño lo conozco yo desde chico. Pero volviendo al padre, gracias a él yo he hecho de todo en la radio. Yo he retransmitido el entierro de Camarón, visitas reales, la Expo 92, la Gran Regata del 92, 30 años el concurso del Falla, la Semana Santa, sucesos como el descuartizador de Cádiz, la reconversión naval y otras movidas varias. Lo que me echaban. Jajajajaja...., hasta narrar el encendido de un castillo de fuegos artificiales en la Velada de los Ángeles, con Maika Marín.

-¿En qué zona estaba aquella Velada?

-En la muralla de San Carlos, la primera que se montó. ¡Con un walkie-talkie lo hicimos! Eso era para vernos a Maika Marín y a mí, de noche y solos, narrando aquello de los fuegos artificiales. Había una magnífica compañera por allí, Carmen Vázquez, que luego fue directora de Radio Expo y que ahora está en Radio Nacional de España en Sevilla. Ella empezó en Cope y me decía: 'Manolo, a la gente de la Cope nos llevan a una isla desierta y emitimos'. Las condiciones técnicas eran... ¡eso! ¡De pedirle a alguien un teléfono, desmontarlo y enganchar. Nada de línea microtelefónica, ni teléfonos móviles ni nada de eso. Yo, de las cuatro denominaciones que ha tenido Cope, he vivido tres. Radio Vida, por supuesto, no, por mi edad, pero Radio Popular, Popular FM y Cadena Cope, sí. Que todo es la misma empresa que nació en Sevilla, en la calle Rioja, con los Jesuitas; aquello fue Radio Vida. Aunque en realidad donde se funda primero fue en la calle Trajano, que va de la Alameda al Duque.

-Cojamos la autopista y volvamos a la Semana Santa de Cádiz, de la que también le considero un gran erudito y rara es la tertulia en la que no le he visto. ¿Cómo la ve?

-Yo no la veo bien, quillo. Yo creo que el gran defecto de la Semana Santa de Cádiz es que los gaditanos no nos creemos nuestra Semana Santa. No nos la creemos; no la respetamos. El otro día tuve que poner un comentario en el Facebook diciendo que 'qué pena que nos cachondeemos de las cofradías. Y luego queremos tener la mejor Semana Santa cuando nosotros mismos no nos la creemos', puse. Y esa es la gran diferencia con Sevilla, donde tú ves a un tío con una pértiga o con un cirial y ese tío, en ese momento, es el rey de España, es el paaapa de Roma [y le da a su gesto y a su rostro la solemnidad y la grandeza con la que ese hombre lleva la pértiga, la escalera o lo que le toque llevar]. 'Aquí voy con mi cirial y me creo lo que estoy llevando'. Y así se ve, tío. En cambio aquí se publica una fotografía de la Sagrada Cena en mitad de un acto bonito que hace la hermandad y los comentarios que se leen son del tipo 'cumpleaños feliz', 'uno comió más que otro' y demás pamplinas [dice con tono infantil, tonto, ridículo]. Y qué pena, quillo. No somos capaces de respetar; si no te gusta, tío, no comentes nada. Pero ¿tenemos que ser siempre los graciosos, tío? ¿Tenemos que hacer la gracia sieeeempre?

-Totalmente de acuerdo. Sí, sí, parece que nos empeñamos en ser los números uno en eso. Y no perdemos ocasión, como los verdaderos campeones. Es lo que toca.

-Y te voy a decir otra cosa, y ya con esto termino de ganarme muchos enemigos porque yo amigos tengo pocos; además, la edad me hace ser más prudente porque a lo mejor antes decía las cosas de forma más imprudente.

-Anda, pues yo creo que es al revés, Manolo. A medida que cumplimos más edad, más nos tiene que importar menos cómo pueda afectar en la gente una opinión; entiendo que hay que ser incluso más imprudente. Pero bueno, decía...

-Yo temo más y me da más miedo el daño que se puede hacer desde dentro de las cofradías que el que se intente hacer desde fuera.

-¿En qué sentido?

-Mira, desde fuera de las cofradías, es decir, los anticlericales, los que no creen en esto, los que le molestan los pasos porque están en la calle; de todos esos las críticas siempre van a ser las mismas: que si la Biblia dice que no hay que adorar a las imágenes, que si España es laica, que si el ruido; vale, con todo eso ya se cuenta y rebatirlo es muy fácil porque son siempre los mismos. Pero desde dentro estamos trivializando mucho las cofradías; es que no entendemos que las cofradías es el trato con Dios, con lo divino, con lo sagrado. Estos días atrás, por ejemplo, vi el traslado de los enseres de una hermandad y lo estaba viendo junto a un veterano cofrade mucho mayor que yo y del que he conocido mucho el mundo de las hermandades y veíamos como esas personas que estaban trasladando los enseres lo hacían. [Y se detiene]

-Como el que hace una mudanza de muebles, ¿no?

-Sí, tío. Tú no puedes llevar una cruz de guía con un tío cogiéndola por delante, otro por detrás y en mitad de la calle; que luego eso es lo que va a ir abriendo el cortejo. ¡Esa es la cruz, tío! El signo de la redención. Quillo, ponle un pañito por encima para taparla, un papelito, algo. ¡Tú no puedes venir con un Senatur alzado por mitad de la calle! Quillo, que es el trato con lo divino. [Y lo dice elevando la voz para darle mayor énfasis a lo que dice, mayor vehemencia, mayor enfado, mayor religiosidad]

-Como cuando se vio el traslado no sé si del Resucitado en una furgoneta paquetera y a la vista de todo el mundo.

