con 'c' de cádiz

«Yo era muy tímido, pero salir en una tuna me sirvió para saber pedir dinero»

javier lacave ravina. técnico en entidades no lucrativas2

Licenciado en Historia por la Universidad de Cádiz y reciclado a técnico en entidades no lucrativas, este gaditano sostiene tres apellidos de fuerte raigambre a una ciudad que es rica gracias a personas como él

Javier Lacave Ravina, el gran Califa 'pa' los amigos. antonio vázquez

Un libro abierto sobre Cádiz. Eso es Javier Lacave Ravina (Cádiz, 1978), un gaditano que sostiene tres apellidos de tan fuerte raigambre como las historias que cuenta, a cada cual, mejor. No es para menos, el Califa de Cádiz -como es llamado por muchos amigos- es un amante de la Historia y en ella se licenció en la Universidad de Cádiz, donde refundaría la tuna de Filosofía y Letras con la que le dio la vuelta a Europa para costearse un verano por la mismísima cara. Esa que tuvo que echarle, pese a su temprana timidez, para que el viaje de más de un mes saliera prácticamente gratis.

Licenciado en Historia, desde muy pronto comenzó a trabajar en archivos históricos hasta que acabó dirigiendo el de la Fundación Federico Joly, un lugar en el que entró como archivero y del que salió como técnico de entidades no lucrativas encargado de la comunicación y de la captación de fondos. Fue entonces cuando comenzó a poner en práctica lo que ya hizo años atrás vestido de tuno.

Lleva una semana de locos a cuenta de la organización de la carrera del cáncer que se corre hoy por la playa gaditana. Entre visita y visita, Javier nos hace un paréntesis para hablar de muchas de sus pasiones, empezando por la historia del apellido Lacave. Nos damos una vuelta a Europa montado en un coche repleto de tunos, visitamos un par de semanas Almería antes de regresar a Cádiz para levantar una fundación que enriquece la ciudad de Cádiz. Ahora desempeña su labor en la Asociación del Cáncer y lo hace con la misma dedicación y maestría que tocaba el laúd en el coro callejero o da luz a su Cristo de la Buena Muerte. De las tres C de Cádiz dice que le falta una, pero las compensa de sobra con las otras dos.

-Yo le conozco como al gran Califa de Cádiz, pero mi sorpresa fue cuando me dijo que se llamaba también Javier Lacave.

-Somos cuatro Javier Lacave en Cádiz.

-Sí, sí. Lo sé, lo sé. A otro lo tengo como gran compañero y mejor amigo.

-Eso es, el de Canal Sur.

-Vaya apellidos que me porta. Gaditanos, gaditanos. De estirpe.

-Jeje. Sí, sí, Ravina también es muy importante por mi madre. Y también muy gaditano que es.

-¿Puede que me suene a un alcalde que tuvo Cádiz?

-No, ese que creo que dices fue de la generación de mi abuelo, que por cierto, fue laureado en Alcázar de Toledo.

-¡Coño!

-Laureada compartida, pero laureada.

-¿En qué año?

-En el año 36.

-¡La Virgen! Vamos, en la guerra. ¿Estuvo en el asedio?

-Digo. El 18 de julio del 36, recién salido de la Academia y siendo teniente, le pilla el alzamiento en El Alcázar de Toledo.

-¿Pero qué me está contando! [Servidor se incorpora en su asiento para prestar mayor atención aún]

-Allí que estuvo, sí señor.

-¿Comieron caballos?

-Comieron de todo. Jajaja

-Jajajajaja. Dios, qué fuerte.

-Pues eso, Tomás Ravina, que era mi abuelo, estuvo allí hasta finales de septiembre cuando fueronlibera dos por Varela.

-El de los Jardines, claro.

-Exacto, el general Varela, que lo conocía además. Cuando lo vio allí le dijo: 'Tú, inmediatamente 'pa' Cádiz'. Y para acá que se vino. Llegó con cuarenta kilos menos.

-¿De dónde era su abuelo?

-De aquí de Cádiz.

-¿Y qué hacía en Toledo, joe?

-Era militar, artillero.

