con 'c' de cádiz

«Me encanta el público gaditano porque es muy efusivo»

iker mediavilla pereda. administrativo

Lleva el papeleo de una compañía que se ha detenido en Cádiz cerca de un mes para avivar la llama de una profesión tan denostada por unos como admirada por otros

Iker da la bienvenida al Circo Encantado. nacho frade
Alfonso Carbonell

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¿A quién no le retrotrae a su más tierna infancia una carpa de circo? ¿A quién? Es verdad que los circos de ahora no son los de antes, pero gracias a los profesionales de este negocio siempre se agradece la visita de estos artistas que ponen pie en pared a todo aquel que pretenda ningunearlos, despreciarlos o ignorarlos con esas ínfulas de cultureta cool. El circo es circo y el aroma que desprende, con animales o sin ellos, es el propio de una vida que pasó que pero que siempre quedará.

Durant estos días anda por la glorieta de la Zona Franca de Cádiz el Circo Encantado, 'un espectáculo terroríficamente divertido' que tiene en Iker Mediavilla Pereda (Bilbao, 1990) a uno de sus responsables al caer en él la responsabilidad de todo lo que supone las trabas administrativas que un negocio de este calado conlleva. Vasco de 33 años y amante del circo desde que iba de la mano con sus padres a un circo distinto pero con la misma base del entretenimiento. De hecho, renovarse o morir. Y eso es lo que ha tenido que hacer un gremio al que las leyes actuales le impidieron seguir contando con lo que bien podría ser el plato estrella de cada función, los animales. A mejor vida pasaron los leones, elefantes, tigres y demás fauna para castigo de las arcas de un negocio que ha tenido que reinventarse para no caer a mejor vida.

A sus 33 años, Iker ha conocido las tripas de una profesión que le llevó a Inglaterra durante cinco años para ponerse bajo la piel de un payaso. Lo hizo poco después de estudiar Administración y Dirección de Empresas, estudio que le sirvió para trabajar en la oficina de un circo que en Cádiz ha hecho parada un mes de después de que le saliera volando la carpa a causa de los tornados que vinieron con la borrasca Nelson, que les pilló en El Puerto. En Andalucía llevan un tiempo y estarán en Cádiz hasta el próximo 12 de mayo, último pase que dará una compañía que agradece la efusividad del público gaditano. Para este bilbaíno, detenerse en Cádiz ha sido todo un privilegio. Eso sí, loquito porque los vientos del sur no terminen de llevarse por delante su afición, que no es otra que disfrutar cada día de lo que es vivir a lomos de una casa rodante.

-¿Cómo llega uno al circo, por familia?

-Sí, pero porque para mí todo esto es como si fuera mi familia.

-O sea, que no es por familia directa entiendo. ¿A qué se dedican sus padres?

-Claro, claro. Mis padres no se han dedicado al circo para nada; mi madre trabaja en el ayuntamiento de Bilbao y mi padre era jefe de área de una empresa.

-¿Y cómo llega al circo?

-Amistades.

-¿Qué estudió?

-Dirección y administración de empresas, ADE.

-¿Dónde?

-En San Sebastián.

-Muy bonita, de las mejores.

-Hombre.

-¿Y cuándo cree o piensa que iba a acabar trabajando en un circo?

-Porque yo ya los conocía de antes, de mucho antes de empezar a estudiar la carrera.

-¿Había animales?

-Había; hasta hace igual quince años teníamos animales, pero como en muchas poblaciones nos los quitaron por la ley tuvimos que reinventarnos porque en la mayoría de sitios ya no te dejaban. Y claro, para no tener problemas el mundo del circo comenzó a hacer espectáculos totalmente renovados.

Iker lleva la administración del circo. nacho frade

-¿Desde cuándo es este espectáculo?

-El Circo Encantado se estrenó hace tres años en Vitoria, en plena pandemia. Fue un poco arriesgado.

-¿Hace la carrera y su primer trabajo es en el circo?

-Sí, aunque fue en otro circo, el de Teresa Rabal.

-Andá. ¿Ya jubilada ella?

-No, no. Cantaba todavía.

