con 'c' de cádiz

Chico Linares: «Tuve que repetir COU por el inglés porque no paraba de reírme al hablarlo»

jesús linares loaiza. exfutbolista y entrenador

No hay titular que mejor defina a una persona con la que compartir un ratazo. Viene a ser lo más parecido a obtener un regalo del cielo, como lo sería volver a verlo entrenar. Sus resultados le avalan.

Chico Linares, en La Escalerilla, algo más que un sitio de reunión para los jugadores del mítico Cádiz de Irigoyen. nacho frade
Alfonso Carbonell

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Jesús Linares Loaiza (Cádiz, 1958) es la risa personificada. Risa para todo; para ser feliz, para mosquearse, para discutir, pero sobre todo, para vivir la vida, que es de lo que se trata. Todo lo dice con una parsimonia deslumbrante y un talante tan agradable que no pocas veces le ha pasado factura en un mundo donde el humor y la sencillez muchas veces están mal vistas en las altas y estrechas esferas del poder.

La vida de este gaditano que iba para médico hasta que se le cruzó un balón por delante está repleta de anécdotas confesables. Hacerse una idea de las que no cuenta podría dar vértigo, pero tampoco parece que Chico intente esconderlas. Todo lo contrario, en el cara a cara es como parece, es decir, cercano, amable, educado y con un arte para expresarse que uno no puede parar de reírse cuando la cuestión invita. Vicisitudes ha pasado unas cuantas, pero las cuenta con una gracia que omite el drama. Y hace bien porque, ¿qué puñetas es la vida si uno se la toma en serio?

De su vida como entrenador, que lo sigue siendo a pesar de una mano negra que sospecha quien es, tiene infinidad de graciosos recuerdos, miles. Como uno que entrenando a un equipo le colaron a un futbolista de color más malo que un dolor que para colmo salía de los vestuarios ataviado con una chilaba despertando el cachondeo de sus compañeros. 'No cachondearse, joe', pedía él para tratar de armonizar el clima del equipo de marras. Eran otros tiempos. Y como ese, varios. Otro que tiene le ocurrió en el Mallorca B, donde coincidió con Albert Luque y Diego Tristán. «No se podían ni ver y no se pasaban el balón el uno al otro porque se picaban a ver quién metía más goles. No veas tú la gracia de tener que poner a uno suplente para que no discutiesen. Luego ya fuera del campo y para irse de fiesta se llevaban bien los cabrones...», cuenta entre risas, un tipo con el que da gusto sentarse a hablar de fútbol, y de lo que se tercie.

-¿En qué barrio pasó su infancia?

-Mi calle era Pereira, a la altura del cementerio, donde está ahora el edificio Proserpina, frente a los Salesianos. Podemos decir que mi barrio era San José. Vivíamos al lado del cine Avenida. En mi época, ese cine era de verano y lo veíamos desde mi casa (risas).

-¿A qué se dedicaban sus padres?

-Mi padre era mecánico y mi madre, sus labores, como se solía decir entonces jejeje.

-Tenga cuidado que eso ahora no se puede decir por mucho que esté hablando de su madre. Vamos, que hasta nos puede cerrar el periódico la Santa Inquisición del Ministerio de Igualdad.

-Jajajaja Ya ves, ama de casa de toda la vida. Yo es que tengo 64 tacos y algunas costumbres se te quedan. Qué le vamos a hacer.

-Nos lo lleva nada mal.

-Pues ahora en abril me caen los 65.

-Recordará entonces la época del franquismo. Cuénteme cómo se vivía la adolescencia en Cádiz.

-Pues mira, nosotros salíamos como si nada. Recuerdo estar en los bares de la avenida y en muchas reuniones. En los primeros años de la democracia aún estaban los grises por ahí, pero se podía hacer una vida normal.

-Sabemos de la transición en Madrid y tal, pero ¿cómo la pasó usted en Cádiz?

-Pues mira, lo que te dije antes. Nosotros nos quedábamos hasta bien tarde en los bares y no teníamos ningún tipo de problemas ni con nada ni con nadie. Sí me acuerdo que estaban las Fiestas Típicas por el Carnaval y me acuerdo de uno que salió con un impermeable con un cartel que ponía 'Carnaval en febrero'; lo metieron en el parque y salió con el impermeable 'liao' bajo el brazo después de que le dieran un par de cates. Jajaja

-Jajajaja Vamos, que algo pasaba ¿no? ¿Ese era de su pandilla?

-Jajaja No, no. Ese fue uno que vimos y recuerdo que lo vimos salir y dijimos 'joe con pedir el Carnaval en febrero la que se ha llevado'. Por tener las ideas claras... Jajaja

-Jajaja ¿Dónde estudió y cómo era el colegio bajo el franquismo?

-En Reyes Católicos. Recuerdo que teníamos que cantar el Cara al sol, cubrirnos y cantar un par de canciones o tres.

-¿Cubrirse qué era exactamente? Puedo intuirlo, pero sáqueme de las dudas.

-Era ponerse en formación y ponerle la mano en el hombro al que tenías delante y a una cierta distancia. Nos decían '¡venga, cubrirse!' y después ya a clase o al patio a jugar. Recuerdo que lo pasábamos muy bien, la verdad. Pero claro, eran otros tiempos. Los profesores, si te pasabas, te daban un cate o te daban con la regla en la mano jajaja.

-De esos cates también me llevé algunos. Y ya en democracia, eh. Ahora, me da que un profesor se corta la mano antes que ponérsela encima a un alumno. ¿Le gustaban los libros?

-Pues se me daban bien, sí. Sacaba bastante buenas notas, tanto en Primaria como en Bachiller. Lo único que no se me daba bien y tuve que repetir COU fue por el inglés. Lo sabía todo teóricamente pero al hablar me reía cantidad porque no tenía ni puta idea de pronunciar (risas); no me salía el acento y la profesora me suspendió.

-Jajaja ¿Y de verdad le hicieron repetir por eso?

-Digo. Me cambiaron a un profesor y ya en febrero pude aprobar; cosa que me vino bien porque la Selectividad la superé sin problemas.

-Antes de llegar al fútbol, ¿qué quería ser y qué carrera estudió?

-Yo ya estaba jugando al fútbol, en el Juvenil del Cádiz. Yo quería ser médico; de hecho empecé Medicina. Hice Primero muy bien; dejé la fisio para septiembre porque ya me habían pasado al primer equipo. Luego comencé Segundo y como ya estaba jugando con el Cádiz me empecé a relajar. Eso sería el 78; tendría yo 19, 20 años. De hecho, mi profesor de Fisiología era el famoso Corral Saleta, que a su vez era el vicepresidente del Cádiz. Pues bien, este médico tenía fama de ser muy duro y exigente. Es más, su asignatura era la que muchos dejaban para el verano. Pues eso, a este señor le dije que a ver si podía ponerme las prácticas a las 9 de la mañana para poder llegar a entrenar. Me dijo que 'sin problemas', pero que no me fuera a creer que por estar en el Cádiz iba a aprobar por la cara jajaja. Y yo le dije 'que no, que no, joe. Que yo solo le estoy pidiendo ese favor para poder hacer las prácticas'. Lo que está claro es que el tío me lo puso claro.

-¿Y cuándo es el año en el que le es imposible compaginar los estudios de Medicina con el fútbol?

-Ese segundo año me tuve que ir al Huelva. Tuve el problema con Irigoyen, que me echó y me fichó el Huelva. Estaba yo haciendo la mili por Marina, en la Junta de Deporte de San Fernando. Yo hice la instrucción en el cuartel, pero como estábamos enchufados, el destino nuestro lo hacíamos en la Junta de Deporte; allí no hacíamos nada. Íbamos una vez al mes a firmar y listos.