-Ok, ok. Siguiendo con los Ravina, usted será familiar del gran Bobi (Salvador), que el Señor lo tenga en su gloria.

-Claro, claro. Yo soy nieto de Tomás Ravina Poggio y él era de Juan José Ravina Poggio. Nuestros abuelos eran hermanos.

-Claro, joe. Ahora caigo que Bobi se apellidaba de segundo Beltrami, de ahí que relacionase antes lo del alcalde de Cádiz. Ok , Aclarado por mi parte. Sigamos. Vaya dos apellidos gaditanos que ostenta.

-Dos no, ¡tres!

-¿Cuál es el tercero?

-Ruiz-Tagle, y ese sí que fue alcalde.

-¿En qué años?

-Alcalde no, perdona. Político, político gaditano en los tiempos de La Restauración. Era una familia que estaba muy metida en Cádiz.

-Esto es un no parar y aún no hemos empezado con su vida. Supongo que tendrá que ver también con Jaime Conte, que era nieto de Augusto Conte Lacave, un señor al que el gobierno de Kichi le quitó el nombre de una plaza que ahora, por cierto, muchos de sus vecinos están intentado recuperar.

-Así es. Para decirte quien era Augusto Conte Lacave hay que irse atrás cinco generaciones. Ciertamente, es un parentesco muy lejano, pero lo es. El apellido Lacave llega a Cádiz en 1791. De hecho, de esto va mi tesis doctoral que no pude publicar por problemas de trabajo.

-Hábleme de ese primer Lacave que llega a Cádiz.

-Su nombre era Pedro Lacave Miramón, que vino de la mano de un tío suyo que se llamaba Juan Bautista Miramón, que se lo trae a Cádiz con once años porque estaban tiesos en Francia. Porque eso tú lo sabes, ¿no? Que uno no se mueve de su tierra si no está tieso. Y estaba tieso. No de una mala racha ni nada de eso; no, no. Tieso. Pero tieso.

-Jajajajajaja

-Entonces este Pedro Lacave se viene con once años a vivir con su tío, que era comerciante en Cádiz. No era en plan chicuco, no tanto, pero sí algo medianamente parecido a una casa comercial. Entonces, fue aprendiendo de su tío hasta que en 1810 se establece por sí mismo y empieza ya a traerse a sobrinos suyos. Y de uno de esos sobrinos desciendo yo; de otro pues Augusto Conte; de otro, pues otro Lacave. De ahí comienzan a salir todos los que somos. Porque en Cádiz somos tres ramas arriba, entroncados. Yo soy la quinta generación.

-Bueno, pues yo creo que con todo esto ya me puedo ir. Ha sido un placer.

-Jajajajaja

-Es que no vea, eh. Bueno venga, va. Empecemos con su vida. Dónde ubicamos la acción, que diría aquel.

-Pues mi acción empieza en la playa, en un piso de la calle Villa de Paradas hasta que con seis años nos vamos a vivir a casa de mis abuelos paternos cuando estos fallecieron. En la Alameda.

-Entiendo que, por aquello de su abuelo militar, cursaría sus estudios en Cortadura.

-Qué va... Yo en Guadalete.

-Peor me lo pone. Jajajajajaja.

-Jajajaja.

-¿Y eso por qué siendo de Cádiz?

-Pues porque mis padres eran muy pro esos colegios. Y los cinco (hermanos) estudiamos allí desde preescolar en Grazalema.

-O sea, que conocería al mítico Miguelito.

-Sabía donde estaba, pero afortunadamente nunca fui. Yo era malo, pero no tan malo. Jajajaja.

-Jajajaja. ¿Cómo era estudiar en ese colegio? ¿Era tan estricto como en apariencia se veía desde Cádiz? ¿Qué tenía de particular el Opus?

-Bueno, yo a mis niñas las tengo allí, eh.

-Pero porque ya vive en El Puerto.

-Claro, pero también para que pasen lo mismo que yo pasé. Jajajaja.