-Entiendo que desde siempre le gustó el circo.

-Sí. Desde pequeño me llevaban mis padres.

-¿Y qué era lo que más le gustaba?

-Creo que los payasos. Los animales a todo el mundo les ha gustado, pero el número de los payasos desde siempre me encantaba.

-En pleno siglo XXI, ¿supondría un riesgo tener animales en el circo?

-No debería, es sencillo. Es cierto que es mucho papeleo, pero habría que hacerlo.

-Hablando de papeleo. ¿Cuántos trabajadores hay en el Circo Encantado?

-Unos sesenta.

-¿En qué año empezó en el circo de Teresa Rabal?

-2011.

-¿Y cómo llegó allí?

-También por amistades; conocía a la hija de los dueños y encima fue por aquí.

-¿Cómo?

-A ver, yo empecé a trabajar en Algeciras un verano, que necesitaban gente. Hicimos Algeciras, Puerto de Santa María, San Roque, Rota y Puerto Banús. La conocí por las redes sociales, entonces.

-¿Hace la carrera pensando en trabajar para un circo?

-No, no, para nada. Aunque sí para hacer lo que hago porque creo que era el único que hice ADE porque me gustaba porque la mayoría de gente la hace porque no le da la media para hacer otra carrera.

-¿Qué aprende de la carrera? ¿Su idea era montar una empresa?

-No, no. Me gustaba el campo de la administración de empresas y poco más. Desde siempre me ha gustado hacer números.

-¿Y cómo fue ese primer trabajo en el circo de Teresa Rabal? ¿La conoció?

-Es que, a ver. En realidad era otro circo, pero ellos (quienes le contratan) habían encontrado el de Teresa Rabal; o iban en sociedad o algo así. No es que ella estuviera en el circo, era su nombre más bien.

-¿Y de qué entra a trabajar?

-En taquilla.

Su oficina de trabajo está al lado de las taquillas. nacho frade.

-¿Cómo fue ese verano?

-Guay, muy guay.

-Se habla desde hace tiempo de la crisis del mundo del circo. ¿Tenía buena salud cuando comenzó a trabajar dentro?

-Te cuento. En 2011, en El Puerto de Santa María, hicimos dos prórrogas. Normalmente, cuando un circo hace una prórroga, que es rara vez, es porque ha tenido mucho éxito. Es más, cuando se tiene éxito muchas veces lo mejor es irse y, oye, eso que te llevas. Y en El Puerto hicimos dos semanas más de prórroga; primero hicimos una y tuvimos que pedir otra. Y por eso, porque nos fue bien y ¿por qué nos íbamos a mover?

-¿Y tras ese primer verano tan bueno se mantiene en el trabajo?

-No, no. Yo estuve hasta agosto solo. En septiembre ya me fui.

-¿A dónde?

-Me fui cinco años a Inglaterra a hacer de payaso.

-Cuente, cuente.

-A otro circo.

-¿Había animales en ese circo?

-No, nunca he estado en un circo con animales.

-¿Viajando todos los años por Inglaterra?

-No, este estaba cerca de Londres; era más estacional. Pero, claro, es que Londres, de punta a punta, es como una provincia en realidad.

-¿Cómo fue eso de irse a Londres?

-Pues porque me lo propusieron; faltaba un chico para hacer de payaso y fui con dos compañeros, que eran padre y hijo. Me dijeron si me quería ir con ellos y me fui. Ellos son de Alicante.

-¿Y qué tal con el idioma?

-Fui casi sin saber inglés, de cero. Lo bueno que tenía era que yo no hablaba.

-¿Cómo era el número?

-Hacíamos una entrada musical y luego una parodia de boxeo. El primer año hicimos ese, al siguiente hicimos un show en el mismo circo pero dentro de una pastelería; el tercer año hicimos una parodia sobre una corrida de toros donde yo hacía de toro. Y ya por último nos fuimos a otro circo y repetimos la del boxeo.

-¿Cómo es el público inglés?