-¿Cómo fue ese enfado con Irigoyen?

-Estando en la Junta de Deporte hubo una huelga y yo era el portavoz de AFE (sindicato de futbolistas). Esto a Irigoyen no le gustó porque cuando fui a firmar a la Junta de Deporte me dijeron allí. 'Tenemos orden de comandancia que se traiga el petate porque de aquí no sale'. Y yo, 'carajo, ¿quién me conoce a mí en comandancia, joe?' Estábamos Mane II, Chano, Josemi... Éramos del equipo un montón haciendo la mili allí, pero al único que trincaron fue a mí. Tuve la suerte de que llevaba allí una semana cortando árboles y Milosevic me dijo que tenía que ir a entrenar. Yo le dije: 'Mire usted, yo estoy más que entrenado porque tengo que venir todos las mañanas a cortar unos eucaliptos, que no vean como eran'. Me quería en el equipo porque se había lesionado Dos Santos y jugábamos contra el Mallorca en Jerez porque estaba castigado el Carranza. Jugamos en el Domecq. Entonces yo le dije que de cortar árboles estaba yo súper entrenado ya jajajaja.

-Jajajajaja

-'Así que si quiere que yo vaya a entrenar diga usted en el club que me saquen del cuartel, cojones' (risas). Y me sacaron. Me quedé con la duda de quién era el 'hijoputa' de la comandancia y era Irigoyen (risas).

-Y ese día en vez de árboles cortó piernas, ¿no?

-Qué va. Metió el gol Melchor, el delantero centro. No se me olvida; empatamos a uno.

-¿Cuándo empezó su carrera en el Cádiz? O mejor dicho, ¿cuándo empieza a pegarle patadas a un balón?

-De escolar. Y en campos chungos, en la vía del tren. Yo jugaba con la Balona, un equipo que teníamos nosotros. Jugábamos en el puente de San Severiano, que había un campito. También jugábamos en campitos callejeros que nos hacíamos. Hasta que me fichó Bernal para el Regina Pacis. Eso sería siendo yo alevín. Bernal era un tipo bastante didáctico; nos intentaba inculcar educación más allá del fútbol. No sólo entrenaba. Era un tío muy correcto. Y estando en el Regina Pacis nos llamaron para probar con el Cádiz infantil. Y ya en el Cádiz jugué en el Infantil B, nunca en el A. Más tarde, hice la prueba para el Juvenil y acabé también en el Juvenil B, pero no llegué a jugar porque me cedieron al Cádiz Atlético, un equipo de la Viña que estaba federado; jugábamos en la playa, donde ponían cuatro o cinco campos. Eso sería Segunda división juvenil. Recuerdo que los rivales tenían más problemas en la playa pero cuando nosotros íbamos a campos como en Chiclana se nos hacían bastante grandes. Después de esa cesión volví al Juvenil B, que entrenaba Nicolás, donde ya sí empecé a jugar. De ahí pasé al Juvenil A, con Guerrero; y lo hice antes de tiempo porque iba más avanzado que mi edad.

-¿De qué jugaba en esos inicios? ¿Ya de mediocentro?

-No, no. Jugaba de extremo Jaja. En el Cádiz Atlético y de juvenil jugaba de extremo.

-¿Y de qué le gustaba jugar a usted?

-A mí me encantaba jugar de extremo. De siempre.

-O sea, que tenía sus desbordes y sus cositas.

-Claro, claro. Y en escolares me salía, eh. Yo era más técnico que de dar patadas. Al menos, de pibito.

-¿Y cómo fue su reconversión a centrocampista?

-Fue cuando pasé al Juvenil A, que Guerrero comenzó a ponerme más en el centro del campo porque ya comenzaba a tener más cuerpo y altura. Y estando en el Juvenil comenzó a llamarme el Cádiz B, que lo entrenaba entonces Juan Ortiz, un tío muy serio (risas). Nos ponía a viajar... Por ejemplo, los viajes a Almería eran de doce horas en autobús, por toda la costa. El tío 'ponía a to' el equipo delante y él se colocaba detrás 'pa' vigilar. No podías ni hablar. Jajaja. En cuanto algunos nos reíamos se escuchaba a él detrás: '¡Vamos a descansar, eh!'. Y nosotros, '¿cómo vamos a descansar, carajo. Si llevamos descansando diez hora, cojone'. Jajajaja

-Jajajajajajaja

-Decía 'vamo a dejarnos de bromitas'. Jajajaja. Era cuando se abrían las ventanas laterales de los autobuses y había alguno que sacaba la cabeza y gritaba '¡Ahhhhhhhhhhhh!' porque no podía más. jajajajajaja. 'Me tenía que desahogá'', nos decía el compi de turno. Jajajajaja

-Jajajajaja

-Yo me reía mucho. jajaja

-No se podía bromear con ese señor, ¿no?

-Uhh, no vea, picha. Era más serio que el Viti.

-Jaja. Sigamos con su trayectoria en el Cádiz.

-Pues ahí ya estaba en el Cádiz B, donde también tuve como entrenador a Lapi. Y en el Cádiz B quedé máximo goleador las dos temporadas que jugué en el filial. Jugaba de mediocentro, pero era alto y de cabeza iba bien. A balón parado lo tiraba también casi todo.

-Vamos, que se veía que iba como un cohete hacia el primer equipo.

-Sí, sí. Fue estando de entrenador Mariano Moreno cuando pasé a entrenar con el primer equipo. Estaba el Cádiz para descender de Primera y habían echado a Enrique Mateos. El gerente del club era Paco Rojas. También debutaron ese año Juan José y Mejías. Yo también entrenaba con ellos. A mí Mariano Moreno me ponía de delantero centro y jugué el partidillo de los jueves de delantero con los titulares. Yo entrenaba con el primer equipo pero me llevé un tiempo sin debutar y tenía que volver al Cádiz B. ¿Qué pasó? Que un día, jugando contra el Sanluqueño, me castigaron 25 partidos.

-¿Qué hizo?

-Le pegué al árbitro. Jajajaja.

-Entiendo que los 25 partidos valían para Segunda, para Primera y hasta para la liga En marcha de los Salesianos.

-'Pa to' los sitios.

-Jajajaja. ¿Y por qué le pegó?

-Porque conocía a todos los del Sanluqueño y me quemó la sangre. Para colmo, yo no iba a jugar porque estaba 'tocao' del...

-¡Del coco, Chico! Del coco. jajajaja

-No, joe. Jajaja. Estaba tocado de la pierna; no iba a jugar y el Lapi me tenía en el banquillo pero como estábamos empatados y eso, me dice el Lapi 'quillo, sal que vamos a intentar ganar colgando balones'. Venga, vale. Y 'ná' más salir, no se me olvida; Enrique del Ojo, que eran dos hermanos. Total, que este le dice al árbitro. '-Este (por mí) ha salido 'pa da patás'. Y el árbitro le contesta: '-Tranquilo, Enrique, que yo lo sé'. 'Totá', que yo ya salí pensando 'estos cabrones...'. Y en la primera jugada que yo entro me saca amarilla el árbitro. 'Pero si yo no he hecho 'ná', cojone'. Que no sé qué, que no sé cuánto. Vale, vale, tranquilo. Sigue el partido y sacan una falta y salta Jesulete, que era el central, despeja de cabeza y pita penalti para ellos. 'Se ha apoyado; no sé qué...'. '¡Eso cómo va a ser!'. Lo típico, nosotros protestando. Total, que tira el penalti, da en el palo y remata ¡él mismo a gol! Y pita gol. No puede ser. Vamos corriendo hacia el árbitro y yo no sé quien lo paró que yo no pude pararme y le metí una 'patá' en la espalda. Jajaja. Pero toda la culpa la tuvo el hijo de Mera, que era el practicante que lo paró porque si no lo para yo no le doy, joe. Yo hubiera seguido y hubiera hablado, pero lo paró y le di.