-Jajajajaja

-No hombre, no. Era broma; están y estamos muy bien con ellas allí en el Grazalema. Yo el recuerdo que tengo del Guadalete no es malo y eso que tampoco fui muy bien estudiante, aunque no repetí ningún curso. Estuve a puntito varios años, pero no llegué a hacerlo. Yo creo que era mítico porque por entonces ya se estilaba el terminar las clases al mediodía, pero nosotros acabábamos a las cinco de la tarde y ahora móntate en un autobús para Cádiz. Y por el puente Carranza, no este, eh. Y tres cuartos de hora hasta la Alameda [dice con un dedo en alto para impregnarle más dureza al recuerdo}. Y un día, y otro día, y otro día... Después era estar en un colegio en El Puerto con lo cual tu ambiente estaba mitad aquí y otra mitad allí. En fin, eran unas situaciones un tanto, no sé. Pero yo no tengo mal recuerdo del colegio. Yo, eh, a lo mejor le preguntas a otros y te dicen lo contrario.

-Es que en el Guadalete había grandes míticos. Imagino que coincidiría con el gran Fernando Otero, el Burgui, un tío entrañable.

-Hombre, claro. Coincidí con él. También con un articulista vuestro como Javier Fornell, que estaba en mi clase. Y también con el actual alcalde, Bruno.

-Ah, hombre claro. De hecho, el hermano de Fernando, Pablo, actual concejal del Ayuntamiento era y es de la pandilla de Bruno. Gente buena, claro que sí.

-Sí, sí, sí que lo son. Pero ellos tienen un año menos que yo.

-Bueno, que nos vamos por las ramas otra vez. Hizo allí todo el BUP y el COU y ya por entonces qué le iba gustando ser.

-Pues mira, gracias a dos profesores míticos como don Enrique Muñoz 'el muerto', que gracias a él terminé porque sin él no termino. Y eso seguro. De no ser por él y mi padre, que entre ambos se pusieron serios conmigo, vete a saber el desgraciado que hubiera llegado a ser.

-Jajaja. ¿Qué asignaturas le costaba más?

-Matemáticas, Física, Química... Yo era de letras puras de siempre.

-Ya somos tres. O sea, que diga, dos. Jaja.

-Jajaja. Junto al anterior, hubo otro profesor que me marcó mucho y que fue Juan José Romero, que aún sigue estando. Es de los pocos que queda de mi etapa. Pues este fue mi profesor de Historia y el que me empujó para que yo estudiara Historia.

-Uff, qué valiente. ¿Dónde la estudió?

-En Cádiz. En Filosofía y Letras, en el Parque.

-Historia... ¿Y qué le dicen unos padres a un hijo cuando este les dice que quiere hacer lo que viene siendo Historia?

-Jejejejeje. Mi padre me decía: 'Estudia en lo que te gusta, trabajarás donde se puede'.

-Jajajaja Pues lo clavó por lo que veo, eh.

-Jajajaja Al final, sí. Así que estudié Historia en el Parque a pesar de que todos mis hermanos estudiaron fuera porque mis padres no se fiaban de mí un pimiento. Y es que yo había llegado a la Universidad a lo justo.

-¿Y no dio guerra en casa para estudiar también fuera?

-No porque tampoco es que tuviera muchas ganas de hacerlo.

-Ya tuvo suficiente con lo de estudiar en El Puerto, ¿no? jajaja.

-Jaja. No, no te creas. Es que la verdad es que no tenía muchas ganas de muchas historias así que me quedé en Cádiz. Ya después durante la carrera me quise cambiar, pero sabes perfectamente que cambiarse de Universidad es o era muy complicado. Así que la acabé en Cádiz.

-¿Cuántos años eran la carrera?

-Eran cuatro y yo la hice en cinco. Ni tan mal.

-No, no, por supuesto. ¿Y qué destaca de esa época?

-Destaco mi implicación en la Facultad; donde me metí en dos historias gordas.

-Bueno, bueno, bueno, bueno... ¡Bueno! Abramos el melón de lo de ser tuno.

-Jajajajaja. ¡Exacto! Esa es una de mis historias. Jajajajaja. Unos míticos gaditanos fundamos, bueno, refundamos porque en los años 80 ya hubo una.

-¿Siguen pagando la multa por fundar una tuna?