-Muy frío. Muy, muy, muy frío. O sea, tú ves que están disfrutando pero no aplauden. Ves que se lo están pasando bien pero les cuesta aplaudir. Y eso, al final, cuando salíamos a despedirnos de la gente sí que te felicitaban... 'Muy bien, enhorabuena, enhorabuena...', pero vale, podríais decirlo antes. Jejeje.

-¿Se pasa mal cuando se enfrenta a un público así?

-Sí. Pero bueno, es lo que hay. Nosotros lo que nos decíamos es 'vamos a hacer el número y a correr'.

-¿Cuánto duraba el número?

-Diez o doce minutos; salíamos tocando música, hacíamos la parodia y luego terminábamos otra vez con música.

-¿Le dio tiempo a aprender inglés?

-Sí, sí.

-¿Y por qué se volvió?

-Porque quise. Coincidió, además, justo en la pandemia.

-¿Dónde le pilló el confinamiento?

-Por suerte me pilló aquí (en España). Poco antes, íbamos a irnos a Bulgaria.

-¿Con el circo de Londres?

-No, con otro que nos contrató en Bulgaria. En un principio dije, 'guay, vamos a Bulgaria', pero le hicieron una oferta a mi jefe (el de Alicante) y pensamos que era absurdo movernos en ese momento porque nos querían otra vez en el de Londres. Pero yo no quería seguir otro año más en Inglaterra.

-¿Cómo es vivir en un circo?

-En caravanas; son casas rodantes. Tienen su baño, su cocina, su ducha, su todo.

-¿Pero se puede decir que ha vivido en Londres?

-Sí. De hecho, una vez montamos a quince minutos andando del London Bridge. Luego también hacíamos barrios, para lo que tenías que coger el metro. Yo en el circo no me quedo; si puedo, me escapo para ver la ciudad donde estemos.

-¿Viajó algo por Inglaterra?

-Apenas. Además, yo me quedo con Londres. Y te digo una cosa, Inglaterra es muy curioso porque vista una ciudad, vista todas. Sí, alguna puede tener algún monumento u otra puede ser algo más bonita, pero la mayoría de ellas son una calle llena de comercios y poco más; todas están cortadas por el mismo patrón porque fuera de esa calle son dos casas y poco más. Y todo igual; todos los barrios son iguales. No es como aquí, que tienes una calle con comercios pero si te vas a una paralela puede tener la misma vida que la principal.

-Antes nos acercamos al confinamiento. ¿Dónde lo pasó?

-Aquí, en el circo, en este.

-¿En este?

-Sí, en Beasain. Ya en Londres le dije a mi jefe que me volvía con mi familia, porque este circo para mí es como una familia a la que conozco casi toda la vida, desde pequeño. La jefa es de Baracaldo y se casó con un italiano, que es mi jefe. Son como una familia para mí.

-¿Siempre se han dedicado al circo?

-Sí. Y desde pequeño yo iba a su circo.

-¿Y qué le cuentan del circo de antes donde había animales?

-Yo es que no pregunto directamente. A ver, también sé más o menos por dónde van los tiros; que si era un coñazo lo de los animales. O sea, si, es bonito, pero al final es mucha responsabilidad.

-Digamos que por un lado os quita ese público potencial que podría venir por los animales y por otro os quita también todo el trabajo que genera su conservación.

-Eso es. A ver, está claro que hay más gente que le gusta el circo con animales que lo que la gente cree; lo que pasa es que son unos pocos a los que no les gusta pero hacen mucho ruido.

-Como pasa con los toros.

-Lo mismo.

-¿En qué medida ha afectado al gremio la irrupción tan exitosa que tuvo el Circo del Sol?

-En realidad no afecta en nada, ya que son espectáculos totalmente diferentes. Quizás, puede afectar a la hora de que si ellos están en una ciudad cercana, pues la gente al final por nombre se decide antes por ir al del Circo del Sol, pero solo por eso. Pero ya te digo que como tal, no afecta.

-Me quedé cuando se vuelve de Inglaterra. ¿Qué hace?

-Estuve tres meses en casa, parado. Y justo cuando me reincorporé llegó el Covid.

-¿Se reincorporó para el Circo Encantado?

