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Las entidades sociales de Cádiz reducen la entrega de aceite y embutidos a las familias necesitadas

El alza de los precios comienza a afectar al reparto de las bolsas de alimentos entre los más desfavorecidos

Una de las voluntarias de la Fundación Virgen de Valvanuz de Cádiz organiza los alimentos recibidos. a. vázquez
Nuria Agrafojo

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La guerra de Ucrania, la escasez de alimentos y, en consecuencia, la imparable subida de precios de la cesta de la compra, ha comenzado a hacer mella también entre los más necesitados. Así lo ponen de relieve las asociaciones y entidades sociales que se encargan del reparto de las bolsas de comida entre las familias vulnerables de la provincia de Cádiz.

En los últimos repartos desde el pasado mes de junio, las entidades se han visto obligadas a reducir la entrega de alimentos, especialmente, en productos como el aceite de oliva, que hoy se vende a precios de vértido, en torno a 4,90 euros el litro. Un coste que ha experimentado una subida de hasta un 56% desde principios del 2021, al igual que los lácteos y huevos, que se cotizan un 16% más que entonces, los cererales, un 17% y la carne, un 10%.

Un incremento notable que también ha tenido repercusión en los alimentos recibidos por las entidades sociales. En primer lugar, las donaciones han bajado de forma importante, ya que desde la pandemia del coronavirus, los supermercados han impuesto la obligatoriedad de donar dinero en caja en lugar de comprar el producto y entregarlo en la cesta.

«Nos afecta directamente porque podemos comprar menos productos con la misma cantidad de dinero. Si antes se compraban mil botellas de aceite, ahora podemos comprar la mitad», explica Isabel Gomis, presidenta del Banco de Alimentos de Cádiz. La responsable también pone de relieve que el primer reparto del Fondo de Ayuda Europea para las Personas Más Desfavorecidas (FEAD) tampoco traía aceite, por lo que se están teniendo que aportar recursos propios para poder comprar y suministrar este producto básico a las familias. Al parecer, uno de los proveedores de aceite contratados por el Gobierno, se ha retirado, y otro ha suministrado una cantidad menor de lo acordado inicialmente.

«Estamos teniendo que complementar esas bolsas de comida con recursos propios de la entidad. Pretendemos que los usuarios no noten esta subida de precios, al menos lo intentamos, pero es difícil cuando cada vez hay más demanda y menos recursos», apuntó Gomis, haciendo referencia a que la pandemia del coronavirus incrementó hasta un tres por ciento las peticiones de demanda. «Ahora en verano parece que ha bajado un poco la tendencia, pero creemos que va a aumentar a la vuelta del verano», explicó, a la vez que destacó la importancia de las ayudas especiales concedidas por la Junta de Andalucía. «Si no hubiera sido por estas ayudas, no hubiésemos sobrevivido», aseveró.

Esta situación incluso ha hecho que desde el Banco de Alimentos de Cádiz se estén optimizando al máximo los recursos para así poder dedicarlos a la compra de alimentos. «Queremos poner placas solares en nuestra nave para reducir los gastos en electricidad ya que también hemos notado un aumento de la factura que nos obliga a hacer un importante desembolso económico. Tenemos cuatro naves con dos cámaras frigoríficas y unas oficinas, así que podríamos reducir así los gastos», apunta la presidenta de la entidad.

Los mismos problemas llegan en cadena a otras asociaciones y entidades sociales que se encargan directamente de repartir a las familias. Muchos de estos alimentos llegan directamente desde el Banco de Alimentos.

Desde Cruz Roja, que también se han visto afectados por la reducción de alimentos que han llegado procedentes de los Fondos FEAD, confirman las consecuencias que está teniendo la situación actual en las familias gaditanas. En este sentido, aseguran que gran parte de las ayudas de alimentos se han sustituido por tarjetas monedero para gastarlos en supermercados, por lo que las familias pueden comprar menos, ya que los precios han subido.

Asimismo, subrayan las dificultades que han tenido para proporcionar aceite en el gran reparto realizado en el mes de junio. «Se repartió aceite pero una cantidad muy pequeña», puntualizaron.

«Estamos teniendo que complementar esas bolsas de comida con recursos propios de la entidad»

Isabel Gomis

Presidenta del Banco de Alimentos de Cádiz

Desde Caballeros Hospitalarios también denuncian la situación y advierten de las consecuencias que esto puede tener a corto plazo, especialmente al regreso de los meses de verano. Gonzalo Diaz-Alersi Rosety, visitador general de los Caballeros Hospitalarios, asegura que han tenido que repartir los alimentos que había y, evidentemente, las bolsas traen menos alimentos. «Hemos recibido menos de casi todos los productos. Aceite, galletas, leche..., así que no podemos hacer otra cosa más que repartir todo lo que tenemos de la mejor forma, teniendo en cuenta la unidad familiar. Por ejemplo, antes poníamos cinco botellas de aceite por familia, y ahora nos ha dado para cuatro», asegura, a la vez que lanza una advertencia. «Cuando terminemos de repartir esta fase de entrega, hasta octubre ya no tenemos más alimentos para repartir a las familias», asegura el responsable de Caballeros Hospitalarios.

«Cuando terminemos de repartir esta fase de entrega, hasta octubre ya no tenemos más alimentos»

Gonzalo Díaz-Alersi

Visitador de Caballeros Hospitalarios

Desde la Fundación Virgen de Valvanuz aseguran que se están empleando a fondo para seguir manteniendo los alimentos en las bolsas de reparto, aunque reconocen las dificultades. «Vamos saliendo aunque hemos notado que ha bajado el suministro de aceite y otros productos del comedor, como por ejemplo los embutidos o los postres de las cenas», apunta la gerente, Mila Aragón, que detalla que a las familias pequeñas sólo se le está pudiendo suministrar un litro de aceite y a las medianas y grandes, entre dos y tres litros. No obstante, apunta que incluso algunos de los alimentos se están teniendo que comprar, ya que llegan menos tanto del Banco de Alimentos como de las donaciones. «Estamos comprando más que antes. Por ejemplo, de embutidos estamos haciendo una compra grande al menos una vez al mes», apunta.

«Vamos saliendo aunque hemos notado que ha bajado el suministro de aceite y otros productos para el comedor»

Mila Aragón

Gerente de la Fundación Virgen de Valvanuz

Desde la Fundación también se están teniendo que enfrentar a más gastos de los habituales ya que desde la pandemia del coronavirus, el comedor se mantiene cerrado, por lo que se está teniendo que suministrar la cena en fiambreras, incorporando en los repartos cubiertos desechables. «Se nos va mucho dinero en el material, así que esperamos poder volver a abrir el comedor después del verano», apunta la presidenta de la entidad gaditana, donde se están atendiendo a 150 personas al día. Un número mayor que el año anterior.

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