-A ver, a ver. La culpa fue suya que le endiñó la 'patá'.

-Sí, la culpa fue mía, sí. Pero imagínate. Nosotros hablando con él y él que empieza a correr hacia el centro del campo con todos detrás. Entonces, el hijo de Mera, que era muy alto y jugaba al voleibol en el Avante y que era el ATS del equipo, saltó al campo para pararlo y yo, que venía corriendo por detrás, vi que me lo acababan de poner a huevo pero no lo tenía pensado.

-Jajajajajajajajajajajaajajajjaaja

-Le metí una 'patá' que lo tiré. Se levanta y le pregunta al linier '-¿Quién ha sido? Y le dice el linier. '-Creo que tenía bigote'. Y nada más que teníamos bigote yo y el portero, que iba vestido de verde, cojone; que no tenía nada que ver con el amarillo. ¡Y nos echó a los dos! Y al portero también le cayeron 25 partidos sin 'hacé ná'. Jajjajajajajajajajaajja El Boína, mi amigo el Boína. ¡25 partidos! jajajajajaja

-¿Y qué dijo el Boína?

-Lo quería matar. Jajajajaja El Boína estaba conmigo en el vestuario, que era la típica caseta de uralita, y no paraba de preguntarme '-¿¿¿¿Pero por qué a mí!!!!!' Jajajajaja Y yo. '-Quillo, Jesús, yo qué sé. Lo siento, picha'. Estaba en la caseta comiéndose el coco él solo y decía de vez en cuando. '-Yo me voy a ir 'pallá' y lo voy a cogé y se va a liar ahora de verdad'. Y yo. '-Aguanta el tirón'. Jajaja

-Jajajaj ¿De dónde era este Boína?

-De La Viña, un gran amigo.

-Total, que cuando estaba a un paso del primer equipo se marca usted un 'Cantona' y lo sancionan. Está bueno. ¿Cómo pasó la sanción?

-Pues cuando volví al vestuario del primer equipo para volver a entrenar con ellos me dice Mariano Moreno: 'Chaval, tú vete de aquí que no vas a jugar más a fútbol. Así que coge tus cosas'. Vale, sin problemas, le dije yo. Me fui y cuando me estaba yendo me dice Paco Rojas, el gerente del club: 'No le hagas ni puto caso al entrenador; te voy a hacer el contrato de profesional y te pongo el sueldo de soltero'. Imagínate, yo cobraba en el B 5.000 pesetas, y cuando las cobraba; y el sueldo de soltero eran cerca de 40.000 o por ahí. 'Y te voy a poner 100.000 pesetas de ficha', me dijo Rojas. Yo firmé hasta en la pared, me entiende.

-Jajajajaja Le hicieron capitán general.

-Home. Me faltó tiempo para decirle ¿dónde hay que firmar? Jajaja

-Pero con quién se entrenaba.

-Me dijo que de momento fuera entrenando con Jesús Mora, que era el preparador físico del Juvenil; un tío competentísimo. La sanción seguía su curso pero mientras yo no perdía la forma; sería aquello casi al final de temporada.

-Vamos que se puso como un toro, ¿no?

-No vea, me sabía todas las farolas de la Barriada. De aquí 'pallá', que si los fatless, que si lo otro.

-¿Qué coño eran los fatless?

-Eran ritmos distintos; que si ahora al 100%, que si después al 70%, al 50 %. Y así sucesivamente. Por eso me corría la Barriada mil veces. Así que yo estaba físicamente como una moto.

-Tendría 19 años y aún no había debutado con el primer equipo. ¿Cómo llegó esa ocasión?

-Ese verano vino Roque Olsen, que era un tío que trabajaba mucho el físico y que te exigía una barbaridad. A mi me vio, y como estaba como una moto, del tirón le dijo al club que me tenían que quitar el castigo como fuera.

-¿Este Olsen era argentino puede ser?

-Sí, había jugado en el Madrid.

-¿Y consiguió rebajarle la sanción o quitársela?

-Te cuento. Fuimos a un notario a decir que no habíamos sido nosotros (risas).

-Jajajajajaja ¡Se lo engargolaron al Boína, no? Jajajajajajajaja

-Jajajajajaj Le echamos la culpa al Boína Jajaja. No, no. Lo que dijimos es que no se sabía quién había sido el de la patada.

-¿Y coló?

-Bueno, se me redujo la cosa a quince partidos.

-Por entonces, ¿Irigoyen ya tenía mando en la Federación Española?

-Claro. Además, como yo tenía la ficha con el Cádiz B me contaban los partidos del filial, que jugaba domingos, lunes, miércoles, sábados; muchas veces. Y cada partido que jugaba el Cádiz B a mí me contaba. Así se llegó al quinto partido de Liga, que jugábamos en Granada, donde ya me llevó convocado por si podía jugar. Pero no pude porque aún me quedaba uno por cumplir.

-¿Cómo recuerda ese primer viaje con el primer equipo a pesar de no jugar?

-Muy bien. Date cuenta que yo ya estaba medio metido en la dinámica del equipo. Yo era uno más siendo un pibe.

-¿Qué jugadores tenía esa plantilla de Segunda División?

-Estaban Ibáñez, Barrachina, Lobato, Cuiñas, Román, un veterano con bigote que venía del Barbate.

-¿Cómo jugaba ese primer Cádiz suyo?

-En aquella época había jugadores de gran calidad como Ramón Blanco, que era muy individualista y muy técnico. Era bastante chupón. Jajaja. También estaba Ibáñez, que jugaba de categoría; tenía una calidad impresionante. Estaba ya despuntando Mejías.

-¿Pepe, no?

-Sí, sí, Salva no estaba todavía; era mucho más joven. Estaban también Rosado, Caro, que era de Puerto Real y nos reíamos mucho con él.

-Y llega su debut. ¿Dónde y contra quién?

-En Baralcaldo.

-Ahí es nada. Unos tiempos guapos para jugar allí, en las Vascongadas.

-Digo. Pues ganamos 0-5. Yo metí un gol de cabeza. Jugué de titular. Hubo un penalti que quería el entrenador que lo tirara yo, pero el delantero centro era Fernández, un argentino, que me dijo. 'No chaval, lo voy a tirar yo. No te complique'. Le dije que vale, lo tiró y marcó. No se me olvida ese partido porque además el árbitro era Ceballos Borrego, que después el hijo también fue árbitro. Este Ceballos Borrego era muy 'agitanao', muy gracioso; y estábamos en Baracaldo y era una época en la que estaba la Eta y los grises; ahí todos metidos. Y cuando llegamos a la estación había un montón de grises para llevarnos al estadio. Ya en el partido, cuando íbamos 0-3 se apagó la luz del estadio y era por la noche y nos dijo el árbitro: 'No vea la que nos van a dar'.

-Jajajajajajajajajajajaajaja ¿Dé dónde era el árbitro?

-Jajajajajajajajajaaja De Cáceres. Y nos repetía el cabrón después. '¿0 a 5 vais a ganar para como están las cosas aquí, mamones? ¡Que me van a matar, cabrone! ¿Precisamente hoy vais a jugar bien, cojones?'

-Jajajajajajajajajajajajajaajajajajajajajajajajajajajaajjajaja Qué bueno. ¿Y cómo fue ese año primero suyo y del equipo? Era la 77/78.

-Acabamos muy bien; no subimos pero terminamos cómodos en la tabla.

-¿Cómo era ese fútbol?

-Era otro fútbol; en esa época se marcaba al hombre. Yo era centrocampista marcador, como si fuera un central. Por ejemplo, si jugábamos contra ese Cádiz, pues yo tendría que marcar a Ibáñez.

-Al bueno de ellos siempre, vamos.

-Sí, yo tenía que anular al organizador de ellos.

-¿Y le gustaba o se sentía cómodo?

-Hombre, me sentía cómodo porque yo físicamente estaba fuerte y daba caña, pero a mí me hubiese gustado jugar con mayor libertad y sin tanta obligación, por ejemplo, de extremo.

-Objetivamente. ¿Cree que lo mejor para su carrera fue esa demarcación de perro de presa en la que jugó?

-Creo que donde me pusieron era el sitio donde ellos creían que yo daba más rendimiento. A mí me gustaban más otras posiciones porque me gustaba hacer otras cosas, pero es verdad que serían cosas que haría más para mí que para el equipo. Cuando yo ya me metí en el apartado técnico veía lo que querían de mí los entrenadores y lo que me pedían, algo que muchos no ven y entonces no llegan. Lo típico de escuchar 'joe, yo jugaba de puta madre y no llegué por tal o por lo que sea'. Ya picha, pero el equipo es el equipo. A mí me decían 'tú tienes que hacer esto' y yo era de la línea de hacer eso que me pedían los entrenadores.

-¿Cuántos años ha estado de profesional?

-Yo empecé con 19 y acabé con 37.

-Le voy a pedir que me haga un resumen. Sé que no es complicado, es imposible. Pero lo voy a intentar. Todo empezó con Irigoyen...

-Como yo había firmado como firmé para jugar en el primer equipo, yo era esclavo de ese contrato porque los que veníamos de la cantera lo podían retener hasta los 27 años cobrando solo el 10% más. O sea que yo el segundo año cobraría de ficha 110.000 y de sueldo el que tuviera de soltero; al siguiente año el 10% de 110 y así sucesivamente. Total, que me veía que no iba a llegar nunca a las 200.000 pesetas hasta no tener los 27. Y yo jugaba y veía como venían futbolistas que cobraban 3 y 4 millones y jugaba yo. Entonces dije 'picha, esto hay que cambiarlo de alguna manera'.

-¿Y cómo se cambió?

-Se hizo la huelga y se consiguió quitar el derecho de retención de los que venían de la cantera.

-Y fue usted el portavoz y de ahí sus problemas con Irigoyen. Ahí estaba metido también Mané, ¿puede ser? Sobre qué año estamos hablando.

-Claro. Eso de la huelga sería el 81. Aunque Mané era más tranquilo, no se metía tanto en líos. El que sí estuvo primero fue Quino.

-¡Es verdad, es verdad! Quino fue el que llevó más la bandera.

-Eso es. Quino era el mejor, cojones. Además, ese estaba en la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) cuando AFE no tenía un duro y hasta ponían ellos dinero de su bolsillo. Gran compañero. Aunque yo no llegué a jugar con él porque estaba Mariano Moreno y yo solo entrenaba; fue al año siguiente con Roque Olsen cuando yo ya debuté, pero ya no estaba Quino. Pero claro, como yo había entrenado con él y era presidente de AFE, y yo era socio de AFE, seguía teniendo contacto. Y en la primera huelga ahí estábamos nosotros. Y ese año, con Milosevic, ascendimos después de dos años con Olsen en Segunda.

-Pero no aparece en la mítica foto del once en Elche a pesar de ser titular ese año. ¿Qué le ocurrió esa última y trascendental jornada en el Martínez Valero?

-A mí me expulsaron en el partido anterior frente al Burgos, con Magdaleno, 'cojone'. (Jajaja) A mí y a Rosado. Y los dos habíamos jugado toda la Liga y no salimos en la foto pero los 37 partidos anteriores los habíamos jugado, cojones. (jajajaja)

-Jajajaja Pero viajaría al menos a Elche, ¿no?

-No, los esperamos en Sevilla.

-¿¿¿¿¿Noooooooo!!???? ¡Qué me está contando!

-Lo que te digo.

-¿Y eso por qué?

-Pues porque no surgió. Estaba yo en los toros de El Puerto.

-Olé.

-Y allí lo viví. Y no veas la plaza de toros. Todo el mundo celebrando los goles. La verdad es que estuvo de categoría.

-Jajajajajjaajajajajajajajajajajaja De categoría, ¿no?

-El torero se creía que era para él todas las ovaciones.

-Jajajajajajajajajajajajajajaja ¿Quién era, home?

-No me acuerdo (jajajaja)

-Ojú, qué bueno.

-'Hijoputa' el torero; se marcó hasta una vuelta al ruedo con el rollo.

-Jajajajaja Bueno, bueno. Vamos a centrarnos. Suben a Primera y...

-Subimos a Primera y a nosotros nos habían regalado en el hotel de Atlanterra, en Zahara de los Atunes, una semana de estancia. Y estando allí en el hotel de vacaciones recibo la carta del club de que quedo libre. Y digo, 'pues perfecto, picha, si quedo libre pues a ver dónde me voy ahora'.

-Eso fue producto de la huelga, ¿no? Que no tenían pensado pagarle más.

-No del todo, porque él (Irigoyen) verbalmente ya me había subido a 500.000 pesetas. Y eso me lo respetó la verdad. Pero después de lo de la huelga y haber subido, me echó. ¿Pero qué pasaba? Pues que como yo estaba haciendo la mili el sargento me dijo que no podía alejarme mucho del Estrecho. Y ese mismo me dijo que estaba interesado por mí el Huelva, que estaba en Segunda y tenía buen equipo. Yo le dije que 'venga' y hablamos con el Huelva y allí empiezo a ganar ya dos millones y medio.

-'Vámono que nos vamo'.

-Allí me pego tres temporadas, pero recuerdo que el primer año a mí no me pagaron nada. Yo tenía dinero ahorrado y tampoco dije nada.

-Tampoco ha sido mucho de quejarse usted.

-No, qué va. Al contrario, por eso me han echado de todos lados (risas)

-Jajajaja. Vale, vale.

-Sí, sí. Pero ahí me fue bien porque al principio yo había firmado solo dos año y durante ese tiempo me encontré con Benito Joanet, que estaba en el Cádiz y hablé con él una de las veces que yo vine. Fíjate dónde me lo encontré, en Eusebio.

-¿Eusebio?

-Claro, joe. ¡Eusebio! ¡El que ponía las chuletitas a las siete de la mañana, cojone! Cuando tú salías de Las Pérgolas y todos esos bares pues allí que se iba comer.

-Jajaja ¡Qué grande! Eso yo no lo conocí. ¿Por dónde estaba?

-Donde está la gasolinera de la Avenida, la del Lulu. Por ahí hay una tienda de Antonio Ardón, que es un pasaje, pues ahí estaba Eusebio, que ponía chuletitas asadas para toda la gente que salía de copas a partir de las seis de la mañana.

-¡Qué maravilla!

-Pues en una de esas, siendo yo jugador del Huelva, salía de Las Pérgolas y me encuentro a Benito Joanet con Pedreño, el de la radio.

-Benito en ese momento era el entrenador del Cádiz, ¿no?

-En ese momento, sí, pero se iba al Mallorca en verano. Entonces, me dice Pedreño que Joanet quería hablar conmigo. Así que quedamos otro día en un bar que había en frente de La Marea, junto al Jerónimo; no sé si era El cangrejo rojo.

-¿No sería el Media barba?

-No, no, eso era un chiringuito que estaba más para el cementerio. Total, que en uno de esos bares que había en frente de La Marea quedamos y me siento con Tomás Morillo y Benito Joanet, que me dice que me quiere llevar para el Mallorca.

