Cádiz
Un acuario en Cádiz, el proyecto que necesita tierra para hacerse realidad
Un grupo de inversores planea invertir 25 millones en la construcción de este Aquarium, con la Escuela de Náutica o el Campo de las Balas como principales opciones para su ubicación
Un acuario en Cádiz. Es el proyecto que ha diseñado un grupo de inversores con tres décadas de experiencia en este sector y que desde hace seis años está intentando hacer realidad este sueño. Supondría una inversión inicial de 25 millones de euros y su implantación reforzaría la oferta turística de la capital gaditana, además de servir como centro de investigación.
Al frente se encuentra Joaquín Jiménez Lagares, sevillano afincado en la provincia y director de operaciones de Gades Bio Aquarium. Jiménez, que fue director del acuario de Gijón, lleva más de un lustro reuniéndose con las diferentes administraciones (Ayuntamiento, Diputación, Junta de Andalucía Autoridad Portuaria...) y demás entidades de servicio público (Universidad, empresarios, cámara de comercio) con el firme propósito de que esta idea termine de germinar. Suena bien, para todos, pero se encuentra siempre con el sempiterno problema de la burocracia, más allá de la consabida falta de suelo.
Se planeó en terrenos de la Autoridad Portuaria, pero el tiempo apremia y todavía queda demasiado para esa deseada integración. Se busca una ubicación céntrica para presentarse como una buena oferta a los visitantes, y surgen dos principales alternativas: la Escuela Náutica y el Campo de las Balas.
Son los dos escenarios escogidos. La Escuela Náutica se adapta perfectamente, pero la Junta ya ha comunicado que la sacará a subasta. Iba a ser en este primer semestre, pero de momento no avanza, y están a la expensas de que sea a final de año. Los inversores prefieren la fórmula de la concesión administrativa, pues la subasta implica que cualquier otra sociedad ejerza su derecho de compra y se adelante, así que podría dar al traste con el proyecto.
La otra opción es el Campo de las Balas, de titularidad municipal. Según recoge el PGOU, el 51% del terreno es de uso hotelero y el 49%, de uso dotacional. Desde Gades Bio Aquarium han solicitado a los responsables del Ayuntamiento que dividan esta 'pastilla' y se ceda este 49% para la construcción del acuario, pero no ha habido una respuesta positiva.
Sin respuesta
Joaquín Jiménez asegura que son casi seis años los que llevan luchando para ejecutar este proyecto, seis años en silencio reuniéndose con todas las administraciones, pero la paciencia empieza a agotarse y ven factible que este mismo negocio vea la luz pero en otra provincia, como puede ser Málaga, donde también han tenido contactos.
«Sería una lástima», apunta. «Los inversores son unos enamorados de esta tierra y quieren establecerse aquí, pero no hay respuesta». Asegura que no se trata «de un acuario decimonónico, tradicional. Albergaría a más de 3.000 especies y es positivo desde muchas perspectivas. A nivel turístico es una oferta para los visitantes que llegan cada día y que no tienen más que playa y gastronomía, por lo que a veces se van a Jerez a ver la escuela de Arte Ecuestre o incluso a Sevilla. Por poner ejemplos, el Yacimiento Arqueológico Gadir, la Torre Tavira o el teatro romano no pueden atender a la llegada de 6.000 cruceristas ya por una cuestión de espacio. Un acuario serviría para desestacionalizar el turismo«.
Luego está «la dimensión educativa. Lo que no se conoce no se valora, y los niños y niñas de Cádiz tendrán a su disposición un lugar donde conocer las especies de su hábitat natural«. También hay una intención de establecer lazos con la Universidad de Cádiz, »para fomentar la investigación, ofreciendo aulas y apoyo en este campo«. Y para terminar, se trata de un proyecto »sostenible, bioclimático, con la utilización de energías renovables y dando valor a esa economía azul de la que tanto hablar nuestros representantes políticos«. Cádiz mirando al mar, la eterna quimera.
La provincia no cuenta con una instalación de estas características, por lo que los gaditanos tienen que desplazarse a Sevilla, Málaga o Granada para disfrutar de una visita cultural que supone además un notable impacto económico y laboral.