SALUD
Aumentan las agresiones en los centros de salud gaditanos: «El personal sanitario va con miedo a trabajar»
Sin contabilizar el mes de septiembre, se han registrado 44 agresiones a sanitarios en lo que llevamos de 2024, según CSIF
Muchas de las agresiones al personal sanitario no son denunciadas por «miedo» y, por lo tanto, no quedan registradas
El 1 de agosto, SATSE solicitó vigilancia de seguridad en las urgencias del Centro de Salud La Paz, donde se produjo la última agresión del distrito Bahía-La Janda, a la Dirección Gerencia, pero la propuesta fue desestimada
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La escalada de agresiones contra el personal sanitario continúa. «Era la pandemia y la gente nos aplaudía, y ahora hemos pasado de los aplausos otra vez a las agresiones». La última agresión denunciada se produjo en el Centro de Salud de La Paz, en la capital gaditana, donde un vecino profirió amenazas de muerte contra una médica de urgencias y a un enfermero que acudió en su auxilio. Ante el aumento «alarmante» de los ataques en los ambulatorios, la preocupación es total entre los profesionales sanitarios, que se sienten «desprotegidos» en sus puestos de trabajo.
«El personal sanitario va con miedo a trabajar», sentencia Manuel Moreno, delegado sindical de SATSE, quien asegura que «el 1 de agosto solicitó a la Dirección Gerencia que se priorizará la implantación de personal de seguridad en los puntos de urgencias del Centro de Salud de La Paz y El Olivillo», debido a la carga asistencial que soportan. Sin embargo, el 18 de septiembre, la propuesta fue denegada por la directora gerente, quien argumentó que «durante el año 2023 y lo que va de 2024, en SUAP La Paz ha habido dos agresiones verbales, y en SUAP El Olivillo ninguna agresión», por lo que no los consideró de especial riesgo al no cumplir con los criterios del apartado 4.2.2 del Plan de Prevención y Atención frente a Agresiones a Profesionales del SSPA.
Tras la pandemia, los casos de agresiones hacia el personal sanitario han crecido de manera exponencial en Andalucía, donde han aumentado un 7% durante el primer semestre respecto al mismo periodo de 2023. En el distrito Cádiz-Bahía La Janda las cifras son también preocupantes. Sin contabilizar el mes de septiembre, se han registrado 44 agresiones a sanitarios en lo que llevamos de 2024, según CSIF.
Unas cifras que cuestionan la eficacia del Plan de Prevención y Atención de Agresiones a los Profesionales del SAS, que consiste en «prevenir, proteger y combatir la violencia hacia los trabajadores, controlando con rapidez cualquier situación de violencia, peligro o emergencia». «Pensamos que no es eficaz. Ahí está, que han aumentado los números en toda Andalucía», valora Manuel Moreno. Por otra parte, el responsable de sanidad de CSIF Cádiz, Alberto Puyanas, sostiene que es «eficaz hasta cierto punto, porque deja de serlo cuando se produce la agresión». Desde el Colegio de Enfermería de Cádiz afirman que «se debe trabajar en en prevenir estas situaciones». Para ello, es crucial analizar las causas por las que producen las agresiones.
«La mayoría de las agresiones se deben a la frustración del usuario al no ver satisfechas sus expectativas de atención sanitaria en cuanto a tiempos y pruebas diagnósticas, el desacuerdo en valoraciones o diagnósticos y el rechazo por parte del personal a demandas específicas de los pacientes», explica Rafael Campos, presidente del Colegio de Enfermería de Cádiz. Las tres entidades coinciden en la raíz del problema: existe una relación directa entre el número de profesionales sanitarios y el aumento de las agresiones.
La falta de tiempo para atender a los pacientes es el principal escollo. «Si tuviéramos plantillas suficientes, podríamos disponer de tiempo para resolver muchas de las situaciones que desembocan en violencia y posteriormente en agresión», afirma el presidente del Colegio de Enfermería de Cádiz, quien asegura que en todas las reuniones con las autoridades sanitarias de la provincia y Andalucía se aborda este problema. El aumento del personal podría atender a toda la demanda de los centros de atención primaria y desahogaría las urgencias, lo que provocaría un descenso de la frustración por parte de los usuarios. «Nuestra principal reivindicación en el sindicato de enfermería SATSE es que las plantillas estén adecuadas a los ratios que recomiendan la asociación científica», defiende Manuel Moreno.
Un aspecto trascendental a la hora de valorar los datos registrados de las agresiones es que muchos de los profesionales sanitarios agredidos no presentan una denuncia por «miedo». «Hay profesionales que por miedo a tener que encontrarse con sus agresores al día siguiente o por simple desconfianza en el sistema, no denuncian este tipo de situaciones», explica el responsable de sanidad de CSIF Cádiz. El «estrés psicológico» al que están sometidos las víctimas de las agresiones conduce a que «muchos lleguen a darse de baja». Dentro del Plan de Prevención y Atención de Agresiones a los Profesiones del SAS, existe la figura del «Profesional Guía», que « ofrece »acompañamiento y apoyo a los trabajadores que sufren una agresión«.
Medias para combatir las agresiones
Tanto los sindicatos como el Colegio de Enfermería de Cádiz coinciden en que el aumento de la plantilla de profesionales sanitarios contribuiría sustancialmente al descenso del número de agresiones. Sin embargo, a corto-medio plazo se plantean otras series de medidas que ayudarían a combatir estas situaciones, como la contratación de personal de seguridad. En algunos Centros de Salud de la provincia de Cádiz sí cuentan con ellos; es el caso del de Barbate, que cuenta con uno de manera permanente, según SATSE. Sin embargo, «en la mayoría no hay».
Por su parte, CSIF plantea que se establezca un «régimen sancionador» para que los agresores no se «vayan de rositas». «El pasado mes de julio presentamos una una demanda, una denuncia, a la consejera de salud demandando que se desarrollara un régimen sancionador que fuera capaz de frenar esta sangría que son las agresiones y a día de hoy todavía no hemos tenido respuesta», lamenta Alberto Puyanas, que reconoce las «buenas intenciones» por parte de la administración y la «intención de poner en marcha el Observatorio de Agresiones a Profesionales del Sistema Sanitario Público».
Por último, las campañas de concienciación y sensibilización no cesan en su lucha por erradicar las agresiones a sanitarios, que están tipificadas como delito en el Código Penal, al ser considerados autoridad pública en el ejercicio de sus funciones.