-Jajaja. No hombre, no. Eso es gratis. Así que volvimos a fundar la tuna de Filosofía y Letras de Cádiz. También estaban las de Medicina, Magisterio, había varias.

-O sea, que el mal se extiende por lo que veo.

-Efectivamente, jeje.

-Tengo familiares tunos, eh. No es personal, se lo prometo. Por desgracia, pero los tengo. Hasta amigos y todo. Jaja.

-Ya, ya, lo sé. Pero mira, la tuna me enseñó a tener una herramienta para el futuro. Te pongo un ejemplo ahora que me dedico a la captación de fondos, entre otras cosas, en la tuna fue donde aprendí a pedir porque yo era muy cortón. Y allí te sacaban con la pandereta y te ponían a pedir. Y es lo que hay.

-Perdone que le pare. ¿Era la más antigua vuestra tuna?

-No, no, no. Pero sí te puedo decir que era la más moderna.-

-Jeje. ¿Y eso por qué?

-Bueno, en entonces, éramos los más jóvenes y hacíamos más cosas. De hecho, cuando terminé la carrera nos enganchamos cuatro y nos fuimos 30-35 días de viaje por Europa parcheando.

-¿Parcheando?

-Parcheando llamábamos a pasar la pandereta por las terrazas para pedir. Y llegamos de vuelta. Y todo sin poner un duro, comidos y bebidos. Y la gasolina 'pal' coche, también.

-Qué bueno. Mis respetos ya. ¿A qué países fueron?

-Pues mira, entramos por la costa azul de Francia, subimos hacia Suiza, sur de Alemania, Austria y bajamos por el norte de Italia para retomar otra vez la costa azul.

-Qué guapo. Y de los europeos, ¿quiénes se retrataban más en la pandereta? Más que nada por curiosidad.

-Quizás, los suizos. Lo que pasa es que los europeos tienen una puntita rara. De hecho, voy a desvelar un tema. Por ejemplo, cuando cantabas por las terrazas de España pasabas la pandereta y ganabas dinero; en cambio, en Europa la clave está en venderles discos, CDs.

-¿Qué año sería más, menos?

-2003-2004.

-Ok, ok. Ya había CDs por entonces, vale, vale. No somos tan viejos. Siga.

-Pues eso, El tema es que nos quedamos sin CDs porque los vendimos todos.

-Sus 'coone' ahí.

-Entonces, al quedarnos sin CDs para vender, lo que decidimos es comprar un lote de Cds, le fotocopiábamos la portada y los vendíamos vírgenes.

-Jajajajaja. Así tenemos la fama que tenemos los latinos. Jajaja.

-Jajaja. Había que comer.

-¡Qué le voy a contar yo que me metí en Austria un mes de reventa!

-Jajaja.

-Es que además en la caratula le pusimos la foto de otra tuna. Jajaja

-Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja

-¡'Pa' que no nos viniesen a buscar!

-Jajajajajaja ¡Qué grandes! ¿Cuántos erais?

-Cuatro, cuatro. Lo justo para ir en un coche. En estas cosas hay que ir a lo mínimo porque todo el mundo tiene que comer y dormir. Jajajaja

-Jajajajajaja.

-Y viajes como este, pues unos cuantos hicimos. A Santiago fuimos varias veces con sus respectivas paradas por ciudades de España.

-De hecho, recuerdo hace años un Congreso o no sé qué de tunas que se acababa de copas en la Peña Los Dedócratas. No vea la que dieron todos esos tunos llegados desde todas partes del país. ¿En qué consiste un Congreso de tunas? Supongo que como todos, ¿no?, una excusa para tajarse.

-Jajaja. Hace poco ha habido aquí un Congreso de tunas de Derecho y otro de Medicina.

-¿Y de qué se habla en un Congreso de tunas? O nada más que se bebe.

-No, no, joe. Jaja. También se habla, entre copa y copa.

-Jajajajajajaja

-Jaja. No, en serio ya. También se canta porque al final lo que son es un certamen musical donde incluso se suelen dar disputas. Viene a ser un concurso. Tú subes al escenario con tu repertorio y... intentas no quedar el último. Jajajajaja

-Jajajajajaja. ¡Venga, coño, que estábamos en serio ahora!