-¿Pero Tomás Morillo, que Dios lo tenga en su gloria, en calidad de qué estaba en esa reunión si en teoría el Cádiz, del que él era directivo, nada tenía que ver?

-Él era muy amigo de Benito y a mí me apreciaba mucho. Era un tío espléndido. Pues Tomás me dijo 'Chico, hazle caso'. Recuerdo que Benito Joanet traía un precontrato firmado por Contestí, que era el presidente del Mallorca, que estaba también en Segunda. Me daban unas cantidades muy superiores a las que yo ganaba en Huelva, al que yo tenía denunciado por impago. Así que firmé el precontrato. Enterado de esto, me llama el Huelva para llegar a un acuerdo. 'Mira, mi acuerdo es que me pague todo; no tengo otro', les dije. Y me responden que vale, y me lo pagaron todo. Así que me tuve que quedar el otro año que tenía, cojones.

-Jajajajaja Y a la venta Palma, Joanet y Contestí.

-Digo (risas). Pero me vino bien. Me quedé ese año y al siguiente me querían firmar otro más. Les dije que dos y ellos que uno. '-Coño, cómo ha cambiado la cosa', les solté. Jaja. Así que estuve tres años allí; no llegamos a ascender aunque con Espárrago quedamos cuartos o quintos una temporada. Esa fue la última y tras esa me llamó Camilo Liz y volví al Cádiz, de donde ya no salí hasta los 37. Además, el Cádiz estaba en Primera porque había ascendido con Paquito. Entré estando entrenador Manolo Cardo.

-¿Se consideró ya bien pagado esos años desde que entró hasta que terminó?

-Bien, bien, sí. Ya cuando volví al club llegué como un futbolista más, de fuera; es que esos primeros años tenía yo más tarjetas amarillas que ficha. Yo decía lo que te dije antes: 'Joe, picha, ¿aquí hay gente cobrando millones sin jugar y yo jugándolo todo y con una ficha de mierda y para colmo pagando las tarjetas?' (risas)

-Jajaja Formó parte de la que sigue siendo la época más dorada del Cádiz y coincidió con el mejor jugador de todos los tiempos. ¿Cómo fue su relación con el Mago?

-Mi relación fue muy buena; el Mago se apoyaba en mí mucho. De hecho, a su renovación fuimos a Los Tarantos a hablar con Manolo de Irigoyen el Mago y yo. El presi le hizo un contrato en una servilleta con las condiciones que íbamos poniendo por partidos y el Mago me preguntaba que cómo lo veía yo. Yo le decía, 'a ver, Mago, si juegas y ganas los partidos te sacas una pasta pero tendrás que jugar'. Y es que cobraba según jugaba y eso teníamos que arreglarlo. Hay una foto en Los Tarantos de los tres y esa fue sacada esa tarde en la que arreglamos su contrato, que el Mago me llamó a mí para que le acompañara. Después, a los años, cuando se discutía si volvía o no volvía, nos reunió el presidente porque en aquella época había un cupo de extranjeros y teníamos que decidir entre el Mago y Lajos, un húngaro que había. Y volvió. Sería ya sus últimos años. No sé si el entrenador era Héctor Veira.

-Y si Mágico se llevó muchas coplas de Carnaval, no menos se las llevó usted. ¿Cómo llevaba esa carga? Se le ve un cachondo y un tipo que vive la vida con la mejor de las filosofías, pero ¿siendo como era un profesional le llegaban a doler esas críticas, ese cachondeo, esas pancartas de 'Linares, no te vayas al Milan'?

-No me dolían para nada. Yo tengo hasta una antología, aunque esa de 'no te vayas al Milan' puede que sea la más famosa. Había otras como 'No imites a Romario, vuelve' o 'Clemente cabrón, Linares selección'. Yo qué sé, tenía miles. Y después de cuplés para qué contarte. Desde que tiré la fábrica de cerveza cuando lancé un penalti, o me fui a Argentina a por un cuero...

-... hasta la mítica de los Piconeros Galácticos de ya va ganando el Logroñés por 1-0.

-Jaja Vale, perfecto. Las llevaba bien, pero yo jugaba siempre (risas).

-Y tanto. La pregunta se las trae, pero entiendo que nunca salió algo relacionado con el fútbol italiano, ¿no? ¿Había algún componente de veracidad en esas pancartas irónicas?

-No tengo ni puta idea. Ya me hubiese encantado que se hubiera interesado (jajaja). Pero vamos, ¡que en el Milan jugaba Gattuso, eh! Que daba más 'patás' que yo.

-Claro, claro. Es que por eso se lo decía. Ya sabe, alguna información de la época. Cosas peores se han visto. Quiera o no fueron muchos años jugando en la Primera División.

-Por eso te digo. Pero lo del Milan no sé a quién se lo ocurrió, aunque es verdad que el cachondeo se podía ver a distancia porque el Milan de aquella época era...

-Jajaja Es verdad, es verdad. Era el Milan de los holandeses y entrenados por Arrigo Sacchi.

-Claro, claro. Era el dream team de la época. Vamos, le metió cuatro al Barcelona de Johan Cruyff. Pero te digo una cosa, que si me llego a ir hubiese jugado igual, eh. Jajajaja

-Jajaja Seguro. Y más en ese Milan, donde si había tres tíos tocándose la barriga jugando bien alguien tendría que estar repartiendo...

-Patadas. 'Aro, aro'... (jajajaja)

-¿Qué recuerdo tiene de colgar las botas?

-Yo no quería colgarlas, lo que pasa es que estaba medio lesionado y vino Naya, que era uno de esos entrenadores que donde venía traía muchos jugadores. Entonces había que dar bajas. Se la dieron a unos y a otros y ya, cuando trajo a un delantero argentino...

-(Interrumpo) Para contextualizar. El equipo ya no estaba en Primera; fue la temporada esa de Segunda que bajamos del tirón a Segunda B y que tuvimos más entrenadores que cuernos un torero.

-Esa fue, la que se bajó a Segunda B. A mí me dio la baja Naya y me acuerdo que yo todavía no había podido jugar con él y me decía que necesitaba mi plaza para que jugase alguien. Yo le dije que no pasaba nada, además yo tenía, por el tiempo que llevaba en el Cádiz, un derecho a que me hicieran un homenaje o una cantidad en compensación si no se organizaba. O sea, que ganaba más por irme que por seguir. Así que le dije que vale, pero como yo quería seguir jugando le pregunté si le importaba que yo siguiera entrenando y me dijo que no. Así que seguí recuperándome.

-¿Qué lesión fue?

-Tenía ligamento lateral, pero como me habían operado del menisco, que decían que estaba pero cada vez que empezaba y centraba tenía problemas. Al final se recuperó porque jugué sin problemas. Vamos, de hecho, empecé a entrenar y jugaba los jueves el partidillo de suplentes contra titulares y no veas las patadas que metía. Ahí sí que daba yo patadas, y no nos ganaron ni una vez (risas).

-Ahora me explico aquel descenso incontestable.

-De hecho, Naya me decía '-Yo me he equivocado con usted. -Po ya déjalo', le respondía yo (risas).

-Jajajajajaja

-¡No nos ganaron ni una vez! Jajajajajaja

-¿Y por qué no siguió jugando?

-Porque yo ya ese último año ya me había sacado el carnet de entrenador y me salió la opción de entrenar al Cádiz B y preferí quedarme. Y también de segundo con Chaparro, que lo llevaba Maraver, que había sido compañero mío en el Huelva. Entonces, le aconsejó a Chaparro, que no se fiaba de nadie, que me pusiera de segundo porque me conocía de nuestra amistad en Huelva.

