Cádiz
Las consecuencias de que Cádiz pueda bajar de los 100.000 habitantes
Población
La ciudad afronta un nuevo descenso del padrón municipal y se queda en algo más de 110.000 personas
Si continúa la tendencia y se supera esa barrera psicológica, la economía municipal quedaría muy tocada
La herida que no se cierra: Cádiz vuelve a perder población, con casi mil gaditanos menos
Bruno García sobre la pérdida de población en Cádiz: «Nos va la vida en no bajar de los 100.000 habitantes»
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Cádiz lleva un tiempo, ya varias décadas, acostumbrada a perder población cada vez que se actualiza el padrón. Es un mal endémico del que siempre hablan los distintos responsables políticos, sabedores de lo que puede suponer para el futuro de la ciudad, pero de momento las intenciones se quedan en eso y nadie consigue frenar esa caída libre.
El Boletín Oficial del Estado daba esta semana una mala noticia a nivel administrativo, pues la bajada hasta 110.914 habitantes, 897 menos respecto a 2023, pone en lontananza la posibilidad real de que la curva continúe su progresión hasta bajar de 100.000, una pérdida que supondría la pérdida de un dígito en el total de personas y de muchos más en cuanto a los ingresos que sufragan buena parte de los servicios públicos.
Teniendo en cuenta de dónde viene Cádiz, es difícil ser optimistas, puesto que a inicios de los 80 la ciudad se aproximaba a los 160.000 habitantes, por lo que ha perdido casi 50.000, más que toda la población de la vecina localidad de Puerto Real, en algo menos de medio siglo.
Pendientes de la PIE
Las distintas ciudades y localidades reciben una cuantía económica proveniente de la PIE (Participación en los Ingresos del Estado) en función de la población que tienen , hecho por el que preocupa que Cádiz siga perdiendo habitantes porque podría caer de forma acuciada la partida de ingresos y quedar en el alambre la viabilidad de los servicios a prestar a la ciudadanía.
Hay que especificar de antemano que Cádiz no está en el tramo poblacional que le correspondería por los poco más de 110.000 gaditanos que viven en la Tacita, sino que recibe una cantidad superior, como si tuviera más de 200.000. Esta excepcionalidad, compartida junto al municipio catalán de Santa Coloma de Gramanet, se logró bajo la alcaldía de la también popular Teófila Martínez, que argumentó que, por las particularidades de Cádiz, las opciones de crecimiento eran muy limitadas y no sólo se veía difícil aumentar el censo sino que lo más probable es que bajase.
Los datos lo demuestran, pues si Cádiz en 2022, con una población ligeramente superior a la actual, recibió 74 millones de euros estatales, Santa Cruz de Tenerife, con 209.000 habitantes, ingresó 72, dos menos.
Por tanto, perder otros 10.000 residentes asomaría a Cádiz a un abismo económico que, en palabras del alcalde Bruno García, «no se puede dar». Se estima que la merma rondaría los 40 millones de euros.
Desarrollo del empleo
«La ciudad necesita más oportunidades en empleo y sobre todo en vivienda», rezaba el titular de una entrevista al primer edil publicada en La Voz de Cádiz el primer día del presente año. Las dos patas principales para conseguir que los gaditanos se queden en su tierra están claras, por lo que parece razonable que el equipo de gobierno municipal, del Partido Popular tras la mayoría absoluta cosechada en las elecciones locales de mayo de 2023, vuelque sus esfuerzos en estas materias.
El pasado jueves, ante la mirada del consejero de Universidad, Investigación e Innovación José Carlos Gómez Villamandos, García defendió la creación de la Comisión Provincial de Emprendimiento puesto que el desarrollo empresarial puede generar riqueza y «oportunidades para vivir en la ciudad de Cádiz».
Más vivienda pública
Por otro lado, en el ámbito de la vivienda, el regidor exponía el día siguiente tras la Junta de Gobierno Local, que el consistorio cuenta con 10 millones de euros de fondos previstos para destinar a inmuebles públicos, estando proyectados en estos momentos un total de 103.
El contexto es muy complejo en la capital gaditana, pues por su propia fisonomía, prácticamente una isla conectada al resto de la península a través de San Fernando, hacen muy difícil, prácticamente imposible, el crecimiento físico de la ciudad. Por eso desde el Ayuntamiento se exploran nuevas posibilidades para adquirir suelos en la Zona Franca o dentro del Puerto Marítimo una vez que se produzca la ansiada integración muelle-ciudad.
Comprar terrenos y solares en otros enclaves es prioridad para Ayuntamiento de cara a impulsar más proyectos, pues los datos demuestran que no pueden permitirse el lujo de dar por perdido ningún metro dadas las circunstancias.
Turismo sostenible
A la falta de espacio hay que unir el auge del turismo, creciente en toda la provincia pero con mayor eco en la capital, donde en los últimos años han proliferado gran número de apartamentos, pisos y diferentes establecimientos dedicados al alojamiento de turistas. En un panorama en el que la vivienda escasea, dedicar parte de ellas a este efecto perjudica a quienes quieren vivir en la ciudad, a la par que encarece el precio de los inmuebles.
Esta subida no repercute únicamente a la compraventa, también condiciona el mercado del alquiler, donde los precios alcanzan en muchas zonas precios nunca antes vistos, siendo además muy difícil acceder a una casa en la que se pueda residir durante todo el año, ya que, al ser muy alta la demanda de alquiler de temporada para pasar unos días a pocos metros del mar, son pocos los propietarios que se inclinan por ofrecer sus pisos de forma anual, debido a que se suele obtener un beneficio menor.
García es sabedor de esta problemática y por ello ha dado por buena la normativa del anterior equipo de gobierno liderado por José María González 'Kichi' y hace unos meses suspendió las nuevas licencias para viviendas turísticas en el centro histórico. Además, se ha habilitado un buzón ciudadano para que los vecinos puedan trasladar supuestas irregularidades, puesto que desde San Juan de Dios se sospecha que hay inmuebles destinados a la actividad turística de forma ilegal, sin contribuir al erario público.
En todo caso, el alcalde no se muestra contrario al turismo, precisamente porque es un motor económico importante y el empleo, como se expuso anteriormente, es indispensable para apuntalar la población gaditana: «Esta es una ciudad que aspira a un turismo sostenible. Queremos turismo, visitantes, hoteles, eventos culturales atractivos. No me van a encontrar en el lado de la turismofobia, pero estamos sobre todo a favor de que los gaditanos vivan en su ciudad», expresó el pasado verano.