-No, no, en serio. Hay tunas buenas y muy preparadas que van a ganar el certamen y es lo que te digo que a veces hay disputas con las puntuaciones y demás. Lo que es un concurso de letras, vamos.

-Ok, ok. El mundo de la tuna era una de las historias que vivió en la Universidad. ¿Cuál fue la otra?

-La vida política en la que me metí en la facultad al entrar en la Delegación de Alumnos como delegado del centro. La labor era pues la de defender los derechos de los alumnos.

-¿Y qué tal la experiencia?

-Muy buena. Al final, yo era el representante de los alumnos ante el profesorado. Tuve la suerte de estar con un gran Decano como Rafael Sánchez Saus. Realmente, yo estaba ahí porque me lo pidió él, que se preocupó por meter a gente en la delegación que estuviera al frente de historias, en mi caso era la tuna.

-¿De qué año a año estudió la carrera?

-Del 96 al 2001.

-Uff, mítico años de grandes cervezadas. ¿Dónde era la vuestra?

-Pues mira, Filosofía no hacía porque un año antes, en el 95, hubo una gran cervezada en nuestra facultad y terminó todo el patio roto. Y no se volvieron a hacer en mi época.

-Vaya por Dios.

-Eso s´, íbamos a otras. A mí me toco mucho la de Medicina y las que se hacían en Puerto Real.

-Buah, las de Puerto Real eran míticas. Grandes y borrosos recuerdos.

-Sí que lo eran, sí. Las de Puerto Real creo que eran organizadas por Ingeniería o Magisterio. Otras muy buenas eran las de Medicina, que eran en Fragela, al lado del Falla. Esa época era la de grandes cervezadas y el botellón en la U.

-Cierto. Y en la Negrita.

-Y en la Negrita, también, sí señor.

-Hasta que nos fueron echando de todos lados. Jajaja.

-Así era.

-Recuperemos el hilo. Acaba la carrera y qué hace con su vida un licenciado en Historia. ¿Qué vale más una pandereta o una licenciatura de Historia? Jajajaja

-Jajaja. Además, hay una cosa principal y era que yo no quería dar clases de Historia.

-Ah, qué bien. Que nos cerrábamos también ventanitas. Y una pregunta. ¿Cuál era su objetivo mientras estudiaba la carrera? ¿Qué quería ser, vaya?

-Archivística. Y de hecho salí por ahí. Antes de terminar la carrera empecé con unas prácticas en, entonces era Izar, lo que es hoy Navantia Cádiz. Y allí estuve yo en lo poco que quedaba del archivo histórico. Es una pena, ese archivo es una pena porque se perdió en la época de las grandes reconversiones en los años 80. Ese archivo salió ardiendo por las protestas y reivindicaciones. Queda muy poco de esa época. Allí estuve desde un año antes de acabar la carrera hasta un año después de acabarla. Ese archivo no sé si sigue estando o no. No tengo ni idea. Sé que después de mí se quedó más gente.

-Compaginó ambas tareas.

-Sí, recuerdo que fue un año horrible. Me quedaban ya muy pocas asignaturas, pero fue horrible porque tenía que estudiar y trabajar. Fue un coñazo. Jajaja.

-Jajaja.

-Es que al final ni estabas en un sitio ni en el otro. Iba a clases y ni entendía ni me entendían. Pero en fin, afortunadamente estuve allí dos años hasta que termino las prácticas y empiezo el Máster de Archivístico en la Universidad de Sevilla que entonces era lo máximo en Archivo. Eran dos años de máster.

-¿Dos años viviendo en Sevilla?

-No, no. Eran dos años, pero las clases eran una semana al mes. Ese máster lo compaginé con un trabajo como responsable de Documentación en Egmasa, la empresa de gestión del medio ambiente andaluz. Ya no existe, creo. También, justo cuando acabo el máster, tuve una beca. Date cuenta que todos son becas al final. Y entre medias, nada, sin trabajo. Esta beca fue para seis meses en Aguas de Cádiz, también de documentalista. Aquí pagaban un pelín mejor, pero ninguna maravilla. Las acabo y me voy un tiempo al paro hasta que me salió una cosa en Almería, con otra beca. Entonces, en la administración había muchas becas. No contrataban, metían becarios.