-¿Y cómo le fue con Chaparro?

-La verdad que era muy peculiar, algo raro. Había echado a cinco jugadores y a mí me preguntaba que a quiénes del B podía subir al primer equipo. '-Llévate a Chico Segundo, a este, al otro... -¿Tú estás seguro?', me preguntaba. Después lo subí yo y lo hizo de categoría pero es que estábamos en Segunda B, picha. Que en otros tiempos pasábamos de Tercera o Segunda B a Primera.

-¿Cómo le ha ido en los banquillos?

-Yo como entrenador tengo un currículum, como te digo yo..., de puta madre. Si tú te pones a ver, yo cogí el Cádiz en descenso a Tercera División y por poco jugamos la liguilla. Lo cogí de Chaparro. Recuerdo que echaron a cinco jugadores antes que a él. Echaron a Rafa Bono, a Ortiz, a Garitano (que ha sido entrenador ahora), a Pino y a Zapatera. Eran cinco jugadores de p. madre. Zapatera tenía molestias de pubis y el entrenador decía que lo estaba engañando. De Garitano, que era un tío muy normal y que ha sido entrenador del Leganés, decía que le estaba haciendo la cama. Ortiz jugaba de p. madre y Rafa Bono, cuando yo estaba en el Manchego, el hijo puta me marcó con el Carabanchel en el único partido que yo perdí en casa. Total, que cuando cogí el primer equipo yo tuve que pasar del Cádiz B a Óscar, Chico, a Piñero, que era un chaval de Jerez. Y con toda esta gente por poco jugamos la liguilla. Lo que pasa es que se me lesionó Férez y Luna Eslava, que eran fijos en el once. Recuerdo que en Córdoba no jugó Férez y lo hizo Vega. Empezamos de p. madre, comenzamos ganando, pero después la cagó Vega y nos ganó el Córdoba perdiendo todas las opciones para meternos en la liguilla.

-Cuando además el Grupo IV era fuerte, fuerte.

-Digo. Estaba ese Córdoba y otros equipos muy potentes. De hecho, luego el Cádiz fichó a Loreto.

-¿Y al año siguiente?

-Tras hacerlo bien, Antonio Muñoz me dice que va a traer a muy buenos jugadores y que para eso va a fichar a un entrenador nuevo y reconocido. Y yo me quedó diciendo -'¿pero si yo he quedado el quinto con el equipito que me habían dejado y ahora coge y te vas a traer a otro?'. Total, que se trajo a Juan Carlos Álvarez, porque decía que venía del Sevilla Atlético. '-No veas tú qué experiencia, cojone', dije. Total, que yo me fui al Manchego y jugué la liguilla de ascenso.

-Con Iván Helguera puede ser, ¿no?

-Sí. Tuve a los dos hermanos. Pero vamos, Helguera venía a entrenar una o dos veces a la semana porque estaba haciendo la mili en Madrid. Cuando yo lo vi y me dijeron 'es que este está haciendo la mili', les dije a los directivos que 'como si no viene a entrenar porque este va a jugar' Jajajaja.

-Jajajajajaja

-Es que era de p madre. Iba bien por alto, llegaba a todo, la jugaba de categoría, lo podías poner de pivote, de central...

-¿Y cómo fue la liguilla?

-Nos putearon porque en ese año ascendió el Numancia de nuestro grupo, donde también estaba el Huelva de Caparrós y el Tarragona.

-No vea el grupito...

-Quedaríamos cuartos o terceros, pero es que cuando jugamos Tarragona y nosotros ya no nos jugábamos nada. Para colmo, en Tarragona, como ya no nos jugábamos nada, se me escaparon la noche antes dos o tres de marcha y les dije: '¿Ah, sí? Pues mañana vais a jugar todo el partido'. Y nos metieron tres o cuatro. Eso sí, esos tres se pegaron 'to el partío puteaos'. Cago en sus muerto. Te vas a creer tú que vas a salir 'to' la noche y no vas a jugar.

-Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajaajajaja (Lloro de risa)

-Yo los calé y les dije del tirón. 'To el partío  vais a jugar; me da igua que me metan siete. Se os va a cae to la cara de vergüenza, como el que carga el burro, po igual'.

-Jajajajajajajajajajajaajajaja ¡Qué grande! Hablando de noches, de copas y de la vida alternativa de los futbolistas. Supongo que le sonará el cántico de Carranza de '¡Cubata, cubata, cubata, cubata!' para recriminar al equipo la de veces que era pillado en la calle de cachondeo. ¿Le tocó estar sobre el césped algunas de esas tardes en la que la grada os recordaba que un poquito de por favor?

-Claaaaaaro.

-¿Y cómo le sentaba? ¿Era verdad que estaban todos los días de cachondeo o se decía más de lo que era?

-En un momento dado era menos de lo que se decía porque todo el mundo decía 'yo he visto, yo me he tomao con...' por decir que habían estado con nosotros. Pues vale, pero no era tanto. Es verdad que salíamos, pero no tanto. Aparte, antes la prensa siempre decía 'han visto a fulanito, a menganito tal'; lo contaban todo. Era un poquito...

-Bueno, que en realidad había un poco de todo y un poco de nada.

-Sí. Pero es que teníamos 20-21 años y era hasta normal. De hecho, muchas veces cuando nos cogía en la noche algún aficionado y nos decía 'quillo, que habéis perdido' le decíamos, 'como espere a que ganemos no salgo en mi vida'. Jajajajajaja

-Jajajajajajajaaja

-'Hemos ganao dos partidos na má, joe'

-Jajajajajajaja ¿Y cómo llevaban eso de 'cubata, cubata'?

-Lo de 'cubata, cubata' fue más que nada en partidos que la gente infravalora pero que después se complican. Recuerdo que nos tocó en Copa el Sevilla Atlético y los chavales del filial estaban como una moto y nosotros estábamos como este año el Barcelona, que le complicó el pase el Intercity ese o como el Alcorcón le dio en su día un revolcón al Madrid. Entonces, ese día recuerdo que toda la gente se puso a cantar 'cuuubaata' y ya se lio. Pues ese mismo año, creo que en toda la segunda vuelta perdimos un solo partido y ascendimos; entonces el grito de guerra nuestro para celebrar el ascenso fue precisamente ese, el de '¡cubata, cubata!'. Fue como una pequeña venganza a esa tarde, donde nos dieron la bronca; lo que pasa es que el equipo reaccionó.

-Bueno, ese equipo tuvo una etapa en la que era muy habitual ver a muchos de sus jugadores departiendo en La Escalerilla con una cervecita después de entrenar en Carranza. ¿Eso también es un mito?

-No, bueno, eso no (jajaja) Es verdad que La Escalerilla era un sitio de reunión... y también de recuperación (jajajajaja)

-Jajajajaja Buenos años, esos.

-Sí que lo fueron; además teníamos la suerte que cada año salía una buena hornada de la cantera. Todos los que venían se amoldaban y jugaban; eran de gran categoría. Quico, Quevedo, Calderón, Jose, Barla, Javi, Arteaga, Fali... Salían a Primera y todos respondían.

-¿Por qué cree que se ha perdido eso de que antes salían a espuertas y ahora los que salen hay que buscarlos debajo de las piedras?

-Pues no lo sé. Ha habido errores. Por ejemplo, Chico Flores, que hizo la pretemporada con el Cádiz siendo de los mejores y a mí, que en esa época me cogió en Onda Cádiz TV, me parecía que estaba genial. Pues lo cedieron al Portuense y de ahí lo fichó el Barcelona B de Guardiola. Y como Chico, Suso, que ya se veía desde el Juvenil despuntar, pues otro que se lo llevó el Liverpool sin debutar siquiera en el Cádiz. Y ahora es más extraño todavía porque tienen una instalaciones de categoría cuando nosotros entrenábamos en El Rosal, que era un patatal.

