cádiz

Un año sin Pablo Grosso: «Hay un vacío imposible de llenar»

Emotivo recuerdo de su sobrino Nacho al cumplirse el primer aniversario del fallecimiento del hostelero gaditano

Gran pérdida en Cádiz: muere el hostelero Pablo Grosso

Pablo Grosso, con su sobrino Nacho cedida

L.V.

CÁDIZ

Un año sin Pablo Grosso. Este 7 de marzo se cumple el primer aniversario de la muerte del hostelero gaditano y la familia ha remitido a este periódico un emotivo recuerdo escrito con el corazón herido de su sobrino Nacho.

El escrito es el siguiente:

«Hace un año que te fuiste y aún me cuesta creerlo. El mundo sigue girando, el tiempo pasa y la vida continúa, pero hay un vacío imposible de llenar. La hostelería era tu vida, tu pasión, tu esencia. Eras el primero en encender las luces del local, en calentar el café, en dar los buenos días con una sonrisa... No importaba lo cansado que estuvieras, siempre tenías una palabra amable, una broma, un gesto que nos hacía sentir a todos como en casa.

Tú no solo servías platos, tío Pablo, nos servías y creabas momentos inolvidables. Creaste un refugio donde la gente reía, compartía, olvidaba sus problemas por un rato y yo tuve la suerte de ver eso de cerca, aprender de ti y, sobre todo, admirarte.

Hoy me pregunto qué harías si estuvieras aquí en este primer aniversario recordándote y rezando por tu alma en la casa del Señor. Seguro que nos dirías: «Vamos, nada de lágrimas, que la vida sigue». Pero ¿cómo no llorar, tío?, ¿Cómo no extrañarte? Daría todo por volver a verte tras la barra de El Aljibe una vez más, por escuchar tu risa mezclándose con el bullicio del local.

Pero tu día no comenzaba en el restaurante, lo hacía a las 8 en punto en Makro, ese lugar que ha sido como tu segunda casa durante más de 25 años, recorriendo pasillos y apareciendo por la otra punta preguntándome por productos e ignorándome o mandándome a que fuera a buscar más carros. Allí conocías a todos y todos te respetaban y querían. No eras un cliente más, eras parte de todos ellos y me consta que te echan mucho de menos, a ti y los churros que les llevabas los domingos para que hicieran un pequeño descanso y desayunaran contigo.

Te echo tanto de menos, tío Pablo. Me gustaría volver a verte detrás de la barra, repartiendo cariños sin darte cuenta y, probablemente, sin ser consciente de ello. Y entre medias alguna que otra bronca bien merecida. Daría lo que fuera por compartir otra mañana contigo viendo tu manera de saludar a la gente como si estuviesen en su propia casa, por volver a sentir esa alegría tuya que llenaba cada rincón y penetraba en todos los corazones.

Te fuiste demasiado pronto, pero en cada mesa servida, en cada plato, en cada brindis entre clientes y amigos, sigues presente. Y en mi corazón, seguirás vivo para siempre. Te quiero". Nacho Grosso Boto

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación