«Escuchamos un ruido que parecía una bomba y sentí que la iglesia se caía»

Tras la caída de la cúpula de la Iglesia Castrense del Santo Ángel Custodio de Cádiz la tarde de este miércoles, la Hermana Mayor de la Cofradía de la Expiración Elisa Montero, relata cómo vivió esos momentos posteriores al derrumbe ya que se encontraba en el interior del templo.

Montero ha explicado a la cadena COPE que «yo estaba con los floristas colocando las flores en nuestro altar para el triduo del Santísimo que empezaba este jueves en la parroquia y el sacristán también. De repente se escuchó un ruido tremendo que parecía una bomba y sentí que la iglesia entera se movía, como un temblor».

Añade que «se veían caer calichas y algunos cascotes aunque gracias a Dios los escombros más grandes no cayeron porque los sujeta el techo actual de la iglesia, que los está aguantando».

Tanto ella como los hermanos de la Expiración viven momentos de incertidumbre ya que desconocen hasta cuando estará la iglesia precintada y cerrada al público. Elisa Montero asegura que «estamos a la espera de lo que nos digan los técnicos y los Bomberos, además del párroco, que es el que está en contacto con Defensa».

Sobre la posibilidad de que tengan que sacar las imágenes del templo, la hermana mayor insiste en que «será el párroco el que nos diga si es necesario que nos llevemos las imágenes o si no es necesario y podemos quedarnos».

Este suceso ha provocado la interrupción de la vida cofrade de esta hermandad. Montero señala que «teníamos el culto en la parroquia al Santísimo y otras celebraciones para la semana que viene. Por otro lado, también estamos preparando., los cultos de la virgen de la Victoria para agosto aunque con esto que ha pasado no sabemos».

Recordar que es la parroquia castrense más antigua de España y Europa y había sido del templo reabierta apenas un mes antes, tras seis años de intensas obras de rehabilitación. Bomberos del Consorcio Provincial acudieron rápidamente al lugar de los hechos, aunque no había riesgo de derrumbe. Afortunadamente no ha habido desgracias personales.