-¿Y con nóminas simbólicas?

-Bueno, no. De mil euros o por ahí. La beca era en la Delegación de gobierno de la Junta de Andalucía en Almería como documentalista. Estaba de archivero, eh. Iba de becario, pero potente. Era el responsable.

-¿Qué hacía entre beca y beca?

-En esos huecos en los que me iba al paro, que sería entre el 2001 y el 2007, me dediqué a hacer la investigación del apellido Lacave y del surgimiento de los Lacave en Cádiz. No pude entregar la tesis al final, pero la investigación la tengo hecha entera. A eso me estaba dedicando hasta que en septiembre del 2007, estando ya en Almería unos quince días de haber llegado, me llama Pepe Joly Palomino, presidende de la Fundación Federico Joly, para irme con él de archivero-documentalista en la Fundación, que se abría en ese octubre.

-¿Dónde está la Fundación?

-Estaba y sigue estando en el Reina Sofía, lo que hoy en día es el Rectorado. La biblioteca de la Fundación Federico Joly, que es una ma - ra - vi - lla, una auténtica maravilla, es obra de don Federico Joly Höhr, que a lo largo de su vida invirtió muchisimo dinero en comprar todo lo relacionado con Cádiz; libros antiguos. Él se murió en el 99 y los hijos decidieron crear una Fundación. Y hasta el año 2007, ocho años más tarde, no tuvo ubicación en el Reina Sofía. Y Pepe confió en un chavalito que no tenía ni idea porque era un jovenzuelo (jejejeje)... Y confió en mí para llevar la Fundación 'palante'. Yo lo que había estado era con documentación moderna, no con libros antiguos. Pepe me marcó mucho en mi vida porque me ayudó muchísimo; es más, es el que me enseñó a trabajar. Me ayudó muchísimo, muchísimo en mi vida profesional hasta que incluso después me ayudó a cambiar. Porque yo ahora mismo no tengo la profesión de archivero ya que desde entonces me convertí en un gestor de entidades no lucrativas, captación de fondos y comunicación, que es lo que ahora mismo desempeño.

-¿Cuántos se lleva en la Fundación?

-Bueno, actualmente sigo estando, aunque ya como voluntario en el patronato. Estuve trabajando profesionalmente diez años, hasta el 17. Entré como archivero y salí como director, el encargado de captar fondos, comunicación y técnico de gestión de una entidad no lucrativa. De esos años, recuerdo que el 12 mi labor fue más de archivero. El 12 fue clave la Fundación porque sirvió para muchas exposiciones sobre el Bicentenario. Allí tenemos muchos documentos históricos y un ejemplar de la Constitución. Pero una vez que pasa todo eso, el país entra en una crisis derivada de la del 2008 y me voy dando cuenta de que hay problemas ya y que las cosas empiezan a no estar bien. En realidad, me pienso a dar cuenta de esa historia un par de años antes. Así que me fijo que en el Instituto de Estudios Cajasol de Sevilla se va a poner en marcha un curso de Dirección y Administración de Fundaciones. Entonces, le propongo a Pepe Joly que me diera libre los viernes para poder ir al curso. Obviamente, yo me lo costeaba con mi dinero porque el curso no tenía nada que ver con lo que yo venía haciendo. Me da el visto bueno y me busco la vida para pagarme el curso, que era potente y caro. Y nada, lo hago y cuando salgo de allí ya soy director de fundaciones y lo que me toca es arreglar problemas económicos. Y a aprender a buscar dinero. Eso fue el 2012.

-¿Cómo es pedir dinero?

-Para una fundación cultural, horrible. Jajaja. Horrible porque hay que apostar mucho por proyectos que la administración les vea punta. Una fundación en lo privado es muy complicado, muy complicado. Y para como recuerda, una entidad privada pidiendo dinero en el año 12, 13, 14, que fueron unos años criminales. Pero bueno, la fundación sigue viva así que muy mal no lo tuve que hacer jejejejejeje.

-¿Y por qué se va?

-A finales del 16, principio del 17 vi una oferta que había de la Asociación Española contra el Cáncer de técnico de captación de fondos. Y decido apostar por ello. Eso fue en diciembre y en marzo del 17 entro a trabajar en la Asociación, que es donde sigo.

-Como técnico de captación.

-En realidad, he ido cambiado conforme los años. Entré como tal, pero ahora me dedico más a eventos y comunicación.

-¿Y qué tal esta semanita? Jajajaja (Durante la entrevista 'han hecho entrada' como cinco o seis personas a cuenta de la carrera contra el cáncer de este domingo 29 de octubre)

-Jajaja. Bueno, es una carrera que gracias al trabajo que hacen aquí todo el equipo de técnicos y demás personal . No quiero nombrar a ninguno porque seguro que se me escapa alguno.

-Y yo que se lo agradezco para no picar todos los nombres. Decía que gracias al equipo de trabajo del que forma parte...

-Pues eso, que gracias al equipo de técnicos una carrera que empezó con 600 corredores actualmente, en su novena edición, hemos pasado los 3.500 corredores., que eso es una bar - ba - ri dad. Una barbaridad.

-Por desgracia, ya comenzamos a ver el horizonte de la jubilación. ¿Cómo se ve de aquí a los próximos años?

-Jaja. Yo tengo don hijas pequeñas, una de cuatro años y otra de dos, y cuando le cambio los pañales a la pequeña le digo 'Anita, hoy te los cambio yo a ti, pero esto es para que en el futuro mes los cambies tú a mí'. Jajajajaja

-Jajajajajajajaja

-Y de aquí al futuro, pues en fin; no hay nada peor que intentar adivinar el futuro para que salga lo contrario. Jajaja

-Jajajaja ¿Ya no se ve reciclándose en otra cosa?

-Nunca se sabe jejeje. No creo que ya me vea en la necesidad de reciclarme; quizás, a lo mejor, seguir echándole un cable a mi padre, que tengo la suerte de tenerlo vivo. A mi madre no, pero a él sí, y a está el tío, que 86 años el monstruo sigue haciéndole 70.000 kilómetros al año al coche. Y sigue llevando la empresa familiar, que es el campo, una ganadería de vacuno en donde yo poco a poco le voy echando el cable.

-Más que echarle el cable lo que está es metiendo la cabeza, ¿no? Jajaja

-Jajaja. Quien sabe.

-Hablemos una mijita de Cádiz, de sus aficiones. ¿Qué le gusta a un gaditano de pro como usted?

-No tengo las tres C, lo siento. Tengo dos.

-¿De cuál se descarta?

-Del Cádiz CF; no soy yo muy de fútbol pero sí de cofradías y carnaval.

-Vayamos a ellos. Tiene toda la cara de corista.

-`Ji'. Estuve siete años en el coro de Luis Frade con el laúd.

-Ahhh. Seguro que lo heredó de la tuna, claro.

-Exacto, en la tuna llevaba el laúd. Y en el coro callejero, pues también.

-Ya me acuerdo es verdad. Salía junto al gran Nacho Aguirre.

-Eso es. De hecho, a Nacho lo metí yo jajajaja. A mí me metieron entre Pepe Bablé y Antonio Marín, que los dos se enteraron que yo tocaba el laúd y la bandurria y dijeron '¿¿¿cómo!!!!! Pa dentro'. Y yo entré en 'El clan de los macocas', coro malo, pero en el que disfruté como un enano. Y ya estuve seis años más sin bajarme de la batea. Lo tuve que dejar porque me casé y ya empecé a tener niños y me era imposible. No son compatibles.

-Se pasó al cuarteto. Jejeje.

-Jajajajajajajaaj Efectivamente.

-Y la otra C.

-La otra C, las cofradías. Tengo relación con la Buena Muerte, a la que llegué por familia de mis dos abuelos, tanto Lacave como Ravina, que los dos fueron refundadores en el año 20. Y desde pequeño salgo en la Buena Muerte hasta el día de hoy. Es más, desde 2004 en la junta de gobierno.

