CÁDIZ

Cádiz y sus locales 'malditos'; negocios que siguen sin suerte

La ciudad presenta una serie de lugares en los que asentar un restaurante o un comercio se ha convertido en misión casi imposible, a pesar de que muchos de ellos se encuentran en sitios privilegiados

Cartel de 'se alquila' o 'se traspasa'. Es el panorama que muchos gaditanos se encuentran cuando pasean por algunos lugares de Cádiz que se antojan casi privilegiados por su ubicación y todo lo que les rodea. Locales que en condiciones normales deberían ser una mina de oro para sus propietarios, pero que sin embargo por unas cuestiones u otras van arrastrando negocios uno tras otro con el paso de los años.

Son los llamados locales 'malditos', esos en los que un año hay un restaurante y al siguiente otro totalmente distinto. Ese en el que triunfó antaño un establecimiento que desde que echó el cierre no ha vuelto a ver como sus respectivos sucesores levantan cabeza. Hay más de un local en la ciudad de Cádiz que puede rezar de maldito, porque no hay manera de que se asiente en él un restaurante u otro tipo de establecimiento.

¿Por qué? Los motivos pueden ser diversos, pero muchos de estos locales se encuentran en sitios tan privilegiados de la ciudad, véase el Paseo Marítimo, que eso mismo puede ser su condena. Un alquiler muy alto, las dimensiones y el tener unas expectativas altas de crecimiento que en ocasiones no se pueden cumplir, pueden ser algunos de los motivos por lo que un negocio o un proyecto empresarial no triunfa en estos locales de la ciudad.

Se lleva la palma en esta maldición el ubicado en una de las millas de oro de Cádiz. Concretamente el local del Paseo Marítimo, esquina con la antigua calle Fernández Ballesteros. Puede ser el primero que a muchos gaditanos se le viene a la mente cuando se hace referencia a este tipo de situaciones que se dan.

Un local de dos plantas, grande y que tiene a pocos metros restaurantes y locales de ocio nocturno de la capital, sin duda una de las zonas con mayor movimiento en verano, y en la tarde y noche de cualquier época del año. El conocido tardeo se mueve a las mil maravillas cerca de este local que hasta hace poco ocupaba una franquicia de comida mexicana y que ahora luce un enorme cartel de 'se alquila'.

Pero antes de este negocio, fueron 100 Montaditos y La Sureña los que ocuparon el local antes de marcharse a los bajos del Hotel Q. Y si se mira más en el tiempo atrás fue otro restaurante, De Otero, quien no hace más de diez años estaba en ese mismo local. Lo que está claro es que en la última década nadie ha terminado de asentarse en una esquina que también estuvo ocupado por un parque infantil de bolas. En definitiva, un local en el que el infortunio es una patente.

No es el único, el Paseo Marítimo puede presumir, por desgracia, de otros locales a los que les ha costado arrancar históricamente. En la zona de Cortadura, en el edificio Arratía, se encuentra uno de los locales de mayores dimensiones del propio paseo gaditano. En su día fue una discoteca que saltó a la fama por una reyerta que tuvo lugar en sus inmediaciones. Desde que cerró el establecimiento de ocio poco más ha dado de sí, hasta que ahora parte del local lo van a ocupar las oficinas del Sindicato de Enfermería, SATSE. En los últimos años los bajos de estos edificios han estado sin uso, viéndose solo los ladrillos que los tapaban.

Más allá del Paseo Marítimo no hay que irse muy lejos a otra zona de especial relevancia, la avenida principal cerca del Estadio Carranza. Quién no ha conocido o disfrutado del mítico Bar Estadio, ese que daba la bienvenida a los cadistas bajando a la Plaza de Madrid para acudir al coliseo gaditano.

Desde que cerró este mítico establecimiento han pasado muchísimos negocios por un local tambíen grande con una terraza enorme en plena avenida. El 'Planeta Lomitos' del exjugador del Cádiz Javi Acuña fue uno de los que intentó asentarse sin éxito. Luego pasó a ser un restaurante de comida asiática para transformarse en la pizzería Pomodoro. Ahora, es otro restaurante el que está tratando de tener mayor suerte en un local considerado maldito hasta ahora.

Situación similar la que se ha dado en otra parte de la ciudad pero que también es un enorme escaparate. Las Cuestas de las Calesas es una de las entradas al casco antiguo y justo delante de las Puertas de Tierra estaba el añorado Rio Saja. Desde que el restaurante cerrara sus puertas han sido varios los intentos de reflotar otro local que coincide en las características: dos plantas, grandes dimensiones y en lugar privilegiado.

En definitiva, establecimientos que no han triunfo en la ciudad y que han sufrido en sus carnes diveros motivos que les ha condenado. Lo que está claro es que no es oro todo lo que reluce en algunas zonas de la ciudad, seguramente por cuestiones que escapan al gaditano y que afectan directamente al empresario o el emprendedor que trata de abrir un negocio en estos locales.

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