-No, cuando empiezo con ellos el circo se llamaba Bellisimo. Me reincorporé en Andorra, poco antes de la pandemia. Esto sería en febrero y el confinamiento empezó en marzo. Me acuerdo que hicimos Andorra, Ejea de los Caballeros (Zaragoza), y de ahí fuimos a Beasain, que montamos todo. Allí todavía no había covid, pero la gente tenía miedo hasta que ya dijeron que no, que no iban a dejar abrir. Y ya fue el confinamiento.

-Que se lo pega en el circo. ¿Cómo lo llevó?

-Por suerte, las caravanas no iban donde la carpa sino que estábamos en un polígono. Y la verdad que estuvimos de lujo más allá de no poder hacer negocio, pero lo pasamos al aire libre y en familia.

-¿Cómo fue la vuelta?

-Abrimos cuando se pudo. Empezamos en Beasain (País Vasco) y fuimos a Irún, Donosti, Ondárrua, Guernica, Laredo, Miranda de Ebro, Baracaldo, Santander, San Sebastián en Navidades, Zarauz, Arrasate, Mondragón y Vitoria. En Zarauz fue donde empezamos a preparar este del Circo Encantado, que lo estrenamos en 2021 en Vitoria.

-Con sus mascarillas.

-Sí, y al 70%.

-¿En qué se diferencia Bellisimo del Circo Encantado?

-Bellisimo era más tradicional; sin animales, pero tradicional aunque siempre contando una historia. Teníamos trapecios, malabares, equilibrios, aéreos, de todo. Y el Circo Encantado cuenta la historia de unos payasos que van con su hija Lucía a una mansión en la cual vive doña Terrorífica; se estropea el coche a los payasos y cuando llegan a la casa esta señora no les quiere dejar pasar la noche ahí hasta que ve a Lucía, que es la hija de ellos y el espectáculo versa de que intenta capturarla para comérsela. De eso trata la historia. Y en cuanto a los números, pues lo mismo: payasos, malabaristas, acróbatas... Se trata de dar con una historia bonita y meter todas las funciones.

-Tiene su aquel, sí.

-Llevamos tres años con este espectáculo.

-¿Es la primera vez que viene a Cádiz?

-A Cádiz, sí. En la primera temporada hicimos Vitoria, Pamplona, Bilbao, Gijón y cuando íbamos a hacer Oviedo nos llamaron de Sevilla para hacer las Navidades y queríamos probar por el sur. Así que cambiamos Oviedo e hicimos Gijón, Cáceres y Sevilla. Y ya aprovechamos para quedarnos por Andalucía durante el 22.

-¿Cómo salen los contratos?

-Tú presentas la solicitud a cada ayuntamiento para poder instalarte y según te dicen que sí ya va 'pa lante'. Obviamente, hasta que el ayuntamiento de turno no te da el visto bueno no vendemos entradas.

-¿Cómo surgió Cádiz?

-Por lo que te digo, porque estábamos por la zona. Hicimos otra vez Sevilla en Navidades y repetimos también en Huelva, Chiclana, Jerez, El Puerto de Santa María, que fue donde se nos fastidió la carpa.

-¡Es verdad! ¿Cuándo fue eso concretamente?

-Pues hará un mes.

-Ah claro, el puto Nelson ese, ¿no?

-Si, no. En verdad lo nuestro fueron tornados, no la borrasca. Las rachas máximas de viento según dijo la AEMET (Agencia Estatal de Metereología) era de 65 kilómetros por hora, pero una racha de esa no te tira la carpa, pero luego descubrimos que habían venido tornados; ya le hemos pedido el informe a la AEMET para que nos lo haga en base a los tornados.

-¿Cómo se han recuperado? ¿Se ha portado el seguro?

-La carpa no tiene seguro, pero te explico. No tiene seguro no porque no queramos sino porque nadie te asegura una carpa al ser eventual; te pueden asegurar para una plaza y poco más. Y es una burrada de dinero, además. Igual por dos días te piden 8.000 euros. Lo que tenemos nosotros es un seguro de RC (responsabilidad civil); si pasa algo dentro de la carpa cuando pasa el viento sí que lo cubre.