-Claro. Los ortodoxos, cuando llega la consagración el sacerdote se mete en el sanctum sanctorum y los fieles no lo ven porque ahí está Dios. Lo hemos trivializado todo. Otra cosa que he visto, un ensayo un domingo a las dos y media de la tarde que coincidía, además, con un concierto de bandas en San Juan de Dios ¿tú tienes necesidad de pasar con una parihuela ensayando por la calle Pelota y la plaza de la Catedral toda llena de gente? ¡Tú estás poniendo las tripas de la Semana Santa a la vista! El entramado. O por ejemplo en Corpus, que acaba la procesión y llegan los niños con los acólitos y llegan a la Catedral y luego se van hasta otra iglesia vestido de monaguillos con los ciriales por ahí danzando de un lado a otro. Pero, quillo, ¿esto qué es lo que es?

-Jajaja. Sí, sí. Cambiemos de tema. ¿Le gustan los pregones de Semana Santa?

-Yo he dado muchos pregones.

-Dígame cinco pregones aconsejables.

-Hombre, el de Antonio Rodríguez Buzón, que nos sabemos de memoria todo el mundo. [Y empieza a declamar de memoria y a mil por hora como un opositor] «Pero como Tú, ninguna Estrella de la mañana de morena de Juncal, y de gracia Sevillana. Pero como Tú, ninguna, porque Tú eres la Giralda en repique de alegría por los caminos del alba, y también Torre del Oro entre espumas recamada, y Guadalquivir de encajes con orilla de esmeraldas, porque en sus cauces navegue tu Pena de sal amarga. Pero como Tú ninguna, porque Tú eres la Bandera del Candor y la Ternura,...». Esa, esa nos la sabemos todos.

-Entiendo que Sevilla, pero de qué año.

-57 creo que es. «Y detrás del Gran Poder la Virgen de Sevilla, la Macarena. Primor doloroso hecho suspiro, triunfo, caricia...», que además empieza con una oración que hizo un gaditano, el Beato Diego José de Cádiz. «Padre Nuestro Gran Poder, danos tu paz amorosa y tu cruz en cada cosa que nos quieras conceder. El pan nuestro merecer al filo de cada día, el alcanzar la alegría de tu divino consuelo, y el ir de Sevilla al cielo, después de nuestra agonía». Ahí empieza el Jueves Santo del pregón.

-Cuéntame para ir acabando, Manolo.

-Sí, sí, yo es que soy lo más jartible del mundo.

-Jajaja. No, no, para nada. Me parece súper interesante pero.

-No, pero como me has dicho cinco pregones recomendables pues, mira, me sé de memoria también el de Manolo Toro. [Y vuelve a recitar] «El pregonero, al ver esta batería de micrófonos por donde se va mi voz y al saberos sevillanos y no sevillanos, cofrades...». Pero no, yo te voy a recomendar: Antonio Rodríguez Buzón, Carlitos Herrera y Antonio Banderas de Málaga.

-Escuchado y disfrutado, sí señor. 'Desde el cielo va cayendo para ti, esta petalada'. Top.

-Efectivamente. Hay muchos más, claro.

-Como el de Barbeito.

-Sí, pero con el de Barbeito me pasa jaja. Dice que dio el pregón agropecuario.

-Jajajaja ¿Por qué?

-Mira, Barbeito dio una introducción -'Parece que es la hora y no es la hora...'- que eso es una maravilla, pero a partir de ahí empezó a hablar que si del pino, que si el abedul..., que la gente se quedó un poco igual.

-Pues a mí me flipó, eh. Bueno, ¿cómo vive la Semana Santa durante el año?

-Pues mira, tengo un grupo de amigos cofrades que nos juntamos hace quince años bajo el nombre de la Logia de los Patricios alopécicos; tenemos hasta un cura entre nosotros, el padre Pedro, que es párroco en Camas y se desplaza desde Sevilla para tomar una cerveza con nosotros y hablar de cofradías.

-Cuénteme, cuénteme.

-Lo montamos al principio un grupo de amigos cofrades sin mayores pretensiones y que con el paso del tiempo se han ido añadiendo más. La única pretensión es reunirnos de cuando en cuando en algún lugar, que nosotros llamamos buhío; ya sea en un bar debajo de mi casa o en el bar Coruña, que han abierto precisamente dos miembros de la logia. Y lo que te digo, no tenemos mayor pretensión que hablar de cofradías, actualizarnos con lo que pasa en las hermandades mientras nos tomamos una cervecita, que como no puede ser de otra forma tiene que ser Cruzcampo, que es la de los ambientes cofrades, como decía la careta de entrada del programa de la Ser 'Cruz de guía'. Tenemos dentro a gente legendaria de la hermandad del Nazareno como el Coba, José María Ramos Santana, Adolfo Vigo, Nacho Soto, Juan Gajete, el cura Pedro Molina, Agustín Bonilla, Juan Antonio García Aragón, actual teniente mayor de la Santa Caridad, y Antonio Álvarez del Pino, un gran pintor, artista y que nos ilustra con sus amplios conocimientos. Lo que hacemos es que tenemos la figura del invitado y de cuando en cuanto llevamos a este 'artista invitado' que suele ser un amigo involucrado en el mundo de las hermandades como puede ser Manolo Garrido. La verdad es que echamos muy buenos ratos en unas tertulias en las que caen cervezas y alguna que otra vianda. En definitiva, somos un grupo de amigos cofrades que no pretendemos cambiar en absoluto el mundo, simplemente echamos un buen rato aprovechando que la edad ya nos permite tomarnos las cosas con tranquilidad.

-Pues genial, a ver si un día me paso. Todo un placer, don Manuel.

-El placer ha sido mío.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación