urbanismo
El chalé de Cádiz, una especie en extinción
Van desapareciendo de la fisionomía de Cádiz, siendo un lujo al alcance de cada vez menos personas: del centenar inicial ya apenas queda en pie una quincena
Villa Poseidón, en el número 18, será el único chalé que quede de pie en el Paseo Marítimo de la capital gaditana
Los chalés de Cádiz se están perdiendo. Algunos, para alimentar que hay una excepción que confirma la regla, se están levantando, como el que ha decidido construirse el futbolista gaditano Suso, actualmente en el Sevilla, en la avenida de la Bahía. Pero la tónica general, si se pone el foco en los últimos años, con la falta de suelo y la necesidad de construir de la mano, es que se están perdiendo: del centenar inicial ya sólo quedan alrededor de 15 en la ciudad.
El mejor botón de muestra es la imagen que va a ofrecer dentro de muy poco el Paseo Marítimo de la ciudad, antigua zona de esparcimiento de los gaditanos que querían y podían vivir a pie de playa. Hoy día se buscan chalés en El Puerto, o en Chiclana, pero antiguamente, los más pudientes se hacían sus casas, o sus segundas viviendas para el verano, frente a la playa.
El chalé del número 17 del Paseo Marítimo será demolido próximamente para construir una decena de viviendas con garajes y trasteros. El proyecto, tal y como adelantó este medio, ya tiene licencia y debe convertirse en realidad más pronto que tarde.
Su demolición dejará en la zona una única casa unifamiliar en pie: la vecina Villa Poseidón, en el número 18. Este imponente chalé, ubicado junto a la Plaza Helio, está conformado por dos construcciones como si fueran chalés independientes.
Su construcción data de los años 60 del siglo pasado y desde entonces es objeto de las miradas de todo el que pasa por delante. Cuando el vecino número 17 sea derribado y en su lugar se forme un edificio con diez viviendas, que tampoco pasará precisamente desapercibido, Villa Poseidón acaparará la mayor de las atenciones. El último bastión de una especie en extinción.
Los tiempos han cambiado. De qué manera. Y Cádiz tampoco es lo que era. La ciudad ha ido creciendo poco a poco hasta dejar patente que la falta de suelo para construir viviendas en un hecho irrefutable. Y la fisionomía a mitad del siglo pasado nada va a tener que ver con la que se podrá presenciar cien años después. Ya se barrunta la futura escena con la despedida a las casas unifamiliares y el saludo a las construcciones más altas: incluso hay entre manos, en las de la promotora sevillana Grupo ABU, un rascacielos de 20 plantas.
La mayoría de estas casas unifamiliares en el Paseo Marítimo y en otras zonas de la capital gaditana comenzó a levantarse en los años 40 del siglo pasado y fueron obras de arquitectos como Casto Fernández-Shaw, Antonio Sánchez Esteve, Manuel Fernández Pujol o Rafael Hidalgo.
La venta del número 17
El chalé del número 17 del Paseo Marítimo que se demolerá para levantar diez viviendas salió a la venta por un precio de 1.790.000 euros, el más alto del mercado en la capital.
Su comercialización la realizó Hispania Servicios Inmobiliarios y en su descripción se detallaba que se trataba de una vivienda «única e irrepetible» debido a su situación, enfrente de la playa Victoria, en una zona convertida recientemente en peatonal a la que tan sólo tienen acceso actualmente los vehículos de servicios y los que disponen de un garaje en la zona.
Confirmada la venta del chalé, el proyecto para levantar en ese espacio una decena de viviendas con garajes y trasteros corre a cargo del estudio gaditano de arquitectura La Consulta. La promotora, por otra parte, es Desarrollos Inmobiliarios Privanza S.L., con sede en la capital de España.
La edificabilidad es de 700 metros cuadrados. Y el edificio contará con siete plantas: sótano, planta baja, planta primera, planta segunda, planta tercera, planta cuarta y planta castillete. En la planta sótano, como ya informó este medio, irán zonas comunes, trasteros en un espacio de unos 50 metros cuadrados y el aparcamiento, para el que se destinan 76 metros cuadrados.
Las viviendas se repartirán entre las planta baja, primera, segunda, tercera y cuarta. Irán desde los estudios de unos 55 metros cuadrados a viviendas de dos dormitorios de 60 y dúplex, también con un par de habitaciones, de 85 metros cuadrados. Por último, en la planta Castillete irán más zonas comunes.
Chalés protegidos por el PGOU
En el Paseo Marítimo, en un contexto en el que las constructoras pujan por solares de un alto valor inmobiliario, y qué mejor espacio que frente a la playa, sólo va a quedar un chalé. Y en el resto de la ciudad, contando con los dedos, no se llega ni de broma a la quincena.
Hay cuatro en la avenida principal, con Villa Mercedes, que data de finales de la década de los años 30 del pasado siglo y se ubica en la esquina de la Avenida con Huerta del Obispo, como el más señero. Los otros supervivientes se reparten, también por Extramuros, en zonas como Bahía Blanca, La Laguna, la mayoría de ellos, o Almirante Vierna, donde apenas resisten.
Hay dos que además de supervivientes son intocables. Se trata del mencionado Villa Mercedes y el chalé de Varela, protegidos en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
El antiguo chalé del general Varela es de propiedad municipal, aunque la familia del militar aún tiene autorización para su uso, y el chalé Villa Mercedes es de propiedad privada y se encuentra protegido debido a su relevante arquitectura.
Con el PGOU en la mano, sólo estas dos zonas de Cádiz, Bahía Blanca y la Laguna, conservan la denominación de 'Ciudad Jardín' y permiten el mantenimiento de este tipo de construcciones.
El tiempo dirá, pero todo hace pensar que dentro de unos años, no muchos, y más teniendo en cuenta la necesidad de suelo y la proliferación de apartamentos turísticos, serán más bien pocos, contados de nuevo con las manos, los que queden en pie en Cádiz capital.
Los propietarios de edificaciones unifamiliares levantadas bajo la denominación de 'Ciudad Jardín' pueden mantenerlas en pie o construirlas de nueva planta, caso este último del que se ha levantado en la calle Tamarindos en 2018 y que también es propiedad de la familia del futbolista gaditano Suso.
Los últimos planes de ordenación urbanística limitaron las alturas de las nuevas construcciones que han ido sustituyendo a los chalés a dos o tres pisos como mucho en La Laguna. El objetivo no es otro que evitar el colapso en un barrio muy congestionado de población.
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