-¿Recuerda el año en el que la Buena Muerte consiguió apagar todo el alumbrado a su paso?

-No lo sé exactamente; lo que sí puedo decir es que desde hace unos diez años se consiguió el pleno, o sea, todo el recorrido a oscuras. Eso, si no recuerdo mal y si Joaquín Fernández Repeto lee esto espero que no se cabree conmigo. Junto a él también he tenido como hermano mayor a José Joaquín Jiménez Portela y actualmente Manolo Salguero. Pues bien, creo que fue José Joaquín el que consiguió que se apagara el recorrido completo y lo hizo, además, con el gobierno de Kichi. Te hablo de memoria, eh, no sé. Es más, creo que fue con Teófila. Porque recuerdo que de pequeño no se apagaba todo hasta que en el 94, con el centenario de la hermandad, se empezó a pagar Cristóbal Colón, la calle San Francisco de recogida... Varios puntos, pero no todos.

-Sí, sí. Yo creo incluso que se apagaban todas las calles menos las de la carrera oficial.

-Algo así, sí. Y con Joaquín Fernández Repeto consiguió que se apagara todo menos la carrera oficial. Y después ya Portela consiguió el pleno.

-¿Esa particularidad de la Buena Muerte implicó algún que otro celo de otras hermandades de negro?

-Si los hubo, no me enteré. Pero en este mundillo ya sabes que siempre surgen celos por ir más lento, más rápido, así que no me extrañaría. Pero vamos, que forma parte de la normalidad cofrade jejeje.

-Ha hablado antes del anterior alcalde. ¿Cómo han sido estos ochos años con un gobierno que se precia de ser laico e incluso en contra de los privilegios de la Iglesia?

-Yo hablaría de un cambio de cuatro años y otros cuatro.

-Diferencias entre las dos legislaturas.

-Eso es, porque no fueron lo mismo con una concejala que con otra. La primera fue Eva Tubio.

-Uhhhh, es verdad. Esa era más radical, pero ojo, que predicaba con el ejemplo y nadie puedo llevarse a engaño. ¿Cómo fue su relación con las cofradías?

-Nada, nada, inexistente. Es que no se le vio nada; en cambio, en nuestro caso, el alcalde sí venía en la mañana del Viernes Santo a hacernos la visita protocolaria. Pero esos primeros cuatro años venía solo, sin la delegada. Y los siguientes cuatro años venía junto a Lola (Cazalilla), que era mucho más sensible con las cosas de la Semana Santa.

-Y en cuánto al parné. ¿Cómo se han portado?

-Pues mira, al revés de lo que se podía pensar porque las subvenciones han crecido en ambas legislaturas.

-Interesante, interesante. Bueno, pues yo creo que ha sido entretenido el ratito. Yo me lo he pasado realmente bien. Nos vemos el domingo en la carrera y espero que le guste la entrevista.

-Seguro que sí.

(Concluye la entrevista, pero de camino al periódico un buen amigo común que se interesa por cómo ha ido me pregunta 'quillo, ¿por qué le llaman Califa?'. Y caigo en que se me ha ido por completo y automáticamente le mando un audio de voz que al rato me contesta nuestro protagonista entre risas)

-Te cuento. Eso fue en 1º o 2º de carrera, el curso da igual, lo que sí me acuerdo es la asignatura, que era Historia de Al-Ándalus. Entonces, el profesor nos hizo una disertación sobre una serie de califas de Al-Ándalus y entre ellos resaltó, creo recordar que a Hisham II, Resaltó que los califas en esa época, no ese en concreto sino todos, eran rubios con los ojos azules porque para los árabes el concepto rubio con los ojos azules era algo exótico. Total, yo tenía al lado al gran Nacho Aguirre y mientras explicaba aquello el profesor se gira y pegó un 'berrio' en mitad de la clase diciendo. '¡¡¡¡¡¡Aquí tenemos al Califa; este es el Califa!!!!'. Y ya está, tío. Desde entonces se me quedó. Esto es como todo en la vida, que surge de casualidad.

-Jajajaja Grandes motes de Cádiz.

-Jaja Ya ves.

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