-Retomemos su carrera en los banquillos que habíamos dejado en el Manchego.

-Sí, con el Manchego juego la liguilla y hago amistad con Mariano Hernán, que era el secretario técnico del Albacete, club que llevaba el Manchego. Vamos, el que a mí me pagaba era Candel, presidente del Albacete, que era el que ponía las pelas en el Manchego. De hecho, yo tenía a cuatro o cinco chavales del filial del Albacete en mi equipo. Total, tras jugar la liguilla con el Manchego me sale el Mallorca B, con el que ascendí a Segunda. Y en Segunda me cesan estando en la mitad de la tabla y me vengo para acá. Me coge el Cádiz en Segunda B, con Fran Canal y Rafael Mateo, y en el primer partido que salgo de los cuatro primeros me dicen que tienen equipo para más y que me van a cesar. Jejeje Teníamos 27 puntos y faltaban tres partidos para terminar la primera vuelta. Yo les dije que eran puntos de liguilla porque habíamos perdido un partido en casa, ese último 2-3 contra el Jaén; un partido que no tuvimos que haber perdido nunca. Total, que me llaman y les digo que este equipo, el Jaén, que iba primero destacado y que se metió en los puestos de liguilla en la última jornada y que después ascendió ganándolo al Ferrol. Pero entró en liguilla en la última jornada, o sea, que pegó un bajonazo. Y nosotros estábamos ahí, pero... Loreto no nos había marcado ningún gol. Recuerdo que parecía un chiquillo porque se ponía a leer y me decía 'es que quillo, no vea cómo me ponen'. Y yo le respondía. 'Chiquillo, te estoy poniendo yo, que no leas más, que no hagas ni puto caso. Si te pongo yo es porque eres bueno, tío'. Y después salía al campo y quería marcar desde el córner. Al chaval lo que le faltaba era tranquilidad porque era el mejor de los que yo tenía. Y eso que también tenía a Borge, que estaba pasando un momento muy malo a nivel personal y después tenía a Zafra, que era una cabra loca que encima se mosqueaba cuando le quitaba. Jejeje. Total, que no me metía un gol nadie, pero estábamos ahí con todo y con eso. Pues bueno, le dije que los puntos que llevábamos eran de liguilla pero que si querían echarme que como ellos vieran. Y me dicen. '-¿Tú te juegas la mitad de la ficha en estos tres últimos partidos? -¿Tú estás tonto o qué, cojones?', le dije a Fran Canal.

-Jajajajajajajja

-Faltaban tres partidos y uno de ellos era contra el Ceuta . Yo tenía a Juanma Cruz y Juan Antonio (Sánchez Franzón) me decía que lo pusiera. Y yo le dije, 'ponlo tú, Juan Antonio, que el próximo entrenador vas a ser tú'. Y efectivamente, el siguiente encuentro que yo ya no estaba porque no me iba a jugar la mitad de la ficha en eso, me veo que el entrenador es Juan Antonio y que pone a Juanma Cruz y pierde 3-0. No por Juanma Cruz, claro. Y no ganó ni uno. Después trajeron a uno de Madrid y el equipo se salvó a última hora con cuarenta y pocos puntos. ¡Si no fuera por los 27 que yo dejé estaban descendidos, cojones! Y todo el mundo dice 'la peor temporada en Segunda B la de Linares'. No picha, cuando yo me fui no estaba tan mal.

-Jajajajaja Y después de esa etapa cuál toca.

-Al San Fernando, en Segunda B, que lo cojo en descenso, donde lo había dejado Nene Montero. Lo salvamos con tranquilidad y Paco (SuperPaco, entonces presidente del San Fernando) me ofrecía dinero por salvarnos y le dije que no lo quería porque yo estaba seguro de salvarnos porque tenía un equipazo. Estaba Esteban, Masegosa, Torres, Mateos... Le ganamos al Granada con cuatro goles, al Poli Ejido que iba líder, con otros cuatro. Además, teníamos el campo castigado, jugábamos en Carranza y en el Cuvillo. Nada más que perdimos contra el Cádiz en el Cuvillo.

-Cierto, me acuerdo. Fue un partido que metía al Cádiz de Orúe en liguilla y que ganó 0-1 con un gol que vino precedido de un saque en largo del portero.

-Eso es, Víctor lo marcó después del saque en largo y de que fallase Llera, mi central. Tuvimos un montón de ocasiones pero, total, que perdimos y me encuentro allí mismo con Antonio Muñoz, al que antes de nada le recordé que yo me metí en liguilla con el Manchego y su Cádiz de Juan Carlos Álvarez no hizo nada. Y me dice. '-¿Tú tienes que cobrar todavía, no?'. Sí, porque todavía el Cádiz me debía de mi anterior etapa. '-Tenemos que hablar, ¿no?', me pregunta. Y le digo, que sí, que tenemos que hablar 'esto' [y hace la señal del money, money]. '-Esto tenemos que hablar, que me debes. -No, hombre, no querrás cobrarlo todo, ¿no? -No, no picha no. No voy a quererlo cobrarlo todo, no qué va'. Quería que negociara y no sé qué. 'Paecharlo'.

-Jajaja Pero a los años regresó al club con Javi Gracia.

-Calla, calla. Por eso te digo. Vuelvo porque viene Peguero (director deportivo y ex del Huelva).

-¿Pero cuándo vuelve al Cádiz ya había saldado sus cuentas?

-Sí, sí. Lo tenía que haber saldado porque le llegó, por parte de la Federación, la fecha de que me tenía que pagar.

-¿Y cómo es esa llamada de Peguero? ¿Qué hacía en ese momento usted?

-No sé si estaba ya en Onda Cádiz comentando o haciendo otra cosa. Lo que sé es que después del San Fernando me fui al Benidorm, donde estuve muy bien hasta que llegamos a Navidad en mitad de la tabla; esta gente también decía que tenían muy buen equipo, pero a mí se me habían roto tres jugadores importantes como Sergio, Biri o Montava, que era un tipo Ibáñez, que jugaba en el centro del campo de categoría... y no habían tenia huevos de ficharme a nadie. El filial estaba en Segunda regional, ¿a quién coño podía traerme? Total que me fui yo y entró el segundo entrenador, que esto tiene su historia...

-Al lío, que algo me suena.

-Cuando yo fui al Benidorm, me dijeron Mariano Hernán y otro que había sido entrenador del Albacete: 'quillo, si tú no tienes segundo entrenador que no te vayan a poner a un tío que se llama Bru' porque no sé qué, no sé cuánto. Total, que cuando llego a Benidorm me hacen una reunión con un montón de los directivos enchaquetados y demás y en un salón de reuniones muy grande y muy bien puesto todo.

-¿Solo ante el peligro?

-Sí, sí. Yo fui solo. Allí estaba yo, en mitad de la reunión y cuando me toca hablar digo: '-Hombre, yo si puedo traerme a mi segundo entrenador. -No, no. El segundo entrenador lo ponemos nosotros', me contestaron. Y digo: '-Bueno, vale, yo mientras no sea Bru...'. Y me dicen, -Bru es este, el que tienes al lado y que va a ser tu segundo'.

-Jajajjajajjajajajajajajajaja

-Y le dije 'po picha, tú tienes muy mala fama, eh'.

-Jajajajjaajjaajajajajajajajaa (lloro otra vez)

-Jajajajaj Claro, claro, metí la gamba, pero...

-¿Y le hizo la cama?

