Cádiz
Crítica FIT: No hay banda, pero sí desvergüenza
Martín Flores aprovecha la falta de rigor del FIT para vendernos humo de forma indecente.
«No hay banda» parte de una invitación que recibe Flores para estrenar (en un breve lapso de tiempo) una obra en un festival en Brasil. Este acepta sin tener una propuesta concreta y decide tomar como punto de partida la muerte de su abuelo.
El argentino, jugando con las trampas implícitas de todo experimento que fusiona realidad y ficción, nos comparte el proceso de creación y los acontecimientos derivados de esta «no obra». Se vale de un vídeo, un micrófono, un teclado, una mesa y poco más.
En un principio el soliloquio parecía interesante con algunas reflexiones sobre la muerte, la nostalgia y el duelo con un tono existencialista que se esfumó a los pocos minutos.
Este «no-actor» nos cuenta las escenas e incluso lee parte del libreto en un alarde de desfachatez en el que se pregunta a sí mismo: «¿para que hago esto?».
Y quizás esa pregunta no se la respondió de manera honesta y siguió adelante hasta encontrar un público e, incluso, programadores ignorantes que han permitido que este farsante llegue tan lejos.
¿Cómo llamar a este patético y tramposo experimento? ¿Propuesta? ¿Obra? ¿Performance? ¿Conferencia? No podemos clasificarla y no por inclasificable, sino porque detrás de «esto» nos hemos topado con algo intrascendente y vacío de forma y contenido. Así que lo llamaremos embuste.
Analicemos todas y cada una de las acciones y consecuencias del embuste:
El «no actor» ha faltado al respeto en primer lugar al gremio. Existen muchos otros experimentos más dignos que este y con al menos un planteamiento escénico serio. Programar algo así es también una falta de respeto al escenario. Se pusieron en funcionamiento 22 mil vatios al servicio de un acto sin valor alguno. Es indignante también la falta de respeto al planeta con un derroche lumínico innecesario. El fraude de Flores podía haberse presentado en cualquier espacio sin estos medios. No quiero dejar pasar los constantes pisotones al cable del micrófono utilizado. Además de descaro, torpeza.
También se ofende al público, pero desafortunadamente, ellos no son los responsables aunque sí cómplices con sus aplausos. Casos como estos requieren actuar en consecuencia: levantarse, salir de la sala, pedir la devolución de la entrada incluso.
Pero tampoco Flores es el culpable. Si él le vende humo al FIT y nosotros se lo compramos los estafados somos nosotros y el pícaro se sale con la suya.
Un embuste más que añadir a la larga lista de desatinos que arrastra la actual dirección artística del FIT de Cádiz.
38º FIT de Cádiz 2023
No hay banda
Martín Flores Cárdenas / Casa Teatro Estudio
Sala Central Lechera
Domingo 5 de Noviembre 17:00 y 19:00h
En escena: Martín Flores Cárdenas
Diseño espacial: Ruslan Alastair Silva
Diseño de iluminación: Matías Sendón