Carnaval de Cádiz
Cádiz se empapa de coplas en el lunes de Carnaval
Pasear por la ciudad era hacerlo con banda sonora y con parada obligatoria con cada agrupación que regalaba sus letras por cada rincón
Así es el pasodoble inédito que la chirigota del Selu tenía preparado para la final del COAC: «¡Qué arte tienen!»
Aumenta la probabilidad de «un temporal de lluvias, con altos acumulados» durante el Carnaval de Cádiz
Cádiz se ha echado a la calle para disfrutar del lunes de Carnaval. Con un ojo en el cielo, los gaditanos y visitantes han podido empaparse de coplas, después de un domingo de coros en el que el tiempo amenazó con un chaparrón pero luego dio una tregua y permitió que las agrupaciones alegraran las calles y las serpentinas y papelillos coloreasen la ciudad.
El cielo completamente encapotado y el parte meteorológico poco esperanzador, según la AEMET la probabilidad de lluvia era de un 95% hasta las 18:00 horas, hacían que aquellas personas que se habían acercado al mediodía a la capital gaditana saboreasen cada copla como si fuera la última. Nunca se sabía cuando se iba a acabar la fiesta. Pero mientras el cielo le dejó, Cádiz disfrutó de su fiesta en cada esquina, en cada rincón, en cada plaza de sus entrañas. Cualquier lugar es bueno para cantarle a la madre del Carnaval.
Antes de llegar al epicentro de la fiesta, el ambiente por los alrededores ya presagiaba una jornada de alegría en familia y amigos. Las paradas de autobuses estaban llenas de personas disfrazas de todo tipo y, pasadas las Puertas de Tierra, hay quien prefería llegar al casco antiguo a pie. Y antes de llegar a la plaza Mina, lugar junto a la plaza de Abastos donde se realizaba el carrusel de coros, muchos se llevaban una grata y flamenquita sorpresa. En el escenario de la plaza España, la agrupación 'Una chirigota con sHoNikEt3', que pasó a Cuartos del COAC, arrancó las carcajadas de los presentes que la escuchaban con atención, pero también los 'ole', en un popurrí que muchos han memorizado desde la primera vez que lo cantaron sobre las tablas del Gran Teatro Falla. «Será que gaditano me parieron y me sobran los te quieros para cantarte en carnaval», cantaron las chonis, a lo que una señora exclamaba: «¡qué bonito, hijo!» .
Las coplas inundan el centro de Cádiz
Ya en la plaza Mina, los coros subidos a sus respectivas bateas no paraban de regalarle coplas a todo aquel que se paraba a escucharles. 'Los malhablao' o 'La desafinada' eran muchos de los coros que regalaron sus letras al público. «Mi guitarra, que es Cádiz, nunca la escuchas desafinada», reza su estribillo. Aunque los bancos de la plaza estaban repletos de personas que habían decidido traer su comida de casa, los bares y kioscos de los alrededores, que como en el resto del casco antiguo montaron una barra en el exterior, estaban a rebosar desde primera hora de la tarde. «Por ahora muy bien, no está lloviendo y hay muchísima gente. Ayer, menos de doce a cuatro de la tarde, cuando cayó el chaparrón también muy bien», afirmó uno de los trabajadores de uno de los bares de la plaza Mina. «El sábado estuvo muy bien en cuanto a ventas; el domingo al final respetó después de las dos o tres horas de chaparrón y hoy, pues bueno, a ver si no llueve durante la tarde porque por la noche hoy no hay nada», explica el vendedor de 'El Kiosco', de la plaza San Francisco.
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El camino que transcurre entre la plaza Mina y la plaza de Las Flores es un paseo con banda sonora. Es obligatorio pararse y poner el oído en cada agrupación que te encuentras. Cádiz está feliz. Se ve en cada carcajada que despierta cualquier chirigota callejera o en la cara de ilusión de un niño al conseguir una nueva chapa que lucir. Cádiz lo pone prácticamente imposible para aburrirse, para no disfrutar. Y eso se nota en las caras de los visitantes que se dejan perder por la calle de una ciudad que respira alegría.
También era el día para la Cantera. Por el escenario de la plaza de San Antonio pasaron agrupaciones infantiles y juveniles, dentro del marco del programa “La Cantera Callejea”. Pero no solo los asistentes pudieron disfrutar de los grupos que subían al escenario. En la calle Ancha, cada dos pasos, una agrupación compuesta por los más pequeños de la casa regalaban su arte al respetable.
Afortunadamente, las coplas le ganaron la batalla a las nubes y los pitos pudieron sonar por la calles de Cádiz.