OPINIÓN
Alicia
Todo lo que soy se lo debo a los libros. Todo lo que te daré será gracias a los libros. Inventaré cuentos para ti, tan bonitos como los que le cuento a tu hermana
Aún me cuesta nombrarte sin equivocarme, aunque la sombra y el viento me hayan susurrado tu nombre antes de dormirme entre las páginas de algún viejo libro. Pero te llevo en mi alma, como todas aquellas historias que me han ayudado a salir adelante.
No ... te hemos traído al país de las maravillas; este país deja mucho que desear, pero al menos es un país. Y tu casa es cálida, acogedora. Se respira paz, como en aquella comarca que tanto le gusta a tu madre.
Desde el primer momento, miramos todo tu cuerpo en busca de alguna cicatriz con forma de rayo. Y con tu primer llanto, fuerte y desgarrador, te asomaste al mundo con orgullo, sin prejuicios. Ni pasiva ni resignada, como Elizabeth Bennet. Seguro que muy inteligente, como Hermione Granger. Eres la protagonista de esta nueva historia y al mismo tiempo eres todas las demás: no solo Alicia, sino también La Maga, Jo March, Ana de las Tejas Verdes, Pippi Calzaslargas, Clarissa Dalloway.
No sé si serás tan observadora como tu hermana, pero cada Holmes necesita un Watson, cada Quijote un Sancho. Te acompañaremos a luchar contra los molinos de viento. Navegaremos con Twain por el río Mississippi. Partiremos para recuperar el tesoro de Smaug. Daremos la vuelta al mundo en 80 días. Llegaremos al centro de la Tierra. Viajaremos a la Luna.
No somos la familia Buendía, ni los Capuletos, ni los Montescos. Estamos unidos como Los Cinco. Fuertes ante la adversidad, como el Conde de Montecristo. Los Lannister siempre pagan sus deudas.
No te sentirás sola como Robinson sin su viernes, o como Geppetto dentro del gran tiburón. Ni tendrás la necesidad de otros padres como Coraline.
Tenemos una granja llena de animales, pero no los comemos; les dejamos que se rebelen, incluso si el cerdito Snowball toma el mando de manera autoritaria. Sin embargo, nos encanta el chocolate, a ser posible de la marca Wonka. Algún día serás mucho más grande que Campanilla, y no te hará falta polvo de hadas para volar con libertad.
Todo lo que soy se lo debo a los libros. Todo lo que te daré será gracias a los libros. Inventaré cuentos para ti, tan bonitos como los que le cuento a tu hermana. Historias inventadas donde el final siempre será feliz. Porque será nuestro final y no habrá nada ni nadie que pueda intervenir en él.
Algún día leerás este artículo, o quizá no. Y me conocerás a mí de la misma manera que he querido conocerte, escribiéndote y pensándote. Ahora solo puedo admirarte, cantarte y abrazarte, tranquilo y sereno a tu lado, mientras paso las páginas de un buen libro y levanto la mirada para ver si duermes a gusto.
Contento y aliviado porque has nacido en paz.
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