-¿Cuáles fueron los daños del tornado?

-Todos. Luces, sonido, la carpa, todo. Eso sí, si pasa algo dentro y durante del espectáculo sí que lo cubre, pero a la gente, no al material.

-¿Desde cuándo comenzaron a vender entradas en Cádiz y como os está yendo?

-Hará un mes así. Me he dado cuenta que toda Andalucía funciona igual.

-¿De bien o de mal?

-De mal.

-Jajaja.

-Te explico. La gente está acostumbrada a los circos de siempre, que llevan un espectáculo tirando a mediocre. Como que siempre suena a lo mismo. ¿Y qué pasa? Pues que la gente lee o ve la palabra circo y piensa 'no voy a ir' o 'si no tengo nada que hacer y me aburro pues voy al circo'. Claro, qué pasa. Pues que esa gente que ha venido al principio, que es poca, ve lo que es y le gusta pues empieza el boca a boca. Y de repente, ya nos ha pasado en muchos sitios, que empieza a venir la gente de golpe a partir de la segunda semana. Y eso nos está volviendo a pasar aquí. No digo que hayamos trabajado mal al principio, pero no como nosotros esperábamos.

-Que vais de menos a más, ¿no?

-Eso es.

-Bueno, es una faena esa mala prensa, pero también es una forma de saber que lo que están haciendo lo están haciendo bien.

-Claro, claro. Después ves las críticas que tenemos en internet y son las mejores.

-¿Cómo es el público de Cádiz?

-Bueno, es muy bueno. Los que vinieron al principio, que eran pocos, los ves muy efusivos. A veces yo estoy en taquilla durante la función y lo oigo: '¡Madre mía, pa cuatro gatos que son, entre comillas, cómo chillan!'

-Jajajajajaja. A ver, es que al lado, en el estadio se está pasando muy mal este año, eh.

-Jejeje. No, pero en serio, el público gaditano es muy agradecido. Nos gusta.

-¿Qué es lo mejor de trabajar en un circo?

-Que viajas.

-Y yo que creía que me iba a decir que eso es lo peor.

-No, no, no, para nada.

-¿Y ha tenido tiempo para ver Cádiz?

-Sí. He ido a la Caleta, la catedral.

-¿Trabaja todos los días?

-Hoy (jueves pasado) descanso.

-¿Y qué va a hacer?

-Pues no lo sé muy bien porque tengo trabajo en la oficina.

-Eso le iba a preguntar. ¿Cuál es su labor aquí?

-Soy administrativos; las nóminas las lleva la gestoría que tenemos, pero yo me encargo de tramitar papeleos y demás.

-¿No tiene ningún número en el circo?

-No, no, no. Jejeje.

-¿Desde cuándo no actúa?

-Desde que hice de payaso en Londres.

-¿No le pica el gusanillo?

-A veces sí digo que me volvería volver pero recapacito y digo que no. Jejeje. Ni de coña. Aquí tengo mi horario; termino siete y media, ocho y estos (sus compañeros) siguen trabajando y yo me voy ya. Jejeje.

-¿Tiene pareja?

-Tengo perro.

-No le da la vida para tener pareja, claro.

-Ni quiero. Ahora mismo no quiero nada.

-¿Y lo peor de trabajar en un circo?

-La lluvia y el viento.

-Para el negocio.

-No, no, en general. No me gusta ni la lluvia ni el viento.

-Pues aquí lo está haciendo estos días.

-Sí, pero no tanto como en El Puerto de Santa María. Jeje. Igualmente, aquí estamos mucho más resguardados por mucho viento que haya. Mira, por ejemplo, el otro día estuvimos cenando por la zona donde está el Foster's Hollywood (hotel Playa) y había una esquina que pegaba un viento mortal. Matilde se llamaba el restaurante, un argentino. Y nos dijeron que era en esa esquina precisamente, que si vas a la plaza no lo hacía. Y era verdad. Los vientos de Cádiz.

-Los mismos que os harán volver. Mucha suerte en el camino.

-Muchas gracias.

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