Turismo
Cádiz, destino turístico de bodas
El número de enlaces matrimoniales protagonizados por dos extranjeros se ha disparado un 25% desde el año 2010, según el INE
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La ciudad de Chiclana acogió el pasado mes de octubre la segunda edición de 'TopBoda', un foro en el que se dieron cita expertos del mundo de los enlaces matrimoniales en los que se debatió largo y tendido sobre la actualidad y el futuro del sector. Cádiz es una región cuyo principal motor económico es el turismo y no se cierra a ninguna posible fuente de ingresos para lograr su desestacionalización. Cádiz, destino turístico los 365 días del año. Y parece haber encontrado en las bodas un campo en el que adentrarse y al que sacarle jugo.
A pesar de la disminución en el número de matrimonios, el turismo de bodas se está consolidando como un sector en crecimiento. Las bodas de destino, en la que los novios y sus invitados viajan a un lugar especial para celebrar la ceremonia, ha dejado de ser un hecho que se veía solo en las películas americanas, a ser una realidad. Cádiz es un destino con todas las cualidades para ser un referente dentro de este campo, hablamos de una provincia con más de 300 días de sol al año, con enclaves únicos para celebrar un enlace nupcial como las bodegas de Jerez, los hoteles de Sancti Petri o las innumerables fincas recogidas por todo el territorio provincial. La riqueza cultural, su paisaje costero y el clima privilegiado hacen de Cádiz un destino único para el turismo de bodas.
El impacto económico de este modelo turístico es considerable, ya que no solo se incrementan las reservas en hoteles en temporada baja, sino que se impulsa la economía local, ya que por ejemplo si viene una pareja procedente de Alemania, Reino Unido de Italia a casarse en Cádiz, y su estancia se prolonga durante cuatro o cinco días, se impulsa el consumo de productos autóctonos y en tiendas locales. A nivel mundial, y según los datos del portal Turinews, el turismo de bodas genera aproximadamente 150 mil millones de dólares anuales, aunque esa proyección se podría duplicar en 2028. Cádiz, una de las regiones de España con mayor número de turistas, busca ahora posicionarse dentro de un sector muy competitivo, dónde gozan de alto prestigio otros destinos europeos como la Toscana en Italia o Porto en Portugal.
Sube un 25% las bodas de extranjeros en la provincia
A pesar del descenso de bodas a nivel general en la provincia de Cádiz, el número de enlaces matrimoniales protagonizados por extranjeros ha crecido notoriamente en la provincia de Cádiz. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, en el año 2010 se hubo un total de 400 bodas en la provincia de Cádiz en las que al menos uno de los dos cónyuges no había nacido en España, mientras que en 2022 el dato era de 448 enlaces.
Por otro lado, en 2010 las bodas en las que los dos cónyuges eran extranjeros fueron 29 y en 2022 hasta 39, es decir, en doce años se ha disparado un 25%. En el caso de las mujeres, durante 2022, se casaron en la provincia de Cádiz un total de 4 alemanas, dos búlgaras, tres francesas, cuatro irlandesas, ocho italianas, dos neerlandesas, cinco polacas, tres portuguesas, ocho británicas, doce rumanas, siete rusas, seis ucranianas, dos argelinas, treinta y dos marroquíes, diez argentinas, trece brasileñas o siete bolivianas.
En el caso de los varones, se casaron en la provincia de Cádiz en 2022 hasta seis alemanes, tres búlgaros, nueve franceses, siete irlandeses, dieciséis italianos, un neerlandés, cuatro polacos, siete portugueses, veintitrés británicos, seis rumanos, un ruso, dos ucranianos, dos argelinos, sesenta y dos marroquíes, un nigeriano, cinco argentinos, cinco brasileños o tres bolivianos.
Enlaces cada vez más tardíos
El número de enlaces matrimoniales en la provincia de Cádiz ha caído notablemente en los últimos años. Según las cifras registradas en la web del Instituto Nacional de Estadística, en 1992 se produjeron en tierras gaditanas hasta un total de 6.332 enlaces matrimoniales, mientras que treinta años después, en 2022, el dato es de 5.357 bodas, de las cuáles 5.198 fueron protagonizadas por un hombre y una mujer, 68 enlaces matrimoniales de dos hombres y 91 bodas de dos mujeres. Así, en tres décadas la cifra de bodas ha bajado un 15,40% en la provincia.
Sí ha subido la edad en la que se casan los gaditanos. En 1992 se casaron 2.231 hombres y 3.026 mujeres con edades comprendidas entre los 20 y los 25 años. En 2022, solo protagonizaron un enlace matrimonial 104 hombres y 222 mujeres con edades comprendidas entre los 20 y 25 años. En 1992 se casaron 1.148 hombres y 592 con edades entre los 30 y 35 años, y en 2022 fueron 595 hombres y 680 mujeres. En 1992 era mayor el número de personas que tenían entre 20 y 25 años que se casaban en vez de los que lo hacían con una edad entre los 30 y 35 años. Hoy, la situación es totalmente opuesta.
Curiosamente, en 1992 se casaron solo 137 mujeres con 40 años o más. En 2022 solo con 40 años se casaron 151 mujeres, y el total de mujeres con 40 años o más ascendió a 1.698.
Cádiz, destino de bodas para extranjeros
Alicia Pérez Fopiani, es responsable de la empresa Love Wedding Planners y lleva más de quince años como 'wedding planner'. «Lo que hago realmente es la organización de una boda, de principio a fin». Señala que «hay clientes que vienen de cero, que no tienen ni la fecha y hay otros que sí tienen algunas cosas, pero llega un punto en el que se ven desbordados por todos los detalles que conlleva un evento así».
«A lo mejor una boda lleva una temática concreta y necesitas a un profesional que ponga un poco de orden, ¿no?, que encaje todas las piezas de ese puzzle». Su profesión, 'wedding planner', es un oficio «que viene de Estados Unidos, allí es algo muy normalizado. Tú te vas a casar y ni siquiera te planteas buscar una finca o qué catering elijo, directamente vas a una empresa de organización de boda», pero asegura que «cada vez es algo que está más a la orden del día, ya no es raro ir a una boda y encontrarte con un organizador», ya que «por ejemplo, para la pareja, lo más normal es que sea la primera vez que se enfrentan a esto y se les hace un mundo. Hoy, el sector boda es realmente una pequeña industria que mueve mucho dinero, pero también mueve un montón de empresas, y claro, tú dices, yo me caso, pero ¿Por dónde empiezo? ¿Qué está mal?, y para nosotros es nuestro día a día, podemos ir guiando al cliente para optimizar recursos y optimizar un presupuesto.
La 'wedding planner' apunta a que «hay muchas parejas que deciden casarse en Cádiz» por varios motivos, «no solamente el clima, sino porque pueden conseguir mejores precios, las infraestructuras, el sol o la gastronomía, al final son muchas cosas que hacen que la gente venga aquí».
«Yo he tenido muchísimos clientes extranjeros, y no solamente vienen españoles que se casan en Cádiz por algún motivo, sino que vienen muchos clientes de fuera, clientes de Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Holanda o Italia», y apunta a que «este año, por ejemplo, hemos tenido dos bodas italianas». En su opinión, «creo que la provincia se tiene que esforzar en darle valor a este tipo de turismo, al igual que hay un fuerte turismo de sol y playa, de gastronomía, de golf... pero creo que es importante al turismo de bodas porque es una industria y cada vez hay más gente que nos elige por un montón de motivos».
Diferencias entre las bodas españolas y de extranjeros
La 'wedding planner' analiza las diferencias de una boda protagonizada por españoles o extranjeros. «Hay personas que eligen Cádiz para su boda porque se enamoraron de la provincia, o hay personas que se enamoraron de Cádiz, o se enamoraron de la provincia» o incluso «hay gente que nos elige sin tener ningún tipo de conocimiento previo», y realmente «la diferencia de las bodas es que la de los extranjeros son más pequeñas, más exclusivas, viene su gente más cercana, su familia y amigos más cercanos y todos viajan para asistir a la boda».
«No vienen solo para casarse el sábado, invierten en venir en sus vacaciones, disfrutar de Cádiz, vienen días antes y eso nos repercute a nosotros porque es un grupo de personas que van a alojarse aquí, que vienen a comer, que van a utilizar servicios complementarios como peluquería, algo de belleza, hacerse las uñas... no viene un grupo de cien personas, es un grupo más pequeño de unas sesenta personas que vienen a alojarse y van a disfrutar de unos días previos, hacen visitas turísticas, a lo mejor una 'preboda' en alguna playa o chiringuito«, afirma.
A lo largo de los años el concepto de boda ha ido evolucionando. «Antes era todo más tradicional, ibas a la iglesia y luego te decían que querían que el centro de la mesa tuviera algún detalle concreto pero poco más», mientras que ahora «sobre todo después de la pandemia, ha habido un boom de querer montar una boda pero dándole mucha prioridad a la fiesta», aunque «la parte tradicional se sigue manteniendo».
«Es verdad que hoy en día hay más ceremonias civiles que religiosas», pero «luego ya entramos en el modo fiesta», donde «se está pretendiendo que la fiesta no decaiga, que haya un disfrute total de la fiesta», por lo que «por un lado hacemos la ceremonia tradicional, la comida, nos sentamos... y después vamos a invertir en un montón de servicios para hacer divertida la fiesta, que no decaiga, que en esa media de seis horas que dura la fiesta, que haya muchas cosas como fotomatón, mesas con chucherías o las nuevas plataformas 360».