sociedad

La profunda huella del vandalismo en la capital gaditana

Los vecinos piden tomar medidas contra los autores de este tipo de actos. Hay casos y casos: algunos tocan la fibra óptica, duelen en los ojos...

Imagen de un acto vandálico en la ciudad nacho frade

J.M.V.

CÁDIZ

Acto vandálico por aquí, acto vandálico por allá. A diestro y siniestro. Unos se quedan para siempre y otros se borran en un abrir y cerrar de ojos. Para señalar el último caso de vandalismo en la ciudad no suele hacer falta irse muy lejos. Días atrás, por ejemplo, hubo que lamentar uno que se ha producido en un punto que ha sufrido ya alguno que otro. No es el primero... y se puede pensar mal para acabar acertando: habrá más.

La escalera de caracol instalada entre la playa Victoria y Santa María del Mar, recientemente remozada, volvió a ser objeto de gente incívica de la ciudad. No es arte, vaya por delante. Pintadas de arriba a abajo. Lo que ha ocurrido esta vez es que apenas ha dado tiempo a hacer fotos y subirlo a redes sociales: el Ayuntamiento actuó con dilación para dejar las cosas como estaban. O mejor.

Los hechos fueron denunciados en redes sociales por el teniente de alcalde de Medio Ambiente, José Carlos Teruel, que aportaba imágenes. La primera de ellas, con las pintadas, para ilustrar estas palabras: «Alguien no tenía otra cosa que hacer... así la han puesto de arriba a abajo». La segunda, ya con el arreglo, con la escalera de caracol más que adecentada, para escribir lo siguiente: «Menos mal que el personal de playas es ultraeficiente».

Las reacciones de los vecinos de la ciudad no se hicieron esperar y no paran de sucederse. Se pide mano dura con los autores de este tipo de actos. Tocan la fibra óptica, duelen en los ojos. Y es que la sombra de los actos vandálicos en la capital gaditana es alargada. Basta dar un paseo para ver una pintada en cada calle, casi en cada esquina. Escultura nueva, pintada nueva. Rótulo nuevo, pintada al canto. Ni los bares y restaurantes se libran de los actos de la gente que nada valora, que nada admira, que nada respeta.

Estas son algunas reacciones que vecinos de la ciudad han ido dejando en el tuit de denuncia, lamento y solución publicado por José Carlos Teruel:

-«Loco porque se hagan mainstream las cámaras de seguridad en la calle. Se iba a acabar a base de multitas este derroche de recursos arreglando la falta de educación de algunos».

-«Vais que tener que invertir en algunas cámaras en determinados puntos para que así algunos se lo piensen más».

-«Hay guarro en todas partes, el banco que hay debajo del puente esta totalmente pintado de dibujos».

-«Esto no puede ser. Después nos quejamos de que está Cádiz abandonada. Más seguridad y multas si se pilla a los responsables. Esto es ya cosa de educación y de valores».

«Lo del graffiti sin sentido en Cádiz es digno de estudio. Con la de artistas que pueden hacer grandísimas piezas como para que nos tengamos que ver por todos lados lo primero que se le ha pasado por la cabeza al tonto de turno…».

-«Esos cafres, junto con los guarros de la playa dejando colillas en la arena, latas etc.. ya habría que ir dándole caña con buenas multas, añado a los de los patinetes en las aceras, a los de las meadas y cagadas de sus perros, dale una vuelta Teruel».

-«Unos vándalos. Incívicos».

-«En el parque genovés está mañana había papeleras en el suelo quitadas de la tierra con basura dentro».

-«Impresentables. Y que no se puedan coger...».

-«¿Alguna vez ha Policía Local ha detenido a algún grafitero? Es por saberlo».

«A la gente que hace eso habría que meterle buenas multas y, además, trabajos para la comunidad. Que limpien mierda durante meses, y si no más multa».

-«Qué penita de no coger a los que lo hacen y ponerlos a trabajar quitando eso y pagándolo ellos también».

'Cádiz Abandonada' no entiende de colores políticos

El mundo de las redes sociales ha sido utilizado por muchos colectivos para proveer de difusión a determinados eventos y actividades, para otros, ha sido el caldo de cultivo necesario para surgir y tratar de aportar algún valor especial. Este último caso es el de 'Cádiz Abandonada', una plataforma en las redes sociales cuyo objetivo es «ser una herramienta útil al servicio de la ciudadanía».

La plataforma no entiende de colores políticos y sigue con sus publicaciones la misma línea que adoptó al nacer allá por el año 2011: dar respuesta a las demandas de la ciudadanía en relación al mantenimiento y la limpieza de las calles y las plazas de la ciudad.

'Cádiz Abandonada' ha encontrado en José Carlos Teruel a uno de sus más fieles y activos seguidores. Con el anterior equipo de Gobierno no había comunicación y los miembros del equipo de Gobierno liderado por José María González no veían con buenos ojos las publicaciones de esta activa plataforma.

Pero con José Carlos Teruel se ha dado el efecto contrario. El responsable de Limpieza y Medio Ambiente intercambia pareceres con los componentes de 'Cádiz Abandonada'. Se aportan denuncias y soluciones. Y el respeto brilla por exceso.

Todo «comenzó con un blog muy rudimentario que acabó siendo sustituido por los actuales perfiles de Twitter y Facebook, que permiten una mayor inmediatez en la difusión de los reportes.

El modo de proceder es muy sencillo: los ciudadanos envían mensajes privados a la plataforma con documentos gráficos que prueben el mal estado de la vía o el desperfecto que busquen solucionar y 'Cádiz Abandonada' lo difunde en sus redes sociales con el objetivo de que las autoridades con competencia lo subsanen.

Los creadores de la plataforma han asegurado no tener filiación política alguna «ni recibir soporte económico alguno por parte de nadie, ya que se hace de forma altruista para que se tome conciencia».

Pintadas en bares durante el macrobotellón del Sábado de Carnaval

Muchas de las pintadas que pueden leerse en paredes del centro de la capital gaditana tienen su fecha de creación en la eterna noche del macrobotellón celebrado en la plaza de la Catedral y alrededores durante el pasado Sábado de Carnaval.

Pintadas por todas partes, de todos los colores y con todo tipo de mensajes. Y muchas de ellas fueron cometidas contra escaparates de tiendas, bares y restaurantes. El centro de la ciudad amaneció ese domingo literalmente disfrazado de Carnaval.

Las pintadas en bares como los ubicados en la plaza de San Francisco no tardaron en ser aniquiladas, pero la incansable actuación de los más incívicos de la ciudad, a la que hubo que sumar en esta ocasión la aportación de los numerosos visitantes que pasaron la noche en la Tacita de Plata, obligó a los trabajadores de la hostelería y del Ayuntamiento a hacer un trabajo extra. Trabajo y gasto, por culpa de los que no paran de cometer actos vandálicos contra cualquier pared, muro, cristalera, busto, escultura o marquesina, por no seguir con una lista que puede ser interminable, que se les ponga por delante.

La fiesta suele tener consecuencias visibles. Y no sólo el Carnaval aporta su huella. El pasado sábado, durante el concierto de Maka en el muelle de la ciudad, también hubo que lamentar daños colaterales que se antojan difíciles de abortar más allá de la prevención de riesgos. Fue un concierto inolvidable para muchos: para los fans del artista, para los vecinos de la zona y para los trabajadores de limpieza que tuvieron que trabajar a destajo durante la noche para volver a dejar en buen estado una acera, la del muelle, que daba asco verla.

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