-Efectivamente, cuanto yo estuve allí el que se quedó el equipo fue él cuando me echaron. Que por cierto, no ganó ni uno de los nueve partidos que estuvo. Lo echaron y al final descendió el Benidorm, cojones. Otro que descendió. Los dos equipos que me echaron, descendieron tras mi salida. Y el Cádiz no lo hizo de milagro.

-¿Y después del Benidorm?

-Me vine aquí y me salió un equipo, el Corralejo, en Fuenteventura, que estaba en Segunda B. Yo estaba loco por irme; además me pagaban muy bien. Me recomendó el entrenador que salía, que había hecho la pretemporada pero se mosqueó con el presidente y le dijo que me llamase a mí, que me conocía de enfrentarnos en la misma categoría con el Pájara-Playas. Nos pasábamos informes de los equipos a los que nos enfrentábamos. El caso es que me recomendó. Así que llegamos a un acuerdo económico, pero me dicen que me tengo que ir ya. Yo les dije que necesitaba unos días para vender un piso que tenía aquí y me dijeron que estupendo, que al lunes siguiente allí nos veíamos. Pues no sé qué pasó esos días y con quién coño hablaron de Cádiz que me puso a parir. Como yo llevaba el Anfiteatro pues me puso el tío como si yo fuera el capo de la noche de Cádiz. Así que se echaron para atrás y no lo entrené finalmente por alguien que rajó de aquí y que yo creo que es del Colegio de Entrenadores, pero bueno...

-¿Y desde entonces nada?

-Exacto. El Corralejo ha sido el último equipo con el que yo he tenido contacto.

-¿De qué vive Chico Linares hoy en día?

-Ahora mismo estoy jubilado. Y cuando no lo he estado pues me he buscado la vida como he podido y no me ha faltado.

-Vamos, que nadie le ha sacado de pobre como alguien le llegó a decir.

-No, no. Jaja.

-Eso le iba a decir. ¿Usted sigue siendo entrenador de fútbol?

-Por supuesto. De hecho, he seguido intentando abrirme camino y en ello estoy.

-Si no recuerdo mal volvió a entrenar en las escalas inferiores del Cádiz. ¿Cómo fue esa última etapa en su club?

-Bueno, yo después de esa última experiencia en la que alguien dio malos informes sobre mí, me llevé una temporada sin que me llegase ninguna oferta. Mi representante me decía que 'si cuando uno sale de la rueda, que si llegan muchos nuevos año tras años, que si esto que si lo otro...' El caso es que yo ya estaba perdiendo la esperanza cuando se me presenta la oportunidad de entrenar al Juvenil A División de Honor del Cádiz y lo acepto con toda la ilusión porque pensaba que podía volver a progresar. Y creo que lo hicimos bastante bien.

-¿Quién estaba de presidente?

-Vizcaíno ya. Y Jorge Cordero de secretario técnico o de lo que fuera. Quedamos terceros de la categoría, a tres puntos del segundo, que los dos primeros tenían opciones de jugar la Liga de Campeones juvenil, donde normalmente entran Real Madrid, Barcelona, Atlético, los grandes, vaya. Era algo que le hacía mucha ilusión a los chavales. Y después de esa buena temporada, yo pensaba que podía seguir y de paso volver a estar en el candelero y conseguir volver a meterme en la rueda. Pero me llamaron del club y me dijeron que me iban a bajar al otro juvenil, que no menosprecio para nada, pero mi intención cuando regresé al club era para subir, no para bajar.

-Sobre todo después de una buena temporada.

-Pues eso. Entonces cuando les contesté que no, me dijeron que cómo no podía aceptar esa oportunidad que me habían dado, que si me habían sacado de la calle.

-¿Cóóóóóóóóóóóóóóóóóóóóóóóóóóóómo? ¿Quién le dijo eso?

-Vizcaíno. Y yo le dije. '¿Qué tú me has sacado de la calle por darme el Juvenil de División de Honor? Pues, vale picha. Gracias por el cable' Jajaja.

-Jajajajaja Ojú. Hablando del Cádiz actual. ¿Cómo lo ve?

-Lo veo bien, nunca lo he visto inferior a ningún equipo.

-Para ir terminando, Chico. La esperanza es lo último que se pierde. ¿Se sigue sintiendo entrenador?

-Claro que me sigo sintiendo entrenador de fútbol.

-¿Y su teléfono está abierto?

-Claro que lo está, lo que pasa es que no tengo ni representante. Me he metido en el Linkendin ese, lo que pasa es que me sale en chino con sus castas. Y no lo entiendo, claro. Pero sí, me abrí una cuenta de entrenador para los que busquen.

-Jajajaja Puede que le haya pasado factura a lo largo de su carrera ir siempre a pecho descubierto, sin un segundo; ahora que los entrenadores tienen más ayudantes que un capataz.

-Es que a mí nunca me han dejado ir con un segundo en ningún lado, nada más que en Cádiz al principio, donde tuve a Andrés (González) y después a Ángel Oliva. Nunca he tenido la opción; cuando la he pedido me lo han puesto ellos y no he tenido más remedio que decir 'vale'.

-Hemos hablado largo y tendido de fútbol, pero también hizo sus pinitos en la hostelería. ¿Cómo llegó a ella?

-Cuando me echaron de Benidorm me salió la oportunidad de poder participar en la reapertura del Anfiteatro con Paco Parrilla. Y la verdad es que funcionábamos a tope porque aquello se ponía hasta arriba todos los fines de semana. Y yo lo ganaba bien y prácticamente no hacía 'ná'. Me tomaba dos copas y encima me pagaban, 'po' fíjate.

-Jajajajaja Hombre, llevaría a gente sin duda.

-Bueno, era parte de colaboración porque yo era relaciones. Yo me dedicaba al principio a repartir tarjetas a mis amistades. Recuerdo que al principio de la reapertura íbamos abriendo muy poco a poco porque el Anfiteatro es muy grande. Pues bien, al final conseguimos abrirlo a tope y que se llenase a tope. Y como nos lo pagaban bien y yo ya no tenía mucho trabajo en el fútbol, pues me gustaba. Pero mi intención era seguir entrenando y cuando me salió el equipo alguien me jodió.

-¿La noche le ha dado más o le ha quitado?

-No creo que ni me haya dado ni me haya quitado. Yo la he vivido porque creo que había que vivirla en su momento. Lo mismo que ahora a las once me estoy durmiendo, cuando era más joven estaba saliendo. Pienso que es lo normal de los años. Yo he ido con la edad.

-¿Cree que ha tenido mala prensa de manera exagerada y sin tener que haberla tenido?

-A ver, es que yo creo que lo normal es salir cuando se es joven. Y ya después, pues lo que te dije antes, que después todo se magnificaba porque 'todo el mundo te veía'. Pero a nosotros nos concentraban tres días seguidos antes de jugar un partido. Entrenábamos, nos llevaban a comer, a entrenar otra vez, dormíamos en el hotel y así hasta el partido. A mí el que me diga es que 'yo veía a Mágico dos horas antes de un partido' eso es mentira porque nosotros estábamos concentrados. Ahora bien, jugábamos, y lo hacíamos contra equipos grandes que lo normal es que perdieras muchas veces, y nos decían '-que cómo vais a salir si habéis perdido. -Picha, como no voy salir si llevo tres días encerrao, cojones'.

-Jajajaja Para ir terminando con un gaditano de toda la vida, ¿cómo ve la ciudad?

-No he visto muchos cambios, la verdad. Lo que sí digo es que no me gusta tanto populismo, me gusta más lo práctico. O sea, que se hagan las cosas y que se gestione bien la cosa pública y de todos.

-Toda la razón, como en todo. Un placer, Entrenador.

-Otro.

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