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El avispón oriental, una invasión ignorada que «desespera» a los apicultores de la provincia
Los apicultores no reciben ningún tipo de ayuda por parte de las administraciones para hacer frente a esta especie invasora, que no está incluida como tal en el catálogo de especies invasora de la Junta de Andalucía
El 30% de las bajas de la explotación son producidas por el avispón oriental
El impacto del avispón ya afecta a todos los apicultores de la provincia, que dan «palos de ciego» para combatirlo.
Los apicultores de la provincia de Cádiz están «desesperados». La producción de miel está mermada por la amenaza del avispón oriental en los colmenares. «Esto es nuevo para nosotros y nos está afectando, no sabemos cómo combatirlo«. Sin obtener ningún tipo de ayuda por parte de las administraciones, los colmeneros dan »palos de ciego« para poder hacer frente a un insecto que ya perjudica a »todos los apicultores de Cádiz«.
José Luis Fernández es uno de ellos. «Yo tengo un colmenar afectado en Arcos de la Frontera. Cada vez que voy allí, veo sesenta o setenta avispones comiendo abejas», lamenta el apicultor de El Bosque y presidente de la Asociación de Apicultores de la Provincia de Cádiz. El avispón las decapita y se lleva el tórax para alimentar a sus crías. «No es solo que las mate, sino que también no deja trabajar bien a la colmena porque intimida a las abejas: no salen a por agua, néctar, polen ni hacen limpieza de la colmena. Nada de nada». Unos ataques que disminuyen la población de la colmena hasta que desaparece. En la provincia de Cádiz, trabajan en el sector cerca de 300 apicultores y existen 200.000 colmenas censadas, de las cuales el 70% se sitúa en la comarca de la sierra.
«Es en agosto y en los dos primeros meses de otoño cuando más le afecta a la colmena, porque es cuando está más baja», explica el apicultor. A pesar de que la miel ya la han sacado en esta época del año, las cosechas venideras se ven gravemente afectadas. «Si te provoca bajas en las colmenas, la producción del siguiente año va a ser menor». El 30% de las bajas de la explotación son producidas por el avispón oriental; cada baja de colmena representa la pérdida de 10 kilos de miel al año. A diferencia del ácaro varroa, que combaten con medicamentos subvencionados por las administraciones, no encuentran la manera de deshacerse de un insecto que, según los expertos, debería formar parte del catálogo de especies invasoras de la Junta de Andalucía. Pero no es así.
En 2018, se encontraron los primeros ejemplares en el entorno del puerto de Algeciras. «La localización de los avistamientos y el hecho de que cada año llegan al puerto de Algeciras miles de contenedores procedentes de países donde la especie está presente apuntan claramente a la hipótesis de que haya podido llegar por transporte marítimo», según un estudio publicado en 2019 de la Sociedad Gaditana de Historia Natural, que se puso en contacto expresamente con la Junta de Andalucía para alertar de su presencia incipiente y la necesidad de erradicarlo antes de que se expandiera. El avispón oriental, que es originario de Asia y del sudeste de Europa, se ha adaptado «perfectamente» porque el clima es muy parecido.
Además, ese mismo informe advierte que el avispón oriental «podría suponer un serio problema» para la apicultura de la región al ser un depredador de de las abejas melíferas. Tal y como ha sucedido. En 2021, y a pesar de las advertencias de los expertos, la expansión del avispón oriental comenzó a afectar a los apicultores de la provincia de Cádiz.
Un problema que cada vez va a más y que requiere de una especial atención por parte de las instituciones competentes. «No tenemos ninguna ayuda para combatir al avispón, solamente hay un protocolo de actuación que es irrisorio. Vamos, que no alivia nada«, lamenta José Luis Fernández. En el mes de mayo de 2023, la Asociación de Apicultores de la Provincia de Cádiz mantuvo una reunión con el delegado de Medio Ambiente, Óscar Curtido, y con el ex delegado de Agricultura, David Gil, para »pedir medios« e informar del impacto que provocaba. »Les trasladamos que el avispón oriental era un problema, pero desde la administración las cosas son lentas y no nos han hecho mucho caso«. Además, la expansión de esta especie invasora también »perjudica a muchos insectos autóctonos«.
Combaten al avispón como pueden
Sin la ayuda de los organismos competentes, los apicultores han tenido que buscarse la vida por su cuenta para evitarlo. La primera opción es detectar y destruir los avisperos. «Intentamos encontrar los nidos para eliminarlos y usar troyanos, que son un tipo de químico con el que cazas la avispa; se lo pones encima y lo transporta al nido, pero no nos está resultando eficaz«, explica el apicultor, quien asegura que »el avispón oriental se ha adaptado muy bien al medio«. Pero esa no es la única manera de combatirlo. En la época de fecundación de la Vespa orientalis, que se produce entre febrero y mayo, intentan también «trampear» lo máximo posible. «Buscamos una trampa atractiva para cazar la mayor cantidad de reinas posibles. Si cazas una, eliminas un nido».
Por otra parte, también buscan la fórmula para defender a la colmena. «Intentamos reducir la piquera al máximo para que el avispón nunca consiga meterse dentro y también que la colmena esté muy poblada para que sea más fuerte y pueda protegerse mejor».
Encontrar sus nidos no es tarea fácil: los suelen hacer en el suelo, en madrigueras de conejo o en oquedades de piedra. «Es un peligro tanto para agricultores como para senderistas, porque como alguien pise un nido en el campo, y cada vez hay más, es un problema«, afirma José Luis Fernández, que asegura que la picadura del avispón oriental es »muchísimo más potente que el de